Capítulo 36: El Poder de Dios
El mayor de los Elric no parecía muy contento con la alegría de Padre.
Sí; ya tenía a las cinco personas que serían los sacrificios humanos pero aún no hacía nada con ellos pese a que ya habían pasado unos pocos minutos desde que Alphonse despertó, y desde el punto de vista de Ed hasta que no hiciera nada no podía decir que el mayor había ganado.
Gerald no parecía estar en mejor estado mas trató de forzarse a si mismo a estar atento en caso de que una posible pelea se desatase. No estaba seguro siquiera de si iban a pelar pero basado en lo que podía ver suponía que podría ocurrir un enfrentamiento.
Izumi permanecía atenta al muchacho, ella podía ser una mujer estricta y severa mas era preocupada, y justamente por tener esa actitud era que sabía que aunque Gerald mostrara algo de seriedad necesitaba más apoyo que cualquier otro en ese lugar. Además, tal como Padre había dicho ella había perdido a su hijo, no podía evitar tener ese pequeño instinto maternal.
—Crees que ganaste ahora que reuniste a los sacrificios humanos... ¡Pero no creas que puedes usarnos tan fácilmente! —gritó Edward al mayor de los homúnculos—. Vamos a salir de esta.
El mayor sonrió. Sabía que los humanos estaban hablando en serio pero ver su determinación sólo le causaba más gracia.
—No lo lograrán —se rio él negando con una sonrisa.
—Sólo sígueme, ¿sí? —La maestra de los Elric sabía que Gerald no lo escucharía ni aunque usara un volumen más elevado, y aunque el moreno no pudo entenderle por palabras comprendió que quería decirle cuando ella sostuvo su brazo e hizo un movimiento de cabeza hacia un sector alejado de los homúnculos.
—No se tomen la molestia —dijo Padre deteniendo la acción de la mujer sólo hablando—. Ustedes ya se encuentran dentro de mi estómago.
Si en ese lugar se hubieran encontrado únicamente los sacrificios posiblemente Padre los hubiese intimidado, sin embargo, May se encontraba con ellos, y si ella pudo hayar el modo de entrar seguramente tenían oportunidad de salir.
Sólo que antes de realizar cualquier intento de escape ella tomó la iniciativa sin que nadie se lo esperara y avanzó hacia el homúnculo.
—¡May! —miraron ambos hermanos.
—¡Tú, el que tiene muchos ojos! Eres inmortal, ¿no es así? —preguntó ella por segunda vez pero nuevamente no recibió respuesta—. No vas a negarlo, ¿eh?... Alphonse, déjame encargarme de él.
Los Elric nuevamente se sobresaltaron, especialmente el nombrado por la chica.
—Espera... ¡No podrás tú sola!
A pesar de notar la preocupación de Alphonse, cosa que le pareció muy dulce, ella no cambió su actitud determinada.
—Sí podré, puedo usar la alkahestria —recordó May.
—Entiendo que puedas usarla aunque él inhabilite nuestra alquimia pero...
Ella negó con la cabeza sin despegar su mirada de Padre.
—Encárguese del homúnculo pequeño —pidió la menor.
Los hermanos miraron a Pride una vez que la princesa lo mencionó.
—Es más fácil decirlo que hacerlo... —pensó Edward en voz alta.
Se había enfrentado con él antes y apenas había logrado salir ileso, sin embargo, recordó que luego de que Gerald apareciera al homúnculo se le había desintegrado parte de la mejilla. Miró al castaño por unos segundos y finalmente empezó a surgirle otra interrogante.
—¿Si podían forzar a abrir la puerta entonces por qué no recurrieron a eso antes...? —El rubio tenía una teoría pero el único que podía confirmarla no lo iba a escuchar, tendría que intentar de otro modo—. Katsu, necesito tu atención —dijo el rubio tocando el hombro de su amigo para que este lo mirara. Una vez tuvo su atención señaló a Pride—. ¿Qué hizo contigo?
—¿Quieres... saber algo de Pride? —cuestionó el menor sin entender lo que dijo, sólo sacó la deducción debido a que lo apuntó.
No era exactamente lo que Ed quería pero como tenía relación, asintió.
—Pues... ¿Qué puedo decir...? Su habilidad es controlar las sombras, por eso es mejor pelear con la oscuridad... Aunque... seguro ya sabías eso... —El rubio hizo un gesto con su mano para que continuara, tal vez si seguía así llegaría a lo que le interesaba—. Había mucha luz antes así que no le fue difícil hacer el círculo de transmutación con sus sombras...
Estaba hablando algo rápido sin saberlo pero Edward entendía así que lo dejó seguir.
