Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

[ Mini Fic ] ❀9

¡HOY LES TRAIGO UNA PARTE NUEVA DE LA MINI HISTORIA DE FINNICK!

TODAS GRITAN, SE EMOCIONAN Y SE DESMAYAN :v

Sólo quiero aclarar que todo lo que pase de aquí en adelante es gracias a Ano54nima porque ella me dio las ideas para continuar con esto xd

anyways, disfrútenlo

***

"Regalos inesperados"

— ¿Este era tu plan? ¡¿ESTE ERA TU MALDITO PLAN?!

Estampo a Haymitch con fuerza contra la pared colocando mi brazo sobre su cuello ni bien ponemos un pie fuera del escenario. Finnick intenta detenerme, pero no puede deshacer mi agarre sobre el alcohólico del doce por más que lo intente. Una gran rabia me invade y lo único que quiero hacer ahora es estrangularlo con mis propias manos.

Haymitch comienza a ponerse colorado

— ¡Intentas usar a tu chica embarazada como carnada! ¡Como si ellos no valiesen nada para ti!

—Gaia, cariño, suéltalo

— ¡Eres un maldito, Haymitch!

Justo ahora siento odiar a Haymitch, lo odio con todas mis fuerzas porque se ha atrevido a usar al bebé de Katniss como distracción para todos en el capitolio. Me siento asqueada por él, estoy furiosa, quiero matarlo

— ¡Gaia!

Finnick logra quitar mis manos del cuello de Haymitch. Él se frota el cuello y tose descontroladamente intentando jalar aire a sus pulmones. Sé que su laringe arde, que lo he lastimado, pero no me importa. El ver a Katniss detrás de él, confundida y sin saber que decir me hace querer golpearlo hasta que las manos y los pies me sangren. Finnick me lo impide, sin embargo, sosteniéndome con fuerza por la cintura, pero sin llegar a lastimarme

— ¡De todas las cosas que podías hacer esta es la peor! ¡Eres un jodido imbécil!

—Hey, venga, tranquila—Finnick se coloca frente a mi haciendo que pierda de vista a Haymitch quien está retorciéndose en el piso como un loco—Le hará daño al bebé

Estoy a punto de decirle que no me importa nada más que ver sufrir a Haymitch, pero sé que tiene razón y que esto sin duda puede llegar a afectar a nuestro hijo. Suspiro, apartando el cabello que me cae por el rostro

—Hice lo que debía, cielito—dice Haymitch con la voz rota por la fuerza que he ejercido en él

—Estás usando a Katniss para tu beneficio como si ese bebé en sus entrañas no valiera nada

Haymitch ríe como puede

—No sólo la estoy usando a ella, sino también a ti. Con Katniss ya son dos embarazadas, quizá así podamos detener los juegos

— ¡Hijo de puta! —Mis palabras resuenan por el lugar, pero no tanto como resuena la bofetada que le he dado. Finnick me toma por los brazos, intentando calmarme—Eres tan desgraciado como para no contarnos lo que sucede aun cuando nos hiciste prometer que cuidaríamos de...

—Gaia, basta—Finnick interviene haciéndome callar pues los chicos del doce nos miran tratando de entender que es lo que sucede—Este no es el momento

—Por mí, su maldito plan de rebelión puede irse al diablo—le susurro

Finnick me mira y por como lo hace sé que una conversación se ha de quedar pendiente entre nosotros. Pero es que me siento tan molesta que no puedo razonar debidamente lo que ha pasado esta noche. Haymitch sigue quejándose, tosiendo y maldiciéndome en voz baja; los otros tributos me miran expectantes a otra acción de mi parte. Johanna está justo detrás de Katniss, diciéndome con la mirada que no haga nada estúpido que pueda arruinar su preciada revolución.

Observo a Haymitch, aun con la rabia golpeándome el pecho

—Olvida cada maldita cosa que te prometí, yo me largo

Parece como si a Haymitch se le hubiese quitado de pronto el dolor porque se queda estático, observándome una última vez antes de dar media vuelta y dejar el salón con rumbo hacia mi habitación.

Sin embargo Finnick me detiene antes de que pueda poner un pie dentro. Bufo, cruzándome de brazos

—Hey, hey, espera

—Déjame en paz, ¿quieres?

—Venga, ¿Por qué tan molesta?

Sacudo la cabeza sin ánimos para hablar más del asunto

—Me pone mal que Haymitch sea tan hijo de puta. ¡Katniss está embarazada! ¿Sabes lo que eso significa?

—Sí, que los juegos pueden cancelarse

— ¿Perdón? —Finnick frunce el ceño— ¿Acaso no piensas en lo que pueda pasar más allá de todo esto?

—Sé que se ve mal, pero yo en verdad creo que es una buena oportunidad para que los juegos sean cancelados

— ¿Y que si no es así?

—Seguiremos con lo que se ha pactado

— ¿Sin pensar en Katniss?

—Pensando en ambas—Me dice, acercando una mano a mi vientre—O en los cuatro, mejor dicho

—Esto va a salir mal, Finnick. Katniss está...

—Tu también lo estás—dice, con el boceto de una sonrisa en sus labios—Y aun así no te has detenido un minuto en pensar que es lo que pasará allá adentro si nos deslindamos del acuerdo que tenemos con Haymitch

—Finnick, no

—No puedes renunciar a esto, ¿De acuerdo? Si todo lo que ha hecho Haymitch, por muy loco que sea no logra que los juegos se detengan, ese pacto con los del doce es lo único que me asegura que podré cuidar de ti y de nuestro bebé como se debe. Sabes que no me perdonaría que algo les pasara, ¿Verdad? No puedes salirte de esto, yo no te lo voy a permitir

Suspiro, derrotada. Finnick frota mis brazos

—Tranquila, ¿sí? No te molestes mas

—Lo siento, son las hormonas, creo

—Ya, seguro. Aunque debo admitir que disfruté ver como arrastrabas a Haymitch, te veías caliente así—Yo le golpeo la nuca

—Oh, cállate



Es de madrugada y no podemos dormir.

Finnick ha intentado cientos de veces el pedirme que duerma, que debo descansar para estar alerta para el comienzo de los juegos que es en unas horas. Haymitch no pudo lograr que el vasallaje se cancelase, lo que me hace tener una maraña de sentimientos ahora. Estamos sentados en la cama, con el pijama puesto y mirando hacia la ventana a la espera de que el sol comience a salir

—De verdad, cariño, tienes que descansar

—Sabes que no podría—le digo, colocando mi cabeza sobre su hombro—Falta tan poco para entrar a ese lugar

—Lo sé, ¿hay algo que quieras hacer antes de partir?

Y si, sin duda hay algo que quiero hacer más que nada

Nos acomodamos sobre el colchón, con las piernas dobladas y nuestras manos unidas; estamos frente a frente, mirándonos con devoción, porque no hay nada que quiera más que grabarme el rostro de Finnick antes de que cualquier cosa pase en la arena. Él me sonríe y juro que no hay nada más hermoso en el mundo que esa sonrisa tan pura e ingenua que me provoca besarlo suavemente en los labios. Finnick se aparta, levantando mi blusita de dormir, tomar un plumón indeleble y dibujar una enorme carita feliz sobre mi vientre ligeramente redondo. Finnick levanta la mirada justo cuando los rayos del sol comienzan a asomarse, haciendo brillar sus ojos claros

—Lo lograremos—me dice. Yo asiento porque en verdad espero que así sea

—Por supuesto que si




Cuando el tiempo para ser lanzada a la arena se reduce en minutos, estoy próxima a un ataque de pánico. Annie me ha prometido que todo estará bien y que nos ayudará a conseguir patrocinadores, comida, agua y medicamentos; yo le creo, porque se ha mantenido cuerda por nosotros, para ayudarnos y que el hecho de que me haya ofrecido voluntaria por ella valga la pena.

Le permiten a Lydia acompañarme hasta la sala del lanzamiento, me han separado de Finnick y no sé a dónde lo han llevado. Por fin quedan sólo veinte minutos para salir, provocándome unos nervios terribles. Mi estómago se revuelve, siento arcadas y un bulto asqueroso comienza a subir por mi garganta. Lydia me acompaña en el pequeño baño mientras vómito, con la cuenta regresiva escuchándose de fondo

—Dios mío, no puedes salir así—Me dice Lydia al borde del llanto—Debe de haber algo que pueda hacer

—Estoy bien, tranquila

—Pero Gaia...

Estoy temblando, y sé que no puedo salir así porque no tendré ni una oportunidad de permanecer viva durante el posible baño de sangre. Lydia me ayuda a hacerme una coleta cuando el reloj marca que sólo me quedan diez minutos.

Un Avox entra de repente al cuartillo con un paquete en sus manos. Es una caja pulcramente forrada de blanco con una pequeña rosa del mismo color atada en la cima. No necesito de pensar mucho para saber de parte de quien es el pequeño presente. El Avox deja el paquete en la pequeña mesa que hay para luego irse. Lydia me hace una seña para que lo abra y así lo hago

Mi estilista retiene un grito, pero no retiene de la misma manera los insultos hacia el presidente del país. Intento moverme, pero mis piernas no reaccionan. Estoy temblando y de pronto el mono que llevo puesto me aprieta el cuerpo tanto, que me siento asfixiada. Faltan cinco minutos y no sé qué hacer

Cuatro

Tres

Dos

Uno

Un par de agentes de la paz entran a la habitación obligándome a entrar al tubo que me lanzará a la arena. Ellos me empujan porque mis piernas siguen sin reaccionar. Lo único en lo que puedo pensar ahora es en ese maldito regalo que sólo me hace imaginar que es un aviso de lo que puede llegar a pasar en la arena

Sólo puedo pensar en la ropa de bebé empapada en sangre

El cilindro comienza a subir, los segundos pasan y los rayos del sol me golpean la cara

Mis oídos se apagan de igual manera y parece que mi vista a comenzado a nublarse. Escucho un fuerte sonido y de repente todo parece claro.

La chicharra ha sonado y yo me quedo parda ahí, en un shock total

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro