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[ Mini Historia ]♕8.3

"Uno no es ninguno"

Las cosas van bien. Es decir, lo bien que pueden ir luego de todo lo que ha pasado en estos últimos meses.

Haymitch y yo hemos tomado la decisión de confiar más el uno en el otro y dejar de lado cualquier otra pelea que pueda surgir a partir de ahí. Le he prometido dejar el tema de Effie aceptando que su amistad también es importante para él; Haymitch ha hecho lo mismo con respecto a Finnick, admitiendo su error, lo que nos ha dejado a ambos en buenos términos.

La última semana en el capitolio empieza sin problemas, los chicos han quedado libres de todo compromiso teniendo únicamente que ser visibles ante la gente por las calles de la ciudad. Peeta decide que es bueno para él y para Haymitch salir a correr por las mañanas e intentar pasar tiempo de hombres. No me quejo, porque cuando el lunes empieza, ya tengo mi itinerario listo

He pensado en el pequeño Adam ni bien despierto por la mañana, así, durante cada día que pasa, decidiéndome que lo mejor que puedo hacer luego de que los chicos salgan a correr es cruzar el bulevar y visitar al pequeño Adam. El nombre de Katniss es agregado a mi itinerario, forzándola a venir conmigo.

Ella se queja durante el camino, callándose solamente al ver la fachada del lugar al que la he traído pues el nombre del orfanato resplandece entre un gran cartel con letras doradas. Katniss como yo ha escuchado cosas sobre el diente de león, lo noto por la cara de susto que pone al ver que tengo intenciones de entrar. Tengo entendido que, siendo niños huérfanos del capitolio, se les ha dado la oportunidad de no ser sorteados en la cosecha como cualquier niño de la ciudad capital; sin embargo, cualquier niño que se mantenga en ese orfanato hasta cumplir los doce, es elegible para la cosecha simplemente porque personas abandonadas como ellas no tienen ningún futuro próspero. La cosa es que, para que esos niños sean salvados, deben ser adoptados por alguna persona del capitolio o de alguno de los distritos, cosa que resulta difícil porque nadie de otros lugares tiene permitido estar en el capitolio a no ser que se trate de algún vencedor de los juegos. De cualquier manera, pienso que las personas de este lugar son lo demasiado egocéntricas como para preocuparse por la suerte de estos infantes pues no repercute para nada en su vida.

Tomo a Katniss de la mano, arrastrándola hasta mi lado para entrar al hospicio. La mujer de la entrada nos reconoce de inmediato y nos permite el paso haciendo casi una reverencia. Le agradezco el gesto preguntando después por el pequeño Adam. No hace falta que la mujer me conteste porque el hombrecito corre desde el otro lado de la sala para chocar contra mis piernas y abrazarlas con fuerza. Siento una calidez en el pecho cuando me agacho para abrazarle y desordenarle el rubio cabello.

— ¡Viniste! ¡Viniste! —me dice, saltando. La señora que lo ha reprendido el otro día se le acerca con intenciones de regañarlo de nuevo. Yo la miro, retándola a que se atreva a tocarle un pelo

—Por supuesto. Y vendré tanto como pueda

— ¡Yey!

Adam se prende de mi cuello como un changuito haciéndome reír. Le presento a Katniss mirando como las paliduchas mejillas del niño se enrojecen luego de darle un pequeño apretón de manos a mi amiga. Ella le besa la frente y Adam se convierte en un tomate fresco.

Cuando el bochorno se le pasa un poco me toma de la mano jalándome para que lo acompañe un poco más adentro. Los niños comienzan a aproximarse a Katniss y logro verla cargando a una pequeña niña de no mas de tres años. Adam me hace sentarme en el piso frente a una mesa de madera tapizada de hojas blancas y crayones rotos

— ¡Mira! Podemos dibujar

—Me parece buena idea, cariño, ¿Qué quieres dibujar? —le pregunto, pasándole una hoja. Él toma el crayón rosa mientras que yo tomo el amarillo

— ¡A ti! —Me dice riendo— Te dibujaré a ti, Flora, ¿Si?

—De acuerdo

Por un segundo pienso que se dedicará a hacer un retrato mío, no es hasta que pasan un par de minutos que logro ver lo que ha dibujado. Adam me muestra su creación riendo y cubriéndose la boca con una mano

— Aquí, ¿Ves? Eres tu

—Esa es una flor, Adam

—Bueno, tu nombre es Flora—Encoge los hombros—Además, tu eres muy bonita. Justo como esta flor

Le acaricio la mejilla, aceptando su dibujo

—Es precioso, cielo, gracias

Él se levanta de su lugar para abrazarme una vez mas

—Gracias a ti por acordarte de mi



Nos quedan sólo un par de días para volver a casa, lo que me deja con un tiempo mínimo para seguir visitando a Adam. Lo he estado pensando durante días, convenciéndome de que mi corazón me pide a gritos llevar a Adam a casa conmigo, aunque tengo un problema mayor: no le he hablado a Haymitch sobre esto. Él sale cada mañana con Peeta, por lo que no sabe en qué cosas invierto mis mañanas. Katniss me acompaña al Dandelion sin falta, encariñándose de Adam como yo he hecho. Ambas estamos de acuerdo en querer tener a Adam con nosotros, el caso es convencer a Haymitch de hacerlo.

