"La zorra del Uno"

Glimmer llevaba más de treinta minutos conversando con Cato, lo que a Elizabeth le parecía una estupidez.

Ella los veía desde la estación de cuchillos junto a Marvel mientras que Cato y esa chica del Distrito Uno se encontraban en la sección de camuflaje. Glimmer soltaba risillas tontas en lo que trataba de pintarle una ramita en el brazo a Cato. Elizabeth apretó la hoja del cuchillo entre sus palmas cortándose un poco

— Vaya, deberías de soltar eso a menos que quieras desangrarte antes de que el show comience— dijo Marvel con una sonrisa. Elizabeth soltó la hoja y lo miró mal

— Y tu deberías ir con ella— dijo apuntando a Glimmer— Es tu compañera

— Ella no me importa— remarcó él— Por mí, podría seguir distrayéndose en el entrenamiento. Lo único que quiero es deshacerme de ella lo más pronto posible

— Ya, claro

Elizabeth trató de taparse la herida con cinta, pero las risillas tontas de Glimmer abrumaban su sentido común. Era un hecho que Cato estaría muerto si no se alejaba de ella los próximos cinco minutos

— Oye, te molesta que Glimmer le coqueteé a tu novio, ¿Me equivoco? — susurró Marvel en su oído. Elizabeth se alejó

— ¿Disculpa? Podría deshacerme de ella sin siquiera esforzarme. No es un impedimento para mí

— De eso no me queda la menor duda, preciosa

Marvel le acarició la nariz y ella le apartó la mano de un golpe. Dejó lo que tenía en las manos y se alejó de él refunfuñando.

Llegó hasta la estación de camuflaje y al estar frente a Cato, cruzó los brazos sobre su pecho

— ¿Se divierten?

— ¿Te importa? — respondió Glimmer con una ceja alzada. Elizabeth la imitó e irguió su espalda, retándola. Cato se puso de pie colocándose en medio de ellas

— Muy bien, creo que ya hemos terminado aquí— dijo para luego tomar a Elizabeth de los brazos y alejarla de ahí

— ¡Suéltame! — Se quejó, pero él no le hizo caso— ¡Suéltame ya!

Cato lo hizo y cruzó los brazos

— Muy bien, no entiendo por qué estás comportándote así

— Lo que yo no entiendo es porque estás con ella ¡Ni siquiera es de tu Distrito! ¡Yo lo soy!

Cato sonrió de lado y estiró un brazo para tomarla de la cintura, aunque ella le dio un manotazo

— No me toques

— Vamos Eli, no seas así

— No me digas que hacer y no me llames Eli. Sabes que lo odio

— Bueno, ¿Me dirás que estás celosa sí o no?

Las mejillas de ella se encendieron provocando la risa del chico. Ella quiso irse, pero Cato la abrazó por la cintura antes de que pudiera hacerlo

— ¿Alguna vez te he dicho que te vez sensual celosa?

Elizabeth apretó la mandíbula y le dio un codazo a Cato en el estómago. Él se apartó

— Sólo voy a decirte una cosa y escúchala bien, maldita sea. Que sea la última vez que la vea cerca de ti, o esa zorra será la primera cosa que mate en la arena

Elizabeth lo fulminó por última vez antes de dirigirse a otra estación. Cato soltó una risotada

— Esa es mi chica— dijo para seguirla por todo el centro de entrenamiento