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El bosque

La tenue luz de la luna iluminaba, muy poco, la espesura de aquel bosque. Luego de caminar un rato apartando arbustos y ramas nos detuvimos en un claro para descansar un poco. Nuestras fuerzas estaban agotadas, no había comida y el agua faltaba más que el calor del sol en ese frío bosque.

—Descansaremos un poco y luego continuaremos. —comenté sentándome al pie de un gran roble.

Luego de unos minutos de escuchar el canto de los grillos y unas que otras ranas, el ulular de los búhos asustó a Kai.

—Chicos, ya no puedo seguir aquí. Este bosque es muy tenebroso y a mí eso no me da. Yo seguiré caminando. —al ponerse de pie, caminó hacia la izquierda, no obstante el aullido de un lobo en esa dirección hizo que cambiara su rumbo. - Iré mejor por aquí.

"¿Y si se pierde?" Pensé un segundo.

—Será mejor que lo sigamos, la verdad es que no me parece estar aquí y dejarlo a él solo. —me levanté y le extendí la mano a Mira para que ella también lo hiciera. Caminé en dirección en donde Kai había ido, luego me percaté de que Mira no estaba conmigo.

Regresé al claro, y la encontré viendo fija y atentamente la copa de un árbol, algo viejo pero majestuoso. La luz de la luna llena iluminaba las hojas de todas aquellos árboles, las estrellas brillaban con júbilo en aquel despejado cielo, sin nubes alguna.

—Oye, Kai se perderá si no lo seguimos. —comenté a ver si reaccionaba.

—¿Ajá? —asintió con la cabeza.

—¿Qué ves? —me acerqué a ella, intrigado por su extraño comportamiento.

—Una lechuza, dice que se siente sola —Permencionó.

"¿Qué dijo? Al parecer la falta sueño la tiene mal".

—Mira deja de jugar Kai se perderá y no lo podremos encontrar luego.

—La lechuza está triste —dijo neutra, no tenía ninguna expresión, la sacudí por el brazo y al parecer volvió en sí.—¿qué haces?

—Mira vámonos, no es seguro separarnos y no estás bien, creo que el sueño te tiene mal.

—No, la lechuza está mal, se siente triste. ¿cómo diablos sé eso? ¿cómo diablos entendí lo que esa lechuza dijo? —su tono de voz se elevó y comencé a preocuparme por ella, sus ojos negros se oscurecieron completamente, dejando ver un vacío incómodo en ellos, su respiración se volvió entrecortada y temblaba sin parar, después de un flash de segundos, paró.

Cayó al suelo y su respiración se tornó más tranquila y un poco más lenta.

—Mira, ¿te encuentras bien? —me agacha a su lado.

—Si todo está bien, ya me siento mejor. Vamos con Kai, si se pierde nos matara, porque no lo seguimos.

—Tienes razón.

Aún no comprendía que había pasado con ella, pero no creo que sea normal.

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