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Capítulo 32: Última Oportunidad

Por varios segundos no hubo nada más que silencio y tensión que fácilmente podía ser cortada con un cuchillo. Muchos de los presentes miraban atentos el rostro serio del Coronel, y luego pasaban su mirada homúnculo esperando su respuesta.

Envy mostró seriedad en un principio pero luego sonrió, Gerald la reconoció como una sonrisa falsa pero ésta no mostraba ironía ni sarcasmo, era sólo como si buscara parecer simpático. El único chico que conocía la respuesta mantuvo la mirada en el mayor aunque quisiera apartarla, ya se hacía una idea de que las cosas no terminarían bien.

—¿Por qué me preguntas eso? —cuestionó Envy con tranquilidad. Con aquella sonrisa quería buscar que el Coronel pensara en su inocencia—. Bien sabes que fue María Ross. Tu pequeño subordinado la mató.

—No —interrumpió Mustang a su respuesta. Envy nuevamente dejó de sonreír, sabía que Gerald lo habría apoyado aunque supiera que era mentira pero no contaba con que Mustang negaría—. Sé bien que no fue ella.

Sin dudas el homúnculo estaba desesperado por cambiar de tema, esto se podía notar gracias a los rápidos cambios de expresiones que mostraba. Acababa de dejar de sonreír mas ahora nuevamente lo hizo. No podía explicarse cómo es que Roy sabía que Ross no era la asesina pues se negaba a creer que Gerald lo traicionó y le contó a Mustang que él lo hizo. No, eso estaba descartado, de haber sido así el Coronel no se habría molestado en preguntar.

—¿Tratas de decirme que ese niñito hizo cenizas a una chica inocente? ¡Eso es brutal! No creí que él sólo tuviera la carita de inocencia —Mustang no parecía interesado en la exagerada reacción del homúnculo pero ciertamente se estaba hartando—. Decirle eso a la familia debió ser divertido ¿quién de ustedes les contó la noticia? ¿Lloraron al hacerlo? ¿O prefirieron mantener la boca cerrada para evitar su furia?

—¡Quién debería mantener la boca cerrada eres tú, idiota! —Envy frunció el ceño tras escuchar el tono usado por Roy—. Ya estoy cansado de que los homúnculos me fastidien cuando les hago esta pregunta. ¡Dime la verdad o te quemaré hasta que lo hagas, maldito!

El homúnculo simplemente bufó, sin embargo, referente a la pregunta principal aún no decía ni una palabra, era como si Mustang supiera de antemano que él tenía la respuesta escondida.

—Dime quién es responsable de su muerte.

El castaño estaba realmente preocupado esta vez, tuvo suerte de que su superior no lo estuviera mirando de frente o la situación sería peor. Por un segundo su mirada se encontró con la de Envy y lo único que hizo fue negar de una manera sutil.

El homúnculo había visto muy pocas veces a Gerald de esa manera, puede que incluso nunca lo haya visto así, sus ojos no solían temblar del modo que lo hacían ahora y mucho menos había visto antes que esa mirada dijera "Atrévete a decir una palabra y estás acabado". Le habría hecho caso a esa advertencia pero desde su punto de vista no tenía más opción, si negaba ahora no iba a verse creíble ya que ya había tardado demasiado.

Otra de sus sonrisas apareció, aunque esta, a diferencia de las otras, creció en tamaño y no tardó en ser acompañada por una escandalosa carcajada, todos se sobresaltaron, incluso Gerald pero Mustang permaneció estoico hasta finalmente escuchar la respuesta.

—Felicidades, Coronel Mustang —empezó Envy llevando una mano a su pecho una vez que acallaron las risas. Estaba señalándose a sí mismo con orgullo, y como si eso no fuera suficiente volvió a hablar—. Finalmente encuentras a tu culpable.

Esta vez Mustang sí reaccionó, aunque sólo fue un sobresaltó, nada más. Por seguridad Hawkeye apuntó con su arma al cambiaformas cuando más carcajadas salieron de su boca pero mucho más calmadas ahora.

—Es mentira.

Todos voltearon a mirar al moreno cuando lo escucharon hablar, Gerald se empezó a sentir presionado mas no titubeó.

—Créeme, Roy, la mayor parte de mi encierro lo pasé con él... y es tan inútil que no sería capaz de matar a nadie. Ni siquiera pudo evitar que escapara... dos veces.

Envy se había ofendido mas por otro lado sentía que sólo lo decía para descartarlo, no creyó que desmentirlo fuera buena idea así que no dijo nada ante las palabras del castaño.

Sin embargo Roy no sabía qué creer; podía existir la posibilidad de que estuviera mintiendo para ocultar al verdadero asesino pero siendo así le saldría más fácil mentir diciendo que no sabía quién era.

