Episodio Dieciocho
-¿Has llamado a todos? – preguntó Sebastian a Evania que sacaba del horno un gran pollo cubierto de papas y cebollas, así como una bandeja de espagueti con queso y jamón.
-¡Por supuesto! – respondió la chica – Ya no tardan en llegar.
-¿Y qué les dijiste? – exclamó Seb tomando una papa - ¿Mencionaste algo de nuestro compromiso? – dijo al momento que soplaba pues la papa estaba muy caliente.
-No dije nada, sólo les dije que prepararía una comida pues tú y yo queríamos hablar con ellos de algo importante.
-¿Y mi madre y Helen? – preguntó el chico acercándose a Evania para besar sus mejillas - ¿Te han dicho que te ves hermosa usando delantal?
-Ellas salieron temprano, Camilla decidió visitar a un amigo diseñador de modas para que le confeccione algunos vestidos a Helen y varios para ella. – dijo la chica con una sonrisa – Y respecto a tu segunda pregunta, nadie me lo había dicho – exclamó dándose la vuelta para besar las mejillas de Sebastian – Ve a cambiarte que ya no tardan en llegar nuestros invitados.
-¿Me estás corriendo? – preguntó poniendo cara de perrito regañado.
-No, te lo estoy ordenando – respondió Evania y palmeó su trasero – Te amo, señor Stan.
-Y yo te amo a ti, futura señora Stan. – dijo el hombre besando la nariz de Evania y dándose la vuelta para salir de la cocina.
Evania suspiró y comenzó a cortar el pollo en trozos. Ella y Sebastian habían planeado darles la noticia de su compromiso a sus amigos y familiares organizando una comida para no levantar sospechas. Especialmente porque no deseaban que Tomasz o Alonso se enteraran de su próximo enlace matrimonial y les arruinaran su momento feliz.
Esa mañana se les había pasado entre cocinar y planear su boda. Decidieron que sería una celebración sencilla y nada glamourosa. Únicamente invitarían a sus familias y amigos más íntimos. Evania estaba súper emocionada e ilusionada con su boda y Sebastian estaba demasiado feliz como para poder ocultarlo. En un principio se le ocurrió una fiesta gigantesca y anunciar su compromiso con bombo y platillo, pero mientras lo analizaba y a medida que Evania le explicaba el porqué prefería algo íntimo y sencillo, él comprendió que la chica tenía razón.
Sebastian regresó un rato después y sonrió al ver lo bien que Evania había decorado la mesa del comedor. Sonrió y abrazó a la chica que llevaba un bowl con ensalada en sus manos.
-¡Todo se ve perfecto! – Murmuró Stan besándole el cuello.
La chica se estremeció y le sonrió, apartándose un poco para terminar de poner la mesa. Después regresó a los brazos de Sebastian y lo besó con ternura en los labios. El chico la asió con fuerza, pegándola a su cuerpo, mientras ese beso se volvía más profundo y apasionado. Las manos de Evania acariciaron la amplia espalda de su novio y descendieron hasta su trasero, apretándolo con fuerza.
-Pero no tan perfecto como tú – Sonrió Evania contra los labios de Seb y después los mordió con suavidad – Ahora yo voy a arreglarme, Vanessa acaba de textear diciendo que vienen para acá.
Sebastian asintió y miró como ella se alejaba a toda velocidad.
●●●
Los hombres de Guadarrama miraron con curiosidad en dirección a la casa de la madre de Sebastian. Varias personas iban llegando al lugar y eran recibidos por la pareja, parecía que se encontraban festejando algo. Tenían que averiguar de qué se trataba para avisarle a su jefe, no podían darse el lujo de fallarle otra vez, de lo contrario podían arrepentirse.
-¿Y cómo nos vamos a acercar? – Preguntó uno de los hombres a su compañero.
-Alá viene el jardinero – Murmuró el tipo – Él me debe un favor y se lo voy a cobrar. Le pediré que investigue y nos venga a avisar, ¡no te preocupes!
El sujeto hizo varias señas para llamar la atención del jardinero, quién se acercó corriendo a ellos y los saludó con cortesía.
-¿Hay fiesta en la casa de tus patrones? – Preguntó el hombre de Guadarrama – Porque se ve que todos están muy animados y felices.
-Es la fiesta de compromiso del hijo de mi patrona – Dijo el jardinero – Se acaba de comprometer con la señorita Evania.
-¿Y cuándo se casan? – Exclamó el tipo, sonriendo pues la información le había caído del cielo. No quería pensar en la reacción de su jefe, ¡pero ellos ya habían cumplido con su trabajo!
-Que según en una semana – Murmuró el jardinero – Acá entre nos, para mí que la señorita está embarazada.
-¿Eso crees? – Preguntó sorprendido.
-¿Entonces porqué apresurarían una boda? – Respondió – Pero ya me voy, ¡ahorita les traigo un taco! Espérenme aquí, no me tardo.
Después de que el jardinero se perdió de vista, los hombres de Guadarrama se miraron, asintieron y después comenzaron a reír. ¡Había sido tan fácil! Inmediatamente tomaron el móvil para llamar a su jefe, aunque de sobra sabían que no le iba a gustar la noticia.
-¿Ahora qué? – Preguntó Guadarrama – Espero que no me llamen sólo para hacerme perder mí tiempo.
-¡No, jefe! ¿Cómo cree? – Dijo el hombre – Todo lo contrario, ¡tenemos noticias frescas! Y de muy buena fuente.
-¡Habla ya! – Gritó Alonso – Sabes que detesto que me hablen con rodeos.
-Estuvimos vigilando la casa de los Stan y según nos dimos cuenta, estaban celebrando algo – Exclamó el tipo – Llegaron algunos invitados y todos se veían muy emocionados, pero queríamos saber qué era lo que celebraban, así que llamé al jardinero que trabaja ahí – Dijo con satisfacción – Yo lo conozco y le he hecho unos favores; no dudé en preguntarle y ¿qué cree?
-¿Qué? – Preguntó Guadarrama sin mucha emoción.
-El señor Stan y la señorita Borowski se comprometieron, ¡por eso están de manteles largos!
-¿Cómo dices? – Estalló Guadarrama - ¿Cómo qué se comprometieron?
-El jardinero piensa que la señorita Borowski está embarazada y por eso decidieron casarse dentro de una semana – Comentó el hombre – Pero yo no creo que sea por un embarazo yo...
-¡Cállate! – Gritó Alonso – Ya me dijiste suficiente, yo tampoco creo que se trate de un embarazo. Hay algo más – Bufó - ¡Sigan vigilando!
-Como usted ordene, señor – Dijo el tipo.
Guadarrama terminó la llamada y lanzó el móvil contra la pared para después lanzar al piso todo lo que se encontraba encima de su escritorio. ¡Ya era el colmo! Nada estaba saliendo cómo él quería y tenía que evitar a toda costa ese matrimonio.
●●●
-¡Evania, Sebastian! – Exclamó Valentina - ¿Por qué nos han reunido hoy aquí? – Preguntó mirando a los chicos.
-¡Yo también tengo esa duda! – Intervino Riz – Debe haber un motivo o una razón por la cual nos reunieron a todos aquí – comentó su amigo - ¡Y no creo que haya sido sólo para alimentarnos! ¿Qué traman pillos?
-Es verdad – Comentó Camilla – Dijeron que nos comunicarían algo importante, ¿por qué tanto misterio? – Preguntó la madre de Sebastian.
-¡PORQUE VAMOS A CASARNOS! – Gritaron los dos al mismo tiempo.
-¿Es en serio? – Preguntó Vanessa esbozando una enorme sonrisa.
-¡Van a tener un bebé! – Gritó Helen y se arrojó a los brazos de Sebastian - ¡Qué bonito!
-¡No, nena, no! – Exclamó el chico besando la frente de la niña – Pero quizá en un año o dos.
-¡Sí, un bebé! – Continuó exclamando Helen aferrada al cuello de Sebastian.
-Entonces, ¿no se comprometieron porque están esperando bebé? – Preguntó Riz levantando una ceja.
-No, no – Se rió Evania –Hay otros motivos que no podemos revelar aún – Sonrió Evania haciendo un gesto con la cabeza para señalar a Helen.
