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Capítulo 4: La Confianza del Führer

Al día siguiente, Gerald despertó sumamente confundido; en primer lugar, se le hacía extraño que hubiera descansado tan bien ya que él usualmente tardaba en dormirse, pero extrañamente durmió de maravilla esa noche. Y segundo, no tenía idea cómo había llegado a la cama, recordaba haber visto a su madre, mas luego de eso, no recordaba nada más.

Luego razonó, lo que vio no podía ser Nicia Katsaros, ella había muerto hace años, era imposible que ella hubiera estado en su habitación así que, con eso en mente, el niño concluyó que lo ocurrido la noche pasada fue sólo un producto de su imaginación, exactamente lo mismo que Envy quería que pensara.

Cuando se levantó y esperó en la sala de estar a que llegara Roy, se sorprendió un poco de ver a Hawkeye llegar con él. Cada vez que Mustang venía con ella significaba que practicarían con armas, Gerald no era tan malo disparando, conocía el funcionamiento y la teoría, pero su puntería no era muy buena, así que era lo que más practicaban últimamente.

Lo que le parecía curioso al niño es que Hawkeye no veía las armas como una herramienta para matar, las veía como algo para proteger, y en cierto modo tenía razón, sólo que Gerald aún no podía ver del todo aquella importancia en proteger, es decir, nadie se encargó de proteger a sus padres y todos continuaron como si nada hubiera pasado, pero en fin, no iba a discutir eso ahora.

Nunca más volvió a hacer ese entrenamiento avanzado que tuvo con Roy cuando pidió ejercitarse, así que no fue tan difícil asumir que fue una exageración para que el castaño no volviera a pedirlo, pero al menos fue de utilidad para que el menor aprendiera la lección de no acelerar las cosas.

Pasó una semana desde ese extraño sueño y finalmente llegó el día tan anhelado por Gerald, por fin vería si merecía formar o no parte del ejército como militar. Aún recordaba el día que entró al Cuartel General por primera vez, esta vez volvía a ir, sólo que ahora iba con un mejor motivo. Aquel día, el mismo Führer de Amestris le había dicho que su entrada al ejército estaba prácticamente asegurada, ahora verían si estaba en lo cierto.

Primero, viajó a Ciudad del Este y fue con Roy a la enfermería del Cuartel General, ahí le realizaron un chequeo completo y le extrajeron un poco de sangre para asegurarse de que no tuviera alguna clase de enfermedad que le impidiera ejercer un buen desempeño, sin embargo, el Führer en realidad requería de este pues necesitaba que el muchacho estuviera en perfectas condiciones de salud para el futuro, así que requeriría ir revisándolo constantemente.

Una vez que terminaron con los exámenes, llegaron a la sala en la que le pidieron esperar a que lo llamaran. Varios militares aparecieron, los cuales, al notar al niño, pensaron que se trataba de una broma y lo fastidiaban con comentarios como que no serviría para la guerra o que no tenía virtud de guerrero, otros lo recordaban de aquella vez que atacó el Cuartel y se quejaban diciendo que preferían tenerlo lo más lejos posible, pero pronto Mustang lo calmó, al igual que un rostro conocido por él cuando se cruzó por delante.

—No les hagas caso, joven Katsaros. No dejes que te molesten —Roy estaba sorprendido de ver nuevamente a King Bradley en el Cuartel General del Este, aunque de cierto modo tenía sentido pues finalmente sería él quien evaluaría al joven—. Esperaba verte antes de tu examen y me parece que llegué a tiempo. Te deseo la mejor de las suertes.

Al igual que la primera vez que se vieron, Gerald estaba sorprendido de que el Führer le prestara atención, pero no por estar asombrado podía mostrarse descortés, no luego de esos dos añis de entrenamiento, así que no tardó en adoptar el saludo militar con una expresión seria que mostraba respeto.

—Agradezco mucho sus palabras.

La expresión de seriedad en su rostro era genuina, las primeras veces que adoptó esa postura frente a Mustang acababa riendo a carcajadas, pero ahora que estaba acostumbrado a realizarla se veía muy natural.

King Bradley debía admitir que le impresionaba el avance en esos dos años.

—Veo que está muy disciplinado —comentó dirigiendo su mirada a Roy recibiendo un asentimiento de su parte, luego miró al castaño otra vez—. Dime, ¿qué te enseñó Mustang? —cuestionó el del parche mirando atento al joven.

