Episodio Tres
La puerta de la oficina de Sebastian se abrió de golpe, el hombre se sobresaltó, pues de momento no esperaba a nadie y mucho menos que entrara de esa forma. Estaba a punto de gritarle al intruso que se largara de su despacho, sin embargo, su gesto se suavizó al mirar a su amigo y abogado; Riz Ahmed.
-¿Qué haces aquí, Riz? – Preguntó Sebastian.
-Dijiste que viniera – Murmuró el abogado dejándose caer sobre uno de los sillones – Me enviaste un mensaje dónde me expresabas tu deseo de verme así como la urgencia con la que debía presentarme.
-No pensé que vinieras tan pronto – Murmuró Sebastian esbozando una sonrisa.
-Te conozco y sé que si me tardo más de lo esperado, eres capaz de asesinarme – se rió Riz - ¡En fin! Aquí estoy, ¿en qué puedo ayudarte, Sebastian?
Sebastian no dijo nada de momento, estaba callado, pensando en lo que había hablado con el señor Borowski. Suspiró y miró fijamente a su amigo, pero no dijo nada. Riz esperaba con paciencia a que Sebastian hablara, pero sabía cómo era él, así que trataba de no mostrarse impaciente.
-¡Voy a casarme! – dijo Sebastian de golpe y se levantó de su silla para acercarse al ventanal y concentrar su vista en el horizonte.
-¿Qué demonios estás diciendo? – preguntó Riz levantándose también y acercándose a él - ¿Por qué vas a echarte la soga al cuello? Por lo que yo sé, nunca has tenido intenciones de casarte y ¡mucho menos de formar una familia! – exclamó con sorpresa - ¿Quién es la desafortunada mujer que se unirá a ti en sagrado matrimonio? ¿La conozco?
-Será un matrimonio por conveniencia, negocio, acuerdo, ¡qué sé yo! – exclamó Sebastian con seriedad – Me casaré con Vanessa Borowski.
-¿Con quién? – preguntó sorprendido Riz – Pero ella... ¡no creo que ella quiera casarse contigo! ¿Acaso no has escuchado los rumores? Si te casas con ella serás el hazmerreír de la ciudad.
-¿Qué rumores? – preguntó Sebastian mirándolo con coraje - ¿De qué hablas? ¿Por qué me estás diciendo todas esas cosas? ¿Tan mala es su reputación?
-No es que tenga mala reputación, es una mujer seria y sana. – respondió Riz Ahmed – Es muy guapa y sofisticada, así como elegante, educada y culta, pero sobre todo entregada a su trabajo y toda una genio para los negocios.
-¿Entonces? ¡Explícate ya! No des tantos rodeos, detesto a la gente que no va al grano. – dijo Sebastian lleno de coraje.
-Lo que pasa es que Vanessa es lesbiana, ¡todo mundo lo sabe! – exclamó Riz – Menos su padre, de lo contrario ya hubiera puesto el grito en el cielo y la hubiera echado de su casa.
-Comprendo, yo tampoco le veo nada de malo a sus preferencias. – respondió Stan – Pero negocios son negocios y si quiero recuperar mi dinero, debo casarme con la heredera de Borowski Oil Company.
-¡Pero hay otras maneras de recuperar tu dinero! – dijo el abogado – No seas ridículo.
-La más rápida y la más certera es esa, así que lo voy a hacer.
-Bueno, quizá tengas razón. – exclamó Riz sirviéndose un vaso de vodka – Ya que el viejo Borowski es astuto como un zorro, pero muy sucio como un cerdo. Ahora, ¿qué puedo hacer por ti?
-Quiero que redactes el contrato prenupcial. – dijo Stan – Quiero apoderarme de esa empresa en menos de dos años y una vez que lo haga, ¡divorciarme! – exclamó – Y así hacer lo que me plazca.
-Bien, bien – Murmuró Riz rascándose la cabeza – Ya imaginaba por donde iba todo. No te preocupes, ahora dime todo lo que contenga ese contrato y yo trataré de redactarlo lo antes posible.
-Tiene que estar listo para mañana – Sonrió Sebastian mientras que Riz arqueaba una ceja – En esta carpeta se encuentra todo lo que necesitas para hacerlo – Prosiguió Stan entregándole los documentos a su amigo.
-Te noto tranquilo – Dijo Riz mientras recibía el folder – Y esa tranquilidad no es propia de ti, debido a las circunstancias en las que te encuentras. ¿Hay algo más que deba saber?
