"¡Detente!"

Cuando el primer mes y medio pasa, apenas hemos recorrido hasta el distrito cinco.

Este viaje ha sido una total pesadilla; no sólo por las decenas de fiestas a las que debemos asistir, sino porque la convivencia con Effie se ha hecho insufrible. Las peleas son nuestro pan de cada día y yo ya estoy harta. Ella está revoloteando siempre al lado de Haymitch, excusándose diciendo que debe estar cerca de él gracias a que ambos saben mas de estas giras que yo. No puedo refutarlo, pero parece que ella disfruta verme rechinar los dientes cada que ella se abraza al torso de Haymitch mientras hablan con los chicos de los discursos que deben dar en cada distrito.

He decidido hacer oídos sordos a todo lo que Effie dice, no quiero amargarme el resto del viaje y nada ni nadie podrá borrar la sonrisa que llevo en mi rostro.

Es de noche y Katniss y yo nos hemos escapado de la casa del alcalde del cinco para dar una vuelta por el enorme jardín. La fiesta en la mansión nos abruma y el alcalde nos ha dado permiso para salir a tomar aire fresco. Katniss se prende a mi brazo conforme avanzamos por la bella noche; un aroma florar inunda el lugar mientras que el aire golpea deliciosamente nuestro rostro. Nos hemos quitado los zapatos altos y esta vez nos sentimos más cómodas pues Cinna nos ha concedido el usar un par de vestidos más apropiados y que no enseñan demasiado al frente.

Katniss lleva un muy bonito vestido azul mientras que el mío es vino. El pasto se entierra en nuestros pies haciéndonos reír por la sensación. Katniss me lleva caminando en círculos por el lugar sólo disfrutando de nuestra compañía

—Este lugar es hermoso—dice. Yo asiento

—Sin duda lo es

—Podría quedarme aquí toda la noche

—Podrías si no tuviéramos que volver al tren para partir al cuatro

Katniss bufa, meneando la cabeza tantas veces como le es posible

—Odio tener que seguir con esto, ¿No podemos sólo tener un discurso en el capitolio y que lo transmitan en todos los distritos?

—Esa es una buena idea—Aceptó—Pero no, no es posible. Aunque ve el lado bueno

— ¿Qué lado bueno?

—Al menos ya falta poco para que termine. Sólo quedan cuatro distritos y el capitolio, después de eso podremos volver a casa y desaparecer de la vista hasta los próximos juegos

—Para ver a los chicos de nuestro distrito morir, ya, seguro

Katniss nunca quiso esto y yo lo entiendo. Postularse a cambio de su hermana no era algo que estuviera en sus planes, pero el amor por la pequeña Prim cambió todo lo que tenía pensado. Sé que ella sigue preocupada no sólo por Prim, sino también por su madre y lo que pasará de ahora en adelante en su familia.

La peor parte de ser mentor es el ver morir a tus pupilos y el saber que no puedes hacer nada más por ellos. El doce solía tener pocos vencedores hasta ahora, por lo que las expectativas de todo el país han crecido respecto al distrito, por lo que el estrés incrementa y los ataques de ansiedad se multiplican.

Katniss parece sumida en malos pensamientos; quizá esté recordando lo que ha vivido en sus juegos y las pesadillas que ese suceso le ha dejado y que no podrá borrar nunca. Sé lo que se siente y no quiero que ella se amargue la vida por algo que no podrá cambiar por más que lo intente. Recuerdo el gran descubrimiento que he hecho esta mañana y le sonrío

—Lo he estado pensando mucho—comienzo—sobre lo que dijiste de contratar a la mamá de tu amigo Gale para que me ayude con las labores de la casa—Katniss asiente, mirándome—Creo que ahora necesitaré de sus servicios

Sus cejas se levantan por mi repentino cambio de tema. Ella frunce el ceño

— ¿De verdad? Pero me dijiste que no la contratarías hasta que...

Ella cae en sus propias palabras y las analiza. Levanto una ceja, intentando encaminarla hacia la respuesta que busca. Sus ojos brillan y por alguna razón comienza a boquear como un pez fuera del agua. Su mirada pasa de mi rostro iluminado a mi vientre repetidas veces. Comienzo a reír cuando Katniss toma mis manos entre las suyas y comienza a saltar de la misma manera en que lo haría una niña de cinco años

— ¿Acaso estás...?

