Capitulo 24
Jungkook estaba acurrucado contra Taehyung, haciendo cucharita, abrazándolo por detras mientras Tae intentaba quedarse dormido. Pero le costaba, no podía dejar de sentir dolor.
—¿De verdad puedes ayudarme a dejar este sentimiento tan feo?
Jungkook no sabía qué decir, así que fue sincero.
— No lo sé, solo voy hacerte compañía y con eso espero que te sientas mejor, tal como lo estás haciendo tú conmigo.
Jungkook intentó dar vuelta a Tae y lo logró. El mayor lo atrajo hacia su pecho y lo apretó con mucha fuerza.
— Quiero aprender a quererte tal como debo hacerlo — susurró Tae mientras le acariciaba el pelo a Jungkook. Se sentía suave bajo su tacto — estemos juntos, Kookie.
Jungkook alzó la cabeza.
— ¿Eso qué significa?
—Que podemos estar juntos. Ya sabes, nosotros dos.
Jungkook asintió con la cabeza y le dio un beso en la mejilla.
— Claro, yo también tengo ganas de estar contigo. De verdad me haces muy feliz. Gracias por eso TaeTae.
. . .
Al día siguiente Jungkook tuvo que levantarse porque tenía que hacer recados muy temprano. Lo enviaron a comprar pan a una panadería cercana y Jungkook aprovechó el dinero que ya tenía para comprar media docena de medialunas recién salidas del horno. Tenían miel por encima y se le estaba haciendo agua la boca por probarlas.
Jungkook entregó lo que le pidieron y le pagaron diez dólares, volvió a la casa de Tae y se encontró con que Jimin ya no estaba, sus cosas tampoco. Taehyung estaba poniéndole demasiadas cucharadas de azucar a su café.
Se veía tan domestico, con esos hombros anchos y el pijama de color azul y blanco a rayas...
Jungkook lo miró por todos lados y se dijo a si mismo que Tae tenía buen trasero. Ni siquiera sabía porqué había tenido ese pensamiento. Se lo borró de la cabeza y se fue a sentar a la mesa. Tae lo recibió con una sonrisa.
— Compré medialunas. Mira, siguen calentitas.
A Tae le brillaron los ojos y le dio una taza de café a Jungkook.
A Diferencia de él, Jeon lo tomaba súper amargo.
— Hace uno minutos el nuevo novio de Jimin lo vino a buscar — le comentó Tae a Jungkook mientras lo tomaba de la mano y entrelazaba sus dedos. A Jungkook le puso nervioso el calor que él le transmitía. — ahora tenemos este hogar para nosotros solos, otra vez.
Jungkook se sintió tranquilo.
— ¿Puedo ser sincero contigo, Tae?
— Claro, dime.
Jungkook apartó la vista pero luego tomó impulso y dijo.
— No lo voy a decir con el fin de herir tus sentimientos, pero Jimin me cae mal.
Tae soltó una risa.
—Sí, me imaginaba.
Jungkook ladeó la cabeza.
— Bueno, básicamente las veces que tuvimos que cenar juntos siempre te ibas al cuarto. Ayer cuando llegué el ambiente parecía tenso entre ustedes dos.
Jungkook asintió.
—Jimin me contó que eras una persona muy herida y que no quería que yo también te hiciera daño. Entiendo que está preocupado por ti, pero no hace falta que me lo eche en la cara. Yo jamás te haría daño.
Tae le apretó la mano.
— Lo sé, Kookie. Aparte... creo que Jimin te cae mal porque te dije que a él no le agradaban las personas de la calle.
—Exacto. Y yo soy de la calle. ¿Vas a decirle la verdad algún día?
Tae bajó la cabeza.
— No me quiero pelear con él...
— ¿Y qué tal si lo descubre? Se enojará contigo. ¿Qué tal si en una conversación nos equivocamos y decimos algo por error? Créeme, Tae. Esa es la peor de las traiciones.
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