-¡Eres muy perceptivo! – Sonrió Sebastian acercándose a su amigo - ¿Qué te parece si nos vamos a almorzar y ahí te cuento todo?
-¡Ya sabes que así soy yo! – Rió Riz – Y tu propuesta del almuerzo me parece perfecta. ¡Quiero conocer todos los detalles!
Los amigos salieron abrazados de las oficinas de Stan Energy, subieron al auto de Riz para dirigirse a uno de los restaurantes más elegantes de la ciudad.
●●●
Evania regresó a su casa después de un día de trabajo pesado, apenas tenía tiempo para ducharse y comer algo antes de que Vanessa pasara por ella para visitar, como era su costumbre a su hermana Helen. Se arregló rápidamente y comprobó su atuendo frente al espejo.
-¡Perfecto! – Sonrió al mirarse – Fresco y cómodo.
Escuchó el timbre de la puerta y corrió a abrir. Vanessa destacaba por ser muy puntual y estaba segura de que se trataba de su hermana mayor. Abrió y ¡ahí estaba Vanessa! Evania sonrió y la abrazó sin decir una sola palabra.
-¡Hola Evania! – Murmuró Vanessa – Me recibes cómo si tuviéramos siglos sin vernos – Dijo en tono de broma, pues de sobra sabía que su hermana era una chica muy efusiva - ¿Estás lista? – Preguntó.
Evania se separó de ella y la miró. ¡Elegante como siempre! A pesar de qué llevaba jeans, pero esa blusa y esos zapatos no iban mucho al caso, ya que sólo visitarían a Helen y la llevarían al parque. La chica sonrió y reparó en la expresión de Vanessa, ¡su hermana estaba triste!
-Antes de irnos, pasa y siéntate – Dijo Evania tomando a su hermana de la mano y conduciéndola al sillón azul que se encontraba junto a la ventana de su departamento – Tenemos que hablar.
Vanessa rodó los ojos. No quería hablar con Evania, no porque no tuviera ganas. Sino porque no quería decirle lo que había hablado con su padre. Su hermana era muy impulsiva y a veces cometía locuras. No deseaba, en primer lugar, que Evania se enterara de lo que Tomasz planeaba para ella por boca de su propio padre, ¡seguramente le reprocharía a ambos! Pero en especial a Vanessa por haberle ocultado esos detalles.
-¿Te pasa algo Vanessa? – Preguntó Evania mirando fijamente a su hermana – Desde que te vi de pie en el umbral me di cuenta que algo no andaba bien contigo.
-Estoy bien, Evania. – respondió Vanessa y suspiró – Son alucinaciones tuyas, no me pasa nada.
-¡Pues no te creo! – exclamó su hermana menor - ¿Te peleaste con el viejo?
-No, no – dijo la mujer – Con él las cosas están bien.
-Entonces se trata de Valentina, ¿volvieron a discutir? – preguntó mirándola con insistencia.
-No, no, tampoco se trata de eso. – murmuró Vanessa – Te digo que tú estás alucinando, Evania.
¡No estoy alucinando! – exclamó la chica – Algo anda mal, pero no me lo quieres decir. ¿No me tienes confianza?
-Si te tengo confianza, pero si te lo digo ¿me prometes que no le harás un escándalo al viejo? – preguntó Vanessa y su hermana bufó.
-¡Te lo prometo! – respondió Evania – Te prometo que no reclamaré y no diré nada que pueda comprometerte.
-Bien – suspiró Vanessa – Ayer papá me citó para hablar de un asunto muy importante. Como sabes, él tiene una deuda muy grande con el dueño de Stan Energy. – dijo la mujer.
-¡Sí, lo sé! ¿Y es sobre eso? – preguntó Evania con curiosidad.
-Sí, es sobre eso. – afirmó Vanessa – El señor Stan le ha exigido a nuestro padre la liquidación de esa enorme deuda.
-Pues que le pague y punto. – murmuró Evania – Puede pagarle ¿no?
-¡Claro que puede pagarle! Eso lo sabes, tiene mucho dinero. – respondió la rubia – El problema es que papá no quiere hacerlo y se le ha ocurrido la brillante idea de arreglar un matrimonio.
-¿Qué estás diciendo? ¿Un matrimonio? – preguntó la chica sorprendida - ¿Quién con quién?
-Es obvio que yo, Evania. – respondió su hermana mayor – Yo tengo que casarme con el señor Stan.
