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Capitulo 14

Las sabanas se movían con cada embestida que daba, de su garganta ya no salían más quejidos ni súplicas, era inútil si quiera intentar apartarlo, porque a parte de no tener la mínima fuerza para hacerlo, tampoco quería que se detuviera, pero sus fuerzas eran nulas. 

—K-kok… ya no puedo… seguir…

—Solo un poco más, mi amor. 

Clavó sus uñas con fuerza en su espalda, pero esto no parecía afectar negativamente al mayor, al contrario, surgía en él un efecto excitante que lo hizo gruñir y seguir con más fuerza, hasta que en medio de un grito de éxtasis de parte de Taehyung ambos terminaron, y las entrañas del menor se vieron invadidas por aquél liquido casi hirviente. 

—Ya no… —lloriqueó Taehyung con las piernas temblando. 

Con una sonrisa pervertida, Jungkook lo abrazó y se dejó caer en la cama, al lado de él y este se escondido en su pecho. 

—Mi cielo… pero si eres tú el que me pides que lo hagamos… 

—¡Pero no a lo bestia!

—Pero si a tí te gusta… —dijo con tono tierno. 

—Dos o tres veces Jungkook, dos o tres veces ¡No seis!

Acarició su espalda con cariño, y besó su cuello repetidas veces escuchando su suave respiración. Su cabello antes rubio ahora era blanco y largo, y sus ojos avellanas ahora era celestes como el cielo. Sus facciones se habían hecho más delicadas, como por ejemplo las finas curvas que había adquirido su cuerpo y que lo volvían loco; sus piernas se habían hecho más voluminosas al igual que su trasero,  su cintura más estrecha y sus caderas formaban un ovalo hermoso.

—Quiero… —Tae jadeó al sentir los besos húmedos bajar a su pecho. 

—Mmmm, ¿Qué quieres, mi amor? Pide lo que quieras. 

—Jungkook…

—¿Mmm? 

La lengua de su alfa rodeó su pezón, haciendo círculos en él y atrapándolo entre sus dientes para jalarlo con suavidad haciéndole gemir. 

Bajó por su cuerpo besando su su estómago, su vientre y bajando cada vez más hasta llegar a su miembro, el cuál fue atrapado por sus labios. Arqueó su espalda ante la electricidad que recorría en su cuerpo cada que la lengua de Jungkook pasaba por la punta. En un acto reflejo su pequeña mano terminó en su cabeza, y su pelvis se alzó. 

—Mierda… —Gimió con fuerza al sentir el tope de su garganta, y al ver hacia abajo, sus ojos estaban puestos en él, brillando en un dorado neón consumidos en la lujuria de escucharlo. 

Se había vuelto una costumbre extraña en el mayor, que el último de sus orgasmos siempre eran provocados por su boca, al principio le avergonzaba, pero ahora deseaba cada que llegaba ese momentos. Unos segundos más tarde terminó en su boca, respirando de forma cansada cuando el alfa se alzó para besar sus labios. 

—Entonces, mi amor… ¿Qué era lo que ibas a pedirme? 

Taehyung lo observó a los ojos, perdiéndose en ellos y resultando que su cabeza estaba completamente en blanco. 

—No recuerdo. —Dijo con un puchero en sus labios apartando la mirada. 

—Mírame —ordenó el mayor, y sus ojos volvieron a coincidir, luego de unos segundos Jungkook sonrió—, ¿Quieres practicar? 

—Eso era —dijo sorprendido— ¿Puedes leer la mente? —Jungkook negó. 

—No. Puedo leerte a tí nada más. 

—Quiero… poder seguir tu ritmo —Jungkook lo observó coqueto mientras movía sus cejas—. ¡No solo eso, pervertido! 

—Está bien —rió— ¿Quieres empezar hoy? 

—¿Podemos?

—Hoy, mañana, en diez años, tú sólo dime cuándo y yo obedezco. 

Taehyung se sonrojó demasiado. 

—A veces eres un poco exagerado. 

—No… yo solo quiero hacerte feliz; además, soy Alfa domado por su Omega, lo admito. 

Dijo Jungkook restregándose en el pecho del peliblanco con vergüenza. 

—Tonto. 

—Hermoso. 

—¿Iremos ya? —preguntó luego de que el color de sus mejillas se bajara. 

—Cuando quieras. 

