Minueto para él
En Natsuki debemos desconfiar, una posible amenaza dentro de los planteles educacionales, pero... ¿Cómo va a creer eso el Director de Pináculo? ¡Es su padre después de todo! Bien Kaito, no actúes extraño ante esto, ella ya te dio a entender muchas cosas, pero no sobreactúes...
- ¿Puedes caminar sin tambalearte? -Preguntó un chico denominado el Súper Duper Biólogo de Preparatoria. -Veamos si tus reflejos mejoraron. Necesito que fijes tu mirada en este palo de helado. Respira profundo y bota lentamente. Saca la lengua y di "ahh".
- Vamos Taiki, fue un simple ahogo, no exageres. -Respondió Mirai Tsukino.
- Tú eres deportista, no te compares con los debiluchos como nosotros. -Sonrió el chico que examinaba todos mis movimientos. -Listo Kaito, tus sentidos se encuentran en perfectas condiciones, no necesitarás quedarte a dormir con los criminales hehe.
- ¿Criminales? -Preguntó Tsukino mirando a los alrededores y empuñando su mano con fuerza haciendo notar sus venas. -Me equivoco o eres un ¡maldito criminal! ¡Quiero justicia!
- N-No, no te preocupes. Soy de la Rama T, no me aniquiles con tus músculos y estructuras óseas. -Respondió el Biólogo poniéndose atrás mío.
- Bien, las clases están a minutos de finalizar. -Habló por fin Christopher. -Debemos alistarnos e irnos a nuestras casas.
- Buscaré mi bolso en los vestidores del gimnasio. -Dijo Tsukino despidiéndose y como una bala corrió al lugar mencionado.
- Mi agenda es todo lo que necesito, iré al Laboratorio de Biología... Maldición, tienen implementos de calidad, pero no un ascensor. -Se quejó el chico caminando con calma a su piso.
- Bien, te llevaré a tu casa, Pianista. Espero tu novio no se dé cuenta de lo sucedido o matará al sujeto que lo hizo. -Sonrió el Espía mientras buscaba en sus bolsillos algo.
- Tsubasa... Tengo miedo de que algo le pase. -Dije sentándome en la camilla junto a un gran suspiro.
- ¿Por qué...? ¿Le pasó algo? -Preguntó Christopher acercándose con un rostro preocupado.
- No podemos conversarlo aquí... Ya sabes. -Dije mirando al suelo respirando de manera descontrolada.
- Sé dónde ir. -Dijo mostrándome las llaves de su moto. -Vayamos con mis amigos.
Pasaron los minutos y salimos de la Academia para tomar rápidamente la moto del Espía más intrépido de la ciudad. Nos subimos en su lujoso móvil y lo siguiente que hice fue abrazarlo para no caerme cuando acelerase a cien kilómetros por hora en una autopista central. Aún no podía acostumbrarme a tanta velocidad en un transporte así, debía quedarme callado o el aire entraría llenando mis pulmones y otras áreas.
Juntos fuimos al bar de la otra vez para escapar de la vigilancia o psicosis que nos da ver a la Dibujante. Él se estacionó y nos bajamos de la moto para caminar unos pasos a la primera puerta sospechosa del bar. Me saltaré las partes donde hablaban entre ellos en ruso, sin embargo debo destacar el excelente tono en el que Christopher habla y se desenvuelve.
Entramos al local donde solo se toca blues en vivo, la gente es rubia y de ojos azules, vestimenta clásica estilo Frank Sinatra y el alcohol en su máximo esplendor detrás de una vitrina lujosa y perfectamente limpia. Sí, es el estereotipo clásico, pero estamos en un bar, ¿qué más se puede pedir?
El camarero se negó en preguntarle a Christopher si quería algo, solo le sirvió un vaso de un exótico licor con la posibilidad de que sea caro. El Espía habló en ruso y el barman me sirvió el mismo trago.
- Oh, lo siento... No bebo y tú tampoco deberías si vas a conducir. -Dije molesto y en mi idioma.
- Es bebida, idiota. -Rió Christopher tomando un sorbo. -El ambiente quizá te dejó pensar eso. Siempre pasa, bébelo, no te pasará nada.
Dudé de sus palabras, pero al ingerir la primera gota me di cuenta que tenía razón el Espía. ¡Es bebida! ¿Por qué no lo noté antes de hacer el ridículo?
- ¿Y bien? Natsuki no puede entrar por acá, ¿qué fue lo que pasó cuando entró a hostigarte? -Preguntó Christopher dejando su bebida a un lado.
