[ Mini Fic] ❀10
"Un susto de muerte"
Mis ojos se clavan en el brillo que desprende la cornucopia al ser golpeada por los rayos del sol; siento el viento golpear contra mi cara y lo salobre del agua entra en mi nariz con fuerza. Veo a personas moverse alrededor, pero mis piernas no responden.
Me ha dado un aviso, Snow me ha enviado una prueba de lo que me espera en este lugar o de lo que el mismo puede hacer para lastimarme, lastimar a Finnick e incluso a Katniss. Mis manos hormiguean mientras escucho los gritos de los primeros caídos.
Alguien me jala el pie desde el agua, cuando salgo de mi transe me doy cuenta que se trata de Enobaria, que trata de derribarme del pedestal para poder despedazarme con sus dientes afilados. Mi corazón palpita con fuerza y comienzo a patear su brazo con mi pierna libre. Ella me gruñe, como si se tratase de un animal hambriento, Finnick ha llegado a la cornucopia, peleando con Gloss quien intenta arrebatarle su tridente. Gloss escapa y es ahí cuando su mirada se posa en mí.
Corre por los senderos de piedra hacia mi dirección. Enobaria logra impulsarse hacia arriba con ayuda del pedestal, tomando mi pierna para clavarle sus dientes punzantes. Grito con dolor y de inmediato levanto la pierna, asestándole un golpe fuerte en la cara que la hace caer al agua.
Doy un salto, logrando de esta manera alejarme de Enobaria y nadar hasta la orilla. El agua para los del cuatro representa una gran ventaja porque en nuestro distrito aprendes a nadar ni bien tienes pocos años de nacido. Puedo ver a Enobaria tras de mí, por lo que triplico mis frazadas para llegar cuanto antes a la cornucopia.
Finnick me ayuda a salir del agua para luego entregarme un par de espadas y alejarnos de la orilla lo más que se pueda. Katniss está del otro lado, lanzándole flechas a los otros tributos y llamando a Peeta a grito abierto. Finnick se le acerca, asustándola, Katniss lo apunta con su arco dispuesta a disparar. Yo me acerco, pidiéndole que no lo haga mostrándole el anillo que Haymitch me ha dado y Finnick mostrandole su brazalete
Katniss parece confundida y no la culpo por ello. Finnick le pide agacharse cuando uno de los tributos intenta golpearla en la nuca, Finnick levanta el brazo y lanza el tridente con toda la fuerza que pueda tener. El cañón suena, Finnick ríe y recupera su arma antes de mirarnos fijamente
—Iré por Peeta, cúbranse las espaldas
—Entra a la cornucopia y coge todo lo que puedas—le ordeno cuando Finnick se ha alejado hasta donde el panadero lucha contra otro tributo—Yo te cubro
—Pero Gaia...
— ¡Hazlo!
Hace lo que le pido a pesar de que refunfuña por lo bajo conforme coge armas y comida en una pequeña mochila negra. Desenfundo mis espadas al ver como el tributo del seis intenta acercarse con un cuchillo en mano. Le envío una miradita a Katniss pidiéndole que continúe con su trabajo mientras yo me encargo del hombre
Él apunta el cuchillo hacia mi cuello, pero sabe muy bien que es una parte muy difícil de llegar cuando tu oponente aún se puede defender. Corre hacia mí, con el cuchillo en alto dándome la oportunidad de cortarlo en el estómago con el filo de mi espada; retrocede un poco para mirarse la herida que comienza a sangrar a borbotones.
Intenta acercarse de nuevo, obligándome a lanzarle la espada para que se entierre de lleno en su estómago. La punta sale por su espalda y la empuñadura se queda pegada justo en el centro de su abdomen. Cae de cara al suelo, encajándose aún más la espada. Me aguanto las ganas de vomitar
—Listo, ya está
Katniss se cuelga la mochila al hombro permitiéndose un suspiro al ver que Peeta está bien y se acerca junto a Finnick conforme el cañón sigue sonando. Finnick me toma por el brazo para ayudarme a correr fuera de la playa con dirección a lo que parece un bosque. Corremos sin parar, cortando ramas, hojas o enredaderas que se cruzan en nuestro camino.
Nos detenemos hasta que me siento fatigada y les pido parar para tomar un poco de aire. Nos hemos alejado bastante de la playa por lo que ahora podemos reducir el paso al menos un poco. Me recargo en un árbol sintiendo el picor en mi nariz por el esfuerzo, un dolor tremendo en la cadera y la hinchazón de mis pies. Finnick se me acerca, preguntándome si estoy bien
—Estoy un poco agobiada, es todo—Y no es para nada una mentira porque la densidad del aire es tan espesa que me provoca una opresión en el pecho. Miro hacia todas direcciones maldiciendo el lugar al que hemos llegado—Mierda
— ¿Qué?