-Pero uno de nuestros principales motivos es porque nos amamos – Exclamó Sebastian.
-Y otro sería Tomasz Borowski, ¿no es así? – preguntó Vanessa con seriedad y Sebastian y Evania asintieron.
-¡Cómo sea! – intervino Valentina para cambiar el tema y no amargar la reunión – Lo importante es que se aman, van a casarse y serán muy felices. Yo estoy muy contenta por ustedes y les deseo lo mejor. – dijo y corrió a abrazarlos – Vamos a brindar, ¿qué les parece?
-¡Por los novios! – gritó Riz poniéndose de pie y levantando su copa.
-¡Por los novios! – respondieron todos alzando sus copas.
Después de beber unos tragos de vino, Sebastian abrazó a Evania y la miró con dulzura. En una semana se convertiría en su esposa. ¡Jamás lo hubiera imaginado! Ahora tenía que luchar para protegerla de todos los que querían dañarla y no le importaba jugarse la vida en ello.
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Guadarrama abrió con violencia la puerta de la oficina de Tomasz Borowski. El viejo se sobresaltó al verlo y se levantó de inmediato de su asiento. Estaba asustado, generalmente Alonso no irrumpía en su oficina, sino que lo llamaba para decirle que iría a visitarlo. El anciano esbozó una sonrisa boba y tragó grueso.
-A-alonso – barbotó - ¡Qué agradable sorpresa! No te esperaba, ¿cómo has....
No terminó, pues, veloz como un rayo, Alonso lo alcanzó y lo sujetó del cuello, acorralándolo contra la pared. Tomasz dejó escapar un chillido cuando sintió el frío metal del arma pegado directamente a su sien y cerró los ojos, mientras todo le daba vueltas. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué Alonso se comportaba de esa manera?
-¿Por qué no me dijiste nada? – Dijo Alonso entre dientes.
Borowski no pudo decir una sola palabra, pues su garganta estaba seca y temblaba completamente.
-¡Contéstame, idiota! – gritó Alonso apretando con fuerza su cuello - ¡Tú lo sabías! Sabías que Evania iba a casarse con Stan.
-Y-yo – Gimió – Creí... que... él mentía – Dijo con la voz entrecortada.
Guadarrama lo soltó y el anciano cayó al piso, masajeando su cuello. Levantó el rostro y volvió a cerrar los ojos, al ver que Alonso continuaba apuntándole con la pistola.
-¿Y no hiciste nada para detenerlo? – Preguntó el hombre - ¡Te lo dije! Te dije que no quería fallas – Gritó Guadarrama – Pero sólo eres un anciano estúpido, ¡no me sirves de nada!
-Por favor – Murmuró el anciano creyendo que ya era su fin – Voy a tratar de...
-¡Tú no vas a tratar nada! – Lo interrumpió Guadarrama – De ahora en adelante lo haré yo porque, ¿sabes? Tú hija Evania va a casarse con el perro Stan en una semana, ¡ayer se comprometieron! Yo voy a impedir esa boda – Gritó el hombre – Y nada me va a detener, ¡porque tú ya estás muerto! Una vez que me deshaga de Sebastian y tu hija sea mía, ¡voy a matarte, hijo de mil putas!
-¡Dame una oportunidad, Alonso! – Exclamó Tomasz – Somos amigos...
-¡Tú y yo nunca hemos sido amigos! – Bramó Alonso – Así que, redacta tu testamento, ¡desgraciado!
Alonso no dijo más y salió hecho una furia de la oficina de Tomasz. Ahora iría a hacerle una visita a Stan. Subió a su auto y condujo a toda velocidad, seguido de sus guaruras.
Sebastian salía del edificio de Stan Energy. Estaba muy contento y se le notaba radiante, iba saludando a todos los que se encontraba en su camino para dirigirse a su auto y recoger a Evania en su trabajo. Cuando estaba a punto de abrir la portezuela de su vehículo, cuando un par de tipos lo interceptaron y lo sujetaron de lo brazos. Sebastian los miró y les dedicó una enorme sonrisa. ¡Ya se imaginaba quién estaba detrás de esos dos hombres!
-¿Pudo ayudarlos, señores? – Preguntó el chico.
-El jefe quiere verlo – Dijo un grandulón.
-Hoy no puedo, ¿saben? – Exclamó Stan – Tengo una cita y no puedo llegar tarde.
-¡Sólo será un momento! – Gruñó otro de los guaruras – Acompáñenos.
Sebasian se encogió de hombros y caminó escoltado por esos tipos, quienes lo subieron a un auto y condujeron lentamente por un buen tramo de la ciudad. Sebastian sacó su móvil y envió un mensaje para decirle a Evania que se retrasaría y que posiblemente no llegaría a su cita.
-¿A quién le envía mensaje? – Le preguntaron.
-A mi novia, le aviso que no pasaré a recogerla como le había prometido – Bufó con molestia – Ya que aparecieron ustedes para quitarme el tiempo – Se quejó - ¿No era más fácil que el señor Guadarrama sacara una cita si deseaba hablar conmigo? – Preguntó Sebastian.
Los hombres no le respondieron y centraron su atención en otras cosas. Sebastian miraba con atención el camino, hasta que se detuvieron en una zona de condominios, bastante elegantes por cierto. Sebastian bajó del auto y caminó, de nuevo, escoltado por esos tipos y juntos entraron a un lujoso apartamento. Guadarrama los esperaba en la sala, con una copa de vino en la mano.
-Bienvenido, Sebastian – Exclamó Guadarrama – Siéntate y hagamos un brindis, ¿te apetece?
-Gracias por la... ¿invitación? – Murmuró Seb – Pero esta vez te rechazo la copa, ¿cuál es el motivo del brindis? – Preguntó.
-Quería brindar por tu futura boda – Dijo Alonso entre dientes - ¡Con mi mujer! – Gritó y arrojó la bebida al piso.
-¿Perdón? – Exclamó Sebastian un poco sorprendido por la estúpida actitud de ese sujeto - ¿Te escuché bien? ¿Acaso dijiste TÚ MUJER?
-¡Sí, mi mujer! – Bramó Guadarrama - ¿Acaso no te lo había dicho? Ella y yo estamos comprometidos.
-Será sólo en tus sueños – comentó Sebastian – Cuando yo conocí a Evania, ella me aseguró que no tenía ningún compromiso. Ella estaba sola, sin apoyo de nadie, sólo el de sus hermanas. ¿En dónde estabas tú? – Preguntó el chico - ¡Por favor! No vengas con estupideces, Alonso – Se mofó Sebastian – Nunca has mostrado interés en ella, quizá la quieras sólo para sentirte poderoso. Pero ella es una mujer dulce, a la que hay que cuidar, proteger, defender de gente cómo tú – Murmuró apretando los puños - ¡Evania no es un objeto!
-¡Basta, Sebastian! – Dijo Alonso entre dientes – Te aseguro que si te casas con Evania ¡te vas a arrepentir!
-No te tengo miedo, Alonso – Exclamó Stan mirándolo fijamente – Se necesita más que una estúpida amenaza para que yo desista – Bufó - ¡Yo amo a Evania! ¿Me entiendes? Y ella me corresponde, porque en mi ha encontrado apoyo y amor, ¡algo que tú no vas a darle!
-No tomes tan a la ligera mi amenaza Stan – dijo Guadarrama – Mantén los ojos bien abiertos – murmuró – Ahora lárgate. – exclamó dándose la vuelta para marcharse.
Sebastian lo miró alejarse y antes de que pudiera dar un paso, los hombres de Guadarrama volvieron a acercarse y lo condujeron de nuevo al auto para regresarlo a las instalaciones de Stan Energy. Sebastian subió a su auto y condujo a toda velocidad, necesitaba refugiarse en los brazos de Evania.
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¡Maldito Alonso! Pero Sebastian tiene razón, él no ha hecho nada por ganarse el cariño de Evania. Guadarrama sólo desea a la chica para sus oscuros propósitos, ¡no la ama en realidad! Pero tendrá preparado algo que quizá ponga en riesgo la vida de Sebastian y también la de Evania. ¿Qué les pareció este capítulo? Dejen sus comentarios y sus votos. Gracias de antemano por todo su apoyo.
Maria Decapitated
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