Capítulo 18: Dentro del Estómago
Alphonse estaba desesperado, esa cosa se había tragado accidentalmente a su hermano y a dos de sus amigos, aunque a uno de ellos fue a propósito, en realidad. Cuando el homúnculo le dijo que ya no podía regresarlos el de la armadura lanzó un fuerte grito al cielo ¿Realmente se habían ido así como así? ¿Ya no los volvería a ver nunca?
Gluttony sabía que estaba en problemas, él únicamente quería comerse a Ling pero se llevó a dos recursos importantes e incluso a su "hermano mayor" también. No había sido su intención mas ya no lo podía remediar.
Además, para empeorar las cosas, cuando Roy regresó al Cuartel General de Central el Führer descubrió que él sabía que era un homúnculo y no sólo eso, también el Coronel se dio cuenta que habían varios militares de alto rango apoyando a la máxima autoridad a pesar de conocer su verdadera naturaleza, en otras palabras había pocos dentro de la milicia en los que se podía confiar.
Tras algunos segundos en completa oscuridad, que bien pudieron ser minutos o incluso horas, el joven moreno empezó a abrir los ojos. Recordaba haber sido tragado sin embargo no reconocía ese lugar, parecía una cueva gigante únicamente iluminada por varias llamas que antes Roy le había lanzado al homúnculo de la gula.
Al tratar de ponerse de pie notó que el suelo estaba lleno de sangre, el penetrante olor a hierro era tal que no podía tratarse de otro líquido que no fuera sangre
—¿Qué diablos es esto...? —murmuró Gerald mirando sus manos ahora manchadas—. ¡¿Hola?! ¿Hay alguien cerca? —gritó al aire pero no obtuvo respuesta.
Empezó a caminar en busca de alguien, si él estaba ahí entonces alguno de los otros tres también debía estar en ese lugar y esperaba toparse al menos a uno aunque siempre iba con cuidado de saber qué decir, no podía descartar que alguno se tratara de Envy disfrazado.
No tenía idea de hacia dónde iba y la luminosidad era tan reducida que apenas podía ver, por eso de vez en cuando se iluminaba el camino lanzando fuego.
Habían algunas llamas también en las ruinas de lo que parecía ser una casa, no, esas no eran ruinas, eran parte de la casa en la que antes se escondían sus amigos, entonces de algún modo todo lo que Gluttony comía iba a parar ahí.
Pasó una hora aproximadamente y nada, no había logrado encontrarse con nadie. Durante todo ese tiempo, probablemente sólo había caminado en círculos. Aquel lugar no era como el exterior, con todo ese fuego alrededor sí que hacía calor, mucho más de lo que creyó, así que se quitó la camisa, iba a quedarse sólo con la gabardina abierta.
—¡Edward! ¡Ling! —gritó por última vez pero nuevamente nadie le respondió— Maldición... Esto me pasa por obedecer a una palmera...
—De hecho ocurrió por no obedecerme —Gerald volteó al sentir una mano apoyarse en su hombro, era Envy.
Aunque parecía que el homúnculo estaba bien era difícil decir con certeza que lo estaba, se veía bastante decaído y desganado cuando normalmente se estaría riendo de cualquier cosa, o del moreno para ser exactos.
No era que quisiera encontrarse con el homúnculo, pero resultaba mejor que no haberse encontrado a nadie.
—Deberías dejar de lanzar fuego y de caminar. Si algo puedo recomendarte es que guardes energía, lanzar llamas a lo loco no servirá de nada —habló el homúnculo sentándose en unos escombros de algo que Gluttony se comió con anterioridad, Gerald se sentó a un lado pues era mejor que vagar sin rumbo—. Pierdes tu tiempo si buscas una salida porque no la hay. Sólo nos queda esperar a morir.
—¿Qué...? —murmuró Gerald negando levemente. Sabía que Envy no era muy confiable pero no mentiría con algo así si él también estaba atrapado, sería ilógico—. No puede ser...
El menor rio nerviosamente mientras chasqueaba los dedos hacia adelante con fuerza, estaba realmente frustrado, la muerte era algo que no le importaba pero no de ese modo, no quería una muerte lenta. Además... ¿Qué pasaría con Roy? ¿Ya no volvería a verlo nunca?
—¿Piensas quedarte aquí? —cuestionó el de ojos violeta sacando a Gerald de sus pensamientos al ver que el castaño no se movía de su lado—. Sabes bien que ahora nada me impide matarte.
El menor asintió.
—De cualquier modo moriré aquí, morir porque me mataste es mejor que esperar a quedarme sin fuerzas... —Sólo se encogió de hombros para indicar que le daba igual.
El contrario negó con la cabeza suspirando, tampoco se sentía con ganas de matar a alguien.
—Si digo esto frente a Edward me tomaría como un loco —empezó el menor otra vez tras varios segundos de silencio—. Pero eres realmente bueno manipulando. La trampa que me tendiste... De verdad no la vi venir.
Envy abrió los ojos mirándolo con cierta sorpresa ¿Acaso al moreno se le había zafado un tornillo? ¿Quién en su sano juicio alabaría la manera en la que fue manipulado?
—No pierdo nada diciéndolo, no es como si podré avergonzarme de esto después.
El mayor no entendía porqué Gerald hablaba con él de ese modo tan calmado, tal vez era porque toda la situación lo hizo perder la cabeza.
—Sí. Increíble, lo sé —Envy no estaba acostumbrado a recibir cumplidos, por no decir que nunca lo hacía, así que menos lo estaba para decir un simple "gracias" de manera honesta sin embargo sentía que algo más debía decir—. La tuya no estuvo mal, creo... —regresó el cumplido, o al menos eso parecía que había hecho.
El moreno desconocía completamente la vida del homúnculo, mas le pareció divertida su manera de "agradecer" si es que así se podía llamar por lo que dejó escapar una pequeña sonrisa.
—No fue tan elaborada como la tuya, pero gracias —respondió Gerald.
Así como no estaba acostumbrado a agradecer menos lo estaba a que le dieran las gracias por lo que esta vez no supo que contestar, sólo se encogió de hombros.
Intentó cambiar el tema lo más pronto posible para no quedar como el raro ahí.
—Voy a buscar al enano y al príncipe de ojos pequeños. No voy a detenerte si vienes conmigo.
—Ojos pequeños... —repitió el menor tras unas pocas risas, bien podía morir, pero al menos esa pequeña conversación no estuvo tan mal. Ya había descansado lo suficiente así que se levantó dispuesto a seguir al homúnculo.
No tenían idea de cuanto tiempo llevaban caminando, caminar ahí resultaba muy difícil y agotador por la sangre en el suelo, y tenían la sensación de estar dando vueltas en círculos.
Al homúnculo no le afectaba el cansancio, o al menos no al mismo nivel que a los humanos, así que no lucía para nada cansado, aún así se detuvo al sentir de repente un peso extra en su espalda.
—¿Qué...? —Cuando volteó a ver de que se trataba sólo vio a Gerald con la respiración agitada y los ojos apenas abiertos haciendo un esfuerzo por mantenerse consciente. No había sido a propósito, cayó en su espalda debido al cansancio—. Oye...
Estaba exhausto, tenía hambre y tenía mucho calor pero durante toda la caminata había estado sin quejarse como si estuviera en la mejor condición.
De ser por Envy lo habría soltado y dejado a su suerte, era sólo un humano y moriría de cualquier modo, pero ya había visto cerca a los otros humanos atrapados, sólo bastaba un poco más. Se decidió por seguir con él para tener una excusa y poder acercarse a Edward y Ling, además olía a que algo estaba cocinándose, también podía aprovechar de que el menor se recuperara.
—¿Quién está ahí? —cuestionó una voz.
—¿Ese es Ling...? —preguntó Gerald por lo bajo a lo que Envy asintió emitiendo un sonido para que no tuviera la necesidad de mirarlo.
Edward, al notar la presencia del homúnculo, se aproximó a ambos.
—¡Dinos por favor cómo salir! —Le gritó rápidamente al homúnculo.
—Primero podrías darle comida a tu amigo —dijo Envy dejando a Gerald junto a ellos, prácticamente lo había arrojado sin cuidado, pero seguía estando bien, aunque por su tono de voz le hizo entender a los otros que no tenía buenas noticias.
