Observo a Milo,necesito que me ayude en esto,me duele la espalda no se si pueda sacar el libro de Madeleine de ahí.Y si Proust me descubre de nuevo,habrá serios problemas.—Milo.—Le llamo,en el sofá frente a el,no he visto a Proust,desde que me torturó.Y necesito hacer algo para tomar el libro.

El me mira curioso—¿Si?

—Tienes que ayudarme.

El me mira extrañado—¿Sobre que?

—Hay un libro,nos dirá mucho,tengo que sacarlo.

—¿De donde?

Suspiro—En las habitaciones selladas.

El se muerde el labio,y niega—No dejaré que te lastime esa cosa.Ademas tu hablas con el,es más peligroso.

—¿Cómo...?

—No soy tonto,Miley.

Asiento—Solo distraerlo.

—¿Y si no puedo?

—Entonces me encargo.

—Bien.

Me apresuro a subir a la habitación sellada y miro aterrada la puerta,paso saliva al recordar lo que paso la última vez.Fue aterrador.Milo abre la puerta para mí y el olor a podrido a muerte me pega en la nariz,evito vomitar.Me siento fatal tan solo recordar lo que me hizo.Avanzo cautelosa,y la puerta tras de mi se cierra—¡Miley!

—¡Estoy bien!

Sigo avanzando,puedo ver a mas detalle todo esto,puedo ver un símbolo en la pared detrás de la cama,es grande.En los grilletes hay sangre,en la cama un círculo rojo,antiguo como si la casa fuera muy vieja y no recién tapizada.Una tira cuelga de la pared.Me acerco y tiro de ella,por lo que se viene toda la hoja de tapiz,un circulo más grande con símbolos aparece,en medio del símbolo,hay uno raro,y tiene un idioma que no reconozco,pero la pared cruje,y puedo ver como la sangre que talla los símbolos se mueve,doy un paso atrás asustada pero me detengo al ver lo que dice para mi.

Lujuria.

Avaricia.

Luego resplandecen,por lo que evito gritar,la paredes crujen y empiezan a aparecer más símbolos raros tallados con sangre,los grilletes,parecen cobrar vida,y como en una película de terror la sangre se eleva y toda la habitación va cambiando,puedo ver ahora algo más diferente.

Me giro aquí mismo,y veo a Madelein:

"Ella entra desesperada a la habitación,con algo en su pecho lo sostiene con fuerza—El no tiene que verlo,sabrá todo lo que puede hacer.—Susurra asustada,luego busca entre los cajones.

Los símbolos van desapareciendo,sólo hay un tocador,una recámara y un cuadro de ella y proust,se veían felices,de pronto ella corre detrás de la cama,una tabla se cae,dejando un hueco libre,ella mete un cuaderno ahí,y después.Lo sella,el cuaderno,tira hojas esta roto,pero ella lo guarda bien,sella la pared con la madera,la cama y luego se voltea asustada me mira,pero no es a mi,se ve asustada.

—¿Dónde está?

—¿Dónde está que?—Ella se pone de pie.

El rie,es proust—El libro,eso que escribiste.

—Tu no eres mi prometido,lo sé.

El rie—Lo sabes¿lo sabes?—Ladea la cabeza—¿Cuando tenemos Sexo lo sabes?¿por que dices mi nombre,nena?

—¡No eres mi esposo!—Exclama molesta.

El vuelve a sonreir—Pero te gusta lo que hago.

Ella niega frenéticamente asustada —Ya,matame.

—No.

—¿Por que?—Ella chilla,estoy en medio de la escena.

—Por que me gustas,me gusta dominarte.

Ella niega,el se acerca—¿Dónde está?

—¿Para que lo quieres?

—Para saber que más puedo hacer,digamos que tu noviecito no tiene memoria.Necesito saber lo que el sabía.

—Jamás.

Proust se acerca peligroso,sonríe y está vez su rostro se deforma en una larga sonrisa tenebrosa,mostrando miles de colmillos,hace lucir unas largas garras y toma a Madelein del cuello,llevo una mano a mi boca evitando que me escuchen,apesar de ser un recuerdo.Ella patalea,ya que al tomarla del cuelo empieza a elevarla del suelo,luego la arroja a la cama.

—Una vida,por mi vida.—Susurra Proust.—¿Que más debo saber sobre mi?

Ella chilla ahogándose sin poder respirar—No...se.

—¡Dime!¿Cómo quedarme en la tierra?¿como tomar otro cuerpo?¿Como ser un humano normal?

Ella niega,intenta respirar,pero eso se a subido sobre ella,el intenta forzarla pero ella no cede,y hizo bien,si el supiera tanto.Luego sus largas garras,cuando pierde la vida suelta su cuello,ella está muerta,el parece haber rejuvenecido,se tomo a su esposa,el mira sus manos y que sus garras han desaparecido,sonríe.Mueve sus manos de un lado a otro y admira lo que hizo...si mata,el vive...

Luego con un afilado cuchillo,sigue a sacarle el corazón a Madelein,no quiero ver,cuando acaba abro los ojos y veo como poco a poco el cuerpo se desintegra,y un charco rojo de sangre se formó en la cama.Y poco a poco vuelvo a la realidad."

Me apresuro a buscar el libro donde se supone que esta,muevo la cama sin hacer ruido,luego el símbolo resplandece como si...como si fuera un portal abierto a otro lugar,abro la madera exacta y encuentro lo que buscaba,está ahí,el libro.Si es justo como dijo Milo.Es un libro diario,y esta lleno de hojas,pero esta sellado.Lo tomo todo y lo meto dentro de mi suéter.

Y cierro todo de nuevo,la pared cruje,y cuando intento levantarme,el aparece.—¿Que haces aquí?¿No fui claro?—Replica Proust,la parte amable y suspiro.

Levanto la cabeza pare verle,se a puesto más grande.Luego me pongo de pie de inmediato,el esta aquí.—Responde Haynes.

¿Ya no soy Miley?estoy en problemas.

Trago saliva—Yo...yo...

—¿Tu qué?—Veo como de sus manos,saca esas afiladas garras y suenan como afilados cuchillos.

Retrocedo.—¿Proust?

Sus ojos vuelven.Esos ojos rojos,ya no es el.Me toma del cuello,siento el corte en mi cuello,luego me arroja al la cama,y se sube encima de mi—¡No,no!—Chillo y pataleo.

Pero si me muevo vera el libro,debo ser más lista que Madeleine y no morir así,asiento decidida cuando el toma mi cuello con ambas manos,luego su forma empieza a deformarse a esa sombra negra.

Rápido,piensa,piensa.

Lujuria.

Avaricia

¿Que hago?

—¡Besame!—Grito como demente.

El se queda petrificado,la sombra ya no sé mueve.Siento qué me falta el aire,y luego muestra esos afilados dientes,el sonríe en una sonrisa malvado,el sonríe victorioso...eso es¡lujuria!El se inclina,cierro los ojos para no verle,y luego siento unos cálidos labios.Abro los ojos para ver,es Proust de nuevo.Suspiro de alivio sobre su boca.

Tengo que jugar su juego,y que no me mate—Déjame ir...—Susurro.

—No.

—¿Por qué?

—Por que tienes algo que quiero.

—¿Que?—Musito asustada.

—Dame el libro—Susurra en mi boca,mirándome mis labios.

—Soy Miley.

—Lo sé,nena.

Lo jalo del cuello,y le beso.Le beso con euforia para que olvide todo,el intenta alejarse pero lo evito,bajo las manos aun sobre mi,el tiene el control,aun no suelta mi cuello.Llevo mis manos para arrebatar su suéter y subirlo,dejando a la vista su pecho pálido,lleno de símbolos,este cuerpo ya no es de Proust Hamilton.Meto las manos dentro de la fría piel,cuando lo toco el gruñe.Y empiezo a subirlas lentamente,por su abdomen,hasta llegar al pecho,el sigue besándome,gruñe,suspira.Estoy ganando.Luego cuando a soltado mi cuello,lo empujó,el me toma del brazo por que cree que escapare,pero no,sobre la cama me subo encima de el,y me acomodo en su abdomen bajo.El eleva las caderas y su entrepierna pega mi parte íntima,el estira sus garras,tengo miedo,pero me paralizó cuando toma mis piernas y va subiendo a mi trasero,y lo sujeta con fuerza sobre el.Luego me inclino hacia abajo,el vuelve a suspirar,parece que jadea,le empiezo a besar,el pecho el cuello,todo libre donde el suéter no esta,llevo mis dedos al elástico del pantalón de el,y empiezo a tirar de él suavemente,el se acerca,toma mi cabello y me empuja contra su boca,pero no es asi,cuando parece que me besara,estira mi cabeza y besa mi cuello,con sus afilados colmillos araña mi cuello,de nuevo creí que me mataria mas no lo hace...se divierte.

Y el siguiente paso.—Tengo un trato para ti.

El abre los ojos grisáceos —¿Que?—Murmura con voz ronca.

—Déjame ir,y te dejare terminar esto.

El sonrie—¿En donde?

No...

Trago saliva—Dónde quieras.

El rie,y se sienta aún sobre mi,asiente y mira mi boca—Cuando yo te busque,tendrás que acceder

—Si.—El toma mi brazo marcado,y presiona el dibujo,luego arde.

—Tengo un trato.

—¿Que si no lo cumplo?—Miro el dibujo ahora lleno de sangre.

—Esto te matará...—Señala el símbolo y desaparece,dejando una nube negra.

Cuando lo busco solo estoy de rodillas en el colchón.Sujeto el suéter y guardo bien el libro,cuando salgo,lo tengo y hago lo primero que puedo.Llevarlo a casa de Proust.