JiMin

Eh, esto de la ropa no está tan mal.                    
No me parece muy práctica para cazar pero por el momento estoy bien, lo que sea para que el dulce niño bonito no se sienta incómodo.
                     
Le costó un poco arreglarla para que me quede, tiene sentido, es tan pequeño.
                     
Creí que se intimidaría un poco teniendo esta forma, hasta pensé que me temería y se alejaría pero no.
                     
Hasta jugué con él y podría jurar que le gustó más así, hasta me acarició por más tiempo.
                     
Hace tiempo que salió de la cabaña, dijo que quería recolectar más madera para hacer una fogata y cocinar la cena, al parecer guardó algunos pescados que le regalé.
                     
En fin.
                   
Salgo de la cabaña y lo veo ahí, concentrado en encender esa cosa, sé que está concentrado pero la forma en que frunce el ceño con frustración cada vez que falla me parece adorable.
                     
Vaya, lo logró.
                     
Sonríe viendo su creación y coloca dos palos de madera sobre él que tiene atados los peces, los acomoda de tal modo para que no caigan y se sienta a esperar.                    

Es muy lindo.                   

──Oh, hola lobo ──saluda desde su lugar── ven, empieza a hacer frío.                  
Asiento y me acerco a su fogata, me siento junto a él y ya que veo que pone sus manos cerca del fuego lo imito.
                   
Es agradable.
                   
──¿Te gusta la ropa? ──pregunta sin dejar de ver el fuego── fue lo mejor que pude hacer.                    

──Está bien, me gusta ──respondo sin muchas ganas.
                   
Un par de pantalones marrones y una camisa blanca, no es la gran cosa pero de verdad se esforzó.
                     
──Por cierto, mi nombre es JungKook ──dice mirándome── creo que no nos presentamos adecuadamente.
                     
──JunKook ──menciono dejando que mi lengua se acostumbre a su nombre── bueno, yo soy JiMin.                     
──Jimin, es un gusto ──asegura sonriendo── no sabía que entre lobos se nombraban.
                     
─Mi familia es de híbridos, tienen algunas costumbres humanas.
                   
──Oh, y ¿Dónde están ellos?                    
─Se fueron ──informo despreocupadamente── renunciaron a sus formas humanas y se fueron con la manada, yo no quise, estoy bien así.
                     
Asiente y mueve la comida para que el calor le llegue a otro lado.
                     
──¿No te has sentido solo? ──cuestiona── es decir, ¿No te molesta estarlo?
                     
──No, soy un lobo solitario ──informo con una sonrisa── ¿Qué hay de ti? ¿Por qué huiste de la aldea? ¿No te gustaba tu casa?
                 
──Bueno, esa no era mi casa, no se sentía así al menos, un chico me pidió en matrimonio a mis padres y ellos me cambiaron por una vaca y unas tierras, solo pasé dos semanas con ellos pero fue un infierno.
                   
De acuerdo, no sé qué sea eso de "Matrimonio" pero suena malo, por eso no le gusta, además eso de ser intercambiado como si se tratara de un objeto es estúpido.                    

Y luego dicen que nosotros somos los salvajes.                    

──¿No temes que te busquen?
                   
──Tal vez lo hagan pero no creo que me encuentren, mi abuela se esmeró demasiado en construir su cabaña en donde no pueda verse ni por accidente, por eso es tan difícil llegar, ni mis padres saben hacerlo, solo me traía a mí.
                     
El bosque tiene razón en darle acobijo a este chico, empiezo a creer que los humanos no lo merecen.
                 
──Está listo ──avisa quitando los peces del fuego y me entrega uno── toma, disfruta la comida.
                     
──Eh... no acostumbro "Cocinar la comida" ──informo mirándola con desagrado── no creo que me guste.
                     
──Inténtalo ──pide dando una mordida── anda.
                     
Bien, ya que. Doy una mordida y vaya, nada mal, el fuego le da un buen sabor.
                   
Está delicioso.
                     
Lo devoro por completo dejando salir gruñidos que no puedo controlar, esto es lo más rico que he probado en la vida.
                   
Escucho un par de carcajadas de mi lado así que observo viendo que ese niño ríe sin parar, ¿Qué es tan gracioso?                   

──Eres muy lindo ──dice sin dejar de reír── te dije que te gustaría, ¿Quieres más?
                 
Asiento y me entrega el suyo pero no puedo aceptarlo, lo miro frunciendo el ceño y él sigue insistiendo.
                     
──Puedo hacer más, además no tengo hambre ──avisa sacando una manzana de su bolsillo── no creo que quieras comer esto.
                     
Bueno... ya que insiste.
                   
Tomo el pez y lo devoro como el pasado, sus risitas acompañan mi cena y creo que me gusta eso, sí, definitivamente me gusta su risa.                 
Empieza a oscurecer, tal vez pasé mucho tiempo con él.                    

Pero tal vez me guste hacerlo.

JungKook       

     
   
El bosque y sus habitantes no dejan de sorprenderme, le entrego un vaso con agua y yo también bebo el mío.
                     
Es muy desastroso tanto para comer como para beber, pero me gusta que sea así, me gusta todo de él.
                     
──No lo sé, sigo sin creer que esto esté pasándome ──digo sentándome y reposando mi cabeza sobre su hombro.                   

──¿Qué te hace falta para creerlo?                    
──No se trata de eso, te creo, pero no puedo creer que sea a mí a quien le cuentes esto, agradezco la confianza.
                   
──Te la ganaste ──dice suspirando fuertemente── oye, ¿No deberías entrar a dormir, niño.
                     
──No quiero hacerlo, me gusta estar aquí.
                     
──Bien, a mí también.
                     
Sonrío y me acurruco más en su hombro, esto es increíble, de no haber escapado de ese lugar no hubiera podido conocer a lobo.
                   
No hubiera conocido a JiMin.
                     
Hace rato me sorprendió bastante, un hombre muy atractivo estaba sobre mí sin nada que lo cubriera y me lamía la cara.                    

Y eso no es algo que pueda pasarme todos los días.                    

Y ahora me siento cómodo, me siento en paz, disfruto mucho de su compañía y espero que él disfrute de la mía.                    

Suelto un fuerte bostezo y estiro mis brazos, estoy cansado.                  

──Bebé, entra a dormir ──pide moviendo su hombro── volveré mañana.                   

──No ──niego tomando su brazo.                   
──¿No? ¿No quieres que vuelva? ──pregunta y podría jurar que tiene la voz lastimada.                    

──No, no quiero que te vayas ──informo para evitar mal entendidos── ¿Puedes quedarte? La cabaña es muy grande para los dos, anda, quédate conmigo.
                     
Me aparto de su hombro y lo miro, tiene una gran sonrisa en su boca  y me mira fijamente.
                     
──Quiero quedarme contigo.