—Estamos en una maldita selva
Él me mira porque sabe perfectamente que el clima de la selva nos hará sufrir con lentitud; su humedad hará que la temperatura suba y el aroma de las hojas de los árboles harán que los animales aparezcan en busca de comida. Siempre nos advirtieron de este lugar en la escuela del distrito y ahora Snow lo emplea contra mí como si de un chiste se tratase
—Estaremos bien—dice Finnick, aunque parece que trata de convencerse a sí mismo de ello—Encontraremos una manera de salir de aquí
—Probablemente se extienda hectáreas, es imposible que haya algo mejor del otro lado—puntualiza Katniss
Me siento en la tierra húmeda con la espalda pegada al tronco del árbol sintiendo como el calor comienza a aumentar; hay mosquitos por todos lados e incluso puedo jurar ver a una que otra rastrevispula pasar frente a mí.
—Que calor hace, debemos buscar agua fresca
—Katniss, ¿Qué has traído en la mochila?
Armas, armas y más armas, es todo lo que pudo conseguir. Hay algunas frutas y paquetes de carne seca, pero sin duda no hay algo que nos pueda servir de mucho en uno de estos ecosistemas. De entre las bolsas de la mochila extrae un par de botellas de agua. Yo la miro, impresionada
— ¿Sólo eso pudiste tomar?
—Eran las únicas botellas que había
—Ya, no me sorprende
—Bien, así está la cosa—Finnick le quita una de las botellas entregándome la otra a mí—Una para cada embarazada, nosotros estaremos bien, ¿no es así, amigo?
—Si tú lo dices—responde Peeta con cansancio, tomando a Katniss de la mano para sentarse juntos a una cierta distancia de nosotros. Finnick se deja caer a mi lado, observándome detenidamente
— ¿Qué?
—Tardaste mucho en ese pedestal. Te quedaste parada sin hacer nada, ¿Por qué?
Estoy tentada a contarle lo que ha pasado, sin embargo soy consciente de que eso sólo nos traerá problemas pues esto se está transmitiendo en directo a todo el país. Finnick me apura a contestarle ganándose únicamente una caricia en la mejilla
—No fue nada. Yo... sólo no supe que hacer
—No te creo
—En verdad—No es ningún tonto, sé que mi excusa no lo ha convencido porque él me vio entrenar a orillas del distrito—Por un momento olvidé lo que debía hacer
— ¿Sabes lo peligroso que fue eso? Enobaria casi te mata—dice, apuntando a mi pie mordisqueado y del que ahora baja sangre—Déjame ver eso
—Estoy bien—respondo, impidiéndole ver mi herida—No pudo hacerme nada mas
Entonces Finnick se ríe, llamando la atención de los del doce
—Esos malditos. Ahora no nos tomamos de las manos, ¿Verdad? Sabía que no duraría mucho
— ¿Te parece gracioso, imbécil? —Dice Katniss, molesta. Finnick eleva una ceja
—Cada vez que suena ese cañón es música para mis oídos. El sonido de ese cañón, querida, significa que debo matar a un bastardo menos para proteger a mi familia. Ninguno de ellos me importa
—Puedes irte al demonio, entonces
—Oh, claro. ¿Quieres enfrentarte tu sola a los profesionales, bombón? Porque estoy seguro de que te despedazarían a la primera oportunidad
—Lo preferiría a tener que aguantarte
—Ya, bueno—Finnick la mira mal— ¿Qué es lo que diría Haymitch de todo esto?
—Haymitch no está aquí
—Basta ya, ¿Quieren? —les digo antes de que a alguien de los dos se les ocurra usar sus armas. Peeta se levanta, extendiéndole una mano a Katniss
—Iré a buscar agua. Ven conmigo, Katniss
—Eso fue grosero—le susurro a Finnick cuando ellos ya se han ido. Él se lleva una mano al pecho
—Perdón, pero no fui yo quien armó toda esta estupidez de la alianza. Ella no me agrada y yo no le agrado a ella, por lo que dudo mucho que esto resulte
—Estás siendo desagradable
—No sé de qué otra manera puedo estar en este lugar—Se acerca a mi oído para que los micrófonos no lo puedan oír—Y se llama actuar, por cierto. Recuerda que ellos no saben nada de nuestro plan secreto con Haymitch y los demás
—No hace falta que me lo recuerdes
Besa el lóbulo de mi oreja despistando así a los televidentes. No saben que es lo que me ha dicho, por lo que el gesto de Finnick y mi risilla tonta les hará pensar que me ha susurrado algo lindo que nos avergonzaría si los demás supieran. Finnick hace que recueste mi cabeza sobre sus piernas mientras acaricia suavemente mi espalda logrando que me quede dormida en su regazo
—Debemos continuar, está por anochecer y necesitamos encontrar un lugar seguro para descansar
Finnick y Peeta retoman la marcha yendo al frente para marcar el camino. Katniss camina junto a mí, sosteniendo su arco con la mano izquierda y mi brazo con la derecha. Conversamos un poco mientras vemos cómo Peeta corta lianas con un cuchillo largo
—De todas las arenas que pudieron crear, se les ocurre una selva. Una caliente, espesa y maldita selva
—Noté que no te va mucho la jungla, ¿Por qué?
—Bueno, vengo de un distrito de agua, en la escuela siempre nos enseñaron que nuestro peor enemigo eran los lugares desiertos o donde el agua escaseaba. Ya sabes, porque nuestras actividades son la pesca, el hacer redes o manipular brea. En un lugar como este no tenemos muchas posibilidades de encontrar comida o agua. Puede que en un bosque haya probabilidad de hallar agua fresca por los riachuelos, pero, ¿aquí? Lo único que encontrarás serán hongos
—Podríamos comerlos
—Claro, sólo si te interesa morir de la manera más tonta posible
Peeta y Finnick siguen avanzando, en un momento Peeta toma la delantera para deshacerse de un par de lianas con su cuchillo cuando Katniss le grita que se detenga. Es demasiado tarde, sin embargo, porque la punta de su arma golpea contra un campo de fuerza.
No me he equivocado al decir que en cada una de estas malditas arenas hay al menos un campo de fuerza capaz de matarte.
Peeta vuela hacia atrás por la descarga haciendo que todos nos derrumbemos como fichas de dominó. Caigo sobre mi costado derecho y me quejo del dolor cuando mi cuerpo comienza a hundirse sobre la tierra húmeda. Escucho los gritos de Katniss y me levanto de golpe esperando que Peeta se encuentre bien
Finnick se acerca y aparta a Katniss de un empujón para darle respiración boca a boca al chico del doce. Me acerco, tomo a Katniss por los hombros y la abrazo mientras ella le pide a Peeta entre sollozos que despierte. Finnick bombea su pecho con ambas manos, pero parece que nada da resultado
Peeta permanece inmóvil
—Por favor, Peeta, despierta—le dice llorando. Intento tranquilizarla a pesar de que yo estoy llorando también—Por favor
—Katniss...
Ella está temblando y comprendo que debe calmarse ahora mismo antes de que algo malo le suceda a su bebé; no deja de llorar y sus temblores se hacen cada vez más fuertes. La abrazo con fuerza antes de que Finnick intente reanimarlo de nuevo
De pronto Peeta inhala aire de golpe haciendo que Katniss suelte un chillido de sorpresa. Está respirando.
Katniss le acaricia el rostro mientras Finnick se aparta para darles su espacio
—Oh Peeta
—Cuidado, hay un campo de fuerza... ahí— dice sin fuerzas
—Sí, nos dimos cuenta—le responde Katniss en una risa nerviosa antes de besarlo—Creí... creí que estabas muerto, se te paró el corazón
—Tranquila, ya está funcionando
Él la abraza, levantándose un poco para pasar sus brazos por la cintura de ella. Me aparto, llorando por lo que ha pasado.
Me siento muy asustada
Pudo haber sido Finnick
Él me mira y sé que ha descubierto mis pensamientos. Camina hacia mí, dejando su tridente clavado en la tierra húmeda
—Ven aquí
Me abraza, consolándome del susto que siento. Mi bebé se mueve dentro de mí, provocándome de nuevo el llanto al pensar una vez más en el paquete que Snow me ha enviado
—Todo está bien, tranquila
—Estoy asustada, Finnick
—Descuida, yo estoy aquí contigo, nada pasará—Se separa, acariciando mi vientre—Confía en mí, ¿sí?
Yo asiento a pesar de saber que Snow tiene otros planes para mí, para él, para todos
Debe estar viéndome ahora con una sonrisa en su cara
Porque sabe que ha logrado hacerme temblar
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro