"Gramitch"

El que Grace estuviera ebria hasta el culo, no le impidió botar a Gale de la habitación esa noche.

Si, aprendió que lo peor que podía hacer al estar triste era emborracharte hasta no poder más, porque lo que te quedaba al día siguiente era una resaca del demonio.

La mañana del día siguiente avisaron a Grace que Coin había citado a todo el equipo de Katniss en una junta urgente con motivo de la más reciente intervención de Peeta en las cámaras del capitolio. Todo mundo estuvo más calmado sabiendo que Katniss no presenció el mensaje de Peeta, pues era evidente que aquello la afectaba de sobre manera.

Grace recordaba poco de las palabras de Katniss, pero sí que recordaba todo lo que le había confesado; por fin después de tanto tiempo pudo sacar todo el dolor y el veneno que llevaba dentro. Claro, Grace estaba un poco resentida con Katniss, pero si ella no seguía en su equipo, ¿Cómo es que iban a ganar esa guerra y vengar la muerte de su familia? Simplemente no podía.

Mientras caminaba por los pasillos maldiciendo el dolor de su cabeza, Haymitch la interceptó, colocando la mano de ella en su brazo en forma de escuadra para escoltarla hasta la sala de comandos. Grace hizo una mueca cuando Haymitch la saludó demasiado fuerte

— ¿Podrías no gritar? Te escucho claramente

—Lo sé, sólo quería molestarte un poco— mencionó casi gritando en su oído. Grace siseó con dolor— En realidad estoy muy molesto contigo

— ¿Por qué?

—Ayer te emborrachaste y no fuiste buena para invitarme—Chasqueó la lengua y negó varias veces—Me siento ofendido, Grace

—Estás en tratamiento, no podía echarte a perder de nuevo

—Tu nunca me echarías a perder, cariño— le dijo en un susurro que hizo que la piel de Grace se erizara— Al contrario, estando a tu lado soy una mejor persona

—Que halagador

—Pues lo dirás de broma, pero cuando estoy contigo lo único que quiero hacer es halagarte

Las mejillas de Grace le ardieron tanto, que tuvo que detenerse por un momento y cubrirlas con sus manos. Haymitch se carcajeó, pero inmediatamente después se detuvo, observándola con sus penetrantes ojos azules

—Grace, sobre lo que pasó ayer con Gale...

—No quiero hablar de eso

—Te advertí que esto pasaría, cielito

—Basta—Le paró ella—Lo último que necesito ahora es el sermón del "te lo dije"

—Eso no es lo que yo...

—Sé que fui una estúpida al creer que Gale podría amarme, ¿Vale? La jodí, eso ya lo sé

—Grace...

—Ya he tenido suficiente de esto, Haymitch y no necesito que me restriegues en la cara que yo...

Sus palabras se atoraron en su garganta cuando Haymitch la tomó de la cintura y la acercó a su cuerpo envolviéndola en un fuerte abrazo. Grace se tragó las lágrimas y apretó sus brazos alrededor de la nuca del hombre

—Lo lamento, preciosa. Sabes que no me gusta verte mal

—Por favor, Haymitch, no quiero hablar de eso, no me hagas hacerlo

—Descuida—le dijo separándose de ella y dándole una suave palmada en la mejilla—No hables si no quieres. Sólo... quiero que sepas que si me necesitas siempre voy a estar ahí, ¿de acuerdo? Inclusive puedo matar al idiota de Gale si quieres

Grace soltó una carcajada al ver como Haymitch pasaba un dedo por su cuello. Ella negó

—No, no quiero que vayas a la cárcel del trece por algo que no vale la pena

Él le guiñó un ojo

—Por ti iría hasta el infierno y de vuelta

—Basta, me avergüenzas

—Me gustas más cuando te sonrojas

— ¡Haymitch!

