Un show caótico

Luffy y el resto se despiertan y se dan cuenta de que están en una caja de madera.

—Me quitaron mis espadas —comenta Zoro.

—Y mi bolso, con mi equipo de navegación —le sigue Nami.

—¿Y Daiyu? —pregunta con preocupación Luffy.

—¿Y el mapa? —ahora Nami es la que está preocupada.

—El mapa no, está seguro, no lo perdimos —susurra Luffy.

—¿Y tú amiga? A ella sí que la perdimos —comenta Zoro mientras ve por los huecos de la caja. Para luego comenzar a golpear la caja.

—Ya basta —ordena Nami.

—¿Qué? Estoy buscando una salida —responde el peliverde.

—Nos capturaron, hay que hacer un plan —sugiere la pelinaranja.

—No necesito un plan.

—La que es buena creando planes y estrategias es Daiyu, pero no está aquí —comenta Luffy.

—Los marinos nos van a matar —dice Nami.

—No son marinos, antes de desmayarme vi una bandera pirata. Fuimos capturados por piratas —explica.

—Ay, que buena noticia —dice de forma irónica.

—Tiene razón, los marinos están entrenados, mientras que los piratas son fáciles de matar —comenta el espadachín.

—Shanks decía que no todo se resuelve con violencia.

Mientras ellos seguían discutiendo, afuera de la caja y en otra parte de ese lugar, se encontraba una pelinegra despertando apenas del golpe que le dieron y se encontraba atada en lo alto de la carpa. Provocando cierto pavor en ella.

La bajan poco a poco. —Vaya, sigues siendo muy bella mi pirata —reacciona al reconocer la voz.

—Y tú, un idiota —lo mira con molestia.

—Vamos, di que también me extrañaste piratita.

—Ja, ¿extrañarte? ¿A ti? Por favor, antes muerta que extrañarte.

—Uy, se volvió más ruda la pajarita ahora que abandonó el nido y a su madre. Creo que solo te contenías.

—DEJA DE DECIRME ASI HIJO DE TU VIL... —le ponen un pañuelo en su boca.

—Esas palabras no deben de salir de tu bella boca. Ahora es momento de que veas mi hermoso show.

Una vez que se abre la caja y dan el acto, el jefe se enoja. Daiyu trataba de zafarse pero le era inútil. Pero se da cuenta que tenía a gente inocente.

—¡No! No, no, no —entra un pirata vestido de payaso—. Ya no aplaudan. ¡Ya basta! ¡Está mal!

Se empieza quejar de las fallas que hubo con su presentación, mientras el trío lo miraba y Daiyu buscaba la manera de liberarse.

—Oye. Yo te he visto —dice Luffy—. En el cartel de "Se busca" en Shells Town. Eres el payaso ese, em... Binky, ¿no?

Daiyu se ríe por el comentario del pelinegro, a pesar de ser un mal momento, su amigo le logra sacar risas sin intentarlo.

—Buggy. Buggy, el Gran Payaso. Buggy, el Bufón Bárbaro —se presenta con diversos títulos.

—Tienes muchos apodos, ¿verdad? Ese último tiene un matiz muy interesante.

—¿Qué acabas de decir?

>>Oh no<<. Daiyu ve como se pone la tensión.

—¿¡Nariz!? —toma a Luffy del rostro—. ¿Te estás burlando de mí nariz?

Los lobos empiezan a gruñir, Zoro y Nami se dan cuenta que están encadenados.

—La verdad no. Pero ahora que lo mencionas, ¿tu nariz es real?

—Lo que sí es real es que planeé por meses robarle ese mapa al tarado de Hacha Morgan. Solo para descubrir que fui superado por tres insignificantes que se lo robaron frente a mis na... ¡No! ¿Ya ves lo que haces? —mira con molestia al chico del sombrero.

>>Idiota como siempre, por eso no es mi tipo<<. Se queja la pelinegra.

—Pero claro, lo lograron robar gracias a mi bella piratita.

—¿Piratita? —preguntan los tres al unísono.

>>Trágame tierra<<.

—Así es, estoy destinado a encontrar el One Piece. Y cuando lo haga... Yo voy a ser el rey. Junto con mi futura reina.

Los reflectores apuntan en lo alto de la carpa, dejando ver a un chica de cabellos negros atada.

—¡Daiyu! —grita Nami.

—¡No digas su nombre! No eres digna de llamarla así —regaña Buggy.

—Él que no es digno de decir su nombre es otro —comenta Zoro, quién estaba cruzado de brazos.

—Mira que miedo te tengo.

—Soy Roronoa Zoro. Suelten sus armas ya, y tal vez los deje vivir —el payaso se empieza a reír.

—Damas y caballeros, tenemos a una celebridad en nuestra carpa. Qué lástima que odie compartir el reflector. Menos contigo mi futura reina —mira arriba—. Tal vez debamos ir al final —saca cuchillos.