—De saber que iba a acabar así me habría reído más en su cara... No pude evitarlo; él dijo "No quería recurrir a esto pero ya no tengo opción", o algo así. Fue divertido mientras duró, supongo...
El rubio sonrió ligeramente y levantó el pulgar al moreno indicando que ya podía detenerse pues ya escuchó lo que necesitaba saber. El castaño dejó de hablar una vez que comprendió la señal.
—Significa que supone un riesgo para ellos... —pensó Edward en voz alta.
El homúnculo mencionado los miraba de lejos mientras nuevamente una parte de su mejilla se desintegraba. Al notar aquello los Elric juntaron sus manos. Ed tocó su automail para transmutarle la cuchilla con la que siempre lo mejoraba y se puso alerta.
—¡Tal vez tenemos oportunidad! —dijo a Alphonse corriendo hacia Pride.
El hermano menor lo siguió inmediatamente, sin embargo, tan pronto como se aproximaban a él Pride corrió alejándose.
—¿Está huyendo? —observó la armadura—. Antes respondía a nuestros ataques con sombras.
Con alquimia transmutaron el piso para tratar de reducir su capacidad de movimiento, cosa que no hizo muy feliz a Padre.
—¿Ahora ustedes destrozan mi hogar? Qué problemáticos... —Se quejó él suspirando.
Esa transmutación en el suelo no sólo encerró al homúnculo más pequeño, también lo separó del mayor para que este no interfiriera y así May, como ella quería, podría encargarse de él.
La pequeña lanzó un kunai que llegó justo a la cabeza de Padre, este sólo se limitó en mirarla sin hacer nada de inmediato.
—¡Tu inmortalidad es mía! —exclamó May preparándose para lanzarle más de sus armas.
Tuvo suerte de lograr lanzarlas todas antes que su oponente realizara una transmutación en la primera que había lanzado, esta ahora era más grande y afilada que cuando la lanzó a la chica. Afortunadamente ella fue capaz de esquivarla.
—¡Tú no eres necesaria! ¡Fuera! —señaló el mayor a la chica.
Aunque no le llegó el arma que le lanzó sí logró que la xingense cayera al suelo, como vio que no se levantaba creyó que la había herido así que no notó la trampa que ella preparó. La niña había dibujado un círculo de transmutación a distancia y con los kunais que antes había lanzado pudo llevar a cabo otro ataque que mantuvo detenido a Padre aprovechó eso para atacarlo con una patada, sin embargo, una vez que su pie tocó la cabeza del inmortal, de este se desprendió un aura con varios rayos rojos que la lanzaron varios metros más lejos.
La cabeza de un hombre se había asomado desde el interior del estómago de Padre; era Van Hohenheim, el padre de los Elric y el sacrificio humano que antes Gerald no veía. Este había tratado de advertirle a May que no era posible atacar así al homúnculo puesto que podía transmutar sin necesidad de moverse pero se había tardado mucho. No duró demasiado tiempo en el exterior; tan pronto como Padre notó que estaba saliendo volvió a atraparlo en su interior.
El grito agudo de May fue lo que alertó a Alphonse de que algo le había pasado.
—May... —murmuró él mirando a su dirección.
—Al, ayúdala —dijo su hermano mayor apenas mirándolo de reojo para no desconcentrarse totalmente de su propia pelea—. No te preocupes por Pride, déjamelo a mí —añadió tras ver que la armadura no se movió de inmediato.
—Está bien —asintió Al corriendo hacia la niña.
Cuando llegó con ella vio que estaba curándose a sí misma por medio de la alkahestria, tenía una herida en su frente que, aunque acabara de cerrarla, esta ya había dejado un rastro de sangre. Padre rió luego de lograr quitarle la expresión determinada del rostro a la chica y señaló a la menor con un dedo, este se transformó en una pistola y disparó pero Alphonse llegó justo a tiempo para salvar a May de las balas, como su cuerpo era de acero las balas no le afectaban.
Mientras él se encargaba de ayudar a la pequeña, Edward no estaba peleando nada mal con Pride. Aún no sabían muy bien qué fue lo que pasó pero luego de la transmutación humana que obligó a realizar era más fácil pelear con él, como si lo hubiera debilitado.
—¿Qué pasa? Esos ataques son muy débiles —mencionó Ed una vez que Pride detuvo un poco sus ataques.
—No lo malinterpretes... —respondió este—. Por el momento aún debo...
—Mantenerme con vida, ¿no es así? —interrumpió el rubio aproximándose de nuevo al homúnculo—. ¡Entonces acabaré con ustedes antes de que eso pase!
Edward había intentado golpear a Pride pero este lo esquivó.
—¿Acabarnos? Inténtalo. No podrás conmigo —aseguró el homúnculo—. Como eres bajo siempre has peleado con gente más alta que tú, es decir que tienes poca experiencia peleando con los que son más pequeños.
Con un movimiento rápido Pride evitó un nuevo ataque de parte de Ed mientras movía sombras hacia adelante para mantener quieto al rubio.
Las sombras le rozaron una mejilla haciéndole un pequeño corte pero fue capaz de moverse antes de que fuera peor.
—Maldición... Admito que siempre he peleado con gente más alta que yo —empezó ahora el Alquimista de Acero. Tomó con fuerza el cuello de la camisa de Pride y lo acercó hacia él con fuerza golpeando su cabeza con su propia cabeza, eso causó que parte de la otra mejilla de Pride se desintegrara—, ¡es por eso que sé cómo atacan a los pequeños como tú!
Pride se sorprendió, por un segundo pensó en la posibilidad de perder pero intentó quitar rápido esa idea de su cabeza.
—¡Ya es tiempo! —anunció el homúnculo mirando hacia todos los presentes.
Del cuerpo de Padre salieron varias manos y con cada una de ellas atrapó a Edward, Alphonse, Izumi y Gerald, no necesitaba de May así que a ella la dejó libre.
En ese preciso instante, en el exterior, Amestris se veía envuelto bajo un eclipse total de sol, por eso no había hecho nada inmediatamente después de reunir a los sacrificios, debía esperar a que empezara el fenómeno natural.
—Ya se acabaron los juegos —añadió viendo a los cuatro tratar de soltarse sin lograrlo, incluso sentía a Hohenheim tratando de salir al exterior.
De repente, mientras el país terminaba de sumirse en una total oscuridad todo empezó a moverse. Empezó como un temblor suave pero luego fue subiendo de intensidad.
—¿Alguna vez imaginaron a este planeta como una forma de vida? —cuestionó Padre. Edward lo miró entrecerrando los ojos sin entender—. Aunque es más acertado llamarlo un sistema que una forma de vida. Un sistema que registra una impresionante cantidad de información tomada del universo que es incomparable respecto a la pequeña cantidad que cada uno de ustedes, humanos, posee. Si alguno abriera la puerta del planeta ¿Cuánto poder creen que obtendrían?
Ninguno respondió pero Edward comprendió entonces cuál era su plan.
—¡Voy a abrir esa puerta aquí y ahora usando estos sacrificios humanos!
Sus minutos de felicidad desaparecieron tan pronto escuchó un movimiento brusco detrás de él. Al voltear, se encontró cara a cara con el último homúnculo que había creado.
—¡Así que éste es el centro! —exclamó el recién llegado realizando un ataque a su padre, este no logró esquivarlo.
—¡¿Greed?! —Se sorprendió Pride mirando al homúnculo menor.
Quería acercarse para quitar a su hermano menor de ahí pero tampoco quería interferir con su Padre así que se quedó en su lugar.
—¡El centro del mundo me pertenece! ¡El mundo es mío! —Y Greed golpeó a Padre.
Con ese ataque parte del homúnculo mayor se destruyó aunque sin liberar a los sacrificios, por esta razón Greed sonrió.
—Sabía que vendrías, Greed, hijo mío —escuchar esas palabras sobresaltaron al homúnculo de la avaricia. Ese golpe no le había hecho nada, es más, Padre se lo esperaba—. Eres la codicia que nació de mi, es natural que desees todo lo que yo quiero.
Cuando la forma del homúnculo se regeneró, éste apareció lejos de Greed, entonces todos los sacrificios fueron arrastrados hacia él, incluido Hohenheim que ya no pudo retener más en su interior así que lo sujetó al igual que a los otros.
—Lo siento, pero el verdadero centro del mundo... ¡Está aquí!
Padre colocó su mano en una hoja de papel que tenía un círculo de transmutación similar a una estrella y todo a su alrededor fue viento y rayos rojos. Un ojo apareció en el pecho de cada uno de los sacrificios humanos y una extraña masa negra empezó a inundar todo. No sólo la habitación en la que estaban, en principio fue todo el subterráneo, luego el Cuartel General, luego todo Central, hasta que finalmente todo Amestris fue cubierto bajo esa masa negra.
Todos en el país sentían como si su energía les estuviera siendo quitada y les fue inevitable soltar un grito de dolor. Manos negras aparecieron de los ojos situados en los sacrificios y todas se aproximaron al homúnculo, Pride, Greed y May apenas podían mantenerse de pie al sentir la cantidad de energía del lugar.
Fue demasiado para los cinco de ellos, acabaron desmayados tan pronto perdieron su energía.
Cuando fueron capaces de abrir los ojos nuevamente ya habían pasado unos minutos desde que Padre llevó a cabo su transmutación.