El rubio estaba cocinando una de sus botas de cuero, no sería lo más delicioso pero era comestible. Una vez lista sirvió un plato para cada uno, excepto para Envy que no necesitaba comer.
El castaño se repuso casi de inmediato, sólo con comer y descansar ya estaba bien. Los otros dos también se veían mucho mejor.
—Bien ¿Ahora nos dirás cómo salir? —repitió Ed al homúnculo.
—De haber una forma ya me habría ido —contestó él dando a entender que no había forma. Como Gerald ya se había enterado no se sorprendió como los otros dos, sólo agachó la mirada—. Maldición... Aún no puedo creer que fui tragado por su culpa —Se quejó ahora llevando una mano a su frente.
—¿De verdad estamos en el estómago de Gluttony? —preguntó Ling.
Era algo que sospechaban pero ahora que el cambiaformas estaba ahí podrían obtener respuestas.
Tras quitar la mano de su frente suspiró mirando al oriental.
—Es más complicado que eso, lo estamos pero al mismo tiempo no —Eso los dejó a todos igual de confundidos—. Enano de Ace... digo, Alquimista de Acero ¿Aún no te das cuenta de dónde estamos? —El rubio lo miró extrañado apenas ignorando el insulto que había quedado a la mitad—. Has experimentado algo parecido en el pasado ¿no?
Edward tardó unos segundos en recordar.
Sí que había pasado por algo similar; ser tragados por Gluttony fue una sensación muy parecida a cuando rompieron el tabú.
—¡La Puerta de la Verdad! —exclamó Edward al darse cuenta. Así fue como decidieron nombrar al sitio en el que Ed perdió su brazo y su pierna—. Pero no era así... Era todo blanco y había una puerta...
—Entonces así es la real... —interrumpió Envy hablando para sí mismo mientras se acercaba al ya más repuesto grupo.
Se sentó junto a Gerald, no podía decir que le agradaba pero dentro de ese grupo era el menos desagradable y aquel con el que había pasado más tiempo.
—Gluttony es el resultado de un intento fallido de papá para recrear la Puerta de la Verdad. Ni siquiera el poder de Padre fue suficiente para hacerla —explicó volviendo a mirar a los otros dos—. Podríamos decir que este es un espacio entre la realidad y la verdad.
El cambiaformas sabía que no debería revelar esas cosas, pero si morirían de cualquier modo ya daba igual.
Su rostro mostraba frustración de nuevo, las finas gotas de sudor en su rostro también eran prueba de sus sentimientos.
—No hay una salida, sólo podemos... Esperar hasta morir... —Edward y Ling lo miraron con incredulidad pero exaltados al mismo tiempo.
No podían morir, no de ese modo. Ed debía volver a la normalidad con su hermano, se lo había prometido, y si Ling no salía de ahí no podría volverse emperador de Xing.
Tenían que salir, debían hacerlo.
—¿Quién es? —cuestionó Ed tras múltiples maldiciones—. ¿Quién es ese papá del que hablas? ¿El Führer Bradley? —Se notaba que empezaba a molestarse.
Sin embargo Envy negó.
—Para nada, Bradley es sólo un homúnculo más —aclaró el mayor a lo que los otros se relajaban un poco, bueno, más o menos, habría sido mejor que Bradley se tratara de un humano corriente.
No obstante, Edward no se relajó, lucía incluso más enojado que antes.
—Si el Führer es un homúnculo... significa que ustedes tuvieron participación en la guerra de Ishval, ¿cierto?
—¡¿Ishval?! —exclamó Envy de inmediato antes de soltar fuertes carcajadas, eso había mejorado notablemente su humor en cuestión de segundos pero había alterado a los otros—. ¡Ha sido la tarea más divertida que me han asignado! ¿Saben qué fue lo que la desató?
Tratándose de un asunto algo delicado para él, Gerald lo miró atentamente.
—Por lo que tengo entendido, un militar amestriano disparó accidentalmente a un niño ishvalano —contestó el de claros ojos.