- Me dijo que si me metía en sus asuntos, moriría junto a los que más quería. -Respondí rompiendo el ambiente de blues que llevaba Christopher.
- Entre ellos Tsubasa, supongo. -Dijo deslizando su índice derecho en el contorno del vaso. -Ella solo te amenazó, no deberías tomártelo como algo que fuera a suceder.
- Pero, ¿qué es lo que trama Natsuki? -Pregunté con cierto miedo, las piernas me tiritan más que nunca.
- No lo sé, pero si esa amenaza te la dijo fue porque estuviste cerca de descubrir algo.
- El cuarto escondido. -Respondí recordando el suceso. -Yoshimi igual estuvo a pasos de descubrir algo con sus habilidades.
- ¿Yoshimi? -Preguntó Christopher mirándome. -Ya veo. Ella podría ayudarnos a descifrar la verdad de Natsuki. ¿Has pensado en formar una unión?
- ¿Una unión? -Pregunté sorprendido. -Como los cuatro fantásticos, ¿algo así?
- Algo mejor. Necesitaremos la ayuda de más personas para nuestro plan de atrapar los planes de Natsuki. Espía, Pianista y más talentos. ¿Se te ocurren algunos más?
- Veamos... Está Yoshimi con el título de la Súper Duper Speedrunner de Preparatoria, su manejo con la tecnología es suficiente para acceder a través de Natsuki por la red. Luego está Shin o Aerin con los puestos de Detective y así tener información de la familia Kiyoshi. También podemos tener de nuestro lado a Takumi, el Arquitecto de Preparatoria, necesitamos los planos reales del lugar.
- Llevas a cuatro personas dentro, pero creo que debemos ocupar métodos clandestinos. -Habló Christopher sacando de su bolsillo un pequeño netbook. -Aquí tengo los datos de los cuarenta y ocho estudiantes de la Academia, solo son sus nombres y ocupaciones, no te asustes. Podemos ocupar a Airi Midoriyama, la Ladrona de la Rama H.
- ¿Cómo la sobornamos a hacer algo así? -Pregunté desconfiando de inmediato en una ladrona profesional.
- Lo hará por la fuerza, tengo un contacto que realiza pociones con efectos hipnóticos bajo nombres franceses y forrados con cristales elegantes. -Su netbook podía deslizarlo con los dedos y llegó hasta un joven de cabello azul oscuro, ojos rosados y tez pálida.
- Tomohisa Okawa, ¿Perfumista? ¿Estás seguro? -Dudé nuevamente. -No lo conozco.
- Es muy reservado, pero gracias a mis dudosos encantos pude lograr mucho. Voilà. -Una imagen me mostró desde su netbook, se trata de un perfume delicado con pequeñas gotas de tonalidad púrpura. -Esto será necesario para hipnotizar a Airi.
- Pero necesitarás a una persona que llegue a ella con cautela. -Dije. Christopher sonrió y movió la pantalla hasta llegar a otro personaje. -Yuu Yagami, Titiritero de Preparatoria, a él lo conozco, está en mi clase de arte.
- Conviven en la misma clase, son cercanos y Yuu me debe un favor al recuperar su conejo de peluche de un tal Yamato. Lo hará sin dudas.
- Entonces tendremos la ayuda de siete personas, más nosotros cerraría en nueve para atacar a Natsuki Kiyoshi. -Dije una vez presentado el plan de integrar personas.
- Ahora necesitamos armar el plan una vez que ellos sepan nuestros movimientos. -Respondió Christopher sonriendo. -No le pasará nada a Tsubasa, créeme. Está protegido por un Súper Duper y a ese talentoso chico nadie lo puede detener.
- Gracias Christopher. -Sonreí un poco más aliviado de la situación.
Luego de nuestro plan para librarnos del mal augurio que nos ha traído Natsuki, el Espía se dio la molestia de traerme hasta mi casa, desde afuera solo una luz estaba prendida, la habitación que comparto yo con Tsubasa, siempre me espera con esa luz prendida, despierto o no, pero su presencia es lo que vale y su gran preocupación que lo hace notar con simples detalles. Agradecí que Christopher me trajera y nos despedimos afuera, me vio entrar a mi casa y luego se fue doblando la esquina a lo lejos. Solo me limité a sonreír y entrar a mi residencia.
Cerré la puerta con cautela, dejé mis zapatillas en la entrada y subí las escaleras con mucho silencio para no despertar a mi lindo muchacho. Entré a la pieza y se había quedado dormido con la televisión encendida y el control remoto en la mano. Me encanta verlo dormir tan plácidamente como un recién nacido o como los cachorros de comercial, tan limpio y suave como el Clair de Lune o Valse Sentimentale, toques distintos, misma armonía y simpatía. Cerré la puerta del dormitorio y apagué la luz en silencio, me saqué el abrigo dejándolo a los pies de la cama; camisa, zapatos, calcetines y pantalones volaron con delicadeza hasta sus respectivos lugares sin que abra pestaña Tsubasa. Me acosté a su lado acurrucándome, sin antes intentarle sacar el control remoto de las manos a mi novio, pero tal desliz hizo que terminara abrazándome con fuerza botando el control al otro lado de la cama. El ruido del televisor no me dejaba dormir ni menos los ronquidos de Tsubasa, esto llegó a pasar de Debussy a Frédéric Chopin con sus réquiems cabizbajos y llenos de infortunio. ¿Cómo me libraré de esta?
- Oye... Oye... Kaito... ¡Kaito por favor no es momento! -Sentí el grito de Tsubasa retumbando mi oreja izquierda.
- ¿Qué...? No entiendo que pasa. -Me siento aún desorientado y confundido, me limpié los ojos por las lagañas y otros restos de basura y pude ver con claridad los hechos. -¡Ohhh! P-Perdóname mucho, n-no es mi intención amor mío.
Desperté encima de él aplastándolo por completo mientras lo abrazaba como si fuera un peluche o esas almohadas grandes de cuerpo que usaría, no sé, ¿Aiko? ¿Yoshimi?
- T-Tendremos nuestros momentos a solas, pero no hoy. Llegas tarde a la Academia amor. -Me quité de encima y se levantó a hacer sus cosas. -Y vístete, tu cuerpo está helado y no quiero que te resfríes por llegar tarde y por el frío. A todo esto, ¿a qué hora llegaste ayer?
- Llegué temprano, un poco pasadas las doce de la madrugada quizás. -Hablé al momento de levantarme y buscar una camisa nueva, pantalones planchados y zapatos que combinen con el conjunto. -Me trajo un amigo de la Academia, tenemos que hacer un trabajo como curso y el único con un vehículo es Christopher Romanov, el Espía de Preparatoria.
- ¿Espía de Preparatoria? ¿Qué clase de personas hay en ese encierro de chicos y chicas talentosos? -Preguntó Tsubasa lavándose los dientes desde el baño viéndose en un espejo toda su baba pegada en la cara y el cabello desordenado.
- Hay de todo en ese rebaño. Imagínate, la Súper Duper Speedrunner de Preparatoria, Metalero, Biólogo, Detective, Fangirl, Apostadora, Jugador de Ajedrez, Perfumista y un chico demasiado lindo. -Dije entrando al baño a hacer mis necesidades básicas.
- ¿Espidraner? ¿De dónde sacan títulos tan raros? ¿Niño bonito? ¿De quién estás hablando? -Luego de ese mar de preguntas escupió la pasta dental de su boca y enjuagó con agua fría.
- Los Speedrunner son personas que completan juegos en el menor tiempo posible, Yoshimi, la chica que posee ese título ha completado miles de juegos en un día, sin exagerar. -Dije lavándome las manos y besando su mejilla. -Y el chico lindo, creo que es Pianista y se llama Kaito o algo así, quiero pinchar con su noviecito, es aún más guapo que él. -Tsubasa se rió y me tomó por la cintura solo para besarme y sonreír a un centímetro de distancia.
- Te amo Kaito. -Sonreí besando su barbilla porque desde esa distancia no me tenía que poner de puntillas. -Ve a desayunar, ayer dejé algunas cosas para que comas, calienta agua y hazte una leche o un café.
- De acuerdo Tsubasa. -Dije saliendo con una sonrisa del baño dirigiéndome a la cocina del primer piso. -Quizás llegue a la misma hora, ¿no te molesta?
- Mientras llegues a dormir y a asfixiarme a la mañana siguiente, por mí está bien. -Respondió bajando en pijama sin peinarse. -Ten cuidado Kaitín, procura estar bien acompañado, ¿quieres que te pase a buscar?
- No te preocupes lindo, unos amigos viven cerca de aquí y nos venimos caminando todos siendo casi el primero en llegar acá a la casa. -Dije preparándole unas tostadas. -Llegaré y apuesto que estarás durmiendo con la televisión encendida y la luz prendida.
- ¿Apostar? ¿Tú? No deberías juntarte muy seguido con la Súper Duper Apostadora, pillín. -Contestó en tono de broma robándome una tostada. -Te ves bonito, así me encantas más y creo que me estás enamorando cada día más.
- Te voy a dedicar una canción, ven al salón y prepara tus oídos. -Dije dándole un beso corriendo al salón donde se encuentra mi piano de cola.
Creo que Tsubasa y yo nunca nos habíamos sentido tan plenos, necesitábamos nuestro momento luego de tanto estudio y malas rachas con Natsuki. No le contaré mis tiempos malos a él solo para no preocuparlo, quiero que estos días con él sean espléndidos sin que nadie se interponga en mi camino. Espero lograrlo, amo mucho a Tsubasa y llegaré a esa meta u objetivo.
Bien, prepararé mis dedos y entonaré una melodía nueva para sus oídos, recordados por los míos. Una versión en piano del inmortal auditivo Tchaikovsky, la que más me llama la atención y que debe traer armonía a todos los rincones del hogar es Pas de Deux, solo espero le guste.
Comencé con altos y bajos, cerré mis ojos para una mayor concentración y rapidez en mis dedos delgados y largos.
Un poco de amor en el Do, pizcas de alegría en el Re, sensaciones extrañas en los Mi, el morbo sacudiéndonos a ambos en sutiles Fa, un clímax tenue en cientos de Sol, la oscuridad aclarada por querubines que aún creen en el amor verdadero sobre un La, ciudadanos llevándose por la paz y sencillez del que más lo necesita en extraordinarios Si y volviendo sin más preámbulos al dueño de toda gracia.
No tuve valor de ver a Tsubasa, pero mis oídos no solo captan las ondas de un piano fabuloso, también logran percibir la calidez humana en forma de amor y ternura. Él sonreía, aplaudía en su mente, gozaba en su alma. Mi forma de tocar este instrumento trae alegría a mi novio y ¿por qué no? Al mundo entero, tengo que intentarlo, saborearlo, disfrutarlo.
Las notas llegaban a su fin y bastaba un simple abrazo por parte de Tsubasa, pero no, tuve algo mucho mejor.
- He escuchado a varios artistas dominando el arte del piano, pero nadie se compara al talentoso novio que tengo, la perfección musical en persona. Como tú no hay nadie, ¡te amo! -Y corrió a abrazarme haciendo lo de siempre, soltarme lágrimas de alegría más que felicidad, dos conceptos totalmente dispares en la música y en la vida.
- Tú debes ser el poeta que debería tener la Academia Tsubasa, en serio. -Dije al momento que él me secaba las gotas de exaltación.
- Sabes que no tengo el talento, no puedo ser como tú. -Respondió sentándose al lado mío tocando teclas al azar.
- Tú puedes ser lo que quieras ser, ¿crees que el humano tiene límites después de conocer la tecnología cuando recién aprendió a distinguir el fuego de un bien y un mal? Nosotros los humanos somos capaces de mucho y cualquiera puede integrarse en esa Academia, no existen postulaciones, no existen currículums vitae, no existen pruebas especiales. Solo necesitas ser tú mismo y la misma carta que me llegó a mí te llegará a ti, ¡estoy seguro!
- Vamos, tú no tocaste el piano ayer y quedaste seleccionado, fue un trabajo arduo y difícil. -Dijo desanimado apoyándose en mi brazo.
- ¿Crees que la y el Súper Duper Detective se hicieron famosos por resolver casos a los dos meses de edad? ¡No! Para ellos fue más fácil. Hasta hay un tipo con el título de Sobrenatural, ¿te puedes imaginar eso? -Pregunté esperando una risa o algún gesto motivador.
- Quizás hace magia negra o puede transportarse en el espacio tiempo, alguna gracia debe tener. Pero yo no tengo talentos amor, ¡ninguno! -Exclamó parándose del asiento enfadado.
- Para mí si tienes talento Tsubasa, ¡al diablo que no quieran conocer tus logros! ¡ellos no saben del poeta que se pierden! Pero no importa porque lo tengo en casa y estoy dispuesto a dar mi vida por él. -Dicho esto lo abracé por detrás posando mis manos en su pecho y él cubrió mis palmas con, quizás, una sonrisa ligera y firme.
- Gracias Kaito por esas palabras, perdón si te hice sentir mal recién. -Habló Tsubasa en tono de disculpas sinceras.
- No te preocupes, es normal y acepto ese enojo con la vida. -Respondí por detrás.