—El Mayor Mustang me estuvo ejercitando y enseñando hechos relevantes de la milicia de Amestris —respondió sin quitar su postura firme. Normalmente no se refería a Mustang como "Mayor", pero en un lugar como ese y frente a alguien como Bradley debía tratarlo con respeto.

El mayor soltó una risa con un poco de diversión, se le hacía gracioso que Mustang lograra disciplinar tan bien al muchacho, y si Roy pudo lograr algo así, no dudaba en que él también podría hacerlo en un futuro, sólo debía ganarse la confianza del joven de ojos celestes en su totalidad, y estaba seguro de que su avance, hasta el momento, era bastante.

—No tienes que mostrarte tan formal conmigo, pequeño. Somos amigos ¿no? —dijo después como si ese fuera el motivo de su risa.

Los dos menores parpadearon un par de veces por la sorpresa antes de que Gerald dejara la firmeza en su postura, esta vez sí debido a la impresión.

—¿En verdad soy su amigo? —cuestionó, sólo para recibir unas palmaditas en la cabeza como respuesta.

—Claro que lo eres. Te considero alguien digno de mi confianza —contestó el de cabello negro mientras caminaba hacia adelante despidiéndose del menor. Se dirigió a unos asientos en una habitación junto a otros militares de alto rango antes de que a Gerald le permitieran ingresar.

El menor se quedó unos segundos asombrado cuando escuchó las últimas palabras que él dijo. Era digno de la confianza de la mayor autoridad del país, no sabía a lo que verdaderamente se refería, pero por el momento se sentía realmente orgulloso.

Sólo salió de sus pensamientos cuando un militar lo llamó por su nombre y le pidió que ingresara a la sala en la que se llevaría a cabo su prueba.

—Mucha suerte, Gember —Le dijo Roy antes de que este entrara. Luego de un tiempo, ese se había vuelto su apodo—. Y recuerda...

—Veloz, fuerte, obediente y violento. Lo tengo —dijo antes de que Mustang pudiera siquiera recordárselo. Parecía tenerlo todo claro.

El Führer lo vio entrar con bastante seguridad y confianza, demasiada diría él. La verdad, era que Bradley pensaba aceptar al de claros ojos en la milicia sea cual fuera su resultado, pero mostraba la habilidad y destreza requerida; un buen manejo de armas enseñada por Riza, aunque no tenía muy buena puntería, no les pareció relevante. Poseía la resistencia física necesaria y la capacidad de resolver problemas, aunque esta última en menor nivel que las otras debido a su poca paciencia, y como Roy le había enseñado, era veloz, fuerte, obediente y violento.

King Bradley no necesitaba mentir, se notaba que el chico merecía ser parte de la milicia, y se lo hicieron saber tan pronto como pudieron.

—Yo... ¿De verdad lo logré? —El menor estaba incrédulo cuando un militar que no conocía le dio la noticia. Él se encontraba entrenando con Mustang antes de que el desconocido, al menos para Gerald, llegara.

No pudo evitar saltar de la emoción y abrazar a Roy con nada más que felicidad en su rostro, este también lo felicitó y le dio la bienvenida al ejército.

—Estoy orgulloso de ti, Gerald. Te dije que lograría hacerte un joven fuerte. Sé que Ritter y Nicia estarían felices si te vieran ahora.

El menor agachó ligeramente la mirada al oír las palabras de Mustang, luego la levantó y le sonrió, era la primera vez que Roy lo veía verdaderamente feliz.

—Muchas gracias —comentó de pronto mirando al mayor, sabía que nada habría sido posible de no ser por él.

—Señor ¿Es usted el responsable del niño? —cuestionó el militar a Mustang, a lo que Roy asintió pues, de cierto modo, así era—. Estos son los resultados de los exámenes que Gerald Katsaros se hizo hace un tiempo.

El mayor asintió mientras recibía el sobre ofrecido.

—Gracias —dijo mientras el otro uniformado se retiraba. Por simple curiosidad, Mustang abrió el sobre y sacó los papeles de su interior. Lo realizado en el chequeo general estaba todo dentro de los rangos—. Todo parece normal... —Aunque no lo estuviera mirando se lo decía directamente a él—. Aunque los niveles de aquí están muy elevados...

Aquel silencio que dejó luego de la última palabra hizo que el moreno se preocupara un poco.

—¿Niveles de qué? ¿Tengo algún problema? —cuestionó el castaño.

—No lo sé... Veamos... —indicó mostrando aquella hoja con los resultados—. Esto te lo pasaron en la escuela así que deberías entender. Pesas treinta kilogramos, mides un metro con treinta y dos centímetros, tienes un índice de masa corporal de 17,6 que es desnutrición pero está cerca del rango de lo normal, glicemia normal, niveles de ingenuidad extremadamente elevados, nivel hormonal en aumento, lo cual es normal porque estás creciendo... —fue pasando uno de sus dedos por cada uno mientras hablaba, sin embargo el castaño lo había dejado de escuchar desde que comprendió que era sólo para fastidiar.

—No sabía que medían también mi ingenuidad, es más, ni siquiera sabía que se podía medir. Los doctores del ejército son expertos, Roy, expertos.

—Sin dudas lo son —respondió asintiendo con una sonrisa un tanto burlesca—. En fin, ya luego veré si eso es peligroso o no, entonces, ¿podemos seguir con el entrenamiento, Soldado de Infantería Katsaros? Aún necesitas dominar el fuego —Mustang estaba tratando de darle un toque de humor, cosa que fue contagiado por Gerald apenas lo escuchó.

—Con "Soldado Katsaros" basta, no necesita decir el rango completo, Mayor Mustang —dijo el menor regresando la broma—. Pero estoy de acuerdo, sigamos con el entrenamiento.

El entrenamiento ahora se centraba totalmente en la alquimia de fuego. Manipularlo era bastante difícil, incluso se había quemado un par de veces, pero la satisfacción era muy grande cuando lograba controlarlo. Ya sabía cómo funcionaba el guante de ignición y ya había hecho chispas un par de veces. Lo que realmente era complicado era controlarlo, a veces las llamas eran muy pequeñas para mantenerse encendidas por mucho tiempo y otras veces eran tan grandes que podrían consumir todo a su paso si un experto como Mustang no se encontraba ahí.

Desde ese día, el joven Soldado de Infantería dejó de ir a la escuela y empezó a ir al mismo Cuartel General para trabajar y viajaba desde Aquroya a Ciudad del Este todos los días. De vez en cuando le asignaban tareas pesadas para un niño, pero él las cumplía como si se tratara de un adulto. También, como nadie sospecharía que un niño de diez años era militar, a veces iba de encubierto. Poco a poco fue mejorando, tanto en alquimia como en la milicia.

Su primer caso resuelto fue en su mismo pueblo natal, en el que logró descubrir a una ladrona llamada Psiren.

Pasó un año desde que Gerald entró como Soldado y su manipulación con el fuego iba mejor, pero aún no era perfecta. Y en el ejército consideraba que estaba haciendo un buen trabajo, sin embargo, a pesar de que le enseñaron a estar siempre alerta, y debido a eso desarrolló mejor su sentido de la audición, nunca se dio cuenta de que gran parte del tiempo estaba siendo espiado.

Siempre era Envy quién lo mantenía vigilado, ahora era mucho más precavido que la primera vez que vigiló a Gerald, no tenía pensado volver a cometer la misma tontería de ser descubierto.

—¿Algo que reportar hoy, Envy? —cuestionó la elegante voz de Lust avanzando a paso lento hacia el cambiaformas y se detuvo hasta quedar a pocos metros de él. Se encontraban en la misma habitación subterránea de siempre.

El mencionado miró a la azabache sentándose en una tubería del suelo mientras regresaba a la forma de siempre, mientras vigilaba al castaño mantenía la forma de un militar rubio.

—Nuestro Soldadito de Infantería fue ascendido a Cabo hace unos tres meses, pero ya se esta hablando de que lo ascenderán pronto a Sargento. También, ya está dominando el fuego bastante bien, si no escuché mal, hará el examen para Alquimista Estatal cuando cumpla doce años.

La mujer alzó ligeramente una ceja mostrándose interesada en lo relatado por el de cabello largo, pero no era la única, unas sombras que se movían por el suelo también parecían interesadas.

—¿Y que edad tiene nuestro humano, actualmente? —cuestionó una voz proveniente de esas sombras.

Envy soltó una carcajada un tanto escandalosa antes de hablar otra vez.

—Tiene once años, pero ya es más grande que tú, Pride.

Las sombras se acercaron amenazantes al cambiaformas deteniendo las risas del de cabello largo, algunas de estas empezaron a tomar forma mostrando la apariencia de un niño pequeño mientras que las otras seguían amenazando al contrario.

—Cuida mejor tus palabras, Envy. Detrás de esta apariencia sigo siendo tu hermano mayor. Yo en tu lugar, guardaría silencio —comentó el de nombre Pride sonriendo, causándole más temor al amenazado.