—¿Qué... pasó...? —murmuró Gerald llevándose una mano a la cabeza.
Sólo preguntó por la costumbre pero en realidad nadie tenía idea y, aún si lo supieran, no podría enterarse.
—Buen trabajo, caballeros —dijo una voz apartada de ellos.
Al mirar notaron que el dueño de esa voz permanecía en la misma silla en la que Padre acostumbraba a sentarse, no obstante, la persona que estaba sentada ahí no se parecía a Padre, si bien era pálido y rubio, este se veía mucho más joven y delgado que antes.
—Gracias a ustedes he obtenido a Dios en persona.
—¡¿Dios?! —Se exaltó Edward—. Eso no es posible...
Hohenheim negó.
—Es posible si se obtiene una cantidad enorme de energía —aclaró éste a su hijo.
—¿Energía? —Se cuestionó el rubio—. ¡Cómo la Piedra Filosofal! —pensó Edward negando rápidamente.
Si su idea era cierta significaba que muchas vidas humanas fueron sacrificadas.
—¿Todos se volvieron una Piedra Filosofal? —preguntó Alphonse para asegurarse de estar pensando lo mismo que el resto mientras temía que la respuesta fuera afirmativa—. Eso es terrible... La población de este país es de aproximadamente cincuenta millones de habitantes.
Eso sin contarlos a ellos, aparentemente todos los que se encontraban en esa habitación, incluidos May, Pride y Greed, y los que se encontraban cerca del centro del círculo eran los únicos que habían logrado sobrevivir, entonces tal vez había una posibilidad de que Roy, Riza, Envy y los demás lograran sobrevivir también.
—¡Maldito! —gritó el mayor de los Elric juntando sus manos pero antes de que pudiera hacer cualquier transmutación Padre inhabilitó la alquimia pisando con fuerza.
—Ahora, adiós —dijo aquel que absorbió a Dios creando una bola de energía en su mano.
Hohenheim parecía saber lo que era eso.
—¿Acaso eso...?
—Sí —interrumpió Padre—, ahora que me he apoderado de Dios hasta puedo crear un sol en mi mano, ¿lo libero y vemos qué pasa?
Su idea era soltarlo. Ahora que ya tenía lo que quería ya no necesitaba más de los sacrificios humanos así que los mataría, pero no hubo tiempo; Padre sintió, desde lo más profundo de sí mismo, algo que lo detuvo. Hohenheim sonrió un poco al notarlo.
—En el momento en que te apoderaste de Dios, empezó el contraataque —explicó él al ver que el homúnculo no comprendía lo que acababa de pasarle.
Ni siquiera pudo poner un rostro de enojo cuando volvió a sentir la misma punzada.
—He planeado esto una y otra vez durante muchos años... Liberé a mis compañeros, las Piedras Filosofales dentro de mi, en la tierra de este país preparándome para este día —Padre seguía sintiendo lo mismo repetidas veces, cada vez más fuerte.
El homúnculo parecía comprender pero no le encontraba sentido.
—¿Así que sólo dejaste Piedras Filosofales en varios sitios? —cuestionó él de manera retórica—. Da igual, son sólo eso. Es imposible que puedas transmutar algo sin un círculo. Es uno de los fundamentos de la alquimia.
—Sí que tengo —intervino el padre de los Elric—. ¡Tengo uno de un poder inconmensurable que se activará por sí solo cuando sea necesario!
El motivo por el que Padre era tan similar a Hohenheim en un principio es porque el homúnculo nació a base de la sangre del humano que en ese tiempo solía ser un esclavo de Xerxes. El homúnculo le enseñó todo lo que sabía, le dio un nombre y lo llevó a obtener la confianza del rey.
No obstante, cuando tuvo la oportunidad lo engañó y convirtió a todos los habitantes del reino en Piedras Filosofales que pasaron a ser parte de cada uno, esa era la verdad detrás de la leyenda de Xerxes; el reino que desapareció en una noche.
Así fue como Padre y Hohenheim obtuvieron cuerpos inmortales y las almas de miles de personas en su interior, al homúnculo no le importaban pero al humano sí, por esa razón pasó años hablando con las almas en su cuerpo, haciéndose aliado de todas ellas.
Ahora, el círculo de transmutación del que Van Hohenheim hablaba estaba bajo la responsabilidad de esas almas, ellas lo activarían.
—¡¿Vas a meterte en mi camino sin importar qué, Hohenheim?! —gritó el mayor ahora verdaderamente enojado.
—¡Es por eso que vine en primer lugar, homúnculo! —regresó el humano.