—Puede que tengas razón, Gember —dijo el mayor aparentando calma—. Dudo que un imbécil como él pudiera...

Ahora hasta Gerald se sobresaltó, él lo había llamado inútil, no imbécil, y desde el punto de vista de Envy el insulto por parte del Coronel fue peor, esta vez no se pudo quedar callado, y eso era lo que Mustang quería, después de todo si tu oponente se molesta con facilidad podía usarlo en su contra.

—¡Ja! ¡¿Imbécil?! —exclamó Envy siendo pronto rodeado por los rayos rojos que aparecían al transformarse. Había caído en la trampa—. Díganme quién es el imbécil aquí ¡Porque no creo que sea yo!

A medida que hablaba su cuerpo iba volviéndose más delgado y curvilíneo, sus ojos violeta ahora eran verdes y su cabello era de un castaño claro; La réplica exacta de Gracia Hughes, bueno, casi, esta expresaba locura extrema.

—Prefiero usar ese término para alguien que cae en un truco barato como este, alguien como el patético de Hughes —Cuando los rayos desaparecieron, Roy quedó perplejo. Aquella expresión en el Coronel Gerald jamás la había visto; estaba más allá de la ira y de la sorpresa—. ¡Sólo mira tu cara! ¡Adoro esa expresión! ¡No van a creer esto pero fue la misma expresión que puso Hughes cuando le dispare!

Parecía que Envy disfrutaba con cada palabra, la sonrisa llena de locura en su cara era indicio de aquello.

—¡El shock! ¡La confusión! ¡Se pudo ver cada emoción que sintió cuando su propia esposa le disparó! ¡Oh, sí! ¡Fue genial!

Las palabras fueron de a poco bajando de intensidad mas las reacciones en los demás no cambiaron, el miedo del moreno seguía intacto, la rabia de los demás no se iba, y Mustang... lo de él ni siquiera podía calificarse como rabia, era algo mucho mayor lo que sentía.

—¡Es suficiente! —exclamó Roy en un tono elevado—. Fuiste lo suficientemente estúpido para confesar y aún más estúpido para presumirlo —Su rostro estaba transformado, ese no era el Roy que todo el mundo conocía—. Cada palabra que dijiste es el combustible de tu hoguera. No necesito que digas nada más, Envy. Empecemos esto... —Su mano izquierda se dirigió a su guante derecho casi por reflejo, y tirando de éste sutilmente frunció profundamente el ceño— ¡Volviendo cenizas tu lengua!

El Coronel ya lo tenía todo claro; Envy engañó a Hughes transformándose en su esposa, la única persona, junto con su hija, a la cual nunca lastimaría. Envy asesinó a su mejor amigo. Envy era a quién tanto tiempo había buscado. Envy tenía la culpa de todo... y por ello Envy debía pagar con su propia vida.

Ahora que tenía al culpable frente a él lo único que quería era darle el peor castigo posible y se aseguraría de dárselo. Antes de volver a bajar la mirada, tomó una gran bocanada de aire para controlarse un poco, sin embargo, aunque su rostro parecía más en calma, su ira no había disminuido en lo más mínimo.

—Scar, Acero. Tomen a su grupo y lárguense —Edward miró a Roy sobresaltado, ver aquella mirada sombría en sus ojos lo tenía preocupado al igual que Gerald pero en el moreno todavía no era tan evidente—. Este es mío y sólo mío.

—Entendido —dijo Jerzo queriendo dar un paso hacia la salida.

El castaño estaba consciente de que Roy no podría dar todo su potencial con todos ahí, así que tan pronto se dio cuenta de esto lanzó una llama para impedir el paso.

—Ustedes no se irán —Las quimeras apenas lograron moverse antes de que las llamas se les cruzaran—. Aún les debo cobrar lo del Norte.

La mirada violeta se desvió por unos segundos hacia el castaño, oírlo decir eso aún con todos presentes le enorgullecía un poco.

—Vaya, Gerald, sí que eres resenti...

Aún cuando ni siquiera le hablaba a él, Alquimista de Fuego no tuvo ninguna intención de dejarlo terminar y lanzó la primera llama, quería dejar de escuchar por un segundo su irritante voz así que tal como había dicho las llamas fueron directo hacia la boca, a la lengua para ser exactos.

—Mantén tus ojos en mí, Envy. Nuestra conversación es lo único que debería importarte —El disfrazado cayó de rodillas, algo de humo seguía saliendo de su boca mientras se regeneraba y volvía a su apariencia usual—. Gerald, tú sólo deja que se vayan.

—Pero...

—¡Es una orden!

El cuerpo del moreno titubeó, lo único que quería era ayudar a Envy de algún modo y la única manera que tenía para hacerlo se la acababan de quitar. Él siempre fue visto como alguien desinteresado pero ahora parecía que en cualquier segundo iba a colapsar.