—De cualquier manera, Envy —habló su "hermana" llamando la atención de los otros en la habitación, únicamente quería calmarlos a ambos—, ¿sabrías decirnos si el chico realmente sería un aliado para nosotros o será difícil convencerlo?

No respondió inmediatamente. La verdad, resultaba complicado dar una respuesta exacta.

—Bueno, por lo que he visto, es un humano que fácilmente se molesta, así que si logramos hacer que se moleste con el ejército, será nuestro.

Lust asintió indicando que había comprendido.

—¿Se molesta fácilmente? Suena como alguien que conozco... —comentó Lust con ironía.

Envy sólo rodó de ojos, soltando una suave sonrisa para indicar que aunque había captado la burla, no le había afectado.

—Lo que sigo sin entender es qué quiere hacer papá con él, quiero decir ¿en qué nos puede ayudar un humano? ¿Será que lo tiene como candidato?

No esperaba una respuesta, no creía que sus hermanos supieran. No obstante, le parecía curioso ¿Por qué querían a un niño para protegerlos? Él no lo veía necesario.

—Yo lo sé —dijo Pride mirando a su hermano más alto, pero de menor edad. Haber respondido de manera repentina llamó la atención de los otros dos—, pero no necesitas conocer el motivo, sólo asegúrate de que permanezca con vida y ya está —Después de eso, él regresó a su forma de sombras y se retiro sin decir nada más.

Lust miró a su hermano mayor retirarse y luego miró a Envy, ella sabía que su hermano menor detestaba cuando lo dejaban con la duda, pero bueno, también sabía que Pride no les diría nada aunque le preguntaran.

—Ese maldito... —murmuró el de largo cabello apretando los puños—. Siempre creyéndose mejor que nosotros. Algún día le daré su merecido.

—Tranquilo —dijo la mayor con voz calmada colocando una mano en el hombro del más bajo.

A ella tampoco le gustaba que no le dijeran todo, pero ya se había acostumbrado a que Pride no le dijera las cosas. Era imposible convencerlo, así que pasado un tiempo, se cansó de intentar.

—No vale la pena enojarse por algo que no cambiará —El contrario bufó y cerró los ojos con resignación mientras suspiraba para calmarse.

Se sintió un poco mejor, pero aún le quedó dando vueltas en la cabeza qué harían con el chico. No es que le importara finalmente cuál sería el destino de ese humano, eso era lo que menos le interesaba saber, pero al menos quería hacerse una idea de en qué los iba a ayudar exactamente.

Sí, sería un alquimista de fuego que usarían para su propio beneficio, alguien fácil de usar y controlar, pero no era como si fuera imprescindible para el plan que llevarían a cabo.

—Oye, tengo otra pregunta —dijo la mujer al ver que su hermano menor empezaba a retirarse también—. ¿De casualidad sabes por qué el niño de fuego sube tan rápido de rango? Digo, no fue hace mucho que lo ascendieron ¿Y ahora quieren hacerlo de nuevo?

El de ojos violeta pensó por unos segundos, pero finalmente se encogió de hombros. En realidad, él también se hizo la pregunta de Lust cuando escuchó que Gerald sería Sargento.

—A decir verdad, no tengo idea. Ha pasado un año desde que se unió a la milicia, lo normal es que en ese tiempo hubiera subido sólo un rango, pero no dos —explicó volviendo su vista adelante, ya sin mirar a su hermana—. Como el alto mando es responsable de los ascensos de los militares y esas cosas, supongo que Wrath lo está haciendo para que se gane su confianza, pero es sólo una suposición. Si quieres una respuesta más concreta, pregúntale a Wrath, yo no estoy interesado.

Pero en realidad, Envy sí estaba interesado, sólo que, además, estaba convencido de que esa respuesta tampoco se la darían, así que no se molestaría en preguntar, siquiera.

Así eran todos sus "hermanos" después de todo, era como si ninguno de ellos lo tomara verdaderamente en serio, los únicos que lo hacían eran Lust y Gluttony, pero como el último sólo seguía las órdenes de todos, sólo quedaba Lust.

La mujer miró a su hermano menor irse mientras pensaba en la misma duda que antes, sin embargo, Envy y ella no eran los únicos que se cuestionaban lo mismo, habían más personas que también lo hacían.

All my friends are heathens
Take it slow
Wait for them to ask you
Who you know
Please don't make any sudden moves
You don't know the half of the abuse.
~ Heathens/Suicide Squad
21 Pilots

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