Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

[ Mini Historia ] ♕7

"Él nunca será mío"

Me siento mareada cuando el tren comienza a moverse de nuevo.

Han pasado un par de horas y Haymitch sigue aporreando la puerta pidiendo a gritos que lo deje pasar. Incluso logro escuchar la voz de Peeta pidiéndole una explicación a Haymitch de lo que ha pasado.

Me arrastro hacia la cama como si me hubiesen asestado una bala en el pecho y trato de arrastrarme por ayuda. Los gritos de Haymitch me lastiman, me sofocan a tal punto de querer huir de ahí sin importar si el tren esta en movimiento o no.

Serpenteo hasta las sábanas de mi cama logrando palpar un pequeño frasco que se esconde entre los pliegues de la cama. Lo tomo, dándome cuenta que se trata del tratamiento que suelo tomar para poder concebir; aprieto el frasco con fuerza y suelto un grito de impotencia, de rabia, porque no ha servido para nada.

Pienso en Finnick, decidiendo que lo mejor que puedo hacer ahora es dejar de preocuparme por algo que seguro no va a pasar nunca. De esta manera me pongo de pie, camino hacia el baño y dejo caer todas las píldoras al retrete que comienzan a dar vueltas entre el agua cuando soy lo suficientemente valiente para jalar la cadena.

Cuando regreso a la habitación, la voz de Haymitch es acompañada por la de Katniss que me pide encarecidamente que la deje pasar y quedarse conmigo, pero estoy tan desmoralizada que lo que menos quiero ahora es poder contagiar a los demás con mi nebulosa oscura. Me dejo caer de nuevo sobre la cama, esta vez cogiendo una de las tantas almohadas y abrazarlas contra mi pecho haciendo con las demás un fuerte a mi alrededor.

Mirando el reloj a mi lado, noto que son las primeras horas de la madrugada y que he estado llorando durante mucho tiempo. Los gritos de Haymitch han cesado, pero no así sus fuertes sollozos.

Durante varios minutos pienso que sería buena idea escribirle a mi padre como le he prometido, sin embargo, la idea se desvanece tan pronto como llegó luego de razonar que no sería lo mejor. Tengo más cosas malas que buenas por contar y sé que no vale la pena hacer que mi padre se preocupe por esto y tampoco quiero ser presa de los te lo dije de mi madre.

Uso mi lado derecho como soporte y siento una de mis lágrimas resbalar por el rabillo de mi ojo antes de ser limpiada bruscamente por mi brazo. No quiero llorar más, pero parece que mis lágrimas intentan salir desesperadas una tras otra. Contengo los sollozos para que Haymitch y todos los que estén detrás de esa puerta no logren escucharme, aunque sé que es casi imposible.

Mi mente viaja a las distintas posibilidades de arreglar los horrores que han tomado lugar en este viaje, y lo único en lo que puedo pensar es en tener que separarme definitivamente de Haymitch. La sola sensación de verlo perdido me duele, porque por desgracia necesito a Haymitch a mi lado a pesar de todo, porque lo amo como quisiera nunca haberlo hecho. Mi pecho arde, quema, se retuerce... no puedo hacer nada para remediar este dolor que está matándome de a poco

—Flora... por favor—Su voz suplicante no hace más que deprimirme porque nunca lo he escuchado así de roto y llorando como un bebé. Me hago bolita en la cama, cubriéndome con las sábanas y acercando las almohadas a mi cuerpo. Lo amo. Amo a Haymitch, pero me ha lastimado de la peor forma posible.

Intento calmar mis sollozos, pero estos parecen salir desde el centro de mi pecho y vibrar en mi garganta sin que yo pueda contenerlos; me cubro hasta la coronilla con las cobijas y me aferro a mi almohada, ahogando mis berridos.

Pienso en Effie

Si esto es lo que quería, si lo que anhelaba era lastimarme de la peor manera posible, entonces lo ha conseguido exitosamente

—Florecita, te lo suplico—dice Haymitch tocando lentamente la puerta—Déjame entrar. Lo lamento

— ¡Vete! —grito, con la voz desgarrada. Lo imagino sacudiendo la cabeza de un lado al otro—No quiero... no quiero verte más

—No me iré de aquí hasta que me abras—declara, dándole un último golpe a la puerta— ¡Aquí me quedaré hasta que me perdones! ¿Me escuchaste? ¡Te amo, Flora! No estoy dispuesto a perderte. Perdóname, mi amor, te lo imploro

Estoy tentada a abrirle, no obstante, mi cerebro me lo impide determinantemente. Puede quedarse frente a la puerta toda la noche, días e incluso semanas, porque no le abriré.



No tengo la valentía suficiente para salir y dar la cara a los distritos faltantes. Al llegar al tres le digo a Cinna a través de la puerta que justifique mi ausencia ante todos diciendo que estoy enferma y por ende no puedo dejar el tren hasta llegar al doce.

Haymitch se mantiene firme a sus palabras y no se mueve de su lugar contra la puerta desde hace dos días. No se ha duchado e intenta pasar a tirones a mi habitación cuando los Avox me traen la comida hasta aquí, tampoco he hablado con Katniss o con Peeta pues no quiero preocuparlos el resto de la gira

Hoy deben presentarse ante el alcalde del distrito tres y Cinna ha obligado a Haymitch a separarse de la puerta, tomar un baño y ponerse presentable para las cámaras. Escucho como entran en una acalorada discusión hasta que Cinna logra convencerlo llevándoselo del pasillo no sin antes prometerme a gritos que volverá.

Y así lo hace

Vuelve más pronto de lo esperado pues deja a los chicos varados a media fiesta por volver a sentarse frente a la puerta. No deja de pedirme perdón a todas horas haciéndome perder los estribos.

No quiero perdonarlo

Al menos no por ahora



Cuando llegamos al distrito uno, Peeta le ha prohibido determinantemente a Haymitch seguir agazapado frente a mi puerta. Por supuesto que él se ha negado, pero Peeta le ha amenazado con acusarlo con Katniss sino hacía caso a sus peticiones. Haymitch por fin accede de mala gana, alegando lo mucho que odia al panadero, aunque todos sabemos que lo dice sólo porque lo ha tratado como un crío berrinchudo.

Peeta por fin entra a mi alcoba, llevando entre sus brazos un largo vestido rojo mientras que él va vestido con un elegante traje negro, propiamente peinado y perfumado. Sé que acaba de llegar de la fiesta que han dado en casa del alcalde. Es de noche y yo me he preparado para irme a dormir.

Él me mira mal pues sé que luzco un tanto desmejorada. Mi cabello es un caos mientras que mis uñas se han vuelto un total asco. Sé que Cinna se infartaría al verme así, por lo que es a la segunda persona que más le prohíbo estar aquí. Peeta acomoda el vestido sobre mi cama, mirándome con una ceja alzada antes de sentarse a mi lado

— ¿Qué es eso?

—Un vestido—me dice, obvio—Lo necesitarás para nuestra siguiente gala

—Peeta...

—El capitolio es nuestra próxima y última parada, Flora. Katniss dice que debes asistir porque se rehúsa a pisar la ciudad capital si tu no estas presente y yo estoy de acuerdo con ella

La mirada tan seria de Peeta me asusta porque nunca lo he visto de este modo, tan propio y correcto. Sacudo la cabeza, negándome a su petición. Él me coge la mano, suavizando su mirada

—Flora, llevas semanas encerrada. Tarde o temprano tendrás que salir

—No puedo, Peeta

—Haymitch nos contó a Katniss y a mí lo que sucedió—añade con seriedad—Y sé que fue realmente malo, pero estaba borracho, no sabía lo que decía

—No, él sabía muy bien lo que estaba diciéndome

—Flora...

—El alcohol sólo le dio la valentía para atreverse a decir lo que siempre quiso, Peeta

—Estaba celoso de Finnick Odair—Trata de hacerme entrar en razón—Vamos, Flora, sabes que de por sí Haymitch ya es un imbécil, ahora imagínatelo celoso y borracho

El comentario de Peeta me arranca una risa haciéndolo sonreír

—No lo sé, Peeta

—Piénsalo, ¿Si? Él de verdad te ama con todo su corazón y ha llorado como un bebé por ti. Si lo vieras, Flora, sabrías que no estoy mintiéndote. No se ha duchado en días, ya hasta me da asquito

—Peeta—Me río y él asiente

—De verdad. Además, Katniss ya se ha cobrado todo lo que Haymitch te dijo

—Oh, Dios, ¿Qué le hizo?

—Bueno, digamos que algunas zonas sensibles del cuerpo del hombre fueron severamente pateadas por el poderoso pie de mi amada Katniss

No puedo contener la risa que sale de mí y tampoco Peeta. Mi estómago duele de tanto reírme y sé que tengo que parar antes de orinarme encima. La cara del panadero enrojece por la risa y se detiene antes de que le suceda alguna tragedia. Me besa la frente de improviso, arrebatándome una sonrisa

—Te ves más hermosa cuando ríes—susurra—Tus bonitos ojos están para que lloren por ellos y no al revés, Flora.

—Gracias, Pet Pet—le digo, haciéndole sonreír— Sabes que te quiero, ¿Verdad?

—Claro que lo sé, ¿Quién no podría quererme? O sea, hello

Vuelvo a reírme, esta vez haciendo que mis lágrimas salgan. Él se levanta, besando de nuevo mi frente y caminando hacia la puerta

—Mañana vendré temprano y traeré a Cinna conmigo para que te ayude a estar lista a tiempo y no acepto reclamos

Ruedo los ojos por su faceta casi militar. Él me saca la lengua mientras abre la puerta

—Buenas noches, fea

—Igual para ti, panadero

Cierra la puerta y yo me acomodo entre las almohadas para intentar dormir un poco. Decido dejar el vestido donde está porque no tengo ánimos para levantarme y colgarlo en el pequeño closet de la habitación. La puerta es golpeada minutos después y pienso que algo pudo habérsele olvidado a Peeta

—Adelante—le digo, lista para burlarme de su olvido. Mi sonrisa cae cuando una peluca naranja acapara mi vista y Effie Trinket entra de lleno a mi alcoba. Me siento de golpe, notando la manera en la que se queda parada frente a mi cama, mirándome con nerviosismo— ¿Qué haces tú aquí?

