[ Mini Fic ] ❀8
"Vasallaje en familia"
Puedo ver a Katniss del otro lado del escenario vestida con un elegante traje de boda; lleva puestas unas alas en la parte trasera plegadas de piedras brillantes. No hay duda de que Cinna se ha lucido ésta vez
Me he tragado las quejas de Lydia acerca del maravilloso trabajo de Cinna y que ella no ha logrado acaparar. Y si bien ambos son amigos íntimos, Lydia no puede evitar sentir algo de celos por su trabajo tan valorado aquí en el capitolio. Le hago ver que sus creaciones no le pierden nada a los propios y su autoestima permanece intacta, librándome de sus constantes quejas
Camino por el lugar con esfuerzo gracias al vestido en el que Lydia me ha metido. Es entallado en el vientre y resalta más mi barriga de lo que debería. Sé que lo han hecho a propósito para que mi embarazo no pase desapercibido
En una de las esquinas veo a Peeta, todo guapo en su traje de bodas blanco y con su rubio cabello peinado hacia atrás, aunque lleva el ceño fruncido. Luce algo extraño y parece conversar consigo mismo. Arrugo el semblante pues me parece que oculta algo
Miro hacia abajo notando como la tela de mi vestido revolotea con el aire acondicionado del lugar, lo que deriva en algo bueno pues así puedo tomar un respiro
El vestido que me han proporcionado es de un azul claro en la parte de la falda y plateado en la zona del escote. La parte del estómago se adhiere fuertemente a mi piel mientras que la parte inferior va suelta, a juego con unos zapatos un poco altos
— Hey
La voz de Finnick me hace girar en su búsqueda. Viene caminando en mi dirección, asegurando el botón de su traje de gala gris. Se acerca y besa delicadamente mis labios
— Estaba buscándote por todo el lugar
— Lo siento, es sólo que intentaba entablar una conversación con los del doce, pero creo que eso no será posible
Finnick hace una mueca mirando hacia donde está el chico del pan
— No lo notas algo... ¿Extraño, quizá?
— Sí. Aunque debe estar nervioso nada más, ya sabes, por lo que pueda pasar de ahora en adelante
Finnick asiente llevándose una de sus manos a la barbilla dejando al descubierto el brazalete. Tomo su mano, bajando la manga del saco
— Debes tener cuidado con eso, recuerda que los chicos de Haymitch aún no saben que estás en el equipo— Guiño un ojo, haciéndolo reír
— No tendría por qué importarme. El chico es un buen lío, resulta soportable, pero ¿Katniss? Es un caso aparte. No me sorprende que no me haya elegido. Sí me preguntas, tampoco lo hubiese hecho
— Aunque acabaríamos en esto de igual manera — digo apuntando el anillo que Haymitch me ha dado— Ya sabes, por la encantadora forma en la que Haymitch nos engatusa siempre
Una sonrisa aparece en el rostro de Finnick dotándolo de una juventud que hace mucho no veo en él. Sin embargo, admito lo mucho que he extrañado presenciar una de esas sonrisas sinceras, aquellas que le devuelven la esperanza a mi cuerpo preso de la angustia en ésta ciudad capital
Con un pequeño chasquido las fotos de cada uno de nosotros aparecen en una gran pantalla del lugar con nuestra puntuación de la sesión privada a un lado. Me han dado un ocho y a Finnick un diez. No me extraña el porqué de eso pues la sesión resultó algo penosa, sin querer entrar en detalles, se puede decir que Plutarch me ha otorgado una calificación considerable sin que hubiese presentado la gran cosa
No me sorprende ver que los chicos de Haymitch se han adjudicado un doce; así resultan una presa a tomarse en consideración. Un suspiro escapa de mi boca, llamando la atención de Finnick
— Es una pena, ¿Verdad? El ver a Katniss vestida de novia y pensar que el día de sus nupcias no llegará en un buen rato
Las mejillas de mi esposo se inflan antes de dejar salir una carcajada
— ¿Aún crees que ellos se aman de verdad? — pregunta divertido— Oh amor, sí no te conociera como lo hago creería que eres su fan número uno
Estoy por atajar su comentario, pero un gran peso choca contra mi, obligando a Finnick a sostenerme por la cintura y no caer por el impacto. Reconozco a Haymitch cuando me recompongo del incidente
— Oh, lo lamento Gaia — Niego, dejándole ver que no ha tenido importancia. Noto la manera en la que mueve sus manos con intranquilidad e intenta apartarse de nosotros
— ¿Estás bien? Te noto algo... preocupado
— No es nada. Únicamente tengo que hablar con mis chicos sobre algo importante
Lo detengo cuando intenta salir corriendo hacia Peeta
— ¿Qué es lo que estás tramando ahora, Abernathy?
— ¿Qué? Nada
— Vamos, he estudiado tu alcohólico rostro durante años, no puedes mentirme
Haymitch me observa para luego hacer lo mismo con Finnick que está de brazos cruzados
— Habla — Le demanda, Haymitch bufa
— Creo que he encontrado una solución para que el vasallaje no se lleve a cabo
Finnick suelta un pequeño susurro de sorpresa mientras que Haymitch mueve los pies con nerviosismo
— ¿De qué estás hablando?
— Miren, es algo complicado...
— Haymitch, si esto es otra de tus locuras...
— No, no — Menea la cabeza, haciendo que su cabello le caiga en la cara— He estado pensando esto desde hace tiempo, pero necesito hablar con Peeta antes de cualquier cosa
Intenta dar un paso aunque lo vuelvo a detener. No me gusta que me deje con esta intriga aun después de todo lo que le he ayudado para mantener vivas sus esperanzas rebeldes
— No es un secreto que no confío en tu criterio, ¿Sabes? — Haymitch sonríe, soltándose de mi agarre
— Nadie lo hace
Por fin logra avanzar hacia Peeta y comienzan una plática entre susurros. Intento no darle demasiada importancia porque, ¿Qué caso tiene llevarle la contra a Haymitch? Al final de todo él siempre se saldrá con la tuya
Nuestros estilistas se acercan haciéndonos señas para que vayamos hasta la tarima que nos conducirá hacia el escenario dónde las entrevistas se llevarán a cabo. Finnick suspira, tendiéndome la mano para caminar juntos
— ¿Sabes que vas a decir en la entrevista? — me pregunta, ayudándome a subir los escalones. Me encojo de hombros
— No. Pero tampoco es que me importe del todo lo que deriven mis respuestas
Nos colocamos detrás de Wiress y Beetee, en una fila interminable que se extiende conforme los demás distritos se forman uno detrás de otro. Hablamos con los tributos del tres hasta que los primeros de la fila comienzan a salir al escenario
Cuando te conviertes en vencedor no sólo te vuelves un asesino experimentado, sino que también te conviertes en un actor merecedor al mayor premio que haya. Una sonrisa un tanto sínica se asoma de mis labios al notar la actuación perfecta de los hermanos del uno. Finnick se acerca a mi oído, mofándose también de esa escena
— Creo que ellos también encontraron una forma de detener los juegos
— ¿Llorando como lo hacen? Por favor
— Los están chantajeando— dice. Wiress y Beetee se suman a la conversación— A ellos tampoco les agradó la idea de volver a los juegos
— Hagamos lo mismo— dice Wiress— Brutus y Enobaria también se sumarán
— Díganselo a los demás— sugiere Beetee— Infórmenles que deben lucir preocupados, desconsolados o, en el caso de Johanna, furiosos
Finnick asiente para inmediatamente después girarse hacia los tributos del distrito cinco y susurrarles lo que acabamos de escuchar. Wiress me guiña un ojo antes de volver a su posición
Mi turno llega en un abrir y cerrar de ojos. Subo la pequeña tarima entre un manojo de nervios que me impiden caminar del todo bien; Caesar me ofrece su mano ayudándome a subir y presentándome a los espectadores que rugen ante mi llegada. Me ofrece asiento a lo que logro ver a los tributos que ya han tenido su momento detrás, de pie frente a una gran pantalla
— Bueno, bueno— dice Caesar sentándose a mi lado— Es grato ver que después de tantos años has vuelto
— Si, me emociona estar aquí, en el bello capitolio— digo, sintiéndome sucia al decir aquello cuando este lugar es lo que más odio en el mundo. La audiencia prorrumpe en aplausos y gritos de euforia— Aunque no en condiciones como estas
La audiencia guarda silencio, Caesar sigue prendido de mi mano mirándome con lástima
— Es una pena que tengas que participar, Gaia
— Si, una pena— Hago mi mejor cara de tristeza a lo que la gente murmura
— Pero todos deben estar de acuerdo conmigo con que lo que has hecho por Annie Cresta es algo de admirar, ¿Verdad? — La gente corea sonidos de aceptación causándome una risita -una muy falsa, por supuesto-
— No podía dejar que Annie volviera a la arena. No después del trauma que sufrió durante sus juegos. Annie pertenece a mi distrito, el distrito cuatro, y para mi cualquier persona que provenga de ese lugar es parte de mi familia
Me veo forzada a sonreír de nuevo cuando la gente suelta susurros compasivos. Caesar sonríe, complacido por mi respuesta
— Aunque claro— continúo— Esto representa un trago amargo para mí y Finnick. Por nuestro hijo
La multitud se queda callada hasta tal punto de hacerme sentir incomoda. Caesar carraspea, intentando seguir la charla
— ¿No pensaste en las consecuencias que esto podría traer? — Pregunta con amabilidad. Sonrío, con mis ojos cristalizándose
— Sólo pensaba en proteger a Annie y estar junto a Finnick— digo ante el silencio de todos— Finnick era el único vencedor vivo del distrito, era obvio que vendría. No podía dejarlo sólo y si algo sucediese en esa arena... yo estaré con él, con mi hijo y dar nuestra vida como una familia
Caesar asiente, conmovido hasta la médula. Aprieta mi mano hasta que una chicharra suena dejándome ver que mi tiempo se ha acabado. El presentador se pone de pie junto a mí, despidiéndome con un besito en la mejilla y con el aplauso de la multitud; después llega Finnick
Aun después del par de años que llevamos de matrimonio las chicas de la capital siguen tomándolo como un símbolo de ambición entre ellas. Intento reír por aquello, aunque por dentro esté rabiando de celos. Finnick sonríe, lanzándoles besos y guiñándoles el ojo con galanteo
Caesar ríe ante eso, dándole una palmada en el hombro e invitándolo a sentarse a su lado
— ¡Pero si el gran Finnick Odair no ha perdido su encanto! — dice, provocando otra tanda de gritos entre las urracas que lo pretenden— Espero que a tu esposa no le moleste, ¿No es así, Gaia?