Ahora es de noche y estamos ya entre las cobijas. Haymitch se ha colocado unas gafas para poder leer el libro que se ha comprado esta tarde en las calles del capitolio; yo estoy a su lado mirando la puerta cerrada tratando de decidir la mejor manera de decírselo. Por fin me canso, suspirando para contarle mis planes

—Haymitch, ¿Podemos hablar?

—Dime, estoy escuchándote—responde sin despegar la vista de las páginas. Yo me quejo, quitándole el libro de las manos y lanzándolo al piso. Haymitch me mira con una ceja alzada cuando me siento a horcajadas sobre él

—Estaba leyendo eso

—Haymitch, debo hablarte de algo muy importante y necesito toda tu atención por unos minutos

—Está bien—responde, colocando sus manos sobre mi cintura—Dispara

—Bueno, tu... tu sabes que he estado saliendo con Katniss

—Si...—dice más como una pregunta

—Y ambas hemos estado visitando este lugar del que quedamos totalmente enamoradas

— ¿Cuál es ese lugar?

—El Orfanato Dandelion

Haymitch suspira

—Ya se hacia dónde va esto

—Descubrí a un niño asombroso ahí, Haymitch—Le hago saber con emoción—No sabes lo maravilloso que resulta el charlar con él. Es muy listo y precioso, Haymitch. Y yo de verdad quiero llevarlo con nosotros al doce

— ¿Adoptar? —pregunta incrédulo— ¿En verdad crees que estamos listos para eso? Es decir, acabamos de salir de una crisis

—No puedo dejarlo en ese lugar, Haymitch. Sabes las políticas del diente de león, si nadie lo adopta pondrán su nombre en la cosecha. Si nosotros lo acogemos tendría la inmunidad y jamás pondría un pie en los juegos, ¿No es eso lo que más nos preocupaba?

—No lo sé, mi amor

— ¡Por favor! —le suplico saltando un poco. Él gime bajo porque siente mi calor justo en su miembro—Mira—De la mesita de noche tomo el dibujo que me ha dado—Incluso me ha dibujado una flor

— ¿Eso que tiene que ver?

—Nada, nada en lo absoluto, pero se ha ganado mi corazón, Haymitch

—Vale, ya no sé si sentirme enternecido o celoso

— ¡Haymitch!

—No sé si sea lo mejor, Flora—Repite. Chasqueo la lengua—No te molestes, pero no creo que estemos capacitados para ser padres luego de todo lo que ha sucedido, ¿Me explico?

—Lo sé, pero créeme, si te das la oportunidad de conocer a Adam te aseguro que caerás por él como yo lo hice—Pido—Ven conmigo al orfanato mañana

—No puedo, mañana tengo que disponer algunas cosas para el viaje de regreso

—Pero Haymitch...

—Lo lamento, preciosa

—Bien, pero, ¿Qué dices de la adopción?

—Flora...

—Por favor, Haymitch, por favor...

Él parece razonarlo un poco e incluso cierra los ojos para que yo no pueda chantajearlo con mi mirada de cachorro abandonado en medio de la lluvia. Al final suspira, frotándose el rostro

—Voy a pensarlo

— ¡Bien! —Le beso la mejilla, satisfecha. Me bajo de su regazo tomando mi antiguo lugar—Piensa rápido, sólo nos quedan dos días

Haymitch gruñe

—No me presiones—dice, antes de apagar la luz



A la mañana siguiente salgo hacia el orfanato mas temprano que antes. Haymitch sabe hacia dónde me dirijo, mandándome una mirada de advertencia pidiéndome que no me anticipe a la decisión que él debe tomar. Así que, por ahora, debo comunicarle a Adam que no volveré hasta que la decisión haya sido tomada.

Adam me jala hasta el cuartillo de juegos ni bien me mira en la entrada. Él está feliz contándome las travesuras que hace junto a su amigo Sam mientras armamos un rompecabezas. Intento embonar una pieza con la otra, pero mi angustia por saber la decisión de mi esposo no me permite concentrarme. Adam se da cuenta, preguntando que ocurre

—Adam, cariño, es muy posible que esta sea la última vez que venga a visitarte

Sus lindos ojos se empañan

— ¿Qué? ¿Por qué?

—Debo volver a mi distrito

— ¿De verdad? ¿No puedes quedarte aquí para siempre?

—No, cielo, lo lamento. Tengo que volver

—Entonces llévame contigo

—No es tan fácil, Adam

—No quiero que me dejes—Llora, corriendo a abrazarme— ¡No quiero!

—Adam...

— ¡Llévame contigo! —Suplica—¡Prometo ser un niño bueno!