—Tal parece que hay exceso de grasa en tu lengua, es sorprendente lo fácil que se quema, Envy.

Edward estaba consciente de que el Coronel estaría bien si se hablaba de sobrevivir, y admitía que tampoco él podría perdonar lo que el homúnculo hizo pero eso no era lo que lo mantenía intranquilo.

—Teniente... Katsu... ¿Están seguros que...?

—Edward. Sólo vayan —contestó la rubia. Ella, al igual que Roy, se veía dispuesta a dispararle a Envy, y aunque su mirada era seria seguía siendo mucho más tranquila.

—Ya veremos cómo solucionarlo... —añadió el castaño apenas suspirando.

—Aún tienes un asunto del cual encargarte —retomó otra vez Riza.

Resultó que el rubio acabó retirándose pero no porque él quisiera, sino porque Darius, la quimera con apariencia de gorila, se lo llevó por la fuerza. Era verdad que tenía otras cosas que hacer pero lo que estaba por pasar no acabaría bien, y varias personas ahí lo sabían a la perfección.

El homúnculo sólo pudo mirar de reojo como el grupo hacia una fila y se iba por su lado sin siquiera mirarlo. Se molestó, sin embargo, lo cierto era que no podía desconcentrarse de lo que era verdaderamente importante, y lo importante ahora era pelear.

Únicamente cuatro personas quedaron en esa sala; él, Roy y sus subordinados, algunos más interesados en pelear que otros.

—Así que has estado enfocado en encontrar al asesino de Hughes —Aquello había sonado más como afirmación que como pregunta.

De Gerald sabía que no tenía que preocuparse, confiaba en él lo suficiente para saber que no le haría daño, pero Hawkeye y Mustang si eran un peligro, y peor sería si peleaban en conjunto, por eso pensó que su mejor alternativa era transformarse.

—¡Pero que amistad más hermosa! —exclamó mientras sus ojos se tornaron oscuros.

Al verlos, el moreno supo cuál transformación venía; una forma verde, gigante, de ocho patas y con muchos rostros a su alrededor; su verdadera apariencia. Pese a que el castaño no tenía miedo de él, Roy hizo retroceder a sus dos subordinados por seguridad.

—En respeto a esa amistad te daré la pelea que buscabas —dijo el homúnculo ahora con voz ronca—. No puedo controlarme muy bien en esta forma así que no me culpes si...

Siguieron sus ojos.

Nuevamente Roy le interrumpió lanzándole una llama a sus orbes violetas. El grito fue más fuerte que el anterior indicando todavía más dolor, se llevó dos de sus manos a la zona afectada de su rostro y cayó. No había necesidad de experimentarlo para saber que aquello era horrible, hasta los ojos celestes de Gerald se cerraron de manera involuntaria cuando la llama llegó al mayor.

—¿Qué se siente que el líquido en tus ojos hierva? —El castaño no pudo reprimir un sonido de dolor al imaginarlo—. Supongo que debe ser peor que cualquier dolor que te imagines.

Por más que se mantuviera en su lugar, Riza estaba increíblemente preocupada también ¿Cómo era posible que Roy pudiera hablar con tanto odio?

—¡Maldito! —Envy apenas podía ver bien, todo era oscuro y opaco mientras sus ojos se regeneraban.

La voz del homúnculo sonaba como si realmente estuviera sufriendo, pero sin sentir ni pizca de compasión y sin darle tiempo de reponerse del ataque anterior, Mustang lanzó otra llama, esta se esparció por todo el cuerpo del más grande. Nuevos alaridos se escaparon y varias heridas aparecieron.

—No puedo creer que me hayas dado un objetivo más grande para apuntar ¿Creíste que me derrotarías así? Idiota...

El homúnculo había caído de nuevo, apenas podía moverse. Trataba de mover sus extremidades para colocarse de pie otra vez pero le dolía tanto que hasta algo tan simple le resultaba casi imposible.

—¡Ponte de pie, monstruo! Repetiré este sufrimiento hasta que finalmente mueras.

Morir.

Por unos segundos al castaño se le cortó la respiración. No podía dejar que eso pasara, no podía permitirlo.

Gerald no era así, no era alguien temeroso, y seguramente lo seguiría siendo de no ser porque ahora Envy se transformó en su punto débil. Literalmente su única utilidad para los homúnculos era para protegerlos, la única razón por la que seguía vivo es porque era su alquimista de fuego, entonces ¿Por qué seguía sin hacer nada? ¿Por qué diablos temblaba como cobarde? ¿Por qué tenía tanto miedo de ayudar al único homúnculo que quería proteger?

La respuesta tenía nombre y apellido; Roy Mustang.