—¡Así es! —Envy lo miró de repente con una sonrisa ancha y macabra en el rostro, nunca antes había visto una así en cualquier otra persona—. ¡¿Nunca has oído que la envidia mata, Gerald?! ¡Fui yo quien mató a ese niño!
A Gerald casi se le corta la respiración, no entendía como no se enojó pero no se podía decir lo mismo del otro alquimista.
—Se sintió maravilloso... Una guerra civil inició por una simple bala —Con cada palabra el rostro de Edward se enfurecía más y más, encima lo decía con orgullo, no aguantó más y avanzó hacia su dirección—. ¡Fue realmente increíble! Y no es todo, el oficial del que me disfracé se oponía a la intervención militar en Ishval... ¡No pudo justificarse y fue sentenciado a muerte! Los humanos son en verdad muy fáciles de manipular.
El rostro de Envy parecía el de un desquiciado riendo de ese modo, no, en realidad no lo parecía, lo era.
Mientras Ed se acercaba, Gerald permaneció pensando. Por más que él desatara la guerra, no pudo molestarse con él. Bien, los homúnculos empezaron la guerra, pero los amestrianos fueron los que pelearon, además no fue él quien mató a sus padres.
Tampoco pudo evitar compararlo con el prisionero que conoció hace un tiempo; ambos tenían algo en común, ocasionaron la muerte de gente sólo porque quisieron, y lo mejor era que la gente a la que dieron muerte eran ishvalanos.
No lo podía negar, para él aquello resultaba admirable.
—Increíble...
Pero al no dar un contexto a esa única palabra que murmuró, para Edward y para Envy tuvo significados diferentes; para el homúnculo fue un cumplido pero para el Alquimista de Acero esa palabra, viniendo de su amigo, le indicaba que el moreno estaba incrédulo y furioso como él.
—Sí... Es increíble que tú mataras a ese inocente niño —Se notaba la ira en la voz raspada del rubio mientras no dejaba de caminar—, que forzaras a los ishvalanos a huir, que causó una verdadera masacre... —Cada vez subía más la voz—. Es tu culpa que Scar sea un asesino... ¡Por tu culpa los padres de Winry y Gerald murieron! ¡Maldito! —Un fuerte puñetazo golpeó la mejilla del homúnculo.
Envy no se molestó en moverse, recibió el golpe en seco, ni siquiera el golpe lo movió de su lugar.
Sólo su cara cambió de expresión, se había molestado.
—¿Quieren pelear, mocosos? —Su voz apenas fue lo suficientemente alta como para ser escuchada. Los rayos que aparecían cuando se transformaba se movían violentamente alrededor de él, los tres jóvenes se alejaron unos pocos pasos de él—. Moriremos aquí de todos modos, les mostraré algo genial como último regalo.
Ling miró hacia el moreno unos segundos.
—¿Notaste sus huellas cuando peleamos en el bosque? —Le preguntó. Gerald asintió, pero Edward no comprendió—. Eran muy profundas para su tamaño...
—Además, su brazo... —pensó el castaño recordando esa pelea—. Casi perdí el equilibrio cuando lo apoyó en mi hombro.
—Pesa más de lo que parece. Eso significa que su forma verdadera debe ser...
Gigante.
El ser que tenían al frente no se asemejaba en nada al Envy de hace unos segundos, era muchísimo más grande ahora, como un reptil enorme de ocho patas y de color verde. Uno de sus ojos era violeta mientras que el otro era rojo y parecía haberse multiplicado. Varios rostros y brazos aparecieron alrededor de su cuerpo, correspondían a almas de la Piedra Filosofal en su interior, lo único que permanecía similar era su cabello.
No se molestó en esperar una palabra, los atacó inmediatamente, los chicos apenas alcanzaron a esquivarlo.
No perdió tiempo y volvió a atacarlos ahora usando su larga cola, esta vez no falló del todo, la cola le dio al rubio y al moreno mientras que con una de sus manos lanzaba al oriental al piso.
El castaño se levantó sujetando su brazo derecho con dolor, había caído sobre este cuando recibió el golpe además unos escombros se habían clavado en su hombro causando que sangrara. Edward estaba similar sólo que en vez de sujetarse un brazo sujetaba su pecho, el golpe le había roto unas pocas costillas igual que a Ling.
Calmarlo sería imposible, tendrían que pelear, pero por suerte tenían una ventaja; en un mar de sangre no les faltaría hierro, Ed transmutó dos espadas para sus compañeros y se las entregó, si bien Gerald no la necesitaba no estaría de más tenerla, como la pistola que Hawkeye le entregó a Edward con anterioridad.
Ninguno de los cuatro se movía, ninguno realizaba el primer movimiento, sólo se miraban esperando cualquier acción.
El primero en moverse fue Envy, se lanzó cual depredador hacia su presa hacia los tres jóvenes. Su peso movía la sangre con violencia, aunque no cayó sobre ninguno fácilmente los hizo perder el equilibrio.
Ling logró escabullirse por debajo de él y cortar el estómago del homúnculo, este soltó un fuerte grito y cayó al piso.
—¡Maldito! —gritó el gigante agarrándolo con una de sus manos y lanzándolo contra la casa en ruinas cuando lo vio distraído.
Gerald no quería pelear, ya se había convencido que "admiraba" de cierto modo a Envy, pero recordó que prácticamente debido a él estaba ahí, también las veces que lo hirió y amenazó, además quería ayudar a sus amigos así que con pesar lanzó una llama a la mano con la que el homúnculo atacó al príncipe.
Sin embargo, este se enojó otra vez y lo golpeó con la cola, por suerte no recibió un impacto muy fuerte contra el piso pero su brazo seguía doliendo.
—Maldita sea...
Edward corrió hasta Envy, lo tenía en la posición ideal para atacarlo con su brazo de automail mejorado con alquimia pero se detuvo antes de atacarlo; una de las almas en el cuerpo del más grande le rogaba que lo matara y al ver esto Ed se paralizó.
Ling atravesó a esa cabeza con la espada alertando e indicando a Envy la ubicación de los menores.
—¿Qué estás haciendo? —Le gritó Ling alejando al rubio del lugar.
—¡Reacciona! —Le siguió Gerald— ¡No son humanos! ¡No los podemos ayudar!
Se notaba que Ed estaba perturbado, pero nada podía hacer, aunque fueran personas eran parte del cuerpo de Envy ahora.
Trató de ignorarlas pero hubo una con la que sencillamente quedó perplejo, una que le dijo "Hermano, vamos a jugar", una que le recordó a Nina.
El homúnculo se aprovechó de esto para tomarlo por sorpresa lanzándolo por los aires hasta estamparlo con el suelo. Aquel golpe le hizo perder aire, no pudo moverse cuando Envy lo tomó con su lengua y lo llevó a su boca.
Pasaron unos segundos en los que Gerald y Ling pensaron que ya no saldría, pero después de varios segundos más escucharon su voz.
—¡Envy, déjame! ¡Tal vez podamos salir de aquí! —Eso sorprendió a los tres
¿Era posible? Ninguno sabía, ni el mismo Ed pero nada perderían con intentar su plan así que Envy lo liberó.
—Envy, ve a buscar todo lo que encuentres de las ruinas de Xerxes —pidió mientras Ling le colocaba un vendaje temporal en el brazo a Gerald.
El más grande asintió de mala gana e hizo lo pedido, no entendía por qué le obedecía pero lo hizo.
Xerxes; el pueblo que desapareció de la noche a la mañana, se dice que un día todos los habitantes desaparecieron de repente, nadie sabe qué ocurrió con ellos.
¿Pero cómo ayudarían las ruinas a regresar?
—Maldición... No veo... —murmuró Envy caminando por aquel oscuro vacío. Aún con sus ojos más grandes y con las pocas llamas del lugar resultaría difícil para cualquiera ver en esa oscuridad.
Un pequeño chasquido seguido de una rápida luz junto a él llamó su atención.
—¿Necesitas fuego? —cuestionó Gerald a un lado suyo.
—¿En qué momento...? —No notó cuando el menor apareció junto a él, pensaba que se había quedado con los otros—. No sé a qué viniste, pero vete.
—¿O qué? —respondió con ironía—. Acepta que necesitas ayuda.
Eventualmente Envy se agotó de tener que mirar al suelo para evitar pisarlo así que acabó subiéndolo a su espalda. El menor subió hasta su cabeza y ahí se dedicó a lanzar fuego de vez en cuando para ver bien el camino además aprovechaba de descansar su brazo herido.
—¿Por qué no te transformaste en esta cosa genial desde el principio? Me hubieras traído aquí arriba y me ahorro el cansancio de hace rato —Se quejó Gerald mientras regresaban con todas las piedras de Xerxes.
—No te habría traído —respondió el mayor avanzando. Ya había pasado un rato pero el más grande no dejaba de estar alerta—. No te habrán mandado los otros para atacarme ¿O sí? Espera... ¿Dijiste que es genial?
—Primero, sí, es genial. Segundo, si hubiera querido atacarte ya lo habría hecho, no me habría molestado en avisarte que estaba cerca —respondió el menor lanzando una última llama—. Además, estoy muy cansado para pelear contigo, ni con fuego ni con la espada que Ed me dio... Recuérdame no regresársela, esta me la quedo —añadió mirando la espada mientras sonreía.
Envy se extrañó, sabía que Gerald lo odiaba pero para ser un humano le resultaba agradable hablar con el castaño, era como si al moreno no le importara que Envy fuera un homúnculo y la verdad era que no le importaba en lo más mínimo.
—Verán... Este es un círculo de transmutación humana —explicó Edward mirando las piedras una vez que ambos regresaron.
Ling se sobresaltó.
—Es decir... Para revivir a los muertos.
—Ya confirme que la resurrección de muertos es imposible. Pero... ¿Qué tal si me reconstruyo a mi mismo? —cuestionó Edward sin esperar respuesta—. Si descompongo mi cuerpo y lo reconstruyo también sería transmutación humana. La puerta podría abrirse —Los otros tres lo miraban con duda, aunque algunos comprendían la alquimia no comprendían la transmutación humana—. Si Gluttony es una puerta falsa deberíamos poder regresar por la verdadera.
—¿Y si fallas? —preguntó Gerald aún arriba del homúnculo—. No quiero perder nada.
Ed negó.
—Sólo quien realiza el proceso sufrirá el rebote, en este caso sería yo. Ustedes deberían poder regresar —contestó dejando al mayor entre ellos dos más tranquilo—. Respóndeme algo, Envy... Estuve analizando esto... Xerxes era una nación próspera que desapareció de la noche a la mañana y tenían un círculo de transmutación como mural. Alguien convirtió a todas las personas en Piedras Filosofales ¿No? ¿Quién lo hizo? ¿Es ese papá tuyo?
—Si logras sacarnos te lo diré —Envy ya había dicho demasiado, a partir de ahora se cuidaría con lo que decía—. Basta de juegos, Acero, hay que pagar una cuota para pasar por la puerta ¿Verdad? Pues aquí la tengo —añadió sacando su lengua mostrando su Piedra Filosofal pero notaba a Edward mirando las almas a su alrededor—. Úsala y sácanos de aquí. Oh, no me digas que te dan lástima, que sentimiento más tonto... No recuerdan nada, sólo son una fuente de poder ¿Qué pasa? ¿También te pones así al ver una mesa de madera porque el árbol con que se hizo ya murió?
Edward sabía que lo que decía era verdad sin embargo no podía evitar compadecerse de esas almas.
—Admítelo, el único motivo por el que estás así es porque quieres convencerte de que tu hermano es humano.
Después de escucharlo y no responderle nada el rubio empezó a dibujar un círculo de transmutación y le pidió al homúnculo que entrara ahí, prefería no volver a tocar ese tema.
Cuando Edward puso sus manos en el suelo el círculo se iluminó y un ojo apareció en el centro de este. Una vez que el rubio les indicó que ya podían entrar Ling y Gerald saltaron al interior de este notando más temprano que tarde que el mayor de los Elric tenía razón, era similar a cuando fueron tragados por Gluttony. Después, todo fue oscuridad.
So you wanna start a war
In the age of icons
So you wanna be immortal
With a loaded gun
So you wanna start a war
War
So you wanna start a war.
~Start a War/Klergy
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