—¿Y si tengo otra cosa que ofrecerte? Algo más valioso que ese mapa. ¿Qué tal un nuevo fenómeno para ti equipo? —comenta Nami—. Uno raro, el acto más espectacular de todo el mar del Este.

Dicho esto, la chica toma el sombrero de Luffy y lo lanza lo más alto posible, para luego echarse a correr y salir de la carpa. Pero no se esperaba encontrar un escenario horrible fuera de éste. Para luego ser capturada de nuevo y entrar otra vez a la carpa.

—¿Qué le hiciste a este lugar? —pregunta con molestia—. ¡Destruiste todo lo que había!

—No es verdad. Sus manos están intactas. Muy bien, se acabó la teatralidad. Sé que uno de ustedes tiene mi mapa, y lo voy a recuperar. ¿No habías dicho que está en un lugar seguro? —mira a Luffy.

Daiyu logra por lo menos quitarse el pañuelo de su boca.

—Yo lo tengo payaso idiota —logra decir.

—Linda, me ofendes —alza su mirada.

—Que nuestros huéspedes estén muy incómodos en el camerino —ordena—. Mientras yo voy a hablar seriamente con ustedes dos.

—Déjalo en paz payaso de imitación —forcejea—. Ya te dije que yo tengo el maldito mapa, y lamentablemente lo tengo en un lugar dentro de mi —comenta.

—Oh.

* * *

—Ya relájate. Esos nudos son muy fuertes para ti —comenta Nami.

—He escapado de peores.

—Al salir de la tienda, yo... Logré ver una aldea. O lo que quedó de ella después de que Buggy la destruyó.

—O sea, cuando nos dejaste a nuestra suerte —Zoro la mira.

—Estábamos rodeados y sin armas. Era una pelea que no podías ganar. Tú viste que hasta tenían atada a Daiyu.

—Conozco a los de tu tipo. Si no hay algo que ganar, huyen.

—No me hagas reír, lo dice el que es cazarecompensas. Vendiendo vidas por unos cuantos berries.

—Yo tengo un propósito.

—Claro que lo tienes. Creo que puedo sacarnos de aquí.

—Mejor dicho, sacarte de aquí.

—Aparte, pero necesito que confíes en mí.

—Eres una ladrona mintiendo y pidiendo mi confianza.

—Daiyu lo haría, y créeme que lo hace. ¿Y tienes alguna otra opción?

—Bien —responde de mala gana—. Solo dime qué tenemos que hacer.

Se escuchan gritos de Daiyu, seguido de los de Luffy.

—Hazlo más rápido —trata de forcejear con las ataduras.

Por otro lado, el payaso se encontraba estirando los brazos y piernas del pelinegro. Mientras tenían a Daiyu sobre un aro de fuego.

—Buggy, ¡maldito payaso sarnoso! ¡Ya déjalo! —grita muy molesta Daiyu.

—Claro que no, ¡hasta que accedas a darme el mapa! —le grita.

Toma el sombrero de Luffy. —¡Oye! ¡Devuélvemelo ya! —reclama.

—Conocí a un pirata que usaba un sombrero igual a este. El pelirrojo Shanks.

—¿Y? ¿Te doy un premio por adivinar? —dice de manera sarcástica Daiyu.

—¿Conociste a Shanks?

—¿Pelirrojo? ¿Tres cicatrices, ojo izquierdo? Trabajamos juntos en una tripulación cuando teníamos tu edad. Él, Ryoko Kimura, Yamada y yo —mira ahora a Daiyu.

—¿Qué? —susurra la pelinegra.

—En esa época, creí que éramos amigos. Hasta que ellos optaron por traicionarme. ¡Querían dejarme fuera del reflector!

—No te atrevas a hablar mal de ellos —dice Luffy—. Al menos no de Shanks ni de Ryoko.

—Ah, ya estamos llegando al fondo de la verdad.

—Ya lo veo. Ahora sé que solo me quieres para venganza, ja, no me sorprende —comenta la pelinegra.

—Oh no, te equivocas. Te quiero, porque de cierto modo, tienes un parecido a tu madre. Y cuando me rechazó, me sentí más traicionado aún. Pero sé que tú no lo harás.

—Más asco me da —bufa.

Buggy toma a un niño, amenazando de esta manera al dúo.

—Te lo advierto —amenaza Luffy.

—¿Tú, advirtiéndome? Si que da risa —se empezaron a reír.

En ese momento, Luffy se pudo zafar de las cadenas, para luego golpear su cara y literalmente volarsela, provocando el grito entre los aldeanos y dejando a un Luffy confundido.

—Luffy, no te dejes engañar, su cuerpo se puede dividir —advierte su amiga—. Comió una fruta del diablo.

—Así es, la fruta parte parte —confiesa—. Puedes cortarme y despedazarme, pero siempre voy a ser capaz de volverme a unir.