—Bueno, ya ¡Oye! Que agresiva— dijo cuándo Grace le golpeó el pecho con la mano. Ella rio

—Vamos, Coin debe estar esperándonos

—Eh... si, vamos

Carraspeó la garganta cuando Grace, sin darse cuenta, entrelazó su mano con la suya para caminar a la par hasta la sala de comando. Al llegar ya todos estaban esperándolos. Gale estaba sentado al lado de Effie, mirando la manera en la que las manos de Grace y Haymitch se entrelazaban fervientemente. Las rodillas de Grace amenazaron con flaquearle, pero su acompañante no le permitió hacerlo, sino que la guio hasta el par de asientos vacíos al lado de Boggs. Grace frunció el ceño al ver el ojo morado de Gale. Boggs le sonrió

—Ya me encargué de eso, soldado—El hombre le sonrió—De nada, por cierto

Grace le sonrió a lo que Boggs sólo asintió con la cabeza. Katniss la miró con una pequeña sonrisa nerviosa y Grace sólo pudo devolverle el saludo. Era difícil creer que, a pesar de lo que Katniss le había hecho, no podía despreciarla, sino que todo su resentimiento se concentraba en Gale y toda su maldita presencia.

Encontró a Haymitch tomando su mano por encima de la mesa cuando Grace se demoró más de cinco minutos observando detenidamente a Gale. Se quejó en voz alta atrayendo la atención de los demás. Coin arrugó el ceño

— ¿Todo bien, soldado?

—Si— respondió cerrando los ojos por el dolor de su resaca— Sólo un pequeño dolor de cabeza

— ¿Está usted segura? Porque un pequeño dolor de cabeza no describe a la perfección la borrachera que el sinsajo y usted se pusieron anoche. Sé todo lo que sucede aquí, soldado, no lo olvide

Grace bufó

—Ha sido una irresponsabilidad de su parte el hacer que el símbolo de nuestra rebelión tomase hasta la inconsciencia en medio de una guerra

—Está bien—Intervino Katniss—No hicimos nada más

—Ya lo creo que no—bufó Coin—Sería el colmo del cinismo

— ¿Podría informarnos de que va esta junta? — preguntó Grace evadiendo la mirada profunda de Gale— Porque estoy propensa a vomitar en la mesa ahora mismo

—La junta es por la transmisión de Peeta ayer por la noche—Informó Plutarch

—Eso ya lo sabemos

—Lo que quiero decir, es que debemos pensar ahora lo que haremos con Peeta y los otros tributos

—Sacarlos de ahí, es obvio. La presidenta prometió darles inmunidad

—Sólo si Katniss cumple con sus funciones como sinsajo—Puntualizó Coin

—Y lo ha hecho bien hasta ahora—dijo Grace—Filmó el propo en la explosión del hospital del ocho y gracias a eso los distritos restantes se levantaron, ¿Qué más quiere que haga?

—Grace— le regañó Plutarch— Tratamos de buscar soluciones, no crearnos más problemas. Hay que sacarlos del capitolio pronto

—Tengo entendido que esta noche habrá otra transmisión—Añadió Beetee mirando como Haymitch entrelazaba sus dedos con los de Grace. Plutarch negó

—Sé lo que insinúas y no, no podemos traerlos esta noche. Es seguro que pondrán a Peeta a hablar sobre los movimientos y todo lo que ha pasado estos últimos días. Es casi imposible que podamos entrar y salir del capitolio enteros

—Entonces tendremos que esperar—dijo Haymitch—No hay nada que podamos hacer por ahora

Con un asentimiento, Coin dio por terminada la junta. Todos se pusieron de pie y Haymitch se adelantó a salir junto a Beetee para ayudarle a entregar el nuevo tridente que tenía para Finnick. La sala se fue vaciando hasta que sólo quedaron Grace y Gale. Ella se dio a la tarea de salir de ahí tan rápido como pudiera, pero Gale la cogió de la cintura impidiéndole escapar

—Suéltame—Ella se soltó de repente mirándole la cara a Gale. Una pequeña sonrisa melancólica surcó su cara—Creo que el morado te va bien

—Grace...

—No me molestes más, Gale. Se acabó

—Tengo que explicarte lo que sucedió ayer, Grace. Yo...

—No me importa, sé lo que vi, sé lo que escuché y nada de lo que digas me hará caer de nuevo en tus trampas. No soy un animal al que puedas cazar, Gale.

—Sólo escúchame, ¿quieres? —Grace negó, pero no hizo nada por escapar de su encierro— Fue ella quien me besó

Grace elevó el rostro, furiosa. Le pedía que lo escuchara, ¿Y esa era su excusa? Claro que sabía que Katniss lo había besado pero, ¿Eso no era lo que siempre había querido? ¿Qué Katniss lo besara tantas veces como le fueran posibles? ¿Qué era lo que había cambiado eso de un momento a otro?

— ¿Eso es lo único que dirás? ¿De esa manera te defenderás?

—No me has dejado terminar

—No necesito hacerlo para saber que eres el segundo mayor idiota en este distrito

Los ojos de Gale se aguaron

— ¿Quién es el primero?

—Yo— respondió Grace con la voz cortada— Yo soy la mayor idiota de este lugar por haberte amado, Gale

—Grace...

—Déjame en paz

Salió de la sala casi corriendo escuchando como Gale iba detrás de ella mientras gritaba su nombre, sin embargo, ella no se detuvo, siguió corriendo hasta que llegó a su habitación y se encerró en ella al mismo tiempo que Gale daba puñetazos contra la portezuela

—Grace, abre la puerta

—Lárgate, Gale—le dijo apoyándose contra la puerta. De verdad estaba tratando de ser fuerte, pero Gale hacía todo más difícil. Él le dio otro puñetazo al marco

— ¡Abre, Grace!

— ¡No!

—¡Hey! —El corazón de Grace se detuvo al oír la voz enfurecida de Haymitch del otro lado de la puerta. Pudo escuchar como Gale soltaba un gruñido— Déjala en paz de una vez, chico

—No te metas en esto, Haymitch. No te interesa

—Cualquier cosa que tenga que ver con mi pequeña Grace me importa, así que lárgate ahora si no quieres que te parta la cara

—Me gustaría ver que lo intentaras

Lo siguiente que escuchó Grace fueron golpes secos que volaban de un lado a otro; los quejidos de Gale y los de Haymitch se mezclaban en el aire sin tregua alguna. Grace abrió la puerta, encontrándose a Haymitch sobre Gale, moliéndole la cara a golpes

— ¡Haymitch!

Gale logró apartarlo golpeándole el estómago a Haymitch, éste le devolvió el favor y lo derribó con una patada seca en el pecho. Grace retuvo un grito

—Basta, basta ya— Grace jaló a Haymitch hasta encerrarse en la habitación con él dejando a Gale del otro lado aun en el suelo. Miró a Haymitch con los ojos llorosos y el rostro asustado— ¿Cómo se te ocurre, Haymitch?

—Él te estaba molestando, Grace— dijo con la respiración acelerada— Y ninguna persona que tenga el valor de hacer eso puede librarse de una paliza de mi parte

—Eres un imbécil

Y Grace comenzó a llorar

Haymitch no la juzgó, después de todo entendía la inestabilidad de Grace; tenía el corazón roto, lo único en lo que podía pensar era en la inmensa traición que había sufrido. Él mismo recordó la primera vez que su corazón se sintió igual de herido y en ese momento sólo quería encerrarse en su habitación y dejarse morir. Los golpes de Gale en la puerta se escucharon únicamente un par de veces antes de que desaparecieran al escuchar a Grace llorar. Haymitch siempre consideró a Grace como un ángel, y los ángeles no deben llorar de la manera en que ella lo hacía

Haymitch se sentó en la orilla de la cama e hizo que Grace se sentara en su regazo. No necesitó de escucharla decir algo, él sabía lo que estaba sintiendo y lo mucho que su pecho le gritaba de dolor. Hizo que su cara se escondiera en su pecho mientras él besaba repetidas veces la cima de su cabeza.

Sus besos pasaron de su cabeza a su frente y luego al puente de su nariz; sus labios cambiaron de rumbo hacia los ojos cerrados de Grace y los besó también llevándose las lágrimas con ellos. Su llanto era salado, pero hermoso, porque eran las lágrimas de un ángel. Luego, besó sus mejillas, su barbilla y mordisqueó el lóbulo de su oreja; Grace rio entre lágrimas y después, Haymitch se detuvo a centímetros de sus labios.

La miró.

Y recordó

Era un desgraciado

***

Esta parte se divide en dos, oks? :v