—No es eso, cariño. Es sólo que... esta decisión no es mía únicamente. Tengo un esposo, ¿Sabes?

— ¿Y él no me quiere?

—No te conoce, pequeño

Adam asiente, restregándose los ojos con sus manos. Le doy un abrazo más antes de dar por terminada mi visita de ese día



Llego a la mansión por la tarde luego de dar un paseo sola por la plaza. Aun me duele el pecho al recordar la mirada de tristeza de Adam al decirle que no volvería al hospicio, al menos no hasta saber la opinión de Haymitch. No tengo muchas ganas de comer con los demás, por lo que saludo tímidamente antes de subir a mi habitación

La puerta es golpeada minutos después y la cabeza de Haymitch se asoma por el umbral

—Hey, ¿Estás bien? —Me pregunta al ver que me he dejado caer desganada sobre la cama

—Sí, es sólo que he tenido un mal día

—Bueno, es una pena porque para mí ha sido muy bueno

— ¿De qué hablas? ¿Qué traes ahí? —pregunto, dándome cuanta que esconde una caja de regalo en su espalda

—Es una sorpresa. Cierra los ojos ¡No vale espiar!

Lo hago e inmediatamente después siento su peso caer a mi lado en la cama. Dirige mis manos hacia la caja de regalo para ponerlas justo en la tapa

—Muy bien, puedes abrirlos ahora

Él abre la caja conforme abro los ojos dejando frente a mí un montón de papeles desconocidos. Frunzo el ceño sin entender de qué se trata

— ¿Qué es esto, Haymitch?

—Durante la noche pensé mucho sobre lo que hablamos y llegué a la conclusión de que... bueno, tener una personita más en la familia es lo que nos falta para ser plenamente felices. Así que dejé los pendientes del viaje en manos de Effie y fui a hablar con Snow y conseguir la tutela de ese pequeño del que hablas

—Haymitch... esto... ¿esto es real? —pregunto, mirando la firma del presidente que avala la adopción

—Absolutamente. De hecho no está condicionado qué niño adoptar, así que puedes tomar todo el maldito orfanato si lo deseas

— ¡Esto es increíble! —Salto sobre él, llenando su cara de besos— Gracias, Haymitch

—Te vi tan ilusionada que no pude negarme—Admite en un suspiro—Eres como un cachorro bajo la lluvia

—Lo sé, ¿verdad?

—Vayamos a conocer a ese hombrecito, pues




A la mañana siguiente entro al diente de león acompañada de Haymitch quien mira por todos lados tratando de mirar a Adam, lo que es difícil pues él aun no lo conoce. En mi mano llevo el documento de adopción que le entrego a la encargada para que anote el nombre de Adam en una de las líneas disponibles. Yo avanzo, siendo atacada por un fuerte abrazo en las piernas

Es Adam

— ¡Volviste! —Me dice. Haymitch lo mira

—Lo hice

—Creí que no lo harías, que no te volvería a ver

—Bueno, hoy he venido por un motivo bastante especial

— ¿Qué es? —Sus ojos brillan descomunalmente— ¡Dime! ¡Dime!

—Algo maravilloso ha pasado y vendrás a casa con nosotros

Adam abre la boca sorprendido y luego comienza a reír y a saltar sin control. Le abrazo porque me siento igual de emocionada que él. Haymitch pone una mano sobre mi hombro, acaparando la atención de Adam. Se agacha a su altura y el niño lo mira

—Hola, pequeño

—Hola—contesta, embelesado— ¿Tu eres mi nuevo papá?

Haymitch se traga las lágrimas

—Lo soy

—Es bueno conocerte al fin, papi

Adam lo abraza y sé que no hay nada más adorable que esto. De pronto se separa, cubriéndose la boca con ambas manos

— ¿Podemos llevar también a mi amigo Sam?

—Eh...

—No lo sé, cielo

—Es que no quiero dejarlo sólo aquí

— ¿Dónde está él?

Adam lo llama y me sorprende ver a un niño con rulos y pelirrojo de al menos tres años caminando aun con torpeza. Haymitch me mira, atónito

— Podemos llevarlo, ¿Verdad? Mamá, papá

Haymitch suspira

—Claro, seguro, campeón

— ¡Bien! Eso quiere decir que también podemos llevar a su hermanita

— ¿Hermanita? —pregunta Haymitch alarmado. Adam ríe

— ¡Si!

— ¿Dónde está ella?

—Por allá, en los cuneros

Miro a Haymitch mordiéndome el labio porque sé que ahora saldremos de aquí con tres niños. Él abre los ojos excesivamente, espantado

—Yo... claro, ¿Por qué no? —La mujer encargada camina hacia los cuneros dejándonos solos pues los niños la siguen emocionados. Haymitch me susurra: — Sabes que lo de adoptar a todo el orfanato era un decir, ¿verdad?

Yo rio por su cara de susto

***
He decidido darles un capítulo extra e.e
Así que el próximo cap será el final :3

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