◎ ══════ ❈ ══════ ◎

—¿Qué es este lugar? 

—¿Te gusta? 

Taehyung estaba maravillado de la magnifica vista, se trataba de un acantilado, en donde frondosos árboles se veían al fondo del precipicio. Y más allá, casi a la lejanía se dibujaba entre neblina una cordillera, las vista sin duda alguna era hermosa. 

—Es lindo. 

—Aquí veníamos a jugar.

Taehyung se quedó pensativo, en algún momento Jungkook le comentó lo de las reencarnaciones, y todavía eso le parecía extraordinario. 

—¿Puedes hablarme de mi primera vida? ¿Cómo era? ¿Qué pasó exactamente? Namjoon… ¿Así se llamaba? —Jungkook asintió— ¿Qué pasó con él? ¿Quién era para nosotros? 

—Él… era como nuestro hermano mayor, el nos cuidó durante mucho tiempo cuando nuestros padres desaparecieron.

—¿Qué pasó con ellos? 

—El padre de Namjoon los asesinó. 

Taehyung pudo observar que a pesar que el tono de voz del alfa era estable, su sonrisa semblante triste y sus ojos se podían notar ligeramente húmedos, haciendo notar que eso le afectaba. Él no podía compartir ese sentimiento, lamentablemente él no tenía noción de sus recuerdos. 

—Bueno, no perdamos tiempo —dijo Tae—. Enséñame a transformarme. 

—Bien, lo primero que tienes que hacer es respirar tranquilo, cierra los ojos y sumérgete en la oscuridad de tu mente…

Jungkook observó como Tae obedecía, dudoso al principio, claro, pero el menor cerró sus ojos y su respiración se hizo lenta y pausada. 

—Ahora —continuó Jungkook—... en esa oscuridad, busca tu naturaleza, visualiza cómo es tu dragón, empieza a sentirlo e imagina que estás con él… ahora, corre a su lado, abrázalo, siéntete libre con él, juega con él, conversa o ten cualquier contacto. 

Taehyung se internó en la oscuridad de su mente, tal como lo había dicho Jungkook, buscó por todos lados a su naturaleza… Pero por más que lo hacía, no lo encontraba. Solo podía contemplar el vacío de su subconsciente. 

Abrió los ojos luego de unos minutos, con un puchero en los labios y la mirada decida. 

—¿Y? —preguntó Jungkook interesado. 

—No está.

—Ya. No es fácil cariño, la primera vez es imposible que vayas a poder convertirte. 

Tae se sentía mal, y un ligero dolor en el pecho apareció, Pero no le tomó tanta importancia. 

—¿Tengo poderes? 

—¿Eh?

—¿Tengo poderes cómo tú?

Jungkook sonrió suspirando y asintiendo. 

—Me duele decir, que tienes muchos más que yo. 

—Y… ¿Tengo que contar con mi transformación para usarlos? 

—No necesariamente. 

—Empecemos por ahí entonces —dijo el peliblanco saltando y aplaudiendo con emoción. 

◎ ══════ ❈ ══════ ◎

Tres horas después…

—¡Maldita sea! 

—Mi amor, no creo que sea buena idea que…

—¡Tú cállate!

—Lo que tú digas, mi amor. 

Taehyung empezaba a perder la paciencia, aquello era más difícil de lo que pensó. Habían pasado varias horas en las que intentaba, pero nada más había atinado a chamuscar un árbol, al menos sabía que si tenía poderes. 

El peliblanco rendido se dejó caer en la tierra, y luego de un buena rato Jungkook salió de su escondite en el que se protegía de los ataques del Omega. 

—Es difícil. 

—Lo es, pero lo lograrás, verás que sí. —Animó el alfa sentándose a su lado. 

—¿Tú puedes transformarte? 

—Claro que sí. 

—Muéstrame. 

—¿Quieres ver a mi dragón? 

Jungkook se sorprendió por unos momentos. 

—Si —respondió tímido. 

El pelinegro se levantó y caminó hacia el barranco, a medida que caminaba los nervios de Taehyung iban en aumento, creyó que se iba a detener, pero él seguía caminando y se desesperó. 

—Jungkook, detente. ¡Jungkook! —gritó con fuerza cuando lo vió aventarse al vacío, Taehyung corrió hasta la orilla y entonces lo vió. 