Las almas que luchaban por salir del cuerpo del homúnculo hicieron que el sol que aún tenía en su mano se deshiciera. Simplemente no tenía oportunidad de resistirse contra un montón de almas, todas ellas acabaron liberándose y regresando a sus respectivos cuerpos.
—¿Funcionó? —peguntó Edward a su progenitor.
El mayor asintió.
—Cada una de las almas de Amestris a regresado a donde pertenece —aseguró Hohenheim—. Si cuenta sólo con las almas que originalmente tenía, es decir, la de los xerxianos, no podrá seguir reteniendo la entidad que conocemos por Dios.
Padre se veía cansado, como si estuviera realizando mucho esfuerzo luego de haber perdido todas esas almas pero no iba a darse por vencido, él aún tenía un método para seguir reteniendo ese poder.
—Lo que necesito es crear más Piedras Filosofales... —dijo él con dificultad—. ¡No me importa si son diez millones o cien millones! ¡Hay mucha más energía en forma humana de la que alguna vez necesitaré!
Ya estaba harto de verlos resistirse frente a él, todo habría resultado mucho más sencillo si tan solo los humanos dejaran de interferir. No lo pensó con claridad y lanzó una bola de energía que Hohenheim logró desviar hacia el techo, agrandando el agujero que antes May había hecho. El homúnculo continuó atacando mas esta vez fue May quien lo bloqueó con un campo de fuerza a su alrededor.
—La especialidad de la alkahestria es leer la energía del suelo y darle uso —comentó la menor con las manos en el suelo—. Lo mejor es que mientras más energía tenga el enemigo más energía tengo a mi disposición —Ella tenía la mirada fija en sus manos mientras hablaban sólo la levantó para asegurarse que todos estuvieran bien—. ¡Señor, atrás de usted! —gritó May viendo un ataque dirigirse a Hohenheim.
Este apenas logró voltear para bloquear el ataque de energía oscura que les lanzó.
Al ver que no podía solo, Edward y Alphonse se colocaron a sus lados y lo sostuvieron para ayudarlo a soportarlo.
—¡No te atrevas a perder el control, idiota! —gritó Edward. Por más que odiara a su padre ese era su modo de apoyarlo.
—¡He sido un papá terrible pero quiero enseñarles a mis hijos mi lado bueno!
Era un hecho que Hohenheim los quería y entendía si no lo perdonaban; había estado ausente gran parte de su vida así que no podía reclamarles nada, sin embargo, aún así los protegería con su vida.
Sólo debían aguantar un poco más, tenían que esperar a que Scar activara un círculo más y estarían bien, el problema es que en ese momento se encontraba peleando con King Bradley pero no tardaría en acabarlo.
—¡Aquí viene! —anunció Hohenheim sintiendo la energía aproximarse. Al recibir la señal Ed juntó sus manos y las llevó al suelo para transmutarlo.
Pronto usaron partes del piso para atacar a Pride y a Padre, no los dañaron pero al menos este detuvo su ataque de energía oscura. Ahora era su oportunidad de atacar pero por más alquimia que realizaran no lograban hacerle ni un rasguño.
Ese era el propósito del círculo de transmutación que Scar debía activar, este podía regresar la alquimia del país de Amestris, por eso los alquimistas podían volver a usarla.
No podían herirlo pero mientras más alquimia usara Padre menos energía le quedaría, tarde o temprano se quedaría sin energía sólo que aún no sabían con certeza cuando sería eso.
Tras un ataque quedó libre una especie de recipiente gigante que en su interior tenía gran cantidad de un líquido ardiendo, bien podía ser lava mas no podían saberlo con exactitud.
—¡Qué nostalgia! —dijo Greed acercándose para ayudar a atacar—. ¿No fue ese el baño que me hiciste tomar cuando morí la primera vez? Tú también deberías tomarlo, papá —se burló.
Aquella había sido la primera vez que murió antes de renacer en el cuerpo de Ling Yao.
—Sal de ahí, Greed —pidió Edward al homúnculo, no quería hacerle daño a él por error.
Realizó una transmutación cerca del recipiente causando que todo el contenido cayera sobre Padre.
Ninguno comprendió cómo era que el homúnculo salió ileso de ahí. Se había impulsado con la lava y algo de roca que había en el suelo para salir al exterior de esa habitación cruzando por el subsuelo hasta llegar a las puertas del Cuartel General.
—Ese maldito debió haber ido a crear más Piedras Filosofales... —pensó el mayor de los humanos en voz alta.
Iría formulando un plan en el camino pero era un hecho que algo tenía que hacer así que transmutó el suelo para hacer un pilar que lo llevara hacia arriba. Greed también subió sólo que él escaló por las paredes.
—Tras él —dijo la maestra de los Elric a lo que Alphonse asintió con seguridad. El chico castaño junto a ella no asintió aunque esto era natural puesto que ni siquiera había escuchado—. Vamos a llevarte a un lugar seguro mientras nos encargamos de esto —dijo dirigida sólo a Gerald esta vez colocando una mano en su hombro para captar su atención.
Sólo con un gesto de manos el moreno entendió que se irían aunque no podía estar seguro de que no le dijo algo más.
—Perdón por ser tan inútil en un momento así... Ni siquiera sé si hay un plan para seguir —Y de haberlo, él no lo entendería si no lo escuchaba—. Pero yo no quiero... ser una carga...
Habría sido ideal que todos se fueran pero Pride había atrapado con sombras a Ed para que este no interfiriera, su pelea aún no había terminado.
...
El grupo de Mustang había logrado descender un poco antes de que todo Amestris se sumergiera en la oscuridad del eclipse. Por suerte se encontraban lo suficientemente cerca del centro del círculo así que ninguno fue convertido en Piedra Filosofal.
Hubo un punto en el que no pudieron bajar más debido a una parte de la rara masa negra se quedó separando la habitación en la que estaban los sacrificios.
Aquello fue incómodo para todos, principalmente para Roy y Envy que claramente no querían saber nada acerca del otro pero estaban obligados a tolerarse por el momento, sin embargo, sin el moreno cerca para Mustang tolerarlo era difícil aún cuando muy pocas palabras habían salido de la boca del cambiaformas.
—Tal parece que tus patéticos intentos por llevarnos con él no están ayudando —murmuró Roy cruzándose de brazos.
—Tal parece que tu patética alquimia no está ayudando —respondió Envy sólo mirándolo de reojo tras recordar que el fuego no hizo nada contra la masa negra—. Y eso que ni siquiera estás mojado.
Mustang sólo cerró fuerte sus puños al costado de su cuerpo, trataba de ignorarlo.
—Al menos espero que Gerald esté bien...
—Lo estará. Sabes bien que es fuerte. Él...
—No te pregunté, homúnculo —interrumpió Roy con rudeza—. Mientras menos hables mejor, ¿sabes?
Esta vez el cambiaformas no pudo quedarse con la boca cerrada.
—Está bien ¿Quieres decirme ya por qué sigues sin confiar en mi? —cuestionó deteniendo sus intentos por destruir la masa negra—. ¿Debo recordarte que gracias a mi tu subordinada está viva? ¡¿Debo recordarte que gracias a mi Gerald sigue con vida?!
Mustang miró al homúnculo con los ojos entrecerrados y con fuerza lo empujó contra la pared. Al ver la mano de Roy frente a su rostro Envy se asustó y se intentó cubrir con sus brazos, seguía teniéndole algo de miedo especialmente cuando aparecía apunto de chasquear.
—No me levantes la voz ¿Queda claro? —Cuando Riza colocó una mano en el hombro de Roy éste notó que el homúnculo realmente no había hecho nada para atacar, sólo se protegió a sí mismo con miedo. Bajó la mano convencido de que no atacaría—. ¿Qué te hace creer que algún día voy a confiar en tí? Un asesino es un asesino, y tú mataste a Hughes.
—¿Y? Bajo esa lógica tú tampoco deberías tener perdón, ¿no es así, héroe de Ishval? ¿A cuántos ishvalanos mataste, asesino? —Envy podía estar asustado todavía pero ya se había decidido a defenderse—, y no me empieces con esa tontería de que no tenías opción, tengo entendido que varios soldados se retiraron de la guerra... Tú pudiste haber hecho lo mismo pero tu ambición por ascender te hizo quedarte.
Roy negó al instante.
—A diferencia tuya yo no disfruto matando.
—¿De veras? Tu rostro no decía lo mismo cuando trataste de matarme. No te engañes —respondió el cambiaformas—. El asunto cambia si dices que me odias porque maté a alguien cercano a ti pero aún así, tú mataste a Lust y ella era cercana a mi. Yo maté a tu amigo y tú a la mía, me parece que estamos a mano. Intercambio Equivalente.
—¡Idiota! ¡¿Crees que así se resuelve todo?!
—Es que no veo diferencias, Gerald también mató a María Ross, no hay diferencia.
—No nos compares contigo. Además Gerald no mató a María Ross, ella está viva —Al notar la mirada de confusión y sorpresa en el mayor Roy pareció comprender otra cosa—. Oh, ¿él no te lo dijo...? Que buena confianza...
El cambiaformas frunció el ceño, Gerald nunca le había revelado eso aunque tampoco le importaba tanto.
—Pero sí mató a muchos soldados de Drachma sin ser obligado, y eso no quita el hecho de que mataste a mi hermana —La mirada de Roy volvió a fijarse en él.
—Lo único que he escuchado es que justificas tus malas acciones comparándote a los demás o con cosas que haz hecho después que no son tan malas, pero tú y yo sabemos que no vas a cambiar, seguirás siendo el mismo asesino repugnante por más que te justifiques —Envy frunció el ceño—. Además de eso te aprovechas de los sentimientos de un niño...
—¡¿Qué dijiste...?! ¡¿Aprovecharme?! —Ahora sí que Envy empezaba a molestarse.
—Tú no quieres a Gerald pero te conviene fingir que lo amas para tener una excusa de que no te matemos —Roy avanzó un poco más hacia adelante—. Y si quieres la verdad, igualmente dudo que Gerald tenga algún sentimiento hacia ti, pasó mucho tiempo siendo tu prisionero ¿No sabes lo que es el síndrome de estocolmo?
El homúnculo cerró los ojos con fuerza y forzó su tenso cuerpo a permanecer inmóvil, quería darle un buen golpe pero si atacaba seguro acabaría muerto. Las quimeras miraron a Envy con sorpresa, por nada del mundo esperaban que se contuviera sabiendo lo impulsivo que era.
—Síndrome de estocolmo y una mierda... Yo pasé más tiempo en su cuidado que él en el mío —respondió agachando la mirada—. Si no me importara Gerald ni siquiera un poco habría dejado que lo mataras o habría escapado cuando fui por ayuda para tu Teniente... pero no lo hice por él —Mustang ni siquiera lo miró—. En todo caso... Si tan seguro estás sobre eso, ¿entonces por qué no me matas de una vez?
—Ten por seguro que lo haré pero él no va a creerme hasta que vea de lo que eres capaz.
El mayor volvió a fruncir el ceño, no podía tolerar lo que eso significaba.
—¿Dices que prefieres verlo desilusionado antes que verlo a salvo? Eso es cruel —Roy otra vez miró serio—. De estar en tu lugar y si estuviera tan seguro de que no soy confiable entonces me mataría antes de que haga algo mal —Envy seguía estando muy tenso—. ¿No te bastó con verlo llorar hoy? Luego de ver esas lágrimas... no quiero volver a verlo llorar otra vez. Es más, tú no quieres verlo desilusionado, si tan sólo te hicieras la idea...
—¿De qué? —Mustang ni siquiera sabía por qué seguía hablando con él, sabía que no llegaría a ninguna parte.
—¿Tienes alguna idea de cómo se puso... cuando se enteró de lo que tú le hiciste? ¿Sabes cuánto me costó hacer que no se quebrara ahí mismo? ¿Puedes imaginar la decepción en su rostro o lo apagados que estuvieron sus ojos? Pude haber hecho que te odiara mas no lo hice porque...
Mustang estaba ahora entre sobresaltado y molesto.
—¿De qué diablos estás hablando ahora? —interrumpió el Coronel—. ¿Qué le hice?
—No te hagas el que no sabes porque sabes muy bien lo que...
—¡¿Qué le hice...?! —repitió Roy interrumpiéndolo otra vez.
El mayor parecía confundido, a estas alturas Mustang ya debió haber entendido de lo que hablaban pero no parecía saberlo y no creía que fuera tan bueno para ocultar una reacción de esa manera.
¿Acaso era... que Roy no tenía idea...?
No lo creía mas le daría el beneficio de la duda.
—No te conviene que lo diga con tanta gente aquí.
Roy estaba verdaderamente sorprendido esta vez, además quería saber qué era eso tan malo que le había hecho, así que sin esperar por nada y sin prestarle atención a las quejas tomó firmemente del brazo al homúnculo y lo arrastró a la sala anterior al pasillo en el que estaban.
—Bien, aquí nadie va a escuchar. Así que dime, ¿qué es eso que le hice que lo lastimó tanto?
Envy suspiró, no sabía si decirlo o no era buena idea considerando sus reacciones, además estaban solos, Mustang podría matarlo dependiendo de su impresión.
—Te acostaste con él.
El mayor llevó su mirada violeta a los ojos de Roy y pudo ver como estos empezaron a temblar al instante.
—Es mentira...
—Es verdad. Yo lo vi todo —contestó Envy—. Luego de que mataron... No, más bien, luego de que fingieron la muerte de Ross fueron a beber, fue justo después de eso que empezaron.
Roy cubrió su rostro con una mano y caminó por la habitación soltando un suspiro sumamente pesado.
—Maldita sea... No...
—Creí que lo sabías... Parecías saberlo... Hasta lo vestiste...
Mustang entrecerró los ojos pero no estaba mirando a Envy.
