✧c.-019 [2/2]
N/A: Este capítulo hace que me sienta un poquito orgullosa de mi progreso en cierto aspecto jejejeje xD
Cap dedicado a jeeonthvv ♡♡
Hoy os recomiendo 'THE DEVIL WEARS PRADA' de PLVTINUM, Shaker y Vana. Mi canción de la semana.
[...]
Jungkook empujó a TaeHyung contra la puerta, cerrándola de un portazo que resonó por todo el estudio con su espalda. Le besó con ganas. Sediento, hambriento, luchando con los dichosos botones de su camisa perfectamente planchada para poder deshacerse de ella. Había perdido la suya propia en el trayecto hacia aquella sala donde atendía a sus clientes. Sus labios se trasladaron al cuello ajeno, depositando pequeños besos húmedos y castos. Kim se estremeció de pies a cabeza.
La situación había escalado demasiado deprisa para que TaeHyung pudiera entender lo que estaba pasando, lo que él mismo estaba haciendo, en realidad; pero tampoco tenía lugar para el arrepentimiento en su organismo. Ni una pizca.
Levantó la cabeza conforme sentía los labios de Jungkook subir por su cuello, dándole un mejor acceso a su garganta, la cual chupó y casi succionó ávidamente. Sólo esperaba que no hubiera marcas allí a la mañana siguiente, porque eso sí era un problema que no deseaba tener por nada del mundo.
"No... No dejes marcas..." Pidió, su voz saliendo con algo de dificultad.
Jungkook besó su mandíbula. "Descuida, no lo haré."
"Más te vale."
Aquello fue lo último que dijo, antes de sentir como se separaba de él y le daba la vuelta, empujándolo de nuevo contra la puerta. La respiración de Jungkook fue a parar a su cuello, mientras notaba cómo unos dedos hábiles desabrochaban sus pantalones desde atrás. Él ahogó un jadeó tan pronto como estos mismos se internaron en su ropa interior.
"No amenaces si no tienes el control." Oyó su voz seca, causándole escalofríos, antes de depositar un casto beso en su nuca.
TaeHyung fue a decir algo, pero los dedos de Jungkook rodeándole el miembro le robaron la voz de cuajo, obligándole a ahogar un gemido cuando este comenzó a masturbarle con rapidez, impidiéndole pensar con claridad siquiera.
Pequeños jadeos se escaparon de sus labios involuntariamente, cerrando los ojos con fuerza al verse incapaz de controlarlos, mucho menos el modo tan receptivo en que su cuerpo reaccionaba al tacto de Jungkook, quien masajeaba su miembro y le besaba el cuello sin siquiera pararse a pensar ni por un segundo, dónde es que estaban. No le importaba, ese dato mucho menos era relevante, no ahora.
"¿Tienes condones?" Su voz ronca chocó contra el oído de TaeHyung, quién de estremeció.
Este asintió. "Sí, pero no lubricante."
"Tendremos que improvisar, entonces."
Acto seguido, comenzó a masturbarle con más rapidez, formando círculos con el pulgar alrededor de la punta, apretando sólo un poco la hinchada cabeza y llenándose así los dedos de líquido preseminal, quién sería su mayor aliado esa noche, junto a los suaves gemidos melodiosos que TaeHyung dejaba escapar. Sonaban como música para sus oídos.
Soltó su miembro, terminando por desabrocharle los pantalones que cayeron hacia abajo por sus piernas, llegando al suelo junto con la ropa interior y zapatos.
Jungkook se arrodilló en el suelo, impidiéndole darse la vuelta cuando lo intentó, manteniéndole en esa postura con una mano en su cadera. TaeHyung suspiró, sintiéndole respirar muy cerca de sus nalgas, aquellas que apretó con la mano libre. Él jadeó.
"Cuidado dónde tocas..." Apenas susurró, tragando saliva.
La risa ronca llegó a sus oídos. "¿Cuidado? Voy a tocarte por todas partes, rubito. Ve haciéndote a la idea." Advirtió, volviendo a apretarlas, disfrutando de lo esponjosas que se sentían bajo sus manos antes de depositar un casto beso sobre una de ellas.
Manteniéndose en silencio, simplemente se dejó llevar, permitiendo que Jungkook hiciera con él lo que quisiera, pues también era algo que él mismo quería, incluso si no iba a admitirlo en voz alta. Prefería demostrarlo con acciones, haciéndole ver que estaba receptivo a todo incluso si no quería perder su orgullo.
