[ Mini Historia ] ♞2
"Frenemies"
—Hey, Everdeen, ¿Qué haces aquí?
—Quise venir a pensar un poco
—Tienes tu habitación para eso
—Ahí están mi madre y Prim, no podría
Grace se sentó a su lado, la había encontrado en un pasillo desolado tirada contra la pared y con el cabello cubriéndole el rostro. Pudo lograr hablar con Haymitch exitosamente y esta era la primera parte de su plan a pesar de que a Grace no le encantaba la idea de tener que pasar más tiempo con Katniss.
—Claro, te entiendo—Se quedó en silencio mirando como Katniss jugaba con aquella perla que Peeta le dio en el vasallaje—Escucha, sobre lo que dijo Plutarch...
—No voy a hacerlo
—Pero fuiste tú quien inició esto
—No lo tenía pensado así
—Sin embargo pasó y tienes que hacerte cargo de ello
Los ojos de Katniss bajaron hacia la pequeña perla y segundos después comenzó a llorar. El pecho de Grace se infló con un sentimiento que hasta ese entonces no había sentido por nadie. Lástima era la palabra para definir lo que Grace Evans sentía por Katniss Everdeen. Y no le gustaba
—Tuvieron que haber salvado a Peeta. Ellos lo dejaron en la arena para morir
—Katniss...
— ¡Peeta tenía que haber sobrevivido!
—Esta rebelión es para todos— Le calmó Grace—De esta manera puedes salvar a Peeta también, ¿De acuerdo? Los distritos se están levantando; necesitamos esto
— ¿Los distritos? ¿Todos ellos?
—No, sólo ocho. Algunos aún siguen bajo el poder del capitolio, ya sabes. Plutarch sólo quiere grabar un par de propos, hacerle publicidad a la imagen del sinsajo para que los distritos faltantes se unan también. Pero necesitamos que aceptes hacerlo
—No confío en ellos
—Entonces hazlo por ti—Grace elevó una ceja
— ¿De qué hablas?
— ¿Hay algo que desees pedir? — le preguntó. Katniss asintió—Entonces pídelo. Estoy segura que te darán cualquier cosa que quieras a cambio
Katniss la miró, insegura. Si algo le había quedado claro desde hace ya bastante tiempo, era que ellas dos estaban muy lejos de ser amigas; si, quizá sus madres fueron confidentes en su época como sanadoras, pero ellas dos eran polos opuestos que eran atraídas por un mismo Gale. Ella sabía que su mejor amigo estaba en una relación con Grace y lo que menos quería era meterse en ella
— ¿Por qué estás haciendo esto? Ni siquiera somos amigas
—No, no lo somos— Grace se puso de pie, mirando a Katniss con un poco de reproche—Pero si tú no aceptas esto no podré vengar la muerte de mis padres. Ellos murieron cuando bombardearon el doce al igual que miles de personas más mientras tu lanzabas esa flecha al campo de fuerza. Si tú no haces esto, nuestro distrito quedará ultrajado y yo no quiero eso
Grace la dejó sola en el pasillo tomando dirección hacia su habitación. Hablar con Katniss había ido más difícil de lo que ella pudo haberse imaginado. Estaba a punto de llegar a su alcoba cuando Plutarch la interceptó tomándola por el brazo y llevándola a la cabina de control
— ¿Has hablado con ella? ¿La convenciste?
—Ella no va a hacerlo, Plutarch. Es mejor que te consigas a otro pajarito porque este no va a cantar
—Grace...
—Lo intenté, ¿Vale? Incluso hice que pensara en algo que quiere y que ustedes le pueden dar, pero fue inútil. Ella sólo quiere a Peeta de vuelta
—Necesita más incentivos
—No, lo que ella necesita es un psiquiatra urgente. Está perdiendo la razón
Plutarch chasqueó la lengua
—Katniss estará bien, sólo necesita tener la mente despejada
—Sí, y aquí bajo tierra apuesto a que lo logrará— dijo rodando los ojos—Es mejor atacar cuanto antes y dejar el tema del sinsajo
—No, por supuesto que no, ¿Estás loca? El sinsajo es lo que necesitamos para hacer que las personas se levanten de sus laureles y salgan a las calles. Necesitamos ver su símbolo por todas partes como un llamado al propio capitolio
— ¿Eso de que servirá? Snow prohibió cualquier imagen del pájaro ese
—Aquello que está prohibido a veces es la mejor arma para que la gente lo haga de una vez por todas. Llévala al doce, que vea como ha quedado
— ¿Bromeas? No voy a volver ahí. Es horrible por dondequiera que lo mires
—Eso mismo es lo que quiero que Katniss sienta. Si ve las ruinas de su hogar, estoy seguro que entonces aceptará ser la imagen de esta revolución
—Estás enfermo, Plutarch, enfermo de verdad— Se pasó una mano por el rostro antes de soltar un gran suspiro— Coin jamás nos permitirá salir
—No te preocupes por eso, la he convencido ya y un aerodeslizador las está esperando fuera. Gale y Boggs irán con ustedes por cualquier cosa que suceda
Grace asintió mientras llevaba dos de sus dedos al puente de su nariz, derrotada
El ser un soldado en el distrito trece tenía sus ventajas, tu horario de trabajo variaba y podías pasar tu tiempo afuera durante los entrenamientos. El horario de Grace nunca fue muy extenso, por lo que imaginaba que ahora que Plutarch la había metido en el equipo de Katniss, su horario dependía de las actividades que tenían previstas para el sinsajo. Dentro del aerodeslizador, Boggs preparaba todo para el despegue mientras Grace le ayudaba organizando el interior para así no tener problemas durante el vuelo. Gale estaba parado frente a la entrada de la nave, con una mano sobre los labios y sus ojos vagando de un lado a otro de la salida del distrito. Grace suspiró, a sabiendas de que estaba esperando a Katniss ansioso. Luego, La chica Everdeen salió acompañada de Haymitch – se ofreció para ir al distrito también- quien no se hizo esperar un segundo más y saltó a los brazos de Gale.
Grace se perdió dentro de la nave al presenciar el abrazo. Los brazos de Gale se enrollaban con fuerza alrededor de su cintura y su cara se había hundido en el cuello de ella, muy diferente a la manera en la que abrazaba a Grace pues sólo posaba sus manos en su cintura dejando que Grace hiciera el resto. Suspiró lentamente ganándose una palmada afectuosa de Haymitch
Sobrevolaron el distrito más pronto de lo que tenían estimado; descendieron algunos metros hasta que Katniss pudiera bajar a salvo. Aferrándose de la escotilla, Grace le hizo una seña a Katniss para que no bajara aún
—Puedo ir contigo si quieres
—No, gracias. Prefiero ir sola
— ¿Estás segura? —Intervino Gale— Yo puedo bajar contigo si te sientes más cómoda. No quiero que te lastimes
—Estaré bien, descuida
Grace no pudo evitar rodar los ojos por la excesiva preocupación de Gale. Caminó hasta quedar al lado de Haymitch frente a la ventana mientras escuchaba los ruegos de Gale para que no hiciera algo estúpido. Grace refunfuñó por lo bajo
—Te lo dije, cielito— le susurró Haymitch. Grace lo miró mal
—Cierra la boca
Comenzaron a sobrevolar en Katniss para ayudarle si es que tenía algún problema; Gale estaba pegado a la ventana contraria intentando no perder de vista a Katniss sin percatarse del momento en el que comenzaron a volar sobre la que fue la zona de comerciantes, aquella zona donde vivieron los padres de Peeta y los de Grace. Ella pudo ver su casa hecha cenizas y lo que parecía un par de cráneos en la entrada del hogar. Grace cerró los ojos mientras Haymitch sobaba su espalda lentamente. Evidentemente Gale no se dio cuenta del estado de su novia, como pasaba siempre que Katniss estaba alrededor. Todo parecía borrarse de su vista excepto la chica en llamas. Grace le mandó una mirada, porque sin duda lo que más necesitaba en ese momento eran de los cálidos brazos del cazador, pero él estaba demasiado perdido buscando a Katniss con la mirada que ignoraba a Grace por completo. Como quiera que fuese, Grace estaba acostumbrándose a ello, por lo que no dijo nada y se limpió las pocas lagrimas que cubrieron su cara
Luego de algunos minutos más, la nave descendió recogiendo a Katniss quien llevaba puesta una cazadora de cuero y cargaba una bolsa repleta de objetos que Grace no alcanzó a reconocer. Se acercó a ella, mirándola con un deje de esperanza
—He pensado en lo que dijiste, Grace— le dijo Katniss casi sonriendo— Y sé que es lo que quiero pedirles
Entonces el ligero maullido de un gato se escuchó dentro del bolso de Katniss
—Por favor, dime que no piensas conservar a ese maldito gato
Katniss le sonrió
—Tengo que hacerlo
Grace suspiró
—Bien, te ayudaré con eso
Ella le sonrió. Entonces fue cuando supo que, pasara lo que pasara, jamás podría odiarla como su corazón le pedía
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