Río cuando las cámaras me enfocan y niego divertida
— ¡Claro que no, Caesar!
Todos se carcajean sin notar que esto me tiene de los pelos. Pongo mis manos en mi espalda, escondiendo la furia que se acumulan en mis puños
— Bueno, hombre, cuéntanos, ¿Cómo te trata la vida de casado?
— Muy bien, en realidad— contesta Finnick— Compartir la vida con la mujer que amo es maravilloso
Las chicas suspiran entre dolidas y conmovidas por su romanticismo
"Así es perras, Finnick es mío" — rio con disimulo por mi pensamiento tonto
Cuando vuelvo a mirar hacia el frente el rostro de Finnick parece ensombrecerse y la audiencia guarda un silencio rotundo
— ¿Cómo tomaste la noticia del vasallaje? — le pregunta
— Fue una sorpresa, una no muy grata. Debo decir que desmoronó mi felicidad al saber que voy a ser papá— finge una sonrisa— Gaia y yo quedamos impactados ante la posibilidad de volver
— Y el que ella se ofreciera como tributo por Annie...
— Fue un impacto mayor, pero entiendo sus motivos. Amo a mi familia más que a nada y hubiera hecho los mismo con tal de estar juntos hasta el último segundo de nuestras vidas
La gente comienza a lloriquear por sus palabras a lo que debo de adoptar la imagen más triste que pueda, aunque bueno, no necesito de mucho trabajo para derramar un par de lágrimas
La chicharra suena y los aplausos no se hacen esperar. Caesar lo despide con un apretón de manos para que luego Finnick suba hasta donde yo estoy, limpiarme las lágrimas, acariciar mi vientre y besarme lentamente
Después de media hora es el turno de los chicos del doce el dar sus entrevistas. En todo ese tiempo no me he atrevido a soltar la mano de Finnick ni la de Wiress, que me la ha ofrecido después del discurso de Finnick
Siento un poco de lastima al ver salir a Katniss con su vestido de novia tan bonito, lleno de piedras brillantes y su pequeña corona en la cabeza. Aprieto la mano de Finnick atrayendo su mirada
— Oh, vaya
Sé que Lydia estará al borde del colapso luego de ver en lo que ha convertido Cinna a su tributo: un sinsajo. El presidente Snow debe de estar echando humo por las orejas
Me preparo ante la llegada de Peeta al escenario. Sé que algo está por pasar pues Haymitch se mueve nervioso en su asiento y llevándose la copa de licor a los labios.
— Bueno, Peeta, ¿Qué sentiste cuando, después de todo lo que has pasado, te enteraste del vasallaje?
— Me quedé conmocionado, cómo todos aquí, creo. Es decir, de un día para otro estaba viendo a Katniss lucirse en esos vestidos de novia tan lindos y ahora estamos aquí, jugándonos la vida de nuevo
— Es una pena el que su boda no se realizara
— Oh, pero si nosotros ya estamos casados— Mis ojos se abren ante la sorpresa, aunque intento disimularlo un poco— Lo hicimos en secreto, mediante la tradición nupcial del distrito
— Pero, ¿Cómo?
— No queríamos esperar más, Caesar. Aunque de haber sabido que esto pasaría no lo hubiéramos hecho, claro
— Pero es mejor haber vivido un tiempo casados que no haberlo vivido nunca, ¿verdad?
— Yo también pensaría eso de no ser... de no ser...— Peeta se traba al hablar, como si de verdad estuviera contrariado
— ¿Si no fuera por qué?
Inhala con ahínco antes de hablar de nuevo
— Si no fuera por el bebé
Mi cara es de una total sorpresa al igual que la de Finnick y la de todos aquí. Él me mira confundido
— Dijiste que lo de ellos era una farsa— digo
— Creo que me equivoqué
El descontrol se desata en la sala, con Caesar intentando calmar a las masas. Peeta llega al lado de Katniss y luego, las manos de todos se juntan
No entiendo lo que pasa, pero no intento entenderlo del todo. Levantan las manos y todos los tributos de mi piso hacen lo mismo, encarando la adversidad y mostrándole al presidente que no somos otra pieza en su tablero de ajedrez maldito.
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