La nave
Adam
¿Conocen esa sensación de preocupación constante, esa que te inquieta, por algo o alguien en especial, no sé, esa sensación que se parece a la esquizofrenia?
Esa sensación, esa misma sensación, de angustia, invadía todo mi ser y se precipitaba a pensar lo peor.
Mira no debió ir sola al bosque de nuevo, no debió. Ya ha tardado demasiado. La agonía me mataba, me llevaba a limites extremos hasta pensar que ya había dejado de existir.
—Oye chico raro tengo una teoría a cerca de todo esto —Kai quería aclarar todo de una sola vez con tipo de piel morada, no estaba conforme con mis palabras. —Pienso que tal vez todos estamos muertos, incluso tú. —soltó de pronto.
—Oye tengo una teoría, pienso que tal vez todos estamos muertos —repitió las palabras de Kai con mofedad. Su reiterada respuesta ante la teoría era eminente.
—¿Acaso estamos en un universo paralelo? —intrigue yo ahora.
—Oigan escuchen yo también tengo una teoría, que tal si en lugar de estar muertos, todos estamos dormidos y todo esto es un sueño —hablo luego de reír un poco. No se me había pasado por la cabeza imaginarme semejante cosa, que estuviéramos dormidos y esto fuera un sueño, pero es demasiado real para ser un sueño. El hombre raro continuo —Pero, ¿De quien es el sueño? ¿Tuyo? —señalo a Kai —¿o tuyo? —ahora se dirigía a mí —o aún mejor, que tal si todos están en mi sueño —concluyo con grandes carcajadas, nada agradables, sentía que me daba mala espina, algo me decía que no me fiara de él.
Todo era confuso, primero Kai insiste con el hecho de estar muertos, ahora se nos dice que no, que es un sueño, o al menos eso supone el hombre raro.
—En serio hermano ¿Qué pasa? ¿Porque estamos aquí? ¿Qué es este lugar? ¿Porque no puedo recordar nada? —comenzó a interrogar Kai, en un ataque de cuestionantes, de las cuales no obtenía respuesta alguna de parte del hombre raro. No obstante el hombre raro, reía bajo ante nuestra desesperación en busca de respuestas.
—Muy bien —continuo el hombre raro —¿Quieren saber por qué están aquí? —mencionó misteriosamente. Al fin nos diría el por qué de toda esta encrucijada.
—Claro que queremos saber —hablo Kai sin esperar.
—Están aquí porque... —Me mataba la curiosidad y por más que lo pensaba, más me alteraba —Porque ustedes decidieron estar aquí - esas fueron sus ultimas palabras.
¿Cómo elegiría esto? ¿Cómo elegiría estar en un lugar donde estoy perdido completamente, donde no puedo recordar quien soy, quien es mi familia; donde no podría saber tan siquiera mi verdadero nombre? Definitivamente, y sin dudarlo, es una locura.
No podía esperar más del hombre raro, ya que todas las interrogantes e inseguridades nuevas que habían surgido entre nosotros, aumentaron al ver que ya había desaparecido de nuevo.
Todo era confuso, tan solo el hecho de saber aquello me daba un mal presentimiento. Diablos por qué no puedo saber la verdad de todo esto.
Después de horas caminando por todo el vertedero de chatarra y basura, al parecer Kai le pareció muy familiar.
—Mira un giro estabilizador —corrió hacia un pedazo de cilindro que al parecer ya estaba oxidado y corroído por la humedad y el calor. —¡Wow! Mira eso, una válvula oxidante. —La verdad estaba perdido, ni idea de que estaba hablando. —¡Solo observa esos inyectores de combustible!
Kai estaba emocionado por todo aquello. Era solo chatarra, no tenia nada en especial. Naves extrañas, helicópteros, alguna que otra avioneta; nada fuera de lo común.
—¿Cómo sabes de todo esto? —necesitaba salir de dudas.
—No lo sé. ¿No lo saben todos? Creo que es la información general que todo el mundo sabe, la que mencionaste antes ¿lo recuerdas? —definitivamente, pero esto ya no era conocimiento general, es conocimiento más avanzado. Mas explícito.
—Oye, ¿crees puedes arreglar una de estas naves?
Kai se quedó algo pensativo. Tal vez hubiese sido mejor quedarme callado. Ni modo, ya había hablado. Espere una respuesta de su parte luego de unos minutos.
—Es un gran reto, pero podría intentarlo —contesto finalmente, empero dudaba un poco de él, no obstante una parte de mi confiaba que al menos estaría ocupado hasta que Mira pudiera regresar.
Hablando de Mira, qué tal le estará yendo. Por un momento había calmado la angustia que me provocaba el tenerla lejos, pensar que Kai también la quería me volvía un poco compulsivo a alejarla de él.
—¡Adam! ¡Ven rápido! —me había alejado un poco Kai para aclarar mis ideas mientras él buscaba algo con que jugar. El calor me mataba y el sol sobre mi cabeza me provocaba leves dolores de cabeza, podía soportarlos pero aun así molestaban. Llegue hasta donde Kai se encontraba y me halle a un Kai sonriente y muy acalorado. Estaba dentro de una nave y la observaba con una satisfacción en su rostro. —Esta es perfecta —su seguridad y convicción me demostraba que la nave podría ser reparada.
—Eso es asombroso. ¿Necesitas que te ayude?
El observo por un momento el interior de la nave y luego me lanzo un extraño objeto que era casi igual al cilindro oxidado solo que este era un poco mas pequeño.
—Necesito que me ayudes a encontrar otra pieza igual a esa, por favor.
Bueno, al menos yo también estaría ocupado.
No tardamos tanto en encontrar las piezas faltantes de la nave y antes de que pudiéramos responder a las incesantes preguntas de Muerte, esta ya estaba lista.
—Genial. Ahora crucen los dedos, veremos si esté bebé quiere colaborar con nosotros. —Kai encendió la nave y lo menos esperado sucedió: la nave funciono a la perfección y comenzó a volar.
No sé cómo hacía Kai para pilotearla, ni cómo hizo para repararla pero fue emocionante.
—Ahora podremos salir de ahí —estaba emocionado por subir a la nave, cuando le pronto la hoz de Muerte obstaculizo mi paso hacia la susodicha.
El ambiente se lleno de tensión y el silencio reino más que nunca. De pronto el sonido de unas palmas chocando entre si, nos saco de onda. ¿Ahora qué?
—Bravo chicos, eso es asombroso, pero ¿no olvidan un pequeño e insignificante detallito? ¡AUN NO HAN SALVADO A BORIS! Y vean esto —saco un pequeño reloj de arena de su gabardina —Su tiempo se ha acabado —dijo secamente.
Levanto su hoz sobre mi y estaba dispuesto a dejarla caer sobre mí, pude ver sus ojos en llamas y su furia escapar por todo su ser.
De pronto un punto de luz se hizo visible de la nada en el aire, poco a poco se hacia más y más grande; del cual salió expulsada Mira cayendo sobre mí y ambos caímos al suelo. La abrace con fuerza, había estado preocupado por ella desde el momento en que había partido. Al ver que no tenía respuesta de ella me asuste. Ella no respondía. No despertaba.
Del portal salió expulsado también uno de los perros demonio, cayendo sobre Muerte a lo que esté se alegró y comenzó a acariciar a la peculiar criatura.
Recosté a Mira sobre la arena y la observe. Detrás de mí se oían pasos desesperados por querer llegar hasta nosotros.
—¿Esta muerta? —soltó de pronto Kai, su tono de voz me asusto un poco al oír sus palabras.
—¡No digas eso! —Toque su cabeza, estaba tibia, su sudor era frió, sus respiración era calmada y su latido era normal. Me alivie en extremo luego de cerciorarme de ello —No esta muerta. Se ha desmayado.
Tome la mochila y comencé a buscar el antídoto para la enfermedad de Boris. Habían muchos frascos ¿cómo sabría cual era el correcto? No quería fallar, un tan solo error podría poner en riesgo, otra vez, nuestras vidas.
—El frasco morado —escuche una voz tras de mi. Mira había despertado.
Corrí y la abrace con fuerza de nuevo, no quería soltarla estaba sana y salva y era lo que me ponía tan feliz.
—¿En fin? —la voz de Kai me hizo reaccionar.
—Me alegra que estés bien Mira, estaba... estábamos preocupados de que no regresaras.
—Casi muero allá pero ya estoy aquí, es lo que importa ¿no?
Escuchar su voz, verla frente a mí, tenerla aquí ya conmigo, hacia que mi corazón saltara de alegría y no cabía en mi pecho, era tan grande la alegría que sentía que saldría por mi boca.
—Tic toc —Muerte me hizo regresar a tierra, de nuevo.
El tiempo se acababa.
—Mira no tenemos tiempo, dale la poción a Boris —le extendí la mochila y de ella saco el frasco morado, camino hacia el caballo y vertió la poción sobre su hocico. En cuestión de segundo este había recuperado su color blanco vivaz, sus ojos negros comenzaron a brillar y su cabellera gris relucía con gran resplandor.
Se levantó y comenzó a correr a nuestro alrededor. Relinchaba de alegría y saltaba de un lado a otro.
—¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias! —Muerte no paraba de agradecernos por haber sanado a Boris.
—Entonces señor Muerte ¿podemos irnos? —menciono Kai al cabo de un rato.
Muerte se irguió en su lugar, posó un extremo de su hoz en el suelo impetuosamente y nos observo con seriedad.
—Esta bien, pueden marcharse, gracias por toda su ayuda.
—Gracias a usted por tu hospitalidad señor muerte - concluyo Mira.
—Ahora váyanse antes de que cambie de opinión.
Me estremecí. Voltee y tome la mano de mira para llevarla hacia nuestro transporte.
—Adam —me llamo Mira, mientras observaba mi mano sujetarla de ella.
—Dime.
—Tenemos un problema. No podremos cruzar el desierto con vida a pie. —Menciono de pronto.
Sonreí y le di un beso en el dorso de su mano.
—Ten por seguro que si lo haremos. Saldremos de aquí con vida. —hice que viera detrás de ella, mientras Kai subía a la nave y tomaba el mando del piloto.
—¿Y bien? ¿Van a subir o se van a quedar ahí como tontos? —hablo Kai.
—Ni loca me perdería esto —corrió a la nave y se abrochó el cinturón, sentándose a mi lado.
—¿Listos chicos? Es hora de irnos Kai. —dije abrochando mi cinturón.
—En hora buena mi capitán, vamos allá.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro