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CAPÍTULO CINCO
❝ᴛʜᴇʀᴇ's ᴀ ʀᴏᴏᴍ ᴡʜᴇʀᴇ ᴛʜᴇ ʟɪɢʜᴛ ᴡᴏɴ'ᴛ ғɪɴᴅ ʏᴏᴜ. ʜᴏʟᴅɪɴɢ ʜᴀɴᴅs ᴡʜɪʟᴇ ᴛʜᴇ ᴡᴀʟʟs ᴄᴏᴍᴇ ᴛᴜᴍʙʟɪɴɢ ᴅᴏᴡɴ❞
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📌 Hawkins National Lab. Indiana
🗓 1 de abril de 1986

►SUS OJOS se perdieron en los alrededores de la inmensa edificación que alguna vez consideró como todo su mundo. Tan acabada y oscura como se podía mostrar tras dos largos años sin aparente actividad dentro de sus paredes de cemento, y en cuyos corredores se escondían suficientes fantasmas para poder atormentar de por vida las pesadillas nocturnas de todos los habitantes de Hawkins.

Elliot ya había perdido la cuenta de la cantidad de veces que soñó con ese sitio, completamente resignado a que una parte de su subconsciente jamás lograría deshacerse del peso de los recuerdos allí vividos, aunque estos se presentaran en forma de una caricatura borrosa, cuyas caras eran cada vez menos visibles, menos reconocibles, pero con voces distantes que le era difícil olvidar, palabras que aún hacían en eco en los recónditos rincones de su cerebro, y sensaciones que le erizaban la piel como si aún pudiese sentirlas en vivo.

Si tan solo se atreviese a cerrar los ojos por un instante, apostaba toda su colección de clásicos literarios a que volvería a evocar el interior de aquel minúsculo cuartito de paredes cerradas y ni una sola ventana, amueblado bastamente con una cama dura que por aquel entonces para él era más que suficiente, porque desconocía de cualquier otro placer que pudiera llenar el alma de un niño.

━Este sitio me causa escalofríos. ━habló Rachel, abrazándose a sí misma cuando un repentino escalofrío llegó acompañado de una leve brisa.

El hijo menor de Elizabeth suspiró, de acuerdo con el hecho de que aquel no era un lindo paisaje. Un edificio viejo, vacío y diseñado para impresionar definitivamente no había estado dentro de los planes de su novia para pasar las vacaciones de primavera. Pero si así era para ella, quien no conocía ni la mitad de la historia, entonces el lector ya se podrá hacer una idea lo que estaba pasando por la cabeza del ex número Doce.

━A mí me los provocó hace algún tiempo ━dijo, y casi al instante la mirada castaña de su hermana adoptiva pareció cernirse sobre él en confusión.

━¿Es este lugar?

━¿Cómo? ¿De qué lugar hablan? ━Rachel hizo pasear su vista de uno al otro, sin comprender, a lo que Carrie simplemente reaccionó poniendo los ojos en blanco.

━No metas tus narices donde no te llaman, Corrigan ━le dijo y volvió a voltearse hacia el pelinegro━ ¿Cómo estás tan seguro de que mamá está aquí?

━Vino a Hawkins por una razón y apuesto a que esta tiene mucho que ver conmigo ━la oscura visión de Elliot permaneció fija sobre la estructura del Laboratorio, sin ser capaz de apartarse ni por un segundo, completamente perdido en sus cavilaciones━ Aquí fue donde me encontró hace cinco años. Todo comenzó aquí mismo, en el lugar de mis pesadillas.

No supo cuanto podría llegar a confundir el significado de esas palabras hasta percatarse del silencio incómodo que se instaló entre ellos. Claramente, ninguna podía hacerse siquiera una idea de lo que había sido ese lugar para él, y nada de lo que pudieran imaginarse sería ni medianamente fiel a la realidad. Aunque al menos Carrie, teniendo algo de conocimiento sobre la historia detrás del niño de cabeza rapada que llegó a casa con su madre una noche, alcanzaba a llevarse una mínima idea.

La pelirroja, por otro lado, seguía mostrándose ajena y extrañada ante lo que los hermanos McGregor parecían ocultar entre sí, como si sus palabras no tuviesen sentido alguno, pero a la vez fueran capaces de asustarla.

━Si no les supone mucha molestia explicarme ¿Qué hacían dentro de este edificio?

━Cosas horribles ━respondió Elliot, haciéndola tragar grueso como si de repente se estuvieran enfrentando a una verdadera casa embrujada━ Creo que deberíamos intentar fijarnos en los archivos. Quizá mamá vino aquí buscándolo.

━Pero Elliot, el gobierno debió haberlo confiscado todo cuando lo cerraron ━comentó Rachel, cuyo entrecejo se mantenía ligeramente fruncido, y a pesar de haberlo dicho con el único objetivo de disuadirlos en su idea por entrar, la verdad, es que esto había tenido bastante sentido si se detenían a pensarlo.

━Tienes razón, es un buen punto. Gracias, Rachel.

La aludida puso su mejor sonrisa de niña satisfecha, volteándose seguidamente hacia la mayor de los hermanos McGregor para dedicarle un guiño con los brazos puestos en jarras.

━¿Ves, Carrietta? No soy tan tonta después de todo.

En respuesta, la adolescente embarazada volvió a entornar los ojos, ignorándola olímpicamente en lo que iba de regreso a la camioneta y se colocaba una de las mascarillas que les dieron los soldados al llegar al pueblo. El clima había empezado a enfriar a esa hora, pintando los alrededores de un tenue color azul grisáceo.

━Separémonos ━dijo una vez se hubo echado el aza de su bolsa púrpura al hombro, a lo que Elliot negó rotundamente, oponiéndose.

━Eso me parece una muy mala idea.

━Da igual. Tampoco te estaba pidiendo permiso. ━respondió ella sin mucha convicción, encaminándose con pasos cada vez más firmes hacia el edificio.

Si bien su trabajo era no perderla de vista, sí le iba a resultar bastante complicado llevarlo a cabo mientras ella siguiese comportándose de forma tan egoísta. Ambos habían perdido a su madre. Ella no era la única que estaba desesperada allí, escarvando en un pozo de posibles interrogantes que ninguno sabía si realmente los guiarían hacia el paradero de Elizabeth.

━Vaya, qué carácter... ━murmuró la apellidada Corrigan mientras ambos la veían alejarse cada vez más, escondiendo las manos dentro del material de los bolsillos de su chaqueta y esperando a que su novio decidiera dejar a la insulsa de su hermana allí varada, cosa que claramente no haría porque todo él era un perfecto caballero de brillante armadura, justo como esos que habitaban en los pasajes de libros que la sometía a escucharle leer.

Sin perder más tiempo, Elliot fue de regreso a la camioneta para buscar sus máscaras y pasarle otra de las linternas que habían traído consigo en su mochila. Pues por muy enojado que pudiera estar, todavía poseía una conciencia que lo llevaba a sentirse culpable por la situación que atravesaban.

━No podemos dejarla ir sola. Vamos... ━con una mano aferró la de Rachel y con la otra prendió el foco de la linterna para seguir sus pasos hacia el portón, el cual, para sorpresa suya, estaba abierto detrás de las tablas de madera que alguien había usado para bloquear la entrada.

Una de ellas yacía rota en pedazos sobre el suelo polvoriento, dejando un espacio pequeño entre las demás que, si doblaban un poco la espalda, sería suficiente para dejarlos acceder al interior sin problemas.

━Fenomenal, tendré que maldecir a quien quiera que se le ocurriese volver a destapar este pasaje del terror ━la pelirroja pasó una pierna por encima del desastre de astillas━ Creo que desde aquí alcanzo a escuchar los rugidos de las criaturas que se encuentran ocultas en los calabozos subterráneos ¿Tú qué opinas?

Silencio. No se escuchó contestación alguna.

━¿Elliot?

Por un momento, creyó que el muchacho acababa de ver pasar un fantasma debido a la expresión pasmada con la que se mantenía observando el hoyo de oscuridad que los esperaba a ambos a través de las puertas, pero lo cierto, es que se había dado cuenta de que ninguno se puso a pensar en las posibilidades hasta ese momento.

━Alguien estuvo aquí antes que nosotros ━articuló en baja voz.

Y lo más curioso del caso... es que ni siquiera sabían si seguía allí dentro.

Carrie Ann McGregor siempre había sido una nerd de los misterios, incluso si estos se manifestaban de la forma más absurda posible y en las circunstancias menos adecuadas. Estos nunca eran demasiado simples, o historias sin un secreto de fondo que ella no pudiera investigar, leer o resolver con su agudo ingenio.

Nacida en la famosa Ciudad de las Brujas, podría considerarse que llevaba la creencia de lo sobrenatural tatuada en el cerebro desde muy pequeña, lo que justificaba grandemente que fuese la primera alumna en sacar un sobresaliente en los exámenes de historia local, o que su trabajo de medio tiempo durante el verano fuera en la tiendita de souvenires del Museo de las Brujas, o que su habitación estuviera enteramente decorada con cristales y velas, o que amara todas y cada una de las obras de Stephen King desde el momento que supo que una de ellas había inspirado su nombre.

Aventurarse en lugares literalmente atemorizantes no le suponía un verdadero problema, puesto que era algo que venía haciendo desde niña hasta convertirlo en un pasatiempo en sí, primero con su padre en las acampadas de todos los fines de semana y mas tarde arrastrando a Elliot consigo hacia las catacumbas del cementerio para descubrir los mensajes ocultos en las lápidas.

No obstante, perderse dentro de un lugar abandonado que alguna vez sirvió como laboratorio para realizar experimentos humanos era algo completamente distinto, y muy a pesar de la emoción que martilleaba incesantemente en su estómago, todo en lo que podía pensar era en su creciente deseo por encontrar a su madre.

Procurando contener sus ganas de llorar a causa de las insoportables neuronas, Carrie avanzó por los polvorientos pasillos con pasos que hacían eco en medio del vacío. El único sonido realmente relevante que se escuchaba de fondo era la colisión de las gotas de agua que caían desde alguna cañería suelta hacia el suelo, más el constante tiktiktik de las ratas que correteaban por sobre su cabeza.

Más allá, donde la luz de su lámpara eléctrica no llegaba, todo se veía tan oscuro como boca de lobo. Ella respiró hondo y continuó su camino hasta llegar a otro corredor que daba a una sala más espaciosa, pero tan destruida que parecían haber pasado décadas desde su abandono y no solo dos años. Trozos de cristales esparcidos por todo el suelo, algo de material científico olvidado en viejos cajones, polvo, humedad... ¿Realmente su madre se arriesgaría a venir a un lugar así? ¿Por qué?

Carrie ladeó la cabeza solo un poco y escuchó con atención, no había nada más que solo un olvido menesteroso, una vieja fotografía en blanco y negro cuya imagen escondía muchos secretos, y entonces lo oyó: leve, pero omniprescente, los pasos de otra persona que se acercaba por el lado opuesto.

Permaneció atenta, expectante a pesar del súbito temblor que se apoderó de sus piernas. Una orden en su cerebro la empujaba a correr en dirección contraria y buscar a sus amigos, mientras que otra la hizo quedarse quieta en su sitio, sintiendo el ritmo de sus respiraciones acelerarse segundo tras segundo.

Esa cosa venía hacia ella, se estaba acercando, y ninguno de sus sentidos reaccionó hasta tenerlo finalmente cara a cara.

Dejó escapar un grito de espanto, a la vez que alzaba su lámpara con intenciones de estrellarla contra la cabeza del desconocido, pero este ya había elevado las manos en señal de rendición, repitiendo una y otra vez con los ojos cerrados en una fina línea:

━¡Espera, niña! ¡Espera! No voy a hacerte nada malo.

Ella se detuvo por un segundo, analizándolo a una velocidad desorbitante. Pelo negro entrecano, uniforme de enfermería, quizás demasiado pasado de peso para ser solo un treintañero...

━¿¡Quién demonios eres tú!? ━exigió saber mientras trataba de controlar sus alteradas respiraciones. El desconocido señaló el aparato en su mano.

━Te lo diré cuando dejes de apuntarme con esa molesta luz.

La frente de Carrie se arrugó en desconfianza, suponiendo que no obtendría respuesta alguna si no hacía lo que él le pedía, pero al mismo tiempo teniendo miedo de hacer algo tan simple como dejar de iluminarlo.

Al final lo hizo, y él parpadeó en lo que liberaba un suspiro de evidente alivio.

━¿Mejor?

━Si, gracias.

No parecía un tipo peligroso. De hecho, resultaba bastante difícil creerlo si ella misma había logrado desestabilizarlo con solo iluminarle la cara en un acto de defensa.

Seguidamente, los ojos de él recayeron sobre la parte más llamativa de su cuerpo en esos momentos, y volvió a parpadear impresionado, como si el hecho de encontrarse con una adolescente encinta fuera más confuso que toda aquella escena.

━Discúlpame por mi osadía, jovencita ¿Pero qué haces aquí metida?

━Busco a mi madre ¿Y usted, señor gordo gigante, qué excusa tiene?

El mayor tragó grueso, rascándose la parte baja de la nuca como si no supiera por dónde empezar.

━Me temo que eso es algo un poco complicado de explicar. Así que permíteme presentarme antes y ya luego tu decides si quedarte o salir corriendo... ejem ━se aclaró la voz━ Hola, mi nombre es Bob Newby y... perdona que te lo diga, pero creo que estás parada en el lugar donde morí.

Elliot se obligó a aguzar su vista a través de las viejas salas por las que pasaban, acostumbrándose enseguida a la oscuridad, pero sin dejar de tropezarse con algunos trozos de cemento viejo o pintura caída.

La mano de Rachel continuaba aferrada a su hombro como si fuera un bastón para guiarla en medio de la penumbra, o tal vez solo se sentía demasiado miedosa. En todo el tiempo que llevaban explorando el lugar, ella no había dejado de estremecerse por cada mínima cosa que viera o escuchara, al punto que el chico le había sugerido acompañarla de regreso a la salida, pero ella se negó, por lo que el resto del camino se lo habían pasado en completo silencio.

Entretanto, y después de varios minutos observando sus reacciones, la pelirroja se convenció todavía más de que existía algo relacionado con aquel edificio y aquel pueblo que Elliot no había querido contarle, y se estaba mordiendo lo lengua para no tener que ser ella quien le preguntara en primer lugar. Pero dado el caso de que él no parecía muy dispuesto a colaborar con su curiosidad, al final, terminó siendo ella misma quien rompió el silencio.

━Ahora que me pongo a pensarlo... tú nunca quisiste contarme por qué no habían fotos tuyas de niño en el salón de tu casa, ni tampoco la razón por la que tu padre no quiere comunicarse contigo.

Elliot se quedó callado, pero a medida que avanzaban, el pensamiento de que no podía seguir ocultándole la verdad se instaló en su mente.

━Eso es porque nunca lo fue ━respondió, y casi al instante sintió como ella lo obligaba a detenerse.

━¿Qué es eso que no me estás contando?

La chica tenía el semblante firme, intransigente, decidido, como si dejara claro con ese gesto que estaba exigiendo una respuesta.

No había marcha atrás ahora, además, Rachel estaba tan metida en eso como lo estaban él y Carrie. La había involucrado en el preciso momento en que pidió su ayuda para irse a Hawkins. Merecía, al menos, saber quién era el chico con el que estaba saliendo realmente.

━Elliot...

Quiso responder con la verdad, pero las palabras no llegaron. En su lugar, solo un detalle dibujado en el umbral de una puerta a pocos metros pareció atraer su atención completamente, alejándolo del agarre firme de su novia para comenzar a caminar en esa dirección.

Casi por puro instinto, fue siguiendo cada uno de los detalles en las puertas hasta llegar a una en específico: La número 012. Allí se llenó de valor y giró el picaporte con lentitud.

De pronto, fue como si una leve presión se le instalara en el pecho, una pequeña oleada de adrenalina que, combinada con los restos de su memoria, le provocaron un ápice de náusea.

Aquel era su cuarto. O al menos, lo había sido.

La pequeña cama seguía ubicada en el mismo sitio, y los dibujos de la noche en la que escapó seguían allí pegados en la pared, amarillentos debido al tiempo, pero firmes así como lo fue su resiliencia.

Elliot pasó una mano sobre la sábana cubierta de polvo, percibiendo la sensación áspera que le trajo malos recuerdos.

━¿Qué es este sitio? ━escuchó cómo Rachel preguntaba a sus espaldas, su tono de voz tan o más asustado que minutos antes.

Él respiró hondo.

━Esta es mi habitación. Viví aquí toda mi vida hasta los once años.

Ella puso los ojos como platos, y el pelinegro se preguntó si de verdad acababa de abrir la caja de Pandora.

━Yo, junto con otro grupo de niños, fuimos parte de una serie de experimentos pertenecientes al Proyecto MKUltra, realizados ilegalmente por la Agencia Central de Inteligencia ━comenzó a explicarle━ Por mucho tiempo fuimos sometidos a todo tipo de pruebas, sesiones para desarrollar nuestras "habilidades especiales", siempre con fines de los que ellos pudieran aprovecharse. Era horrible, pero también todo lo que conocíamos ¿Qué puedo decir? Solo éramos niños. Yo mismo no supe lo que era realmente el mundo hasta que...

━Hasta que lograste escapar.

Cuando elevó su semblante de vuelta a ella, descubrió que Rachel lo contemplaba con una sombra de estupor en el rostro. Elliot no sabía interpretar su expresión, pero no estaba seguro de necesitarlo. La historia era grande, complicada y muy muy larga, mucho más de lo que le había resumido. Pero también resultaba bastante siniestra. No había caído en la cuenta al empezar pero, por mucho que estuviera evitándose el tener que relatarla con detalles, se preguntó si no se habría quedado corto.

Por otro lado, tenía que contar la verdad sobre lo que pasó; tanto por él como por ella. Eran unos recuerdos que no había tenido que procesar en mucho tiempo, y Rachel necesitaba (y quería) conocer sobre su pasado.

El problema era que no estaba muy seguro de cómo iba a explicarle.

━¿Q-Qué sucedió con los demás? ━se atrevió a preguntar, provocando que este suspirara entre negaciones.

━No lo sé.

━¿Y nunca supiste nada más? Dios Elliot... ¿Siquiera sabes quienes son tus padres biológicos o tu verdadera identidad?

Lo cierto, comprendió Elliot, era que no quería hablar del Número Doce, no porque fuese un demonio personal para él, sino porque era agua pasada. Pero, sobre todo, porque le daba la sensación de que formaba parte de la vida de otra persona. Porque con el tiempo había llegado a aceptar que, en realidad, su vida solo tenía dos partes.

Antes de Salem. Después de Salem.

━Mi madre es Elizabeth McGregor ━espetó con firmeza━. Por ella estamos aquí y es todo lo que me importa ahora. Lo que haya sido antes es... absolutamente nada.

En el instante que se reincorporó en su lugar, volteándose finalmente para abandonar aquel cuartucho, Elliot se sorprendió de ver aquella sonrisilla inconsciente en los labios de la chica Corrigan, quien no lograba apartar sus ojos de él, brillantes como dos estrellas.

━¿Por qué me miras así?

━No lo sé ━rió━. Siempre supe que eras un rarito, aunque no podía imaginar hasta qué punto.

Rachel curvó sus labios otra vez en una sonrisa nerviosa, puesto que no tenía idea alguna de cómo reaccionar a toda la información recibida. A lo mejor la existencia sobre un proyecto ilegal secreto no era la clase de historia guay que cualquier novio le contaría a su novia, y eso que ni siquiera era la mitad de todo.

━Prometo que cuando regresemos a casa te contaré lo que pasó con lujo y detalle, sin saltarme nada ¿Vale? Pero por ahora necesito que guardes el secreto por mí ¿Crees que puedas hacerlo?

La pelirroja asintió poco a poco, pero su expresión le dejó claro que no estaba convencida del todo.

Daba igual, esa parte de la historia tendría que esperar ahora, porque de un momento a otro, ambos alzaron la cabeza cuando escucharon el grito que rebotó por las paredes hasta parar en sus oídos. Un grito femenino, alarmante, secundado por el rugido de un golpe contra algo ruidoso.

━Carrie...

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Inserte emoji de gato impresionado*

Créanme yo también quedé así luego de este capítulo (que inicialmente iba a ser más largo), pero hey, 3000 palabras ya es mucho para mí y para ustedes. Habría querido agregar tambien un flashback, pero creo que hubiera quedado de más. Ya tendré tiempo en los siguientes caps de agregar escenas de Elliot en el Laboratorio.

Ahora, time for questions: ¿Alguno de ustedes recuerda a Bob? Por favor díganme que no lo olvidaron, porque yo no 😪

Sé que este cap no incluyó a la pandilla de Hawkins, y con el anterior nos quedamos con una gran incógnita, pero shhh 🤫 Aviso de que en el próximo aparecerá un personaje muy importante al fiiin.

Espero que los pocos lectores que tengo hasta ahora no desaparezcan por mi tardanza 😅