—¿Cómo puedes dormir así?—Cuestiona London.

Al parecer soy su única forma de divertirse ya que no dejan de hacer preguntas ante la casa sobre, lo que sucede en ella o no. Y ya tuve suficiente anoche. No logré dormir ni un poco,  ver a Proust a pie de la puerta observando hasta que mis ojos se cerraron, no fue para nada tranquilizante, no se por que lo hace, el por qué me vigila, se que logre invadir su cueva pero, no se por que lo hace, tal vez piensa que volvería allá abajo, y para ser sincera no volvería aún así deba lidiar con Proust, el resto de mi vida, la sensación que me produjo me hizo querer morir en ese instante es pensar en que tan malo es la maldad, en qué puede ser no aterrador o cargado de horror si no escalofriante.

Es tan malo que...quizás hubiera vomitado allí. No pienso volver aunque mi vida dependa de eso de hecho, creo que...fue lo mas perturbador que eh visto en mi vida. Un escalofrío recorre mi cuerpo de sol recordar el pánico que senti. —No lo se...—respondo sin prestar atención.

Las clases transcurrieron
normal a no ser por mi que estoy distraída pensando una y otra vez en los cadáveres. Dejé a Cari y a London, lejos y avanzo por el casillero. Que me otorgaron, así que avanzo a paso lento, me sorprende por qué está solo. Lo encuentro y empiezo a guardar algunas cosas.

—Nena... —La voz gruesa de Proust, me hizo dar un brinco del susto.

¿Esta aquí?

Lo observó, si es el pero me sorprende que es la primera vez que se ve así, como una persona normal, un alumno atractivo que pasaría desapercibido. Lo observó asombrada de arriba a abajo una y otra vez, e inhaló su perfume su olor es distinto huele a jabón a perfume y a humano.

Observó sus ojos. —¿Que-que haces aquí?—El sonríe coquetamente y recarga su hombro sobre el casillero. Y luego levanta la manga de su suéter y me muestra su símbolo,  de inmediato el mio arde el mío.

Así que a eso se refiere con libertad. —¿Y ahora vas a seguir me?

—No, solo me aburrí. Ademas, solo quería saber si estabas bien, aunque todo esto fue tu culpa.

—¿Mi culpa?¿A qué te refieres?

—Al entrar a mi casa.

—¡Ah!—Le miró sin creer. —Supongo.

—¿Te gusta?—Pregunta, pero no sé a qué se refiere.

Así que miro a cualquier lado buscando una respuesta. —¿Que?

El ladea la cabeza como si no me entendiera. —Yo.

Abro la boca para decir algo Pero no sé que, por qué si es atractivo hasta los huesos,  aterrador del mismo nivel, sin contar que está medio muerto y que es un semi-demonio fantasma humano, o yo que se. —No se... —el da un paso cerca. —¿Si?—Musito en un tono casi inaudible.

El vuelve a sonreír y se acerca. Coloca una mano a lado de el casillero y se inclina¿Me besara?—Que bien, por qué tu me encantas.

—¿Por qué no me has asesinado?¿Por qué no eh terminado igual que ellas?

El hace un gesto aburrido. —¿Quieres saber?

Asentí. El bufa. —Por que, este estúpido cuerpo humano me está controlando más de lo que creo, el no está muerto, sigue vivo pero la mayor parte de mi esta en el y su voluntad humana me domina, digamos que....tengo sensaciones humanas, algunos sentimientos o empatía y es como cualquier asesino, no quiero asesinar al menos no aún. Por que¿por que hacerlo?si me resultas más divertida viva que muerta, y aún no quiero que acabe.

Mueve su mano explicando la situación. Pero yo asimiló cada palabra, un minuto¿Dijo que le gustó?—¡Miley!date prisa, no podemos llegar tarde.

La voz de London, me hace dar un brinco más, y tras de el está Cari. Los observó veo como sus ojos se agrandan, contraigo el  rostro extrañada y luego giro, Proust sigue aquí. Ellos se hacerca. —¿Quién es el?—Ella indaga.

—Si¿Es tu novio?—pregunta London cauteloso.

Me giro a Proust, quién sonrió estúpida mente, burlándose. —No.

—Si. —responde el.

—No. —Apelo. El sonríe como si yo jugará.

—¿Si o no?—Ambos preguntan al unísono.

—Talvez. —Dice el. —Nos vemos luego, nena. —Se despide, se marcha a paso lento. Seguro, intimidante, imponente, creo que me agrada y aterra menos la versión fantasma bueno de el. No este sujeto.

Mientras Cari, se le queda mirando asombrada yo diría deslumbrada. —¿Ese hombre tan guapo es tu novio?por qué si no lo es, yo lo quiero para mí. —Dice embobada.

London le golpea suavemente el hombro. —¿Que?es atractivo y sexy, de esos ya no hay...

Se gira a el. —Claro que no. —Musito más para mí que para ellos.

Si tan solo descubriera que no es real y esta medio muerto....—Andando.

Avanzamos por el pasillo,ellos al tiempo después ignoraron a Proust, mientras que yo pienso en dos cosas en el, y en su cueva, la verdad si es atractivo hasta los hueso, pero técnicamente es antinatural.

/ / /

Después de clases decidí ir con Preston y contarle la situación pero a él no le gustó mucho escuchar cada detalle, así que decidí omitir algunos.—Entonces creo que debemos deshacernos ya de el ¿No?Pero¿Cómo volverás por el libro si es así de aterrador?—Se gira a mi.

Aprieto los labios sin saber el como. Pero después de una lucha, descubrí que tengo una ventaja. —Quizás vuelva, pero deberé involucrarme con el...—El me mira extrañado y a la vez como si tuviera una loca idea.

—¿Cómo?

—Tengo un plan. —Dije para mí más para el.

No creo que salga como lo planee. —¿Y si el ritual no funciona?—El se rasca la cabeza nervioso.

—Recurriremos al plan B.

—¿Cuál es ese?—Sinceramente no quiero escuchar.

—Seria quemar el libro y la casa....

—Eso no funciona en muchas película.

—¡Esto Miley, es la vida real!—Se hacerca y me toma de los hombros con gesto serio.

—¿Y no seria mejor traer algún
...no se sacerdote, pastor o cura como les dicen?Alguien mas capacitado que tu. —El rechina los dientes. Y me mira como si le hubiera ofendido.

—Esto es más grande ellos...no se cómo harían las cosas. Además, yo estudie me enfoque en esto, aun no termino...—Mira hacia otra lado. —Pero yo puedo. —Vuelve  mi.

—¿Con el método correcto?

—¿Y cuál es ese?—pregunta. —¿Dios?—Alza una ceja.

—¿Que no crees en el?—el hace un gesto como si fuera tonta.

—Obvio, si hay un mal hay un buen, si hay demonios hay angeles y si existe... —El hace una mueca. —Ya sabes lucifer existe, dios,jesús....¡Cómo lo conozcas!—Dice con elocuencia. —Basico.

Chasquea los dedos. —¿Entonces debo confiar en ti?—Vuelve a tomarme por los hombros y en mi rostro susurra.

—Demasiado. —Su aliento choca contra mi nariz, ahí sus ojos viajan de mis ojos a la boca, ahí carraspeo.

El se quita de inmediato. —Solo confía en mí...

—Lo haré. —El sonrió.

/ / /

Después de recordar cada detalle de la cueva extraña, me dirigí a mi laptop y empiezo a teclear, tiene que haber una respuesta para todos los cadáveres desconocidos. Busco desaparecidos hasta que la encuentro, una gran lista pero no solo chicas, es una búsqueda a los alrededores y está de la siguiente manera.

1.Alice Parish: Es la número una desaparecida debido  lo reciente y la veo, la comparo mentalmente con el cadáver allá abajo y se que es ella la desaparecida pero eso no me sorprende, si no el parecido a mi, dicen que tenemos siete rostros similares pues podría decirse que ella es uno de los siete que tengo. Y quedan seis.

2.Kendall Scott: Es la número dos después de la chica Alice, es extraño que desparecieron no entiendo el por qué.

3.Eris Winchester: Es la número tres  y la verdad ya es imposible identificar su cadáver allá abajo.

El resto son dos más.

4.Klark Golding.

5.Ryan Fines: Son los últimos estos me extraña ya que son chicos,busco la causa de su desapareció y me encontré con eso "Desaparecidos cerca de la casa Parfitt se dice que entraron y ya no volvieron a salir de ahí."

Las chicas son similares a mi en todo aspecto. No comprendo por qué el secuestro a chicas así, estoy casi segura que actúa como un asesino serial pero ahora que recuerdo las heridas en sus cuerpos se que el no las torturaba física  o sexualmente. No que si se las comía ligeramente ya que las formas y agujeros en su cuerpo parecían similares a una mordida.

Exhausta ante la investigación y dudosa, creo que  no debería interferir con el o podría ser devorada igual. Y creo que..lo que busca Proust, es solo una chica como su Madeleine, al menos la que el conocía. Y si yo diera esa Madelein que el busca...entonces comprendo por qué sigo viva.

Después de esto tomo valor, debo volver allá abajo, y no ser una gallina. Bajo a la sala, me encuentro de pie frente a la puerta y la observó para armarme de valor.

Allá voy de nuevo.