MIRA

—¡CUIDADO! —el estrellarnos contra el agua me dejó perpleja, un dolor de cabeza se precipitó sobre mí y la desesperación era evidente. Ya estábamos bajo el agua y la cuestión más relevante era cómo saldríamos de esta.

—¡Sujetense! —escuché gritar a Kai. Como pude tomé aire y me prepararé para salir.

En cuestión de segundos nos encontramos flotando en el agua, amarrados a nuestros asientos. Ví a Kai y a Adam soltarse de sus cinturones, intenté hacer lo mismo y así poder nadar a la superficie, pero había un problema con mi cinturón: estaba atascado.

Golpeé y golpeé como nunca el botón para que se soltará, mas era inútil, esta cosa estaba atascada. En mi intento de soltarme me percate de que iba hundiéndome más y más, hacia el fondo.

Poco a poco el aire me hacía más falta, se agotaba entre más descendía, hasta llegar al punto de marearme y sentir que me desmayaría pronto. Entre la pesadez de mis párpados note como Adam nadaba con prisa hacía mí, sin embargo antes de que pudiera darme cuenta, quede atrapada, una vez más en las garras de la oscuridad.

No sé qué paso, ni cómo, pero solo recuerdo que desperté aún atada al asiento. Vi a mi alrededor y solo veía, rocas, arena y todo se tornaba de un color azulado, con finos y pequeños rayos de luz que se reflejaban en unas que otras plantas. De pronto vi una medusa pasar frente a mi.

—¿Qué pas...? —me quedé estupefacta. Estaba bajo el agua aún, no sabía qué sucedía y para rematar respiraba con calma. ¡Estaba respirando bajo el agua!

Un cosquilleo en mi brazo me hizo estremecer. Una serie de algas flotaba y revoloteaba a mi alrededor y los peces nadaban por todos lados.

¿Acaso podía respirar bajo el agua? ¿Qué sucedía? Esto no era normal. ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?

Sentí agua tibia en mi cuello, sin pensar que algo de gran tamaño estaba tras de mí. Prontamente unos tentáculos rojos comenzaron a rodear el asiento y a atrapar mis pies junto con él. Hasta que lo tuve de frente pude notar que era enorme.

El miedo iba creciendo junto con mis ganas de escapar ante tal criatura.

—Oye, e-está bien, solo qui-qui-quiero salir de aquí y... —comencé a golpear el botón atascado y aún así no funcionaba. ¿Ahora como haría para salir? No sólo estaba atrapada por el cinturón de seguridad sino también por los tentáculos del pulpo.

—¿Qué haces aquí? —escuché decir al pulpo mientras trataba de escapar. —Tú deberías estar muerta. Ningún humano debe entrar en las profundidades del mar Sheradan. Ustedes no merecen vivir —especuló mientras apretaba con más fuerza sus tentáculos contra el asiento.

Su presión hacia que mis pies dolíeran. Hice una mueca de dolor y él pulpo continuaba con su fuerte agarre.

—Está bien, está bien. Me iré. No los molestaré más, solo quiero que me sueltes. —dije entre jadeos de dolor.

—No te irás. Nunca debiste estar aquí y ya que te atreviste a entrar a Sheradan deberás morir. —Dispuesto a hacer que mi existencia llegará a su fin, con sus otros tentáculos enrolló el resto del asiento y trató de estrangularle con fuerza. Poco a poco perdía fuerzas pero hacía lo que podía por resistirme.

Sus semblante era imperforable, ¿Cómo haría ahora para salir de esta? ¿Acaso está criatura no tendría compasión?

Sin mas cerré los ojos, en reflejo del dolor que se apoderaba de todo mi cuerpo. Al instante sentí un brusco ajetreo, la presión cedió dejándome libre, pero ya que él pulpo me había elevado, caí de nuevo al fondo, gracias a la fuerza del agua el asiento descendía lentamente, así que no sufrí daño alguno.

En mis brazos pude notar morrones de las ventosas de los tentáculos del pulpo. Mire a mi alrededor y no pude evitar la incesante lucha que a la que se enfrentaba él pulpo con una gran ballena. Ambas criaturas luchaban, mientras yo contemplaba la escena sin poder moverme. Perpleja ante eso Vi como la ballena golpeó al pulpo con su cola alejándolo de ahí. Después de ello el pulpo decidió marcharse.

—Tienes que irte ahora mismo —escuché a tan majestuoso ser.

Estupefacta la observaba sin poder entender lo que había ocurrido; en verdad podía entender a los animales. La ballena trataba de ayudarme, aunque ahora me preguntó del porqué no me ha devorado todavía.

Luego de un rato la ballena se fue, dejándome sola. Todo rondaba en salir de ahí, para no encontrarme con criaturas que quisieran devorarme pero ¿cómo se supone que saldré del mar si sigo atada al asiento de la nave? No puedo escapar, a menos que...

Saque un brazo por arriba y luego saque el otro, era complicado pero debía intentar salir por la parte superior del asiento, tal vez así podría escapar por fin.

Con vanas esperanzas, volví a golpear el botón, pero era inútil, no funcionaba ni a patadas, así que opté por mi única opción. Me empujaba hacia arriba mientras trataba de pasar mis caderas del cinturón, gracias a que estaba muy ajustado, eso me lo complicaba aún más. Pero pronto pude sacar una pierna y luego salir completamente de ahí.

Una vez en la superficie trate de visualizar algo, acertivamente aviste una isla con grandes montañas y muchos árboles. Seguramente los chicos también habrían llegado ahí; sino era así, de algo estaría segura, estaba completamente pérdida.