Un hermoso dragón volando, su color era negro, y en los pliegues de las escamas parecía correr fuego, los ojos, eran lava pura y sus alas eran enormes. Él volaba libre, elevándose y dejándose caer en picada para luego volver a extender sus alas. Taehyung estaba maravillado, completamente embobado observando su belleza. 

El peliblanco retrocedió alejándose de la orilla cuando él dragón se acercó, y momentos después tocó tierra con sus cuatro patas a la vez. No era tan grande como lo imaginó, o eso pensó hasta que lo vió recargarse solamente en sus patas traseras, lo menos que podía medir eran unos diez metros. 

—¿Pu…puedes entenderme si te hablo? —Jungkook asintió. 

—¿Puedes hablar? —Él negó. 

«—Cuando te conviertas podremos hablar», habló el pelinegro en su idioma, escuchándose como un bufido, emocionado de volver a ver el dragoncillo juguetón de Tae. 

—Quisiera poder volar juntos —dijo triste. 

Jungkook, extendió sus alas hacia el cuerpecito de Tae y los atrajo hacia él, apoyándose en el suelo y acurrucando a Tae en su costado, él se acomodó, sintiendo que la piel de los dragones era más suave de lo que pensó y además de entre las escamas de él empezó a verse nuevamente el fuego correr. Taehyung se dirigió justo a ese lugar cálido cerca de su pata delantera, justo en su pecho, sintiendo maravillosamente su calor. 

Jungkook estaba impresionado, pues el calor que generó sin querer podía quemar, pero a Tae parecía fascinarle. Hasta que lo escuchó sollozar en restregar sus lágrimas en su piel.

«—¿Qué puedo hacer para alegrarte?»

Jungkook lo apartó y caminó unos cuantos pasos para quedar frente al peliblanco que se hallaba restregando los ojos. 

Taehyung levantó la cabeza y lo observó, Jungkook abrió sus alas y las colocó en forma de abanico a su alrededor, flexionó sus patas y empezó a dar saltos a un lado y al otro moviendo su cabeza con una… ¿Sonrisa?, Taehyung lo veía perplejo mientras seguía haciendo movimientos extraños hasta que entendió y empezó a reír hasta que su risa se transformaron en carcajadas. 

Jungkook se detuvo y lo vio feliz, su intentó de baile había funcionado, el menor estaba riendo preciosamente. Acercó su hocico hacia él, y el peliblanco calmó su risa dejando en su boca aquella sonrisa cuadrada que Jungkook amaba y que aceleró su corazón.

—¿Puedes transformarte? 

No tuvo que decirlo dos veces, porque entre un humo espeso color gris Jungkook volvió a su forma híbrida, recibiendo al menor, que había corrido hasta ser atrapado en los brazos de Jungkook. 

—Gracias —dijo Tae—… me haces muy felíz.  

—Esas eran las intenciones, me encanta verte reír. 

Jungkook tomó ambas mejillas de Tae y besó sus labios suavemente, pero el menor presionó sus labios en los suyos y empezó a moverlos robándole el aliento. 

—Te amo. —Dijo entre sus labios, y Jungkook se sintió morir en ese mismo momento. 

—Yo te amo mucho más, mi amor. Te amo más que a nada en el mundo. 

—¿Puedo… puedo pedirte algo? —preguntó luego de un rato en el que se quedaron abrazados. 

—Lo que tú quieras, mi amor. 

◎ ══════ ❈ ══════ ◎

Bufaba cada dos por tres observando a cada humano que pasaba a su lado, aparentemente él era uno, al menos del físico, porque él jamás se compararía con esas criaturas tan inútiles. 

El deseo de su Omega había sido visitar su antigua casa, y no literalmente en donde vivía con su familia, si no vagar por el pueblo y comprar algunas cosas que sabría que no necesitaría pero igual las adquiriría. Jungkook lo observaba ir de tienda en tienda, comprando pequeñeces como adornos o cosas que parecían joyas. 

Al rato vió un puesto de comida, y no se quedó quieto. Jungkook lo veía con una sonrisa boba, a unos metros recostado en un poste. Todo el momento iba tranquilo, hasta que en la calle de enfrente vió un grupo de tres chicos observando en la dirección de su Omega, riendo y haciendo gestos obsenos que para nada le agradaron. 

Se acercó sigilosamente hasta quedar detrás de ellos, los bajitos humanos se voltearon al sentir ser vigilados. 

—Es lindo ¿no?. La cosa más preciosa de este asqueroso mundo —dijo con la mirada puesta en su Omega. Los chicos no sabían a qué se refería el hombre alto que les hablaba—. Créanme, es un privilegio que sus mundanos ojos vean a una belleza como él —dejo de hablar un momento, para dirigir su mirada a los tres chicos que se mostraban extrañados y un poco temerosos. Los ojos de Jungkook se volvieron amarillos y los chicos retrocedieron conteniendo la respiración por el miedo—... Pero antes de irrespetar a alguien en la calle, primero vean si anda acompañado, es más, no se atrevan a volver a hacerlo con ningún choco o chica. Él, esa criatura hermosa con la que sus asquerosos ojos lo veían, es mi esposo. Pierdanse antes que les rompa cada hueso de su decrépito cuerpo. 

Los jóvenes salieron corriendo despavoridos, y tan solo a unas cuadras de distancia se escuchó fuerte y claro un rayo caer. 

—Listo, ¿Seguro que no quieres? —preguntó Taehyung parándose a su lado. 

—Muy seguro —respondió con una mirada despectiva hacia la comida que tenía en la mano su Omega. 

Taehyung comía feliz, Pero de un momento a otro corrió hacia un lugar menos concurrido para escupir la comida que tenía en la boca. 

—¿Que pasa, cariño? ¿Te sientes bien? —Tae negó mareado. 

—No, eso estaba horrible —tenía ganas de vomitar. Sin embargo no pasaría la vergüenza de hacerlo ahí—. Vamos a casa ¿Si? 

—Gracias a la madre luna —clamó Jungkook con sus brazos al cielo. 

Ambos caminaron a través del pueblo nuevamente, iban platicando mientras Jungkook llevaba en una sola mano todas la bolsas com sus compras, y la otra se aferraba a su mano. Hasta que Taehyung vió una figura tambalearse de un lado al otro, chocando contra la pared y luego contra un poste, totalmente fuera de sí. 

—Kook…

—¿Si cariño? 

—¿Ese no es Hoseok? 

Jungkook observó a esa dirección, justo cuando el mago se dejaba caer en la cuneta de la calle, con una botella de licor en su mano. 

—Mierda —ambos híbridos se dirigieron en su dirección, con suma preocupación—. Hoseok, Hobi ¿Que pasó? 

Jungkook se agachó frente a él, dejando las compras de lado. 

—Jung…Kookie —dijo triste, entrecortado por el estado alcohólico—. ¿Sabes cuántas… veces he tratado de… matarme estos… días? 

—Hoseok…

—Maldita vida. Perdí a los dos amores de mi vida. 

—¿De qué hablas Hoseok? 

—Ellos… son destinados. 

—¿Yoongi y Jimin? —Hoseok asintió triste

—Son mi todo… ahora ambos tienen que estar juntos… y yo… me quedo solo… pensé… que esto iba a durar un poco más… solo un poco más —dijo esto último en un suspiro. 

Jungkook estaba perplejo, observando por primera vez a su mejor amigo afectado por algo o por alguien. 

—Ellos… ellos me hacían sentir joven… otra vez —dijo el mago—... Ellos me hacían sentir vivo… mantenían mi sangre joven. Ahora… no tengo nada —decía entre hipidos. 

—¿Tuviste un romance con ambos? 

Hoseok empinó la botella en su boca, bebiendo de un solo trago el resto de la bebida. 

—Y no me arrepiento… ahora sí se dan cuenta… van a odiarme. 

—Hobi. Lo siento mucho. 

—Talvez eso sea bueno… que me odien para que sean felices ambos. 

El mago se dejó caer en la cera, quedando dormido al instante. Jungkook maldijo por lo bajo, lo único que podía hacer era llevar a su amigo a su habitación en el castillo. Esperando que esté no hiciera una locura por el amor de ambos chicos. 

Holis, no soy mucho de dejar notas de autora en esta historia, pero quería compartirles un dato, si las escena del baile dragón de Jungkook les recordó a algo, pues si. No están equivocados.

Solo imaginen que esos fueron los pasos de Jungkook para Tae 。⁠◕⁠‿⁠◕⁠。:

Para las personalidades de Tae y Jungkook me he basado en mi propia perspectiva con furia luminosa y Chimuelo si fueran humanos.

Dato curioso bonito ¿No?

Sigan disfrutando ❤️

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