-¡No, tú no puedes! – gritó Evania – Eso no es justo, ¿qué hay de tus planes junto a Valentina? ¿Qué hay de todos tus sueños? ¿Vas a truncarlos sólo por acceder a otro capricho de papá?
-Como hija mayor es mi deber – dijo Vanessa con seriedad.
-Claro y como hija única – bufó Evania - ¡Viejo loco!
-Helen y tú también son sus hijas...
-¡No es verdad! – gritó Evania – Se avergüenza de nosotras y no se cansa de repetir que sólo tiene una hija. ¡Qué tu eres su orgullo! – dijo poniéndose de pie mientras comenzaba a caminar alrededor de la sala - ¿Por qué no te revelas? Dile que no, que no te interesa, que no quieres. ¡Dile la verdad! Hazle saber que amas a Valentina y que quieres casarte con ella.
-¡No es tan fácil! – respondió Vanessa – Yo no soy como tú, no soy valiente y no tengo el coraje para serlo. No puedo revelarme contra Tomasz Borowski, le tengo miedo.
-¿Y vas a ser infeliz por el resto de tu vida atada a un tipo que no amas y que tampoco te ama? – preguntó Evania - ¿Qué pasará cuando ese tipo desee tener intimidad contigo? ¿O cuándo se le ocurra tener un hijo? Tendrás que revelarle la verdad – Dijo la chica mirando fijamente a su hermana.
-Por lo que dijo papá, será un matrimonio que no durará por mucho tiempo – Suspiró Vanessa, tratando de tranquilizar a su hermana.
-Pero aún así, ¿por qué sacrificar tu felicidad para complacer a un viejo que jamás ha hecho algo bueno por nosotras? – Respondió Evania sujetando a Vanessa de las manos - ¡Piénsalo hermanita! Y en todo caso, ¿qué va a ganar el señor Stan con todo esto?
-La empresa – Dijo Vanessa.
-¿Cómo? – Preguntó Evania más molesta que antes - ¿Cómo que la empresa? ¿Qué va a suceder con tú patrimonio? ¿Y qué va a pasar con Helen? ¡No es justo! Me niego a aceptarlo.
-Es obvio que será la mitad de la empresa – Respondió la chica intentando controlar a su hermana – La otra mitad seguirá siendo mía y yo me encargaré de Helen y de cuidar su patrimonio y su bienestar.
-¡Ay, estoy muy molesta! – Gritó Evania soltándose - ¡Yo lo reviento!
-Calma, calma – Murmuró Vanesa volviendo a sujetar a su hermana – Me prometiste no decir nada y mucho menos armarle un escándalo a papá – Suspiró la mujer y la abrazó – Por eso me voy a sacrificar, ¡no será por mucho tiempo! Dos o tres años y ya después veré la forma de librarme de ese lastre.
Evania ya no dijo nada, sólo abrazó con todas sus fuerzas a su hermana. Su padre estaba loco y lógicamente no le importaba su familia y su bienestar. Primero la había echado a ella de su casa por seguir siempre sus impulsos, no obedecerlo y estar siempre en contra de sus decisiones, cuestionándolas y poniendo en duda la palabra de su padre. Después había sido lo de Helen y ¡ahora esto! Pero ella iba a buscar la manera de ayudar a sus hermanas y detener esa boda.
●●●
Riz tomó un sorbo de agua y miró a Sebastian, como indicándole que comenzara a hablar. Amos hombres se encontraban sentados en una de las mesas más apartadas de ese restaurante para poder charlar a sus anchas.
-¿Y bien? – Preguntó Riz por fin - ¿A qué se debe esa sonrisa en tu rostro? Porque no creo que se deba a que te vas a apoderar de Borowski Oil Company.
-No, no, ¡para nada! – Rió Sebastian – Por supuesto que esa sonrisa no es debido a ello, se trata de otra cosa – Dijo y suspiró – Conocí a alguien.
-¿Es por una chica? – Volvió a Preguntar Riz – Me extraña porque ya no tienes diecisiete años, a esa edad te ponías así cuando conocías a una chica.
-Se trata de una chica especial – Suspiró Sebastian y sonrió – Única y maravillosa.
-¡Oh, oh! – Gritó Riz – Espera, espera, espera... ¿qué es eso que oigo? – Dijo colocando su mano junto a su oreja - ¿Tienes un corazón ahí dentro? ¡Y sonríes otra vez! ¡NO! – Se burló el hombre – No me digas que...
-Es muy pronto para hablar de un enamoramiento o algo por el estilo – Respondió Seb mientras reía – Pero Evania es como el viento en medio del mar, es el trueno de una tempestad. Una chica inquieta que no encuentra la calma – Exclamó el hombre con emoción – Me atrapó de inmediato...
- Pero esa clase de chicas no son para ti, Sebastian – Dijo Riz con seriedad – Lamento borrarte esa sonrisa del rostro, pero es la verdad. ¡Ya no tienes diecisiete! Lo repito. Tú sólo buscas mujeres fogosas, mujeres dispuestas a satisfacerte sólo en la cama, porque es lo único que te interesa, acostarte con ellas y olvidarlas.
-Puede que tengas razón, ¡ya no soy un muchacho! – Respondió Stan – Pero es de sabios cambiar de opinión y ¿quién dijo que sólo la quiero para acostarme con ella?
-Entonces quieres.... ¿conquistarla cómo lo hacías en la adolescencia? – Preguntó Riz esbozando una sonrisa – Porque para eso eras muy bueno.
-Posiblemente – Exclamó el hombre – Pero Evania es una chica difícil, primero quiero ganarme su confianza, deseo que me pierda el miedo – Sonrió – Porque es tímida y se nota que le causo temor... ¡Si la vieras! – Suspiró de nuevo y volvió a sonreír – Tiene unos ojos hermosos, ¡enormes y expresivos! Dice tantas cosas con la mirada, posiblemente no es una belleza despampanante, pero es una belleza exótica, sólo basta con mirarla a los ojos para olvidarte de todo.
-¡Bravo, bravo! – Gritó Riz poniéndose de pie y aplaudiendo - ¡Maestro poeta!
-¡Cállate, payaso! – Bufó Sebastian sujetándolo del brazo y obligándolo a sentarse – Yo trato de hablar en serio pero tú sólo te comportas como bufón.
-Perdón, perdón... ya hablando en serio – Dijo Riz y bebió un poco de vino – Tienes razón, primero necesitas ganarte su confianza, conocerla y hacerte su amigo. Posiblemente hay algo en lo que puedas ayudarla, así podrá darse cuenta que eres un hombre solidario y que le tienes empatía. Quizá con eso logre abrirse un poco más y así tenerte confianza.
-Sí deseo ayudarla – Comentó Sebastian – Evania tiene una hermana especial, ¿sabes? Es una chica encantadora de diecisiete años, pero su mente es de una niña pequeña de tres y...
-¿Ya convives con su familia? – Intervino Riz sin poder evitarlo - ¿Desde cuándo la conoces?
-Desde ayer – Se rió Sebastian.
-¡Oh, vaya! Vas muy rápido, Seb. Pero ese es tu estilo.
-Déjame decirte... - Movió la cabeza – No sé exactamente porque pero el padre de las chicas se avergüenza de Helen y la tiene recluida en la casa Carlton. ¡Eso sí, con mucho lujo! Pero la chica no es feliz y Evania intenta sacarla de ese sitio para llevarla con ella y cuidarla.
-¿Y por qué no lo hace? – Preguntó Riz – Puede pelear la custodia de su hermana, alegar el abandono del padre. ¡Algo así! Yo podría aconsejarla y ayudarla con el asunto legal.
-Por eso quiero ayudarla – Sonrió Sebastian – Mis sentimientos hacia Evania son sinceros, ¡no sé! Pero ella provoca eso al instante. Pero primero necesito conocerla y conocer su historia, ¿me entiendes?
-Totalmente – Dijo Riz – Aunque tengo una duda... - Añadió y guardó silencio por un instante - ¿Le vas a decir que estás a punto de casarte por interés?
●●●
¡Ohhh! Acabamos de conocer a dos personajes; Vanessa la hermana mayor de Evania y a Riz, el mejor amigo de Sebastian. Pronto estaremos conociendo otros personajes clave en esta historia. Como pudimos ver, Vanessa no quiere casarse, ¡obviamente! Ella tiene otras preferencias, pero sabemos que el viejo Borowski es un hijo de la chingada que no acepta un no por respuesta. Riz ha hecho muchas preguntas, se ha enterado que Sebastian tiene un marcado interés en la chica pero, ¿será algo pasajero? Eso lo averiguaremos pronto. ¿Qué les pareció este capítulo? ¡Gracias por todo! Nos leemos el próximo martes y no olviden darse una vuelta por mi libro de one shots de Sebastian Stan que acabo de inaugurar.
Maria Decapitated
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro