Cuando yo era un niño, pensé que el mundo era algo muy simple, pensé que no había ningún desafío que fuera insuperable, que si lo intentaba lo suficiente podría lograrlo.

La juventud es tan ingenua.

Todo fue cortado y secado, ganas o pierdes...pero incluso podrías llegar a empatar en la vida.

Estrategias, y nuevos movimientos, si te enfrentabas a los grandes, siempre había algo nuevo que aprender.

Mas capaces, mas eficientes, mas y mejores estrategias.

Tonta é ingenua juventud.

Ambos pueblos se apoyaban, ambos pueblos aprendían uno de los otros...pero un tercer bando fue quien inicio la disputa.

Una batalla que duro tres mil años y que destruyo familias enteras, dando paso a el miedo y la superioridad.

Pero aún incluso en aquella pequeña oscuridad, se podía distinguir un poco de luz.

[...]

Era doloroso, el color rojo carmesí invadía cada uno de mis sentidos.

Mis ojos solo podían ver el rojo de las llamas y el carmín de la sangre, mis odios, los gritos de agonía y sufrimiento de las personas que intentaban huir de las llamaradas y de los soldados, mi boca, el sudor que bajaba de mi frente, y la sangre de mis labios por la sequía que había en ellos, mi cuerpo, sentía una agonía inmensa al estar corriendo sobre vidrios descalza, me sentía cansada pero no podía rendirme.

Mi pecho y mis brazos sentían una calidez y tranquilidad ajena a lo que sucedía a su alrededor, por ellos tenía que salir con vida, por ellos tenía que sobrevivir, por ellos y por aquellas personas, tenia que salvar a aquel que aun podría salvarnos.

Mis ojos arden, mis oídos sangran, mi voz se desvanece y mi cuerpo arde...pero al menos se que están a salvo.

Una vida puede salvar dos.

Era una tarde lluviosa, regresaba de la recolecta de madera para poder encender la chimenea en la noche y poder calentar un poco esa triste cabaña que tengo por hogar.

No había sido fácil encontrar buena madera que sirviera como leña, ya que por la lluvia, la mayoría estaba mojada y no serviría para un buen fuego, pero peor es sufrir por el frio de la noche.

Caminaba en el bosque silencioso, acompañado por el sonido de las gotas cayendo y chocando contra la tierra, provocando ese olor tan característico y tranquilizador que me gusta del bosque, sin embargo, no todo era tranquilidad en ese día de lluvia, nuestro reino acaba de invadir a uno de los pequeños pueblos que se encuentran ubicados al sur del reino de Gravity Falls gracias a un rumor absurdo.

Vivir alejado de la civilización no es tan malo después de todo, así no me involucro con las tonterías del rey.

La lluvia no cedía y aumentaba con cada minuto que pasaba, pero tenia que regresar a casa sin importar lo que pasará...después de todo aun hay algo que me espera en mi hogar.

Aunque solo son esperanzas absurdas.