[ Mini Historia ] ♞10.1
"Aguanta, soldado"
Su siguiente movimiento fue sedar a Katniss para hablar sobre el rescate de Peeta y los otros tributos.
Por supuesto que el sinsajo se negó a dejarse adormecer por un tiempo, pero Grace le aseguró que sólo era para asegurarse de que descansara realmente bien para poder dar el siguiente paso de la revolución contra Snow.
Claro que era mentira
Necesitaban a Katniss fuera del camino y sin generar problemas.
El bombardeo había terminado y el distrito no se vio igual de dañado que el doce, sino que solo algunas estructuras se cayeron y otras cuantas estallaron en llamas; Coin presidió una junta en el centro de mando del búnker llamando a todo el equipo de Katniss incluyendo a Gale y a Grace que mantenían su distancia el uno del otro. Haymitch estaba junto a ella dispuesto a que el cazador de pacotilla no se le acercase más; Beetee sacudió la cabeza una y otra vez mientras le pasaba un billete a Boggs por debajo de la mesa. El soldado sonrió.
Plutarch cerró la puerta del cuartillo y se sentó junto a Coin
—La advertencia de Peeta nos dio bastantes minutos de ventaja para sacar a los civiles, eso claramente no será olvidado— dijo la presidenta notablemente relajada— Ahora, debemos sacar a los tributos del capitolio antes de que Snow los mate por la traición de Peeta
— ¿Qué es lo que sugiere?
—Esta es una misión compleja—puntualizó—No quiero obligar a nadie a hacerlo, así que necesito voluntarios para entrar en el complejo de tributos y sacarlos de ahí
Boggs dio un paso al frente, pues su flotilla de hombres ya había pactado ir y salvar a los rehenes de las garras del presidente. Coin asintió, pidiendo más voluntarios
—Yo lo haré—Se ofreció Gale
—No, yo lo haré—Intervino Grace mandándole una mala mirada—Quiero salvar a Peeta, traerlo con vida. Lo haré
—No—le dijo Gale—No voy a permitirte ir. Yo iré
—A ti ni siquiera te importa Peeta—Reclamó, indignada—Sólo lo haces para quedar bien ante Katniss
—Por supuesto que no
—Cierra la boca, Gale, no te creo
—La soldado Evans tiene razón—dijo Coin—Quédese, Hawthorne
—Pero...
—He dicho que se quede—Haymitch dio un paso hacia Grace intentando ofrecerse, pero Coin lo detuvo—Tu tampoco irás, si eso es lo que pretendes
— ¿Qué? ¿Por qué?
—No tienes entrenamiento militar
—Pero yo...
—No lo tienes—repitió súbitamente—Así que cállate, siéntate y deja a mis soldados hacer el trabajo duro —Haymitch bufó—Boggs, dé la orden de salida de su escuadrón y preparen sus armas. Saldrán en diez minutos
—A la orden
Grace se quedó parada e intentó seguir a Boggs luego de quedarse inmersa en sus pensamientos varios minutos. Le sonrió a Haymitch prometiéndole que todo estaría bien
—Quédate con Katniss, sé que cuando despierte y no me encuentre ahí se le irá un tornillo
— ¿De verdad crees que puedo quedarme sentado mientras tu arriesgas tu vida allá afuera? Estás loca, Grace
—Vamos, Haymitch, confía en mí, ¿sí? —le pidió, acariciándole la mejilla. Él asintió—Buen chico
—Eres tan tonta
Grace rio
—Lo sé—Le besó la mejilla sonriendo—Nos veremos en la cena
—Va
Haymitch salió del cuartillo con dirección a la litera de Katniss esperando por su ataque de histeria. Grace comenzó a caminar fuera hasta que Gale la tomó por el brazo
—No de nuevo—se lamentó
—Grace, no quiero que vayas
—Tú no eres mi jefe, Gale. No puedes decirme que hacer o que no
— ¿Acaso no te das cuenta que podrías salir lastimada?
Grace se encogió de hombros
—No me doy cuenta de muchas cosas, pero eso tú lo sabes bien
—Grace...
—Deja ya esto, Gale, de verdad—le pidió—No quiero seguir escuchándote. No hagas esto más difícil
Gale la cogió por la cintura y la pegó a su cuerpo, tanto, que Grace sintió las ansias de besarlo hasta terminar en otras instancias, pero no podía, no después de todo lo que había pasado. Gale le besó la nariz
—Por favor, prométeme que hablaremos cuando vuelvas
—Gale, no
—Por favor, mi amor, hablemos, si después de escucharme no quieres que esté cerca de ti, entonces me alejaré y te dejaré en paz
La oferta sonaba tentadora
—Si te digo que sí, ¿Me dejarías ir ahora?
—Si
—Entonces dalo por hecho
Se soltó del agarre de Gale y se fue corriendo a la sala de despegue antes de volverse débil y caer de nuevo en las telarañas de Gale
—El ataque a la presa hidroeléctrica proveía al capitolio de electricidad—Informó Boggs mientras el aerodeslizador despegaba—Con el ataque, la luz se cortó y por lo tanto cualquier aparato de seguridad en la mansión y en el centro de tributos están nulos. Esto debería ser fácil
—Sí, lo sería si no tomamos en cuenta que nos estamos metiendo a la boca del lobo—dijo Grace mientras apoyaba su arma contra su pecho. Boggs rio
—Me gusta tu ánimo, eh
—Soy realista
Todos estaban armados hasta los dientes y protegidos por igual. Llevaban un casco en la cabeza y chalecos antibalas; el aerodeslizador se mantendría escondido estratégicamente hasta la hora del escape.
—Beetee encontrará la manera de que la electricidad vuelva sólo a los televisores del capitolio y transmitirá un mensaje de Finnick Odair a todo el país. Eso los distraerá
Grace asintió y pensó en Finnick. Ella nunca había hablado con él, pero lo que si le quedaba claro era que, a pesar de que el chico del cuatro no parecía estar estable con su salud mental, era uno de los hombres más guapos y atrayentes que había visto en su vida. Sabía que también irían por Annie Cresta y Grace se sintió feliz de poderlo ayudar a él también.
El aerodeslizador apagó sus luces y desaceleró las turbinas cuando se encontraron suspendidos sobre el techo del centro de tributos.
—Llegamos—Anunció Boggs y todos se pusieron de pie
Las puertas del aerodeslizador se abrieron y uno de los soldados rompió un par de ventanales para poder entrar por ahí. Grace quitó el seguro a una bomba de gas y la lanzó por el enorme hueco para luego colocarse la máscara protectora
La bomba explotó con un pequeño ruido y el gas se esparció por todo el lugar. Luego, sosteniéndose con unas largas cuerdas, comenzaron a bajar alumbrando su camino con un par de linternas. Tocaron tierra firme y Boggs habló por el intercomunicador asegurando que habían llegado a salvo. Grace escuchó como Haymitch entraba en pánico en su oído.
—Puedo oírte, Haymitch, relájate—le dijo por el pequeño micrófono que tenía en el primer botón de su uniforme.
Siguieron con su camino, con Grace lanzando bombas de gas al entrar en cualquier habitación por si algún guardia estaba del otro lado. Avanzaron un par de metros y dieron vuelta para descender por las escaleras
—Es por aquí—Anunció Boggs escuchando las ordenes que Beetee le daba por el comunicador—Tenemos que bajar tres pisos
Y así lo hicieron.
Bajando tan rápido como sus piernas permitían, llegaron a su destino, encontrándose con un par de puertas inmensas que los separaban de las personas que debían rescatar. Grace hizo lo que debía y lanzó una bomba de gas en la entrada. Cuando el humo se dispersó, Boggs le dio la señal para entrar y para que uno de los soldados se quedara haciendo guardia en la puerta. Avanzaron en la oscuridad, alumbrando con las linternas notaron que el lugar era tan amplio, que parecía espeluznante. La piel se le erizó a Grace y miró a Boggs pues sentían que algo no andaba bien
Caminaron y caminaron y encontraron un olor que, a pesar de llevar una máscara, les irritaba demasiado; era un hedor humano, de suciedad mezclada con sangre y dolor. Un soldado les habló, diciendo que acababa de encontrar a una mujer identificada como Johanna Mason. Boggs le dio la orden de sacarla de ahí y llevarla hacia la puerta donde todos se reunirían al encontrar a los dos faltantes. Avanzaron, encontrándose una celda con barrotes de acero
Los ojos de Grace se ensancharon
Era la celda de Peeta
—Lo encontré—informó Grace por el micrófono— Lo encontré, Katniss
Y Boggs pudo encontrar a Annie
Usando un pequeño láser para abrir la celda, Grace entró y encontró a un maltratado Peeta echo un ovillo en una de las esquinas. Grace corrió hacia él y lo levantó, ganándose un grito de horror de su parte
—Está bien, Peeta, está bien. Soy yo
— ¿Grace? —preguntó él con la voz lastimada. Ella asintió
—Tenemos que salir de aquí
Quitándose toda la protección y quedando sólo en su uniforme de soldado, comenzó a colocarle a Peeta el casco y el chaleco anti balas. Peeta lloraba y le pedía clemencia a pesar de que lo único que ella quería era sacarlo de ese horrible lugar. Le ayudó a levantarse y lo sacó de ahí, reuniéndose con los demás en la entrada.
Una luz rojiza se encendió de pronto por toda la habitación helándoles la sangre. Grace miró a Boggs, asustada
—Lo saben
— ¿Qué? —preguntó Gale del otro lado de la línea. Boggs habló de nuevo
—Saben que estamos aquí
Entonces la luz roja se detuvo y a cambio las luces se encendieron. Una mega pantalla pegada a la pared se encendió mostrándoles la enorme cara del presidente Snow que les sonreía. Grace contuvo la respiración
—Buena suerte tratando de salir de aquí—dijo y la transmisión se cortó de pronto
¡Bum!... ¡Bum!... ¡Bum!
Se escuchó, pero nadie sintió nada. Un silencio aterrador permaneció en la sala hasta que el ruido de huesos chocando contra el piso los alertó.
Las rodillas de Grace habían impactado contra la baldosa intentando contener toda la sangre que salía de ella, pero era imposible. Pronto, cayó de cara al suelo provocando que el charquillo de sangre salpicara las botas de los demás. Peeta gritó horrorizado y todo pareció detenerse. Boggs se arrodilló a un lado de Grace, colocándola de espaldas contra el piso.
Colocó sus manos en las heridas, pero había una que no podía cubrir. Apretó los dientes y susurró:
—Aguanta, Grace
El tiempo se detuvo y los gritos de Gale y Haymitch se escuchaban por los intercomunicadores de todos. Grace miró a Boggs una última vez antes de perderse en la inconsciencia. Boggs suspiró
—Tenemos un soldado caído—Informó
***
La siguiente parte será el final jsjsjsj
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