1. Peeta
"No podemos estar juntos"
La casa de Haymitch nunca había olido tanto a podredumbre como ese día.
Me llevo una de mis manos hacia la nariz tratando de que el aroma a cadáver no me inunde las narinas. El hedor del hogar de Haymitch se puede sentir un poco más allá de la aldea de los vencedores donde ambos vivíamos junto a Peeta y la familia de Katniss. Me acerco a su puerta mientras toco con una mano. Espero a que me abra, pero eso tarda demasiado en pasar. Coloco una mano en la perilla y al girarla un poco noto que está abierto.
Típico de Haymitch
Ruedo los ojos y entro de lleno al hogar. Los lagrimales me pican a causa del olor tan repugnante que proviene de una de las habitaciones más cercanas. Me aproximo hasta ahí y veo que mi amigo y mentor de hace ya algunos años yace sobre la mesa de su cocina rodeado de botellas de licor vacías. Arrugo el ceño mientras lo muevo un poco
— Haymitch
Él no responde sólo se queja
'Bueno, al menos sé que está vivo' pienso
— Haymitch
Vuelvo a llamarlo, pero repite su anterior acción. Busco algo con que despertarlo y mis ojos se clavan en un sartén vacío que descansa en su estufa. Tomo el utensilio de cocina y me coloco detrás de él
— Haymitch, es la última vez que te llamo — digo esperando que por fin me responda, pero no lo hace — ¿No? Bueno
Un ruido sordo se instala en la habitación seguido de un rugido de parte de Haymitch. Golpeo su nuca un par de veces con el sartén para que despierte. Él se levanta de golpe mientras me apunta con su cuchillo
Por un momento olvido que después de sus juegos, Haymitch siempre duerme aferrado a algo lo demasiado filoso como para poder rebanarte de un tajo. Camino hacia atrás alejándome de su amenaza
— ¡¿Pero qué demonios te sucede Rosalyn?!
— Estuve llamándote tres veces y no me respondiste, ¿Que querías que hiciera?
Haymitch me mira ceñudo, pero no dice nada. Se aparta un mechón de cabello que le cae por la cara y se vuelve a sentar donde antes estaba
— ¿Qué haces tan temprano por la mañana en mi casa? —pregunta
— Vine porque pensé que necesitarías un poco de ayuda —Un nuevo olor repugnante me llena las fosas nasales—Demonios Haymitch, ¿Cuándo fue la última vez que limpiaste este lugar?
— Hace... ¿Un mes? ¿Dos? No lo recuerdo — dice como sí nada. Aprieto la mandíbula
— ¿Y la última vez que te duchaste?
— Ayer — dice seguro de sí mismo, aunque poco después hipa y hace una mueca— ¿O fue antes de ayer? O quizá antes antes de ayer. Estoy demasiado borracho como para saberlo
Maldigo en voz baja causando la risa de Haymitch. Dejo el sartén lejos de mí y me acerco a él tomándolo por un brazo y pasándolo por encima de mi hombro
— Vale, yo te ayudaré con eso
— ¿Que putas se supone que estás haciendo? — Pregunta con los ojos cerrados
— Te meteré en la ducha de una buena vez. Apestas a licor barato y vejez
— Tú me regalas ese licor barato, preciosa
— Créeme que después de esto dejaré de hacerlo
Haymitch ríe frenéticamente mientras ambos subimos las escaleras hacia su dormitorio. Hace una pausa en el medio de la escalinata para mirarme
— Sí tú chico del pan se entera que quieres verme desnudo, se pondrá furioso
Me enfurezco por sus palabras a pesar de saber que Haymitch está demasiado ido como para saber lo que dice. Lo obligo a seguir caminando hasta que llegamos a su pieza y lo dejo caer sobre su cama
— Entérate de dos cosas, ebrio asqueroso. Uno: yo no quiero verte desnudo, ambos nos conocemos desde hace ya varios años y no es como si no te hubiera visto así antes. Dos: Peeta no es mi chico del pan.
Haymitch se retuerce en la cómoda tratando de mirarme
— Claro que lo es. Ustedes dos se aman
— No digas estupideces — Reclamo mientras trato de quitarle el chaleco y la camisa que lleva puesta. Él vuelve a reír
— He notado como se miran. Me di cuenta de eso desde que ambos se enteraron que Peeta iría a los juegos
Mi cuerpo se tensa al escucharlo. Sí bien era verdad lo que dijo Haymitch, no serviría de nada. Peeta y Katniss habían salido vencedores en los juegos pasados haciéndose pasar por una linda pareja. Un sentimiento de ira se instala en mi al recordarlo
— Ya no importa nada de eso. Tú te encargaste de destruirlo al crearles a todos esa tonta idea de los trágicos amantes del distrito doce — le reprocho mientras saco sus pantalones — Sí no fuera porque te estimo un poco, dejaría que te ahogaras en tú propia miseria
Haymitch ríe una vez más
— Es por eso que te quiero, preciosa
— Cierra la boca
Lo desnudo ordenándole que se quede en la cama mientras yo organizo todo en el cuarto de baño para que Haymitch se duche como es debido. Al haberle preparado la tina me concentro en el hecho de que Haymitch no tiene una idea de lo que fue para mí ver al chico que quiero besarse una que otra vez en la cueva de los juegos junto a su compañera de distrito.
Toco el agua de la tina y me cercioro de que esté tibia y en condiciones para Haymitch. Al volver a la habitación, lo encuentro de pie mientras balbucea cosas sin sentido
— Vamos, ya todo está listo
— No quiero
— Haymitch, no me hagas obligarte — le advierto tratando de no ver más que su rostro pues está totalmente desnudo. No es que la desnudez me aterrara, pero era raro ver a mi mentor de años atrás ridiculizarse de esa forma. Haymitch hace una mueca
— Después de la ducha, ¿Me prepararías un trago?
Pongo los ojos en blanco y lo cojo del brazo
— No. Ahora, entra ahí
Haymitch bufa, pero hace lo que le ordeno. Camina tambaleándose hasta la tina donde yo le ayudo a meterse. Le paso las sales y los jabones que proceden del capitolio y veo como juega con ellos como sí de un niño se tratase. Sonrío y llamo su atención
— Eh, trata de limpiarte por completo ¿Sí? Yo iré abajo a tratar de limpiar un poco el chiquero que tienes por casa
— Por favor, guarda las botellas que aún tengan licor
Niego divertida mientras salgo del lugar cerrando la puerta detrás dejando a Haymitch sólo para que se encargue de sus cosas personales Mientras bajo las escaleras no puedo evitar pensar en lo mucho que Haymitch desperdicia su vida. Y no es que mi vida sea la mejor, sí no que de los cuatro (Peeta, Haymitch, Katniss y yo) soy la que mejor ha superado el infierno que vivió en los juegos
Participé en los juegos tres años antes que Katniss y Peeta lo hicieran. Tenía catorce años y para esa edad, era muy difícil salir vencedora. Aun así, logré ganar los juegos llevándome el título de la chica más joven en ganar proveniente de un distrito pobre. Y todo gracias a Haymitch quién me ayudó mucho estando en el páramo helado que la arena era
Camino hasta la cocina donde decido empezar a limpiar. Puedo escuchar a Haymitch chapotear en el piso de arriba. Cojo una bolsa hermética en lo que levanto todas las botellas esparcidas por el suelo. Estoy por terminar cuando un golpe suave en la puerta se oye
— Voy — digo dejando la bolsa en el suelo y corriendo hacía el umbral
Del otro lado de la puerta está Peeta reluciente y sosteniendo una bolsa de pan recién hecho. El olor se cuela por la casa disipando un poco los olores nauseabundos. Peeta me mira con una mueca en lo que le doy el pase
— ¿Qué haces aquí, Rosalyn? Creí que estabas en tu casa
Me doy la vuelta entrando a la cocina de nuevo y reanudando mi tarea levantando las últimas botellas vacías. Escucho como Peeta deja el pan sobre la mesa y me giro a verlo
— Quise venir a ver a Haymitch. Saber sí estaba bien, ya sabes
— ¿Y dónde está él? — pregunta, aunque su incógnita queda resuelta al oír a Haymitch chapotear de nuevo. Hago una mueca
— Prácticamente le obligue a tomar un baño. Le ayudé a desvestirse y a meterse en la tina. Olía tremendo
Peeta frunce el ceño
— ¿Lo hiciste tú sola?
— Sí
— Pudiste haberme llamado. Yo te hubiera ayudado a hacerlo
Una risa sarcástica se me escapa de los labios
— He hecho esto mismo un par de veces y nunca he necesitado de tú ayuda. Dudo mucho que la necesite ahora
Me giro dándole la espalda depositando la bolsa dentro del cesto de basura. El olor a pan recién hecho me embriaga a tal punto de querer vomitar. Sé que fui ruda con él, pero después de lo que ellos me habían hecho, me resultaba poco a comparación.
Noto como sus fuertes manos se aferran a mi cintura pegando mi espalda contra su pecho
— No hemos tenido tiempo de hablar desde que salí de la arena y sé que aún estas molesta conmigo por lo que sucedió allá dentro — dice
— ¿Que te hace pensar eso?
— Cambiaste drásticamente conmigo desde que bajamos del tren. Noté como tratabas de estar junto a Haymitch todo el tiempo para así evitarme. Además — Aprieta sus manos en mis caderas — No me has dirigido la palabra hasta ahora
— Mejor así ¿no? De esta manera no le causare problemas a tú relación con Katniss
Peeta me gira hábilmente para quedar frente a él. Los ruidos siguen saliendo de la recámara de Haymitch dándome a entender que gracias a dios no se ha ahogado en la tina. Noto como Peeta relame sus labios antes de hablar
— Sabes que todo eso fue una farsa
— ¿Sí? Pues todo Panem cree lo contrario
— Sólo fue una actuación
— A mí me pareció muy real
— Tenía que mantenerme vivo
— Había muchas formas para que pudieras hacerlo — digo subiendo el tono de mi voz — No necesitabas montar todo ese circo. No quiero sonar egoísta. Sé que en parte lo hiciste por Katniss y que todo fue idea de Haymitch, pero aun así pudiste haberte negado
Peeta suspira casi dolorosamente
— Sabes que yo no tenía posibilidades de ganar, Rose. Por eso tuve que aceptar
— Yo no hice nada de eso — digo mientras me separo de él— Era una niña de catorce años sin ninguna posibilidad de ganar y ¿Adivina qué? ¡Lo hice! Y no necesité besarme con alguien cada diez segundos para salvar mi trasero
Peeta parece conmocionado por mis palabras, pero no me retracto de ellas porque después de todo, es la verdad. Él trata de acercarse de nuevo, pero yo lo aparto
— Entiendo que tenían que salvarse. Y me alegra que haya sido así. Pero ahora ya no hay nada que los dos podamos hacer. Somos tú y yo contra todo Panem, es imposible relacionarnos de alguna manera
— Entonces ¿Qué? — pregunta dolido — ¿Dejarás que lo nuestro se vaya a la basura?
Me muerdo el labio antes de contestarle
— Ahora que lo pienso jamás hubo un nosotros, Peeta. Nunca podremos estar juntos sin que el país esté pendiente de todo lo que hagamos. Para todos tú y Katniss son la pareja del momento y yo no puedo destruir eso
Peeta se queda impávido por un momento dándome a entender que ya no hay nada más por hacer. Lo miro por última vez antes de caminar hacia las escaleras donde él me detiene colocando una de sus manos sobre mi brazo
— Dejaré esta farsa sí tú me lo pides — dice — Lo dejaré todo sí con eso podemos estar juntos. Le diré a todo el mundo que lo que vieron en los juegos era una mentira, Rose. Lo haré sí con eso puedo estar a tú lado
A pesar de que sus palabras me hieren, sonrío
— Ya es tarde para eso — digo, veo como los ojos de él empiezan a cristalizarse— No quiero que ni tú ni Katniss salgan mal parados delante de toda la nación, mucho menos por mi culpa.
— Entonces.... ¿Esta es la despedida? — pregunta dándole un apretón suplicante a mi brazo. Yo asiento
— Sin duda lo es
Él parece pensar un poco hasta que finalmente se acerca a mí y susurra: — ¿Podemos tener un beso de despedida?
Sonrío ante lo difícil de la situación. Siento como mis lágrimas comienzan a asomarse por mis ojos. Subo un escalón alejándome de él
— No creo que sea lo mejor — Un fuerte dolor se instala en mi pecho al haberle negado ese beso. Llevo mi mano derecha hacia mis labios y deposito un pequeño beso en ella para después poner mi mano sobre los labios de Peeta. Él cierra los ojos mientras coloca su mano sobre la mía besándola. La retiro cuando escucho a Haymitch salir torpemente de la tina
— Debo irme ya. Imagino que Haymitch necesitará ayuda para vestirse de una manera decente
— Deja, yo lo hago — Me dice pasándose el antebrazo por los ojos — No creo que sea bueno que lo veas dos veces desnudo en lo que va del día
— Es mi mentor, no me molesta hacerlo
— También fue el mío — dice y yo asiento. Peeta se acerca y besa mi coronilla— Adiós Rosalyn
No hizo falta analizar lo que dijo Peeta, era más que obvio que esa era la despedida de lo nuestro, de nosotros dos. Vuelvo a asentir sin ser capaz de decir algo.
Peeta sube las escaleras perdiéndose al entrar en la habitación de Haymitch
— Adiós Peeta — digo sabiendo que ya no me escuchaba. Tal vez era lo mejor, para él, para mí y hasta para Katniss. Mi voz se cortó cuando hablé por última vez —: Adiós para siempre
***
En estos Shots pondré nombres random oks?
:v
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