—Embarazada, si

Ella grita, emocionada. Sus brazos me rodean con tanta fuerza que se me dificulta respirar con normalidad. Me suelta, sin poder creerse la noticia todavía

—Júralo

—Lo juro

—Pero, ¿Cómo? ¿Cuando? —Frunzo el ceño

— ¿De verdad ocupas saber cómo?

—Oh, no—dice, riendo— Mejor dime, ¿Cuándo pasó? ¿Cuánto tienes? ¿Haymitch lo sabe?

—Ha sido la última vez que lo intentamos. Tengo algunas semanas, casi un mes. Y no, aun no lo sabe—respondo a cada pregunta. Katniss chilla de emoción

— ¡Se pondrá como un loco, Flora! ¿Sabes lo emocionado que estará? ¡Y Peeta! Se va a morir

—Estoy segura que Peeta se desmayará

—Pero por supuesto que si ¡No me lo creo!

Sigue gritando hasta que un par de Avox salen al jardín y nos hacen una seña para saber si todo está en orden. Katniss dice que sí y agrega: '¡Un bebé!'. Ellos se retiran y sé que no dirán nada porque bueno, no pueden hacerlo

Intento calmar a Katniss tomándola por los hombros y haciendo que me mire. Echo un vistazo hacia atrás, esperando que nadie nos esté escuchando

—Vale, cálmate. Aun no quiero decirles nada

— ¿Por qué?

—Quiero encontrar la forma adecuada de hacerlo—Katniss me sonríe y mi pecho siente una calidez inmensa. Suspiro—Sé que esta vez todo saldrá bien, Katniss. Sabía que ese tratamiento serviría de algo

Vuelve a abrazarme y juro que he podido ver un par de lágrimas salir de sus ojos por el enternecimiento que le causa la noticia. Acaricio su espalda queriendo apaciguar su ansiedad. Katniss se ríe, limpiándose las lagrimas

—Perdóname, me he emocionado

—Está bien, Katniss

—Es que... voy a ser tía

Yo sonrío, mordiéndome el labio para no sollozar

—Lo serás—le prometo, tomando su mano para volver a la casa

Estoy orgullosa de Haymitch pues ha podido mantenerse sobrio durante el tiempo que ha durado este viaje. En la fiesta se mantuvo lejos de las bebidas alcohólicas y sólo bebió de la limonada que los Avox le ofrecían. Sé que le ha costado trabajo, pero se mantiene firme a la promesa que me ha hecho antes de subir al expreso.

Es entrada la noche y nosotros volvemos al tren luego de despedirnos de toda la familia del alcalde. Nos ha hecho prometerle volver pronto y quedarnos a admirar las plantas eléctricas de su distrito que proveen de energía a todo el país. Nosotros le hacemos ver que así será, aunque todos cruzamos los dedos en la espalda.

Peeta y Katniss se van de inmediato a su habitación y Haymitch se adelanta a la nuestra para darse una ducha antes de dormir; Cinna se encierra en su vagón de vestuario y es en ese momento en que me doy cuenta que me he quedado sola junto a Effie

Ella me mira, haciéndome sentir como si sus ojos claros fuesen dagas que se clavan en mi cuello; me prendo de un vaso con agua del comedor, tratando de evadir su atención a pesar de que eso no sucede. No sé qué decir y no sé si sea conveniente hacer un comentario; después de todo, no hay nada amigable que pueda salir de nuestras bocas mientras Haymitch no esté presente.

Dejo el vaso en la mesita, dispuesta a salir de ahí cuanto antes. Mis acciones se ven interrumpidas cuando la mano de Effie se cierra en mi brazo con mas fuerza de la necesaria y sus largas uñas comienzan a enterrarse en mi piel. Me zafo, haciendo que su mano caiga a su costado. Luego me sonríe a pesar de que la tensión en sus comisuras es mas que notoria

—No respondiste a las preguntas que te hice antes, Flora—Me dice, aun con la sonrisa de bufón en su rostro

—SI lo hice. Te dije que te consiguieras un esposo para que dejaras de resbalártele al mío

Noto lo mal que le ha caído mi comentario, pero no me importa. Me muestra los dientes en una sonrisa todavía mas amplia

—Yo no estoy coqueteándole a Haymitch—Me río, por lo absurdo que eso me resulta

—Ya, seguro, entonces debo de estar viendo cosas donde no las hay

—Oh, por favor, cariño—me dice—Si yo quisiera tener a Haymitch, lo haría sólo con un chasquido. Conseguir su atención no es un problema para mi

Cruzo los brazos sobre mi pecho queriendo sentirme mas confiada a pesar de que sus palabras me han descolocado un poco. Sabe que me he cabreado pues sus gestos burlones se hacen evidentes

—Estás loca, Effie

— ¿Lo estoy? —pregunta— ¿O es que tú no te sientes lo suficientemente confiada como para responderme con algo mejor?

—Sé lo que estás tratando de hacer—digo—Queriendo estar siempre con Haymitch y tocándolo todo el tiempo. Tienes que detenerte ahora porque él es mi esposo

— ¿Y que si no quiero, huh? —Me reta, acercando su rostro al mío— ¿Qué si no me apetece alejarme? Quizá lo que quiero ahora es tener a Haymitch conmigo y... no sé, divertirnos un rato

Cierro los ojos con la intención de calmarme antes de tirarme encima de ella. Recuerdo que no debo hacerlo por mí y mi bebé, pero Effie es tan desesperante que me hace querer estrellarla contra la pared una y mil veces hasta cansarme. Ella se ríe, acomodándose el vestido

—Aléjate de mi esposo, Effie, te lo advierto

—No me das miedo, Flora—Me mira de arriba abajo, casi con asco— Eres una niña, alguien como tú no podría lastimarme ni un pelo

Doy un paso hacia adelante queriendo salir de ahí, sin embargo me detiene, cogiéndome del brazo con más fuerza que antes. Me quejo, tironeando mi brazo para que me suelte

— ¡Déjame!

—Eres una chiquilla, Flora. Una chiquilla tonta de la que Haymitch pronto se cansará, ¿Qué tienes para ofrecerle, ¿eh? ¿Qué tienes tu que valga la pena cuando ni siquiera tus padres aprueban tu matrimonio?

—Suéltame

— ¡Dime! —me grita en la cara— ¿De verdad crees que Haymitch te ama como dice hacerlo? Si supieras todas las veces que unas niñatas como tu pasaron por su cama y desaparecieron al día siguiente sabrías que eso mismo harás tú tarde que temprano

— ¡Suéltame ya!

— ¡Su matrimonio no vale nada! — dice, comenzando a zarandearme— Y cuando yo quiera... cuando yo quiera, Flora, puedo terminar con él más rápido de lo que podrías parpadear

— ¡BASTA!

Effie suelta mi brazo con un empujón y sin saber cómo, comienzo a trastabillar hacia atrás. Mi pie se dobla y por un segundo noto como Effie intenta detenerme, pero es demasiado tarde cuando mi espalda cruje contra el piso y un dolor punzante me oprime el vientre. Mis lágrimas no tardan en salir por el susto, el terror que me provoca saber que puedo estar a punto de perder al bebé una vez más.

El dolor es tan agudo que me provoca gritar hasta desgarrarme la garganta. Effie se agacha a mi lado, con la cara pálida del susto

—Flora, ¿Estás bien? ¡Lo lamento! Yo no...

— ¡Haymitch!

Mi grito horrorizado la detiene y es ahí el momento en que se da cuenta que he comenzado a sangrar. Conozco esa sensación, ese dolor y la manera en la que mi vientre se retuerce con fuerza. Estoy perdiéndolo

Quiero llorar

Quiero gritar

Quiero morirme

Mis ojos se sienten pesados y sé que estoy a punto de desmayarme. La voz de Effie se siente lejana y logro distinguir los zapatos de Haymitch del otro lado del corredor. Siento un último dolor en la barriga antes de cerrar los ojos y pedirle a Dios que no me castigue de esta manera

***

Sólo faltan un par de capítulos para que esta historia termine

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No me maten ಠ_ಠ