Mordió su labio inferior, sintiendo como los labios de Jungkook no se despegaban de él, trazando una línea de besos de lado a lado e hincando sus dientes en la tierna carne. TaeHyung siseó, cerrando los ojos con fuerza.
"Imbécil..."
"No me insultes." Pidió suavemente, empujando un dedo en su interior. TaeHyung gimió, lo que le hizo sonreír.
Notando como aquel dedo se adentraba lentamente en su interior, si ningún tipo de resistencia y perfectamente lubricado gracias a su propio líquido preseminal, no pudo evitar suspirar. Esto no era lo que había planeado para su noche perfecta de jueves, pero tampoco tenía fuerzas para quejarse; no cuando estaba usando las únicas que le quedaban para aguantarse los gemidos.
Jungkook movía la muñeca despacio, de arriba hacia abajo y simulando tijeras en cuánto añadió un segundo, logrando así dilatarle más profundamente. Su cabeza daba vueltas, envuelto en una ola de placer que jamás había experimentado antes, incluso si tuvo una vida sexual bastante activa en los últimos años. Nunca había sentido que podía alcanzar el límite sólo con un par de dedos dentro de él, algo que quizás debería hacerle sentir avergonzado, pero no lo hacía.
Los movimientos eran rápidos pero suaves, dilatando sus paredes con la única intención de hacerle pasar el mejor momento de su vida cuando estuviera bajo su poder, bajo sus indicaciones. Apretándole las nalgas con su mano libre, separándolas para poder ver dicha acción, donde sus dedos desaparecían tras el fruncido agujero, siendo engullidos.
"No sabes cuánto estoy disfrutando la vista desde aquí abajo..." Susurraba, con los ojos brillantes, hipnotizado por la imagen. Luego, mordió su labio inferior, ignorando vilmente la dureza bajo su propia ropa interior.
TaeHyung lloriqueó, apoyando la frente contra la puerta cerrada, tratando de sostenerse.
"Sólo... Dios... Haz lo q-que tengas que hacer y date prisa." Pidió, casi con urgencia. Una urgencia que intentó no demostrar, pero fue imposible.
No tenía lugar para la vergüenza. No cuando en todo lo que podía pensar era en Jungkook reemplazando sus dedos por su propio miembro cuánto antes, llenándolo. Estaba desesperado y no era algo que buscara ocultar, incluso si eso significaba dejar un poco de su orgullo intacto atrás. Podía correr el riesgo.
Tras él, Jungkook chistó, meneando su cabeza de un lado a otro, visiblemente decepcionado ante aquella petición, que por supuesto él rechazó.
"No, no, no, nada de darse prisa. No me gusta ir rápido, sino tomarme mi tiempo y disfrutar de lo que hago." Respondió en voz baja, besando una de sus nalgas castamente, mientras continuaba dilatándole, moviendo la muñeca un poco más rápido. Otro gemido escapó. "Y a ti también te gusta, por lo que veo..."
Apoyándose contra la puerta, mantuvo los ojos fuertemente cerrados, incapaz de ocultar aquellos gemidos por mucho más tiempo cuando ni siquiera tenía el control de su propio cuerpo. No podía hablar, tampoco quejarse por el modo tan descarado en que Jungkook se burlaba de él; como si le gustara hacerle sufrir, como si disfrutara de su evidente desesperación. En algún momento se lo devolvería, TaeHyung lo tenía muy claro. Pero no sabía cuándo.
Entonces, el azabache se separó, sacando sus dedos y poniéndole fin a semejante tortura con un último y sonoro beso en la nalga derecha, que le hizo estremecerse. Luego, se puso en pie, colocándose detrás del rubio, procediendo a despojarse de sus prendas restantes.
No tardó demasiado en hallarse a sí mismo completamente desnudo, pegando su cuerpo a la espalda de TaeHyung y permitiéndole así sentir su dureza. Este volvió a gemir, segundos antes de que una mano de Jungkook le rodeara la garganta, dándole un mejor acceso a su oído cuando le empujó hacia atrás.
"Voy a necesitar tu cooperación ahora." Susurró, hincando los dientes en el lóbulo ajeno.
Asintiendo, TaeHyung tragó saliva. No podía hablar, pero sabía que su desesperación era notable, que Jungkook podía notarla.
Fue liberado en cuestión de segundos, sólo para sentir como aquellas mismas manos tomaban sus antebrazos y jalaban de estos hacia atrás, llevándolos hacia su espalda. Él no tenía ni idea de qué iba todo esto, pero estaba dispuesto a cualquier cosa.
El miembro erecto de Jungkook chocó contra sus dedos, enviándole un mensaje silencioso que no tardó demasiado en captar. Dificultosamente lo rodeó como pudo, oyéndole jadear y sintiendo una corriente eléctrica sacudiendo su espina dorsal, mientras se apresuraba a mover la muñeca, masturbándolo a un ritmo medio.
Se deleitó esta vez con aquellos sonidos estremecedores, los gemidos roncos y suaves jadeos que indicaban una mandíbula apretada, sin necesidad alguna de contenerse. Sonrió, moviendo su mano un poco más rápido, encontrando que adoraba el simple hecho de complacer sexualmente a otros. O al menos, a quienes lo deseaban del mismo modo. Adoraba sentirse deseado, saber que era mutuo y poder jugar con los puntos débiles, causar placer. Adoraba saber que estaba haciendo las cosas correctamente.
"Joder..." Siseó, su voz ronca acariciándole la mejilla, del mismo modo en que paseaba los dedos libremente por su garganta.
Comenzó a besarle el cuello, depositando pequeños y cortos besos en la piel caliente, sintiéndole estremecerse mientras el placer se formaba con lentitud en su bajo vientre, moviendo las caderas contra las de TaeHyung, deslizándose contra sus dedos.
"Necesito estar dentro de ti. Ahora."
Él asintió de nuevo, luchando por encontrar su voz. "Hazlo."
Finalmente, Jungkook se separó, agachándose en busca de preservativos guardados en la ropa de TaeHyung y hallando un par de ellos en los bolsillos de sus pantalones, sacándolos con un suspiro. No tardó en cubrir su miembro con este, relamiéndose los labios en el proceso. Había jugado lo suficiente como para sentirse desesperado, ansioso. Necesitado. Tal y como sonaba.
"¿Estás preparado?" Quiso saber, tomándole por las caderas. TaeHyung volvió a asentir. "Quiero oírte."
"Lo estoy."
Usó su mano libre (aquella que no sostenía a TaeHyung) para alinearse en su entrada, frotando la punta ínfimamente contra el fruncido agujero antes de comenzar a adentrarse muy lentamente, casi sin moverse.
A pesar de que estaba bien dilatado, pues él mismo se había encargado de que fuera así, sus paredes le apretaron de manera brusca, abrazándolo, asfixiándolo y abrasándolo al mismo tiempo; la calidez que su interior emanaba haciéndole sentir repentinamente mareado. Una vez estuvo dentro por completo, ambos gimieron al unísono, con los ojos fuertemente cerrados.
"¿Estás bien?" Volvió a preguntar, quedándose quieto para que pudiera acostumbrarse a la intromisión.
Sin embargo, lejos de sólo asentir, TaeHyung movió las caderas hacia atrás, enviándole un mensaje muy claro y conciso. Él rio, tomándolo en cuenta.
Lo sostuvo con mayor determinación, hundiendo los dedos en las caderas ajenas. Luego, salió de él hasta que sólo la mitad de su miembro estaba fuera, volviendo a adentrarse con lentitud, penetrándole a un ritmo lento, muy lento, casi asfixiante. Otro gemido abandonó los labios ajenos, haciéndole saber que hacía lo correcto cuando acarició ínfimamente su próstata y la espalda de TaeHyung se arqueó.
Comenzó a moverse un poco más rápido, disfrutando del modo tan constante en que terminaba encontrándose con las caderas de TaeHyung al final de cada embestida, como si estuviera anticipándolas. Aquello le maravillaba más de lo que siquiera podía expresar con palabras.
De repente, se quedó quieto, simplemente admirando el modo en que se penetraba a sí mismo con su miembro, sus nalgas esponjosas rebotándole en la pelvis cada dos segundos, gimiendo escandalosamente, sin importar si estaba siendo demasiado ruidoso o alguien en la calle pudiera escucharle. Sólo con la vista sentía que podía correrse.
"Joder..." Sollozó, volviendo a reunirse con las caderas del azabache cuando este empezó a moverse. "Joder, joder, Jungkook."
Desesperado, buscó apoyó en la puerta, aferrándose a ella como si esta pudiera frenar su caída cuando las piernas le fallaran estrepitosamente. Podía notarlas temblar, sin fuerzas para mantenerse en pie siquiera. Jungkook pareció darse cuenta, su risa ronca poniéndole los vellos de punta tan pronto como sonó contra su oído.
Le rodeó el abdomen con un brazo, empujándole hacia atrás, de modo que su espalda estaba pegada contra su pecho. "Te tengo, tranquilo." Susurró, sin ningún ápice de burla, besándole la comisura.
Luego, unos dedos envolvieron su garganta, obligándole a mirar hacia arriba y así tener mejor acceso a su cuello, el cual besó sin ningún tipo de pudor, ignorando las gotas de sudor que le mojaban la piel caliente. Le penetró más rápido, fuerte y brusco, alcanzándole la próstata con cada embestida.
Sentía que no podía aguantar más, con el bajo vientre cosquilleándole y su miembro erecto, hinchado y rojizo goteando líquido preseminal. Estaba llegando al límite.
"Jungkook..." Gimió su nombre. "Dios, Jungkook... Jungkook..."
"Quiero verte la cara." Dijo —algo que más bien sonó como una orden directa, una petición que llevaría a cabo sin restricciones—, y acto seguido le soltó, saliendo de él con lentitud y separándose sin emitir palabra alguna.
No iba a perder la oportunidad de presenciar aquella escena por nada del mundo.
TaeHyung gimió, la sensación repentina de vacío causándole una pequeña conmoción que no duró demasiado, puesto que Jungkook no lo permitió. Sostuvo su cuerpo nuevamente, dándole la vuelta y golpeándole contra la puerta en el acto, quedando esta vez frente a frente con él, ni siquiera dándole tiempo a reaccionar cuando lo alzó, obligándole a rodearle las caderas con ambas piernas.
Él así lo hizo, aferrándose a su cuello y estremeciéndose cuando la punta del miembro ajeno rozó su entrada de nuevo, no tardando en adentrarse por segunda vez, llenándolo. Ambos gimieron al unísono, TaeHyung cerrando fuertemente los ojos tras la intromisión.
Los abrió poco después, topándose con los brillantes, oscuros y penetrantes de Jungkook que ya estaban fijos sobre él, a cada pequeño gesto, mueca o expresión de dolor, placer, miedo, nerviosismo. Jadeó, manteniéndole la mirada mientras el constante movimiento del azabache embistiéndole desde abajo ponía sus vellos de punta, entrando en un bucle del que ya no había forma de escapar.
Y es que la cabeza le daba vueltas, estaba mareado, hipnotizado, anonadado. Nunca se había sentido así, ni mucho menos se había parado a pensar por qué estaba haciendo esto con Jungkook, alguien a quien apenas conocía y en ciertas ocasiones difícilmente soportaba. No era el tipo de persona que se iba a la cama con un desconocido, no lo había hecho nunca. Sin embargo, esta parecía ser una clara excepción, pues no existía lugar para el arrepentimiento.
Colocó una mano en el costado del cuello ajeno, sus dedos temblorosos alcanzándole la mejilla, esforzándose por encontrar su propia voz que le permitiera hablar. "Quiero montarte." Susurró.
E inmediatamente, siendo víctima de un cosquilleo que casi le hace correrse allí mismo, Jungkook miró a sus ojos para verificar que estuviera hablando en serio. Una vez pudo asegurarse de que así era, no dudó en complacer su deseo, moviéndose con él en brazos hacia el sofá más cercano, sosteniéndole por la cintura para evitar que se le resbalara durante el corto trayecto, tomando asiento sin siquiera salir de él. Lo acomodó en su regazo, echándose hacia atrás de modo que su espalda se encontraba pegada al pegajoso cuero.
TaeHyung se apoyó en sus hombros, saltando sobre él tan pronto como buscó una postura cómoda, con ambas piernas a cada lado del regazo ajeno, impulsándose hacía arriba y rozando sus propios pies cuando bajaba. Jungkook mantuvo una mano en su cintura, mientras la otra le sostenía el rostro, acercándose para besarlo.
Los chasquidos de sus labios chocando entre sí, sus lenguas peleando y sus cuerpos encontrándose en cada embestida llenaron el silencio de aquel lugar, junto al inconfundible ruido de gemidos desvergonzados mezclándose, mientras TaeHyung se corría entre ambos abdómenes desnudos.
Separándose del beso, TaeHyung miró los ojos de Jungkook, viendo el placer y el deseo en su mirada. Él sabía que estaba a punto de correrse, del mismo modo en que tenía muy claro que hacerlo realmente estaba en sus manos, pues ahora era él quien tenía el control total de la situación. Por ello mismo, aminoró la velocidad de sus movimientos, acunándole el rostro con ambas manos. Jungkook pareció confundido.
"Me encantaría volver a oírte decir que soy..." Necesitó tomar algo de aire antes de continuar hablando, agotado tras el asfixiante orgasmo y meciéndose sutilmente en su miembro. "...que soy una persona aburrida y con escasez de diversión. ¿Puedes... Repetirlo para mí justo ahora?"
Jungkook, que conocía aquella mirada desafiante en sus ojos, le advirtió con su tono de voz. "Rubito..."
El rubio levantó las caderas y volvió a bajar, haciéndole gemir, inclinándose para morder su labio inferior, jalando de él hasta que Jungkook reemplazó sus dientes por los propios, viéndose casi desesperado. Estaba viendo las estrellas.
"¿Por qué no lo repites, Jungkook? ¿Qué te sucede?" Insistió, repitiendo aquel sutil movimiento de caderas. "Sigo siendo aburrido para ti, ¿verdad?"
"TaeHyung, muévete."
Lentamente, el susodicho negó, una brillante sonrisa apareciendo en su rostro cuando volvió a levantar y bajar sus caderas y le hizo gemir de nuevo. Él se estaba moviendo, pero no del modo en que Jungkook deseaba. No era suficiente.
"Dilo. Di que soy una persona mustia, aburrida... Y haré lo que me pides." Relamiéndose los labios, continuó meciéndose.
Jungkook tragó saliva. "No eres un aburrido, ¿de acuerdo?" Siseó, al borde del colapso. La lentitud de aquellos movimientos estaba acabando con su poca cordura. "Estaba equivocado, ¿vale? Lo siento. No lo eres."
Acto seguido, se inclinó para ser él quien mordiera su labio inferior, jalándolo y chupándolo, mientras sostenía sus caderas, indicándole que acotara sus peticiones. TaeHyung rio, separándose con un chasquido de labios sonoro y aún con ambas manos acunándole el rostro. Levantó las caderas, las bajó y volvió a levantarlas, quedándose en el aire.
"¿No lo soy...?"
"No." Repitió, casi suplicante.
Bajando de nuevo, volvió a subir. Jungkook cerró los ojos, su cabeza dando vueltas. "¿Seguro?"
"TaeHyung." Trató de sonar amenazante, pero sólo fue capaz de gemir cuando sus movimientos tomaron un poco más de intensidad al mecerse, dándole una clara advertencia.
"¿Seguro?"
"Seguro." Sentenció.
Finalmente, TaeHyung, bajó por última vez, apretando sus paredes hasta que el miembro de Jungkook se volvió a ver asfixiado por ellas, corriéndose dentro del preservativo con un gemido gutural inmediato.
"¿Ves cómo no era tan difícil decirlo?" Le sonrió cínicamente, empujándole hacia atrás para así poder sacar el miembro ajeno de su interior.
Mientras Jungkook se recuperaba del orgasmo reciente, TaeHyung aprovechó para ponerse en pie con las piernas aún un tanto temblorosas, dirigiéndose hacia la puerta cerrada, en busca de sus pertenencias. Se vistió bajo la atenta mirada del azabache, quien respiraba profundamente. Poco después, cuando ya estaba listo, sus ojos se encontraron.
"Ha sido un placer demostrarte que puedo ser muy divertido." Volvió a sonreírle, aferrándose al picaporte. "Una lástima que tú no hayas estado a la altura..."
Seguidamente, haciendo un puchero, abrió la puerta y salió del estudio. Por supuesto, Jungkook le dijo algo desde el interior, sonando muy ofendido, lo que alimentó a su monstruito orgulloso interior.
Abandonó el local a paso rápido, sacando las llaves de su coche mientras continuaba oyendo a Jungkook detrás, girándose para verle dentro del estudio con únicamente su ropa interior puesta y una mueca de pocos amigos. Su sonrisa se hizo más grande, moviendo la mano a modo de despedida. Un segundo después, entró en su coche, y cinco más tarde, desapareció por la carretera.
Adoraba golpear dónde más dolía.
Quince minutos después, a mitad de camino, la pantalla de su móvil se iluminó, el mensaje de Jungkook reflejándose en la pantallita inteligente de su camioneta.
Jungkook:
No puedes decirme esas cosas tan feas e irte de allí con una sonrisa. Estoy bastante molesto ahora mismo, rubito.
Has gemido tanto mi nombre que tus palabras ahora no tienen ningún sentido, pero me disculpo si no he estado a la altura de tus expectativas. Prometo que la próxima vez no dirás lo mismo. Especialmente porque no vas a tener aire ni para respirar.
Buenas noches, cuidado en la carretera y gracias por los libros.
Me sigues debiendo un favor, Don Perfecto.
Con una sonrisa satisfecha y una risita sutil, TaeHyung aparcó frente a su apartamento.
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