—Vine a hablar contigo, Flora—Apunta hacia la cama— ¿Puedo?

—No, no puedes

Ella asiente y baja la mirada hasta el piso mientras sus manos comienzan a jugar entre ellas

—Escucha, sobre todo lo que ha pasado...

—No necesito de tu doble cara ahora, ¿Está bien? Ya tienes lo que querías

—Yo no quería que sucediera una tragedia como la de tu pequeño bebé—lloriquea y toma asiento a pesar de que yo se lo he negado. Toma mis manos y yo las aparto de un tirón—De verdad, yo no sabía que tú estabas...—No se atreve a decir la palabra, sino que pasa saliva en un intento de tragarse también la bilis que sé que está derramando—Jamás pretendí lastimarte, Flora

— ¿Entonces porque me dijiste todo eso? ¿Por qué el ensañarte así conmigo?

—Estaba celosa de ti—responde, con los ojos cerrados—Porque tú puedes tener a Haymitch y yo no. He... he esperado por tantos años a que me haga un poco de caso que el hecho de verte a su lado me puso como loca, Flora.

—Pero tu dijiste que...

—Mentí. Haymitch jamás me ha visto como algo más que una amiga—Acepta, avergonzada—Y sé que eso nunca va a cambiar porque él está profundamente enamorado de ti. Lo corroboré el otro día, cuando desapareciste con Finnick y se puso como un loco

Me quedo callada, procesando todo lo que está diciéndome

—Traté de tranquilizarlo, de verdad que sí, pero Haymitch creyó que te había perdido por las tantas peleas que tuvieron y el verte con Finnick sólo hizo que se pusiera peor

—Tenías razón—le corto, ignorando lo que acaba de relatarme—Soy una niña

Siento mis ojos cristalizarse y la figura de Effie se distorsiona por un momento. Ella está llorando por la culpa que le causa el estar diciéndome todo esto

—Soy una chiquilla que no ha sabido como llevar las riendas de su vida y ha tomado malas decisiones

—Tu matrimonio no es una mala decisión, ¿Cómo podría ser una mala opción el casarse con el hombre que amas? No, Flora, todo esto tiene que ver conmigo y lo siento. No puedo quedarme de brazos cruzados viendo como Haymitch sufre por mi culpa

—Ya no hay nada que puedas hacer para remediarlo, Effie

—Habla con Haymitch, Flora. Él te necesita—Me pide, llorando—Él jamás ha amado tanto a alguien como te ama a ti

— ¿Y todas esas chiquillas que pasaron por su cama...?

— ¡Olvídate de todo lo que dije! —Espeta, desesperada—Lo hice porque estaba molesta, no importa todo lo que te haya dicho en ese entonces. No sé de qué otra manera hacerte ver que lo siento y que no era mi intención lastimarte, mucho menos a ese pobre bebé...

Me encojo de hombros, porque sé que ha sido mucho castigo para la mujer. Verla tan destruida, temblando y con el maquillaje corrido me hace saber que en verdad está arrepentida y que no ha sido del todo su culpa. Asiento, sin atreverme a mirarla

—Está bien. Ahora que lo pienso mejor, creo que sólo era cuestión de tiempo para que eso pasara. Las heridas que me quedaron de los juegos no han sanado y el tratamiento no sirvió para nada

—Oh, Flora...—Se lamenta—Pero... bueno... Haymitch y tu pueden seguir intentando

—No, ya no más—le digo—Aquella fue nuestra última oportunidad

La mujer del capitolio parece hecha de vidrio, porque no tarde en romperse y llorar amargamente sobre mis piernas

— ¡Lo lamento! ¡Lo lamento tanto, Flora! Me siento tan mal por haberte causado esta pena— Tengo intención de decirle algo que la reconforte, pero no puedo. —Por favor, Flora, habla con él

—Lo que me dijo Haymitch...

—No sé qué es lo que te haya dicho, pero no importa—añade—Se tienen el uno al otro y eso es todo lo que debería preocuparles. Yo... jamás debí meterme en su relación porque no importa lo que haga, Haymitch nunca será mío

Y mi corazón no puede refutar lo que ha dicho

***

Ay, pobre Haymitch, me da penita :'v

Falta un capitulo para que termine y después subiré un par de capítulos del de Finnick y continuaré con la mini historia de Peeta

También haré algunos OS que me han pedido y pues nada, eso xd

Por cierto, ¿como están viviendo el frío? :''v Me refiero a México, porque en otras partes del mundo no sé como esté xd, pero aquí en México (Ags) Está como congelador ;-;

Aiuda

xoxo ladies

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro