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#7: Un dulce reencuentro.

*multimedia: Ashley Dollanger. Cambio 2/?*

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NARRADOR UNIVERSAL:

Aquí tiene señorita, un mocca mediano frío con azúcar—dijo la joven mientras le entregaba el envase con el contenido negro—y vuelva pronto.

La cliente le pagó a la joven trabajadora junto con algo más, una carta de póker, pero no era una simple carta común, era una carta con la firma de esta. La chica al verla se sorprendió y levantó la vista para toparse con la clienta que le sonrió, le guiñó el ojo y le hizo una señal de que guardara silencio y esta asintió mientras recogía el dinero y lo metía a la caja mientras que la carta se la quedó ella aún sin poder creer lo que estaba pasando.

♥z♠r♠th le dio su autógrafo y ella sin darse cuenta le sirvió su café.

Tal vez su trabajo en esa cafetería no era tan patético después de todo.

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Carcajadas se escuchaban en la pequeña cocina donde se encontraban 11 figuras masculinas y la mayoría de ellos lloraban de risa y uno de ellos sólo los miraba con enfado por su reacción, tal vez fue mala idea el hecho de haberles contado sobre su "aventura" que tuvo el día anterior al salir de su trabajo.

¡Ya cállense! ¡No es gracioso!—gritó con furia mientras se cruzaba de brazos y miraba hacia otro lado sonrojado por el enojo y la vergüenza.

El hecho de que una chica te haya robado el dinero sin que te dieras cuenta al darte tu billetera, claro, no es gracioso—menciona Ren antes de soltar otra carcajada.

¡Tú no lo has entendido! Esa chica no era alguien normal, le pone nombre a gatos que conoce en la calle—ante eso, Cecil alza una ceja por su comentario—roba el dinero de otros y por si no fuera poco me obligó a estar en un acto con ella que aún me sigo preguntando el cómo lo hizo—refuta molesto por su situación.

Los chicos que se habían estado riendo de Syo ahora se callaron por lo que dijo, ¿acto?, debían de sacarle toda la información que podían, el cuarteto quienes se mantenían al margen con excepción de Reiji también le prestaron atención al rubio menor.

¿Acto? ¿Qué clase de acto, Syo-chan?—le pregunta su compañero rubio.

Un acto de magia o algo por el estilo, pero este es más... como decirlo...—llevó una de sus manos a su barbilla y cerrando los ojos pensando.

Pero antes de que pudiera volver abrir la boca algunos comentarios se hicieron presentes.

Sorprendente—dijo Otoya.

Sin sentido ni explicación—dijo Ai.

Alucinante—dijo Masato.

Fantástico—dijo Ren.

Extravagante—dijo Ranmaru.

Sin clase—dijo Camus.

¡Esplendorosa!—dijeron con sorpresa Reiji y Natsuki.

Si, si, si... ¡Si! ¡Es exacto lo que me pasó ayer! Pero lo de "sin clase" si se refiere a que lo hace en la calle pues supongo que... ¿Si?—dijo con duda ante el comentario de Camus.

Yo pienso que es asombrosa—comenta Natsuki y Otoya asiente en señal de acuerdo.

Nat-chan para ti todo el mundo es asombroso—comenta Ren con una sonrisa mientras bebe su vaso de jugo.

Concuerdo con Ren—dijo Syo apoyando a su compañero.

Pero es la verdad, ella hace cosas que otras no pueden—dijo defendiendo a la chica mágica.

Hay más tipos raros como ella que también hacen ese tipo de cosas, no es como si fuera la única de su talla—dice Syo llevándose sus brazos detrás de la cabeza.

"Pero para mi si lo es."

Pensaba el rubio alto mientras hacia un puchero y comía un pedazo de pastel que le había regalado Masato hace unos días.

Tokiya y Cecil no entendían nada del tema así que no le dieron tanta importancia, al menos por parte de Tokiya, Cecil quería saber más sobre aquella "chica" y entonces aprovecharía tanto como pudiera a Shinomiya.

Menos mal que le toca trabajo con el.

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If there's something strange in you neighborhood; Who you gonna call? ¡Ghostbusters!♪—esa era Ashley cantando la intro de la serie de entre los años 80's y 90's, Los verdaderos Cazafantasmas—♪If there's something weird, and it don't look good; Who you gonna call? ¡Ghostbusters!♪—seguía tararendo mientras se dirigía al sofá con palomitas en un plato ondo para disfrutar.

Era un día como otro para ella y se le ocurrió retomar aquellas series que veía de niña y que más de una vez se espantó por los capítulos.

¿Qué? Ella era niña cuando los veía por la televisión.

No recuerdo porqué me dio tanto miedo el espanta niños—dijo al ver el título de uno de los capítulos de la primera temporada. La seleccionó y a medida como iba avanzando el episodio llegó a la parte del espanta niños—¡Ay caramba! Dijo Bart Simpson, lo hicieron bien feo, con razón me dio miedo aquel día, ni pude dormir bien.

Después de un rato viendo la serie, decidió hacerse algo para comer ya que después de todo las palomitas no la iban a satisfacer de todo. Llegó a la cocina y observó que había cosas que faltaban en las alacenas y también en el refrigerador.

Hora de hacer la compra con el dinero que le sacó al enano del otro día.

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¡Eso es todo! ¡Gracias por trabajar duro!—gritó el encargado del set y todos se dispusieron a irse a sus casas a descansar.

Al fin, creí que ya no podría aguantar más—dijo el moreno hacia su compañero rubio quien estaba tomando una botella de agua.

Pero fue divertido, todos se esforzaron a que saliera bien y al final resultó ser así. Ya extrañaba hacer esto—comentó el de lentes al mirar a su alrededor.

Si, yo también lo echaba de menos; por lo menos te mantiene ocupado por un momento de la realidad.

En eso tienes razón, Cecil-kun.

Ah cierto, Masato dijo que debemos acompañarlo a la compra saliendo del trabajo.

¡Qué bien! ¡Podré comprar las galletitas de versión limitada de Piyo-chan!

"Yo creí que por otra cosa, no me des esos sustos."

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"♪It's just the way it is; Maybe it's never gonna change; But I got a mind to show my strength; And I got a right to speak my mind; And I'm gonna pay for this; They're gonna burn me at the stake; But I got a fire in my veins; I wasn't made to fall in line♪"

Cantaba en mente la—ahora pelinegra—con sus audífonos puestos mientras iba caminando por los pasillos de la tienda más cercana de su departamento y aparentemente la más grande que había a su paso. 

Ashley estaba en su mundo, caminaba mientras se meneaba un poco por la canción que se estaba reproduciendo en su celular.

"♪Give it to you
My nunnunnunnunnunnun nunbit
Ssodajineun my teoteoteoteoteoteo teochi
Hanappunin my reobreobreobreobreob my luver
Nae meoributeo ppumppum
Nae balkkeutkkaji ppumppum ppumppum oh!♪" 

Respeten MOMOLAND, perros—susurra para sí misma mientras deja unos paquetes de sopas instantáneas—¿Qué sigue?—pregunta al ver su lista de lo que le falta, ya tenía casi todo lo del papel, sólo le faltaba—Mis galletas.

Y con todo y carrito de súper, se dirigió al pasillo de los dulces, en donde estaban sus preciadas galletas.

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"¿Cómo pasó esto?"

Eso era lo que se cuestionaba Cecil, estaba junto con Natsuki en la tienda acompañando a Masato pero en cuanto pusieron un pie en la entrada no tenían idea de donde estaría el peliazul.

En otras palabras, estaban perdidos.

Natsuki, será mejor que nos quedemos cerca de la entrada a esperarlo, ¿Qué dices?—dijo volteándose para encontrar que el rubio tampoco estaba a su lado—¿Natsuki? Genial, quedé solito. Supongo que le echaré un vistazo a la tienda—dicho eso zarpó caminando por ahí haber qué le llamaba la atención.

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Galletas, galletas, galletas, galletas, galletas... galletas... ¡Galletas!—dijo feliz al haber llegado al pasillo en donde estaban las cajas llenas de lo que tanto había buscado.

"Se les informa que la tienda cerrará en 15 minutos. Gracias."

Que poco tiempo... Se ve que ese guardia ya quiere irse a su casa, será mejor que me de prisa—se dirigió al estante en donde se encontraban su paquete de galletas y rápido tomó la caja que según ella era de su personaje favorito pero al ver en el interior de su carrito vio que se equivocó por completo.

Minutos después de que la pelinegra tomara la caja un rubio con lentes también se apareció en el mismo pasillo y tomó una caja que pensó era de su personaje favorito pero al verlo bien se dio cuenta que no era así.

¡Este no es la caja que quería!—ambos dijeron lo mismo al darse cuenta de su equivocación.

Sólo espero y no sea demasiado tarde—dijo el rubio y se dio una vuelta para ver si aún había cajas de galletas de Piyo-chan.

Tiene que ser una maldita broma—maldijo la pelinegra y se regresó con la caja en mano para ver si aún había de las que le encantan.

La pelinegra y el rubio estaban en busca de su caja de galletas favoritas, y en esa búsqueda se encontraron casualmente. La chica reconoció al rubio casi de inmediato, ¿Cómo olvidar aquella mirada tan inocente y brillante al ver uno de sus actos y que este fue participante? El rubio se le quedó viendo sorprendido solamente, no porque sabe quien es ella sino por lo que tenía en sus manos, ella también se fijo en lo que tenía él en sus manos y como si fuera acto sincronizados ambos reaccionaron.

¡Te la cambio!—se apuntaron el uno al otro al ver sus respectivas cajas.

Se acercaron e intercambiaron sus cajas, el ahora tiene sus galletas de Piyo-chan y ella tiene sus galletas de su personaje favorito.

Un momento, yo a usted la conozco de algún lado—dijo al verla de cerca mientras ella abrazaba su caja. La chica lo miró, esperando a que si en verdad la haya reconocido con el pelo teñido—Usted es la que hace magia asombrosa—susurró para que nadie pudiera escuchar lo que dijo.

La chica sonrió en señal de que si era ella, Natsuki si que estaba feliz ese día. Pudo encontrar sus galletas y a la chica en un mismo lugar.

No podía ser mejor ese momento.

No creí que alguien me reconocería, normalmente no lo hacen pero me alegre que fueras tú, sólo por eso te diré mi verdadero nombre—le tendió la mano—Soy Ashley Dollanger, pero el mundo me conoce como Azarath—el chico gustoso aceptó la mano que tenía enfrente.

Soy Shinomiya Natsuki, integrante de STARISH—se presentó el rubio. Al escucharlo la chica se sorprendió de algo.

¿STARISH? Eso mismo dijo alguien cuando tenía a un chico un poco más bajito de la altura promedio de un hombre, llevaba sombrero ese día—al escuchar eso Natsuki rápidamente dedujo que era Syo—aunque para ser sincera el muchacho al tener la cara larga si que me ayudó ese día de mi acto—dijo con una mano en su barbilla, pensando.

Conociste a Syo-chan—este sacó su cartera y le mostró a la chica una foto de los 7 integrantes de la banda—mira todos nosotros formamos una banda, toma te la puedes quedar—le entregó la foto a la chica que algo extrañada la aceptó sin queja—y sé que está mal decirlo pero tal vez puedas escuchar nuestra música y opinar de ella algún día que nos encontremos, claro si no es molestia—dijo con una sonrisa y algo sonrojado por lo que le pidió.

La chica al verlo y a la foto le sonrió dejando el claro que no le molestaba en lo absoluto.

Para nada, de hecho me servirá a mi también ya que no soy de aquí, hace una semana que llegué a Japón y todo a cambiado desde la última vez que pisé este lugar, escuchar de la música de hoy en día no me haría nada mal y sería como una guía en sí. Así que gracias Natsuki, aunque te digo algo conocí la mayoría de tus amigos hace días, si no es molestia dile a tu amigo el pelirrojo Otoya que le mando saludos, ¿De acuerdo?—dijo sonriendole al rubio.

Claro yo le digo de tu parte—responde el.

Y para que no solo sea un simple intercambio de paquetes de galletas, ¿Qué... te parece si nos tomamos una foto con tu celular?—sugirió esta.

¡De acuerdo! ¿Sabes? Desde que hiciste el acto de las cartas he querido encontrarte y ahora que tengo la oportunidad jamás creí que pudiera platicar contigo—el rubio sacó su celular para darle a la cámara y así poder tomar la foto.

Pues como has visto, me encontraste o mejor dicho me reconociste—se posicionó junto al chico para salir en la selfie, el rubio la tomó y se separaron—no olvides etiquetarme si la vas a publicar y si no lo harás... ¿Me la pasas?—pregunta sacando su celular. El rubio aceptó sin ningún problema.

Ambos se despidieron no sin antes entregarse sus tarjetas de presentación, en el caso de Ashley, y cada quien se fue por su lado, Natsuki se reunió con Cecil y Masato quienes le regañaron un poco por haberse separado de ellos—Cecil le recriminó por haberlo dejado solo y Masato regañó a ambos por haberse alejado de él—.

Pero Natsuki estaba feliz y eso lo compartiría con Otoya cuando llegue al curso maestro. Le dirá todo lo que ocurrió en la tienda y todo empezó porque ambos se equivocaron de paquete de galletas.

Fue un dulce reencuentro ♥.

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Listo, ahí tienen. No era el capítulo que quería publicar pero a fin de cuentas actualicé.

Ahora si ya no sé cuando lo haré ya que el 6 comienzo con mis cursos universitarios, pero haré todo lo posible ya que el fin de este libro es que no sea muy largo, digamos que estamos a punto de ver el verdadero climax, espero y les guste.

Se supone que iba a hacer la reacción de Cecil pero al final fue Natsuki quien opacó el capítulo xD.

Y haber si hago unas curiosidades de Ashley Dollanger para que puedan entenderla mejor y el porqué de sus acciones, si gustan claro. Déjenlo en los comentarios.

Y eso a sido todo, espero que les haya gustado el capítulo ahora si el siguiente será de Cecil después Tokiya y al final Ringo con Ryuuga para darle más impacto.

Pregunta: ¿Les gustaría que HEAVENS conozca a Ashley?

Nos vemos en otro capítulo.

Chao Chao.

-Alessa.

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