Bajo otras circunstancias tal vez pudiera hacer algo pero ahora se sentía paralizado aún cuando no era él el receptor principal de esa furiosa mirada.

En cuanto a Envy, había cometido el grave error de tomarse a un alquimista de fuego a la ligera. Si ya le había costado demasiado trabajo mantener a raya sólo a Gerald, ¿qué podía esperar de Mustang?

Además, se estaba enfrentando al asesino de Lust. Ella y Envy tenían un nivel de fuerza parecido y Mustang la hizo polvo sin mucho esfuerzo. Basado en eso el homúnculo sabía que la victoria era prácticamente de Roy pero no podía dejarse matar. No quería.

Sin decir nada golpeó con su cola la pared de la sala, varios escombros volaron en dirección a los militares forzándolos a cubrirse. Envy aprovechó esos segundos para volver a la normalidad y correr.

—¡Cobarde! —gritó Roy una vez que pudo ver de nuevo.

A lo lejos se veía al homúnculo alejarse, él no perdió tiempo y lo siguió.

—¡Coronel! —Los de menor rango gritaron cuando el mayor de ellos se alejó. Ninguno podía ver muy bien pues algo de polvo se había levantado tras la caída de los escombros.

El mayor sólo miró hacia atrás unos segundos para asegurarse que ambos estuvieran bien, pero no dejó de correr.

—¡Ustedes quédense ahí! Yo me encargo de él.

Riza y Gerald se miraron con preocupación.

No era ningún secreto que a Riza le importaba mucho el bienestar de Roy, por no decir que era la razón fundamental por la que seguía con vida, pero esa importancia también traía lealtad por lo que se forzó a sí misma para obedecer la orden. Ninguno quería quedarse en ese lugar sin enterarse de nada pero ¿qué más podían hacer?.

Riza miraba atentamente por donde ellos se fueron y al cabo de unos segundos miró al menor, éste tenía la mirada fija en el suelo sólo con un oído en dirección a la salida para escuchar cualquier detalle. Un hilo de sangre hacía contraste en la piel morena de la parte izquierda de la frente del castaño, uno de los escombros de antes lo había alcanzado.

—Gerald... —murmuró la mujer sobresaltando al castaño cuando posó su mano en su hombro. Ella sólo quería intentar tranquilizarlo pero notó al ver sus temblorosos ojos celestes que poco y nada podría hacer.

El castaño cerró los ojos al notar que Hawkeye no le diría nada e hizo una mueca con su boca mostrando ligeramente sus levemente afilados colmillos. Tenía los ojos cerrados con mucha fuerza, pero al escuchar a lo lejos otro grito de Envy, los abrió con rapidez y determinación, y de repente, todo rastro de duda y temor, desapareció.

—¡Perdóname, Roy! —gritó él corriendo por la dirección que escuchó la voz del homúnculo.

—¡Gerald!

Tras ver que dejaba atrás a la de menor rango el moreno frenó sus pasos, pero seguía mostrando desesperación.

—¡Hawkeye, no puedo quedarme aquí! —exclamó el menor—. Necesito... ¡Realmente necesito...!

—Calma... Se puede solucionar —interrumpió ella colocando sus manos sobre sus hombros—. Ya viste lo furioso que estaba, calmarlo va a ser imposible. Tal vez nos odie si nos adelantamos a su trabajo pero es la única manera en la que no lo perderemos.

Gerald la miró sin entender. Sabía que lo primero era verdad mas lo segundo no lo comprendió.

—¿A qué te refieres... con adelantarnos a su trabajo...? —cuestionó.

La rubia miró con seriedad a la salida y suspiró.

—El Coronel se está tomando esto de modo personal, es sólo odio incontrolable, si mata a Envy no existirá retorno para él. Sin embargo, nosotros no lo llevamos a lo personal... —El castaño continuó mirando a la mayor hasta que dijera lo que planeaba—, es por eso que debemos encontrar a Envy antes que él y matarlo nosotros mismos.

Gerald se apresuró en negar.

—No, ¡olvídalo!

—¿Por qué no...? Sólo así el Coronel no se dejará llevar por la venganza —Riza se sorprendió por la exaltación del moreno—. A menos que... —Pronto empezó a hacerse una idea—. Gerald... El que te está preocupando ahora... no es Mustang, ¿verdad?

El moreno apartó la mirada bruscamente y cerró los ojos al escuchar otra vez un grito.

—Riza, yo... Jamás te he dado órdenes porque no me siento bien dándolas, y sé bien que Envy ha hecho atrocidades... —dijo el menor con la voz reprimida—. Pero hagas lo que hagas, no lo mates... Es una orden.

Fue todo lo que dijo antes de marcharse por la misma dirección en la que los otros dos se fueron. Ya basta de cobardía, no podía dejar que Roy matara a Envy, aún sabiendo que tal vez Mustang no se lo perdonaría nunca debía salvarlo.

Correr nunca fue lo suyo pero forzó a sus pies a continuar en movimiento pese al cansancio. Se dejó guiar por los gritos y el sutil olor a quemado hasta notar que no podía seguir avanzando ya que el piso estaba destruido y la distancia con el suelo era grande, no había tiempo de buscar un modo seguro de bajar, así que no se lo pensó y saltó, ¿qué más daba? El barranco que Envy le había hecho saltar en el Norte era muchísimo más alto.

No escuchaba más gritos y eso le preocupó, ¿y si ya era muy tarde? No. Debía pensar en que no gritaba porque se habían separado y él se encontraba bien.

Pasados varios minutos se mareó por lo que tuvo que detenerse en una pared, recostó todo su cuerpo en ella y respiró más agitado que nunca. Entonces escuchó otro sonido, no era un grito, sino unos pasos justo a su lado. Al voltear pudo notar la intensa mirada de Roy en sí mismo junto a sus dedos a punto de ser chasqueados, el menor instintivamente había hecho lo mismo pero los retiró al ver esa mirada, daba más miedo cuando esos ojos lo miraban a uno.

—Me desobedeciste, Gerald —dijo el Coronel apartando su mano.

—Lo lamento... No podía quedarme ahí sin hacer nada... —murmuró con la voz entrecortada mientras recuperaba el aire—. ¿Y Envy? —Por más que trató de que no fuera así aquella pregunta sonó desesperada.

Lo único que Mustang hizo fue agachar la cabeza y colocar sus manos en los bolsillos de su chaqueta negra.

—Lo perdí. Este lugar es como un laberinto —El moreno sonrió un poco al oír eso, entonces significaba que Envy seguía vivo en algún lugar por ahí cerca—. Ahora que estás aquí, apreciaría tu ayuda ¿vienes conmigo?

—De hecho, Roy, yo quería... —El castaño había detenido su frase a la mitad para pensar.

Quería pedirle que reconsiderara lo de matar a Envy pero de repente ya no sentía el ambiente agresivo que percibió antes, además, había varias cosas que no se explicaba.

—Sí... Voy contigo... —respondió finalmente con voz vacilante.

Entonces, el mayor desvió su mirada de Gerald y avanzó, el moreno lo siguió luego de unos pocos segundos.

Roy no le habría preguntado por ayuda, habría dado por hecho que el moreno lo ayudaría sin necesidad de preguntarle, no obstante, Roy no era el mismo desde que Envy se apareció frente a ellos, bien se lo pudo haber preguntado por eso, o tal vez podía ser que Mustang no era Mustang realmente... o quizás sí era Roy y ya se había calmado desde que el homúnculo se le escapó...

—Mierda, son tantas opciones... —murmuró

—¿Dijiste algo?

—No, nada... sólo... pensaba en voz alta... —Debía comprobarlo con algo más, algo que revelara la identidad totalmente—. Pensaba... en lo que me decías esta mañana... —Iba pensando en algo mientras avanzaban, tendría que jugar un poco con los sentimientos de quién sea que estuviera con él pero era el único método que se le ocurría—, y yo... pues... no se si pueda darte una respuesta... a eso de que te gusto...

Roy volteó a mirar al chico con cierta sorpresa al principio, incluso abrió ligeramente la boca y detuvo sus pasos a causa de la impresión. Hasta ahí todo normal, aún podía ser cualquiera, sin embargo, cuando se agachó un poco y acarició la mejilla del moreno, éste ya supo de quién se trataba.

—No necesitas contestarme tan pronto... Eso puede esperar. Por ahora concentrémonos en buscar a ese maldito ¿De acuerdo, ko...?

—¿"koinu"? —interrumpió el menor.

Mustang abrió mucho los ojos dándose cuenta del error cometido.

—Ibas... a decirme "koinu", ¿no?

Antes que el mayor se levantara nuevamente, Gerald lo sostuvo del hombro para que siguiera atento a él.

—Sé que eres tú, Envy... Roy no me ha dicho que le gusto... —El mayor abrió aún más los ojos notando además que lo había engañado—. También, tú siempre me tocas la mejilla, igual que ahora, Roy no hace eso.

Envy iba a separarse de él pues sintió algo de miedo, lo había encontrado y había descubierto su identidad, bien podía entregarlo a Roy. Iba a regresar a su apariencia de siempre pero el castaño negó rápidamente.

—No. No cambies de forma, no corras. No voy a hacerte daño.

El homúnculo detuvo su transformación y se dejó caer de rodillas, sólo entonces dándose cuenta de lo agotado que se sentía aún cuando los homúnculos no se cansan.

—¿Fuiste tú...? —cuestionó Envy esta vez con su voz de siempre mientras aún mantenía la apariencia del Coronel—. ¿Tú le dijiste que Ross no era la asesina? ¿Tú me... tú me delataste...?

El de claros ojos negó. Esa voz tan quebrada le causó una enorme angustia.

—No le he dicho nada, de verdad. No sé cuando empezó a dudar pero le ha cuestionado a varios homúnculos lo mismo, incluyendo a Lust antes de matarla —respondió el menor.

Ahora que estaba tan cerca de él podía notar que a pesar de estar disfrazado tenía varias heridas de quemaduras sin sanar totalmente, le preocupaba ver cómo las heridas cerraban con rapidez pero las marcas quedaban ahí.

—¿Cuántas veces te ha matado? —cuestionó el menor arrodillándose para quedar frente a frente.

—Muchas... —respondió Envy agachando la cabeza—, y cada vez... cada vez me duele más... —Había decidido finalmente en que confiaría en el castaño, era su protector después de todo—. Logré perderlo pero él sigue por ahí. Creí que si te hacía creer que era Mustang podría...

—No necesitas hacerme creer que eres Roy para tenerme de aliado...

—No quiero morir... —susurró tras varios segundos de silencio— La verdad es que... tengo miedo, Gerald...

Gerald no fue capaz de seguir dejando hablar al mayor al sentir su voz tan alterada.

—Escúchame, no voy a...

Como había dicho antes, siempre era Envy quién le acariciaba la mejilla, así que esta vez iba a ser el moreno quien haría esa acción pero tan pronto aproximó la mano a su cara el homúnculo miró las manos contrarias con pavor y apartó su herido rostro unos pocos centímetros.

Al principio, el castaño se preocupó mas luego cayó en cuenta en que las manos con las que iba a tocarlo tenían los mismos guantes que aquel que intentaba matarlo, así que se los quitó, los dejó junto a él y ahora sí llevó la mano a su mejilla, moviendo su pulgar de manera delicada mientras lo acariciaba, tan sólo quería intentar relajarlo.

—No voy a dejarte morir, Envy...

El homúnculo lo miró con sus, ahora, negros ojos temblando ligeramente. No lograba comprender porqué un humano, seres que él disfrutaba matar, estaba tratando de salvar su vida y de calmarlo. ¿Y por qué Gerald, específicamente? ¿Sólo porque le habían ordenado ser su alquimista? No, él sabía que el moreno no era el tipo de persona que hacía todo el tiempo lo que le ordenaban, así que si el castaño quería podía irse en cualquier momento. Por eso Envy no comprendía por qué seguía ahí, el cambiaformas no había sido lo que puede llamarse amable con el moreno, interactuaba con él como lo haría con cualquier otro humano pero a Gerald no le importaba, incluso disfrutaba de esa actitud ¿Qué diablos era entonces?

No le importaba por ahora, sólo cerró los ojos al sentir ese delicado contacto y suspiró. No dejó de dolerle ni por un segundo pero el sentimiento de protección que le causaba la caricia le hizo olvidarse del sufrimiento al menos por un rato.

—Esto... Esto te pertenece... —suspiró el mayor entregando el collar que antes no había podido regresar.

Gerald se lo colocó de inmediato.

—Koinu... —murmuró el mayor apenas alzando la vista nuevamente—. Yo... Tengo algo que decirte...

—Así que de eso se trataba...

Ambos regresaron al presente al escuchar el sonido de una pistola siendo cargada, y después de escuchar a Hawkeye voltearon al instante.

—¿Teniente? —cuestionó el homúnculo volviendo a utilizar la voz de Roy. Gerald miró intentando no lucir preocupado.

—No hace falta que intentes engañarme, sé bien que no eres el Coronel —mencionó la rubia a lo que Envy se alertó—. Los estuve escuchando... —añadió mirando a Gerald esta vez—, ¿así que sabías que él había matado a Hughes...? ¿Por eso te negaste a la idea de matarlo?

—Riza, te juro que lo puedo explicar...

—Volviste luego de tanto tiempo diciéndonos que escapaste de los homúnculos —interrumpió—, pero resulta que en realidad no tienes una mala relación con ellos, hasta ocultas secretos tan importantes como la muerte de Hughes de nosotros... No recordaba que fueras así.

El castaño negó repetidas veces.

—Es que no lo entiendes... —trató de excusarse—. Yo no... Yo no quería que todo esto se complicara tanto...

—¿Es que no confías en nosotros? —habló la rubia nuevamente mientras apuntaba su arma al castaño luego de prepararla—, ¿O es que nosotros deberíamos desconfiar de ti...?

Distraída totalmente por la discusión que tenía con Gerald, Hawkeye no se percató de los movimientos de Envy. Mientras recuperaba algo de fuerzas, y volvía a su apariencia usual ya que no tenía ningún sentido seguir oculto tras su disfraz, el cambiaformas estiró su brazo rápidamente y como si de una cuerda se tratase enrolló la pistola con él.

—¿Qué ibas a hacer? ¿Dispararle? —La mirada violeta se había entrecerrado—. Adelante, quisiera ver que lo intentes, maldita humana... —Igualmente su voz sonaba distinta, estaba peligrosamente baja—. Él no ha hecho absolutamente nada en contra suya.

Con su otra mano realizó un rápido movimiento que hirió el hombro y cuello de la mujer, no era una herida grave ni mortal bajo ninguna circunstancia pero la sangre brotaba con rapidez y dolía, redujo mucho su capacidad de movimiento.

—¡Ni siquiera sabes qué es lo que pasó para saber la razón de las decisiones que tomó así que no te atrevas a tocarlo si no escucharás lo que te dice!

—¡Envy, para ya!

—¡No permitiré que lo lastimes! —exclamó el homúnculo separándose violentamente de Hawkeye—. ¡Si le haces un solo rasguño te....!

Pero no tuvo tiempo de terminar de amenazar. Sin previo aviso, todo el cuerpo del homúnculo fue calcinado en cuestión de segundos. El brazo que atrapaba el arma de Hawkeye fue quemado hasta antes de que pudiera dañar a la mujer, al final Mustang era mejor controlador de llamas que Gerald. Afortunadamente para el homúnculo, aún podía regenerarse, pero el moreno notaba que cada vez los rayos rojos tardaban más en cerrar las heridas.

Con la respiración entrecortada y el cuerpo a medio curar, Roy dio otro chasquido, quemando ahora sus brazos y sus piernas. El grito que dio no fue más fuerte que otros que había dado pero lo hizo caer apenas se apagaron las llamas. Intentó levantarse aunque sabía que no tenía lugar donde huir, después de todo, conocía la estrategia de las piernas heridas ya que Gerald fue víctima de esa antes, y con los brazos heridos su probabilidad de escape se reducía a cero.

Los ojos de Envy temblaron al ver a Roy llegar con el semblante más furioso que alguna vez vio en cualquier otra persona, aún así hizo su esfuerzo para al menos arrodillarse nuevamente. Mustang había escuchado la voz de la Teniente y gracias a eso logró encontrarlos, al llegar ahí apreció la herida sangrando en la frente de Gerald, al instante creyó que el homúnculo la había hecho, y las heridas de Riza también fueron causadas por Envy.

—¿Qué demonios le estás haciendo a mis subordinados?

La mirada violeta expresaba miedo puro, los ojos de Mustang daban aún más miedo que sus palabras, sonaba como si aún estuviera conteniendo su ira ¿Cuánto odio podía un ser humano soportar?

—Y a ustedes dos... Les dije que yo me haría cargo de él.

Tanto Riza como Gerald se asustaron al sentir la penetrante mirada sobre ellos ahora, aunque no duró demasiado antes que esta volviera al homúnculo.

El moreno tomó aire y avanzó frente a Envy dejando caer sus guantes al suelo por error mientras lo hacía. Estaba irrumpiendo entre la mirada de odio y la mirada asustada, Gerald también tenía miedo pero sabía que el homúnculo no soportaría muchas llamas más.

—Basta, Roy. No puedo permitirlo.

—Apártate, Gerald —dijo secamente queriendo evitarlo con la mirada y seguir intimidando al homúnculo, ni siquiera se mostraba un poco más relajado por la presencia del menor.

—No puedo dejarte. Por favor, no sigas —negó el menor sin quitarse de en medio.

Estaba preocupado por ambos, la mirada de Mustang parecía no tener vuelta atrás.

El rostro del Coronel no mostró cambio positivo, sólo logró que entrecerrara más los ojos y su mirada se fijara en el castaño esta vez.

—Sí te aliaste con ellos...

Gerald se sobresaltó, Mustang ni siquiera estaba escuchándolo, parecía molesto con él por conclusiones que estaba formulando solo.

—¿De qué hablas...? Eso no...

—Quítate.

—No, y no lo voy a discutir.

—¡Qué te quites! ¡Es una orden!

—¡Qué no! —exclamó el menor dándose cuenta de que realmente lo estaba encarando.

—¡¿Por qué diablos no me obedeces?! —Mustang dio un gruñido ni muy alto ni muy bajo no parecía calmado en lo más mínimo—. ¡Sólo te pienso dar una oportunidad más, Gerald Katsaros! ¡¿De qué lado estás?! —gritó Roy, y nunca, nunca lo llamaba por su nombre completo.

A su vez, el menor abrió la boca sin nada que decir, sentía que cada segundo tardaba horas por la intensidad de la situación en la que se encontraba. Volteó a mirar a Envy sólo para encontrarse con su temblorosa mirada de miedo y luego regresó a mirar al mayor.

—Lo siento...

El homúnculo se asustó todavía más cuando vio al moreno caminar hacia su superior.

—Yo acepté seguirte incluso al infierno si así lo querías...

Cada paso que daba hacia Mustang parecía tardar mucho tiempo, se detuvo justo frente a él, aún metido entre el camino hacia el homúnculo.

—Pero ahora... me pides que vaya a donde no puedo ir...

Sin perder más tiempo se lanzó al mayor y no lo soltó, los brazos del mayor quedaron dentro del agarre y dado que el castaño no soltaba apenas podía moverse.

—Vete... ¡Corre, Envy! —El aludido se sobresaltó—. No sé cuanto resista... ¡Vete ya!

—Tú... ¡Tú! ¡Suéltame! —Cuando el homúnculo se alejó, claramente sin querer hacerlo, supo qué era lo que Gerald intentaba y trató de librarse pero el castaño se mantuvo firme—. ¡Lo dejaste escapar! ¡¿Qué mierda te pasa?!

A pesar de los insultos Gerald sólo sonreía sin dejar de resistir.

—No es la primera vez que lo ayudo ¿sabías...? Oh, sí... y mentí en absolutamente todo lo que te dije... Nunca escapé de ellos, nunca me trataron de engañar, nadie me pidió que matara a esos soldados...

—¡Cállate!

—Y aunque no te lo haya dicho... también sabía que él era el asesino de Hughes...

—¿Qué acabas de....? —murmuró sin creerse lo último escuchado.

Sin molestarse en esperar otra palabra con su mano libre tomó de manera brusca el cuello del chaleco del menor acercándolo violentamente a él. Mustang con bastante fuerza movió su brazo hacia atrás, causando que el menor se golpeara la cabeza con la pared. Le había dolido mucho mas no se dejó intimidar.

—A él... A él no lo vas a matar... ¿oíste...? —Pudo decir en un débil hilo de voz, aquel impacto le había mareado.

—¡Silencio! ¡Ya no quiero oírte! —No quería escuchar hablar al castaño, razón por la cuál continuó haciendo que la parte posterior de la cabeza del menor golpeara la pared, esta vez con más fuerza e intensidad—. ¡Eres un desgraciado bastardo hijo de...! —Sólo al ver que Gerald había dejado de moverse es que se detuvo y soltó el cuerpo inconsciente del castaño que por suerte seguía respirando.

—¡Coronel, está dirigiendo su venganza contra la persona incorrecta! —gritó Hawkeye queriendo acercarse a ayudar al castaño pero todavía le dolían mucho las heridas que Envy hizo—. ¡Gerald no tuvo nada que ver con la muerte del General de Brigada Hughes!

—No interfiera, Teniente. Tengo mis razones... Él mismo me lo pidió y él mismo se lo buscó.

"No voy a ser yo quien te frene de lograrlo..."

Tras haberlo noqueado sabía que posiblemente Gerald ya no estaba escuchando pero de cualquier modo volvió a dirigirse a él.

—Con esos malditos ojos de asesino que tienes debí suponer desde el principio que habías dejado de ser el mismo, y si vas a interferir entonces ya no te necesito.

"Así que, Mustang..."

El énfasis en la palabra asesino lo dijo con tal odio que si el castaño hubiera estado despierto, lo habría mirado con más miedo que en cualquier otro momento de su vida.

"Si nos volvemos a ver..."

No iba a despertar pronto del golpe pero el rostro del moreno parecía mostrar signos de estar forzándose a sí mismo a despertar, sólo que no lo conseguía.

"...Y soy distinto a la persona que ves ahora..."

—No te lo tomes personal, Gerald.

Riza, que seguía adolorida, no pudo levantarse al ver con terror como el mayor apuntaba con una de sus manos a Gerald con los dedos a punto de ser chasqueados, no iba a poder levantarse para ayudarlo a tiempo.

"Si ves que hago cualquier cosa que interfiera con tu objetivo..."

—Tú mismo me pediste que hiciera esto si regresabas diferente...

"Mátame."

Have we gone too far?

Can we return?

When we're torn apart

In the darkness of night

In the ashes I see

The fading light.


In these last days

We prayed for light

Prayed for a way out

Hear the thunder from God

In the eye of the storm

Everything is gone.


Flames rise and war has begun.

Where do we go when there's nowhere to hide?

Caught in the fire

Dark skies, what have we done?

Where do we go when there's nowhere to hide?

~Caught In The Fire / Klergy

Nomás dejo el gif de Envy transformandose en Gracia porque me encanta.

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