—Dependiendo de si hace calor a veces duerme sin ropa, siempre lo vestía cuando eso pasaba... Creí que esa noche también había sido así... —se sentía raro dándole explicaciones a Envy pero lo hizo de igual modo—. Yo jamás lo habría querido hacer... de ese modo... Y ahora pensar que te ama...
Al escuchar esa última frase los ojos del cambiaformas se abrieron al máximo.
—Vaya... —Bajo otras circunstancias Envy se habría molestado con esa última parte, sin embargo, estaba sorprendido.
Al notar esa mirada en él, Mustang entrecerró los ojos nuevamente al notar que se había abierto demasiado.
—¿Qué...?
—Creí que dijiste que los celos eran algo horrible... Que yo era algo horrible —respondió bajando la mirada mientras pensaba lo siguiente que diría—, pero aún así... aún así los sientes, ¿no es así?
Mustang se sobresaltó y no supo qué responder.
—Sé mejor que nadie qué es la envidia, y esa mirada tuya, esa forma de hablar y esa postura... Todas las he visto antes en mi —Los ojos de Roy temblaron nuevamente mientras hacía una mueca de disgusto—. ¿Me envidias por Gerald, verdad? ¿Porque lo amo? ¿Porque él me ama?
—¡Cállate ya! —Roy negó rápidamente.
Envy sabía que se arriesgaba a ser quemadocpero no le parecía que Mustang fuera a hacerlo, aún así prefirió mantener la boca cerrada.
Mustang hizo lo mismo sólo que él se mantuvo pensando ¿Realmente era eso? ¿Sentía celos de Envy? ¿Sentía envidia de la envidia?
—No deberías envidiarme... —murmuró Envy en un volumen más bajo luego de segundos en silencio— él igualmente te ama... —Mustang seguía sin decir ni una palabra—. Cuando estuvimos en el Norte... no hablaba de otra cosa que no fueras tú... Yo hasta llegaba a hartarme pero de algún modo u otro siempre te nombraba. Y para perdonar lo que hiciste... o para perdonar que trataras de matarlo... ¿Cuánto amor debe tenerte...?
La conversación tampoco duró mucho más debido a que Riza llegó con ellos.
—Ustedes dos, será mejor que regresen —ambos miraron a la Teniente—. Algo extraño cruzó por entre la masa siendo impulsado por algo parecido a lava. Parecía ser una persona...
Tras escuchar esa descripción Envy supuso que era su Padre hacía que corrió de regreso al pasillo en donde estaban los otros, Riza y Roy fueron detrás se él.
Al llegar vieron que varios soldados de Briggs habían llegado al lugar pero no dispararon una vez que reconocieron al Coronel y a la Teniente con ellos.
Seguido de eso, dos pilares de tierra que venían desde abajo llegaron a su lado.
—¡Querido! —exclamó una mujer que venía desde los pilares abrazando a un hombre que venía con los soldados de Briggs —No hay tiempo de relajarse, necesito que cuides a este chico por mi —dijo la mujer bajando a un castaño del pilar mientras ella seguía su rumbo hacia arriba mientras el resto descendería a buscar a Scar y a los que les faltaban.
—¡Gerald! —exclamaron sus tres más cercanos cuando lo vieron.
Les alegraba verlo finalmente, sin embargo, lo veían tan normal que les parecía extraño. El primero en preguntar fue Envy que se acercó a abrazarlo.
—Me alegra tanto verte... ¿Estás bien? —cuestionó sin soltarlo por completo.
Sólo cuando sintió los sollozos ahogados en su pecho abrió los ojos preocupado y levantó su cabeza para mirarlo directamente.
—No puedo... —susurró—. Ya no puedo escuchar...
Oh. You don't like that?
Or do you just not like me?!
Sorry I don't treat you like a god*
Is that what you want me to do?
Sorry I don't treat you like you're perfect
Like all your little loyal subjects do
Sorry, I'm not made of sugar
Am I not sweet enough for you?
Is that why you always avoid me?
I must be such an inconvenient to you.
Well.
I'm just your problem
I'm just your roblem
It's like I'm not even a person
Am I?
I'm just your problem.
Well.
I
Shoudn't have to justify what I do
I
Shouldn't have to prove anything to you
I'm sorry that I exist
I forget what landed me on your black list
But I
Should't have to be the one
That make's up with you.
I'm Just You're Problem / Adventure Time
Olivia Olson
*letra modificada para mayor coherencia. Letra original dice "goddess"
Hasta aquí el capítulo de hoy. Una pregunta ¿Con qué voz se imaginan a Gerald? Hace un tiempo tuve que responderlo en una nominación que me hicieron pero me causó curiosidad saber con que voz lo imaginaban ustedes. Puede ser cualquier idioma la verdad.
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