JungKook     

Hace dos semanas vivía una vida miserable.
                     
Soportaba malos tratos, caras largas, palabras hirientes y golpes aún más hirientes, estaba haciéndome a la idea de ser infeliz el resto de mi vida.                     
Entregándome a alguien que no amo, sirviendo de bufón en esa casa y tener que saludar a mis padres con una buena cara siendo que ellos fueron los que provocaron todo esto.
                     
Pero ahora.
                     
──Y solo debes buscar las ramas más firmes, con el tiempo solo te bastará verlas para saber cuáles sirven ──explica subiendo rápidamente un árbol── y listo, lo haces bien, pero tardas mucho y habrá ocasiones en las que necesitarás ser veloz.
                     
──Entendido ──digo intentándolo de nuevo.
                   
Ahora estoy muy bien.
                     
ChanYeol me ha enseñado un par de cosas de supervivencia, es muy bueno en estas cosas pero creo que eso es obvio.                    

Luego intentaré cazar de nuevo pero por ahora estoy bien viviendo a base de pescado y frutas.
                     
¡Lo logré!                     

Llego a donde él y me siento a su lado, esta rama es muy fuerte y puede con ambos así que no me preocupa caer.
                   
──Vas mejorando, niño, pero intenta mejorar la velocidad ──sugiere tomando mi mano── quiero que aprendas por si algo se presenta y no estoy cerca para cuidarte, eres bueno con tu arco, pero hay animales con los que es mejor huir que luchar.
                     
Asiento y presiono su mano, me gusta mucho estar con él y no tengo que ser un genio para saber que él también tiene sentimientos por mí.
                     
Gira su cabeza para verme, sonríe y se acerca para darme un beso.                    

Desde que le enseñe lo que es no deja de besarme.                     

Y me encanta.
                     
Sonrío sin dejar de besarlo y tomo su rostro entre mis manos, cuela su lengua en mi boca y acaricia la mía suavemente.                    

Creo que es lo que más le gusta de los besos.
                     
Me alejo para obtener algo de aire y admiro su rostro que da a la perfección con la puesta del sol, mi lobo es tan guapo.
                     
──Debemos irnos, va a anochecer ──pide viendo al suelo.                     

──Sí, vamos.

(...)

He cambiado su vendaje constantemente para que no se infecte su herida y he visto mucho progreso, si todo sale bien espero que esta sea la última venda que tenga que poner.                    

Recuerdo como intentaba librarse desesperadamente hace un par de semanas, y ahora está aquí, tranquilo, intentando mostrarse fuerte pero en realidad le aterra el alcohol.
                     
Las primeras veces le dolieron demasiado pero conforme pasó el tiempo no lo hizo más, ha cicatrizado bien.                    

──Bien lobito, siéntate y déjame ver ──pido sacando el botiquín.                    
Asiente y me hace caso, de verdad espero que todo esté perfecto, quedará una cicatriz muy grande pero es lo de menos.                    

Solo espero que esté bien.
                   

JiMin

Una persona especial, esa maldita frase no ha dejado de hacerse presente en mi mente.
                     
Tiene sentido viniendo de él, de verdad, es tan dulce que no me sorprende pero se siente raro.                    
Me deja besarlo cuando yo quiero, además él busca mis besos también, nos hemos dormido pegados mientras devoro su boca, nunca he sobrepasado ese límite, he sabido controlarme pero no estoy seguro de que tanto tiempo pueda hacerlo.                   
Y más con lo que se aproxima.                    
Termina de quitarme la venda y sonríe al ver mi herida, que bien, ya sanó completamente.
                     
──Por fin ──dice poniéndose de pie──¿Ya no duele, verdad?                    

──Para nada, desde hace días que no lo hace ──aviso parándome también── gracias, niño.
                     
Dije que intentaba controlarme pero a veces fallo.                     

Lo jalo de la cintura bruscamente y lo pego a mi cuerpo, empiezo a besarlo y me recibe con gusto mientras juega con mi cabello.
                     
Sus suspiros se vuelven más pesados conforme pasan los segundos y estoy seguro de que puede oír mis gruñidos, no es intencional, solo funciono así.                   
Todos los animales que oigan mi gruñido saben que no pueden acercarse.
                     
Este niño me pertenece.
                 
Me siento de nuevo en la cama haciendo que se acomode sobre mí, creí que me gustaba lamerlo para agradecerle pero esto es mucho mejor.
                     
Me separo y le sonrío, hace los mismo y sus mejillas están tan rojas que parecen manzanas, siempre que hago esto se pone así.                    

──¿Quieres cenar? ──pregunta sin soltar mi cabello── puedo hacerte pescado a la leña.                    

──Me encantaría, pero mejor luego ──pido suspirando── hay algo que debo decirte, verás, en un par de días voy a irme.                    

──Pero...                  

──Tranquilo, volveré ──interrumpo adivinando sus pensamientos── es que, habrá luna llena en poco tiempo y eso hace que los lobos nos descontrolemos un poco, no te conviene estar cerca de mí hasta que ese tiempo haya pasado.
                     
──Oh... ──no dice nada pero su mirada cambia, no sé cómo identificar esto.                   

¿Estará asustado?
                   
──Bebé, no te haré daño, por eso me alejaré...
                     
──¿Qué? No, yo sé que no me harás daño ──me interrumpe sonriendo── es solo que me preocupo por ti, quisiera ayudarte pero no sé mucho de esto.                    

Oh.                    

Sonrío conmovido y vuelvo a atraer sus labios a los míos tomándolo de la barbilla, nunca se habían preocupado por mí.                 

Pero este niño, este dulce niño.                   
No deja de hacerlo desde que lo conozco.
                     
Me separo brevemente y veo sus ojitos sorprendidos, es tan lindo.
                     
──Tranquilo bebé, haces mucho por mí ──informo acariciando su cintura── me haces mucho bien.
                     
Asiente y coloca su cabeza en mi pecho, lo acaricio y enredo mis dedos entre las hebras de su cabello, creo que de todo lo que hacemos es esto lo que disfruto más.
                   
Solo estar con él.
                     
Mi vida era muy diferente a esta antes de conocerlo, jamás pensé en cambiar de forma de nuevo, no en muchos años al menos.
                     
Y ahora estoy así, domesticado por este dulce pequeño.
                     
Creo que si me esfuerzo puedo volverme esa "persona especial" a quien tanto desea entregarse, pero por ahora me controlaré lo mejor que pueda.                    

Por ahora con sus besos me basta.