05
Pequeños pasos eran los que el castaño daba detrás de aquel chico el cual no sabía hacia donde lo llevaba, pero probablemente era mejor que estar perdido en el pueblo.
Después del incidente con aquel vendedor siguió caminado teniendo fe en que en algún momento recordaría el camino, aunque llevaba cinco vueltas en el mismo lugar y aún no se daba cuenta de ello.
Aquel chico se había acercado a él, le había extendido la mano y ahora lo llevaba al gremio al cual pertenecía, amarrado con una pequeña cuerda ya que tenía la facilidad de perderse en cualquier instante en que se le dejará sólo, llegaron a un imponente edificio hecho de madera, que tenía un característico color negro y la imagen de un dragón rojo sobre la entrada.
— Aquí es, el gremio del dragón rojo — el chico pelinegro le volteó a ver, Dipper miraba aquella imagen con la boca abierta mientras daba unos pasó hacia atrás hasta que sintió el tirón de la cuerda y volteó a ver al chico algo apenado — No es momento de jugar o estar asombrado entra
Un pequeño empujón fue lo que el castaño recibió, torpemente entró a aquel lugar y se encontró con varios hombres altos y fuertes, algunos con cerveza en mano y otros frente a una gran pared con diversos papeles pegados.
Sintió un agarre en su muñeca y dio un respingo, notando que se trataba de su "guía" hasta aquel lugar que quitaba el cordón de su muñeca y le dejaba libre para después empezar a caminar entre todas esas montañas imponentes, mientras él sólo continuaba parado en su mismo lugar volteando hacia la puerta para escapar, no sabía cómo exactamente eso iba a ayudarle pero no sabía que hacer, estaba a sólo unos centímetros de la puerta cuando de nuevo sintió un tirón de su mano, no.era gentil como el de su hermana y tampoco era el agarre firme del chico pelinegro, sino un agarre grotesco que le lastimaba y le alzaba unos centímetros del suelo.
— Pero que tenemos aquí — un hombre que parecía algo mayor, cicatrices en su rostro y un cabello corto color anaranjado, le tenía tomado de la mano lastimandole al tenerlo alzado, forcejeaba ligeramente para soltarse, estaba tan cerca de la puerta y había sido detenido, pero en pocos segundos sintió un escalofrío recorrer su cuerpo cuando la.otra mano de aquel hombre tomo su mentón y acercó su rostro al de él, quedando sólo a unos pocos centímetros — ¡Escuchen chicos!, ¿Alguien perdió a su doncella?
Los hombres ahí presentes dejaron de hacer sus actividades y colocaron toda su atención en el pequeño castaño que colgaba de la mano de aquel hombre.
Dipper jaloneaba de su mano, sintiéndose nervioso con todas las miradas puestas sobre él, rápidamente empezó a buscar con la mirada al chico que le había traído hasta ahí, tal vez él le ayudará a salir de esa habitación, hasta que la risa de otro hombre le hizo volver a prestar atención a los que se encontraban cerca de él y no al que al parecer estaba desaparecido.
— Que clase de bárbaro dejaría olvidada a tan tierna flor en este lugar — un hombre un poco más bajo que el que lo sostenía se acercó hasta él, jalando su otra mano y haciendo que el otro hombre le soltara — no te han dicho que a este lugar sólo se les permite entrar a hombres, A menos de que estés buscando desposar a alguno de los presentes — sosteniendo delicadamente su mentón aquella persona se había acercado hasta el oído del castaño y le había hecho temblar ligeramente mientras intentaba alejarse, pero aún su muñeca era sostenida con fuerza por esa persona
— Y-yo...yo no soy una chica...soy un chico...me he perdido...Y uno de sus miembros se ofreció a guiarme...busco él camino ha-hacia el gremio del dragón azul...m-mi hermana trabaja en ese lugar...y-yo...yo no debi haber salido de casa...Por favor...suelteme... — aquella persona sonrió de medio lado, el castaño seguía jalandoce y solo cuando terminó de hablar este le soltó permitiendo que callera de espalda con otra el suelo
Se sentó lentamente mientras sobaba su cabeza mirando como empezaban a formar un círculo a su alrededor, su cuerpo empezó a temblar ligeramente y empezó a arrastrarse hacia atrás, escuchando murmullos y ya sin saber hacia dónde correr, hasta que unas manos tomaron el cuello de aquella playera vieja y desgastada, tomando entre ellas también un cordón delgado que estaba en su cuello, y empezando a levantarlo del suelo.
— Eres pequeño y no tienes fuerza, demasiado delgado y pálido...tus manos no muestran señal de que en algún hayas trabajado eres un niño de casa que ahora está en un mundo de hombres, ¿Qué es lo que buscas al haber venido a este lugar? — sus manos se colocaron sobre las manos de aquel hombre, movía sus pies de adelante hacia atrás intentando tocar el piso sin éxito mientras huía de la mirada de aquel hombre y sus palabras que no eran raras para sus oidos.
Él tenía razón...
Aquellas palabras se presentaron en su mente, dejando de moverse y mirando por fin a los ojos de esa persona, su mente empezaba a llenarse de pensamientos junto a la pregunta que e habían realizado...¿Que hacia en aquel lugar?
Huir de su casa, desobedecer a su tío, un capricho, una prueba...un deseo absurdo...un deseo de querer salir adelante.
Demostrare que se equivocan...Y en ese momento podré ser coronado rey...
Una pequeña sonrisa se estableció en su rostro, mientras su mirada reflejaba seguridad, el agarre dejó de ser tan apretado, pero aún le mantenía sobre el aire.
— Estoy aquí por una oportunidad.
Todo a su alrededor era silencio, nadie decía o hacia algo, un ligero tono de sorpresa se escucho en la lejanía...hasta que de nuevo risas inundaron el lugar y el castaño caía al suelo.
— ¿Una oportunidad? Eso es lo más absurdo que hemos oído, nadie viene aquí por una oportunidad, ¡no es así muchachos! — Todos hablaron diciendo un fuerte y largo Si, mientras dipper se encogió en su lugar la seguridad que hace unos momentos mostraba sólo habia sido momentánea y de nuevo sólo quería salir de ahí, aunque una parte de él le decía que persistiera —Bien muchacho una vez aclarado eso, ¡¡vete!! No tienes nada que hacer aquí
El castaño se levantó lentamente y empezó a caminar hacia la puerta de aquel lugar, de su cuello había caído el medallón que siempre colgó de él, las risas aún se escuchaban detrás pero algo llamo su atención cuando estuvo a punto de salir de aquel lugar, el ruido había cesado y ahora sólo el sonido de la madera crujir era lo único que inundaba el lugar, volteó lentamente para ver que era lo que habia pasado, y se encontró con el chico pelinegro que lo había llevado hasta ahí, acompañado de un hombre alto y delgado que usaba una máscara sobre su rostro y que le extendía su mano.
— Yo te daré esa oportunidad.
Y su corazón dio un vuelco y la felicidad inundó su rostro...
Junto al de aquel hombre que encontró lo que buscaba
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