Y nos quedamos un buen tiempo así, disfrutando del silencio o extrañando la armonía. El tiempo frenaba y los deseos aumentaban. Juro eternamente amar los momentos así, relajados y con la persona que amas. Sea un familiar, un amigo cercano, una pareja, quién sea. Estos momentos son invaluables, lo repito, invaluables.
Como si se tratase de Arabesque No.1 encumbré mi destino a la Academia Pináculo de la Esperanza, olvidando los comentarios de Natsuki, los gritos de Yoshimi y el juego de las escondidas con Christopher. Todo es diferente cuando me tratan diferente. Tsubasa es el único capaz de interferir en mis mañanas... Espero no cambie.
Llegó el fin de semana para nosotros con Tsubasa y decidimos dar una vuelta por el centro de la ciudad, lejos del piano y lejos de los estudios. Paz y recreación, al estilo estrepitoso y mediático de Strauss recorrimos parques, centros comerciales, tiendas, avenidas y plazas; tomados de la mano, dándonos pequeños y atrevidos besos frente a personas carentes de diversidad o gente con hormonas revueltas; abrazos y cosquillas; sonrisas y miradas profundas. Solo felicidad, un do re mi auténtico y lleno de gracia.
Y no solo personas extrañas pasaron delante de nosotros. Sino que también:
- ¿Ustedes dos son pareja? -Preguntó Nozomi, una compañera cercana a Shin. -No me lo esperaba, de seguro te hace un repertorio en casa, ¿no es así? -Sonrió ella despidiéndose para entrar a una tienda de zapatos deportivos.
- ¡Wooooow! ¡He leído historias, pero esta es la que más se asemeja a la realidad! ¡Maravilloso! -Gritó en plena vía pública Aiko Tenshi. -Me reviento de emoción, genial, genial, genial. ¡Lo siento si estoy incomodando su vida privada! Me voy, me voy. -Dijo esto susurrando corriendo a una tienda de mangas. Vi la cara de Tsubasa asustado, pero manteniendo una sonrisa como podía, solo atiné a reírme y seguimos caminando.
- No creí que fueras homosexual hehe. -Sonrió Kiyoshi Tetsu, una especie de sacerdote extraño. -Bueno, Dios sabe lo que hace al mandar cosas así, discúlpenme.
- El pianista sale del armario, ¿o nunca entró en el y jamás me di cuenta? Admito que hacen bonita pareja juntos, sigan así y a la mierda la adversidad del resto. -Sonrió con esmero Neku Otonashi, el Súper Duper Músico de Preparatoria. -Nos vemos en clase el lunes, ¡adiós!
- ¿Eres gay? ¿Es tu pareja? ¿Van de paseo como novios o como supuestos amigos? -Preguntas y más preguntas de Kazumi, el chico de la Rama T. -Sospechaba de tu homosexualidad, pero no lo creía. Ya sabes, existen los gays que quieren demostrarlo y especialmente en marchas y bares homos; y otros que solo quieren ser como cualquier otra persona, con familia, amistades, lujos, trabajos estables, lo típico y estereotipado. En fin, los aburrí, lo siento y sigan en lo suyo.
- No puedo creerlo, mis pensamientos giraban en torno a esto y fueron acertadas en la diana de la felicidad y el orgullo. Eres homosexual. -Poética y cariñosa fueron las palabras de Eugenee, el actor francés que vuelve a todas las mujeres locas con su encanto y verso. -Mis propias bendiciones a su fortaleza y pilar denominado amor.
- Me calmo, me calmo, me calmo. ¡NO PUEDE SER CIERTO! -Y más gritos, ésta vez de Yoshimi.
"Oww, que lindos se ven juntos", "¿No han pensado formar una familia?" "¿A qué se dedica el novio del Súper Duper Pianista de Preparatoria?" Y más preguntas o afirmaciones fueron plasmadas entre mis compañeros de preparatoria, algunos desubicados y otros como si nunca hubieran visto a una pareja antes, no entiendo el porqué de sus emociones. Somos pareja como cualquier otra, no creo que se emocionen al ver una pareja heterosexual, nosotros parecemos animales de zoológico, son los mismos animales, tanto en la selva como en una jaula ambientada. Es estúpido, pero prefiero mil veces a que sonrían a que nos tiren insultos. De esta forma me siento defendido por mis cercanos y no odiado.
He dicho hasta el cansancio que amo a Tsubasa y esta no será una excepción, adoro que tengamos gustos similares, a ambos nos gusta el teatro, él apasiona el lado poético y yo el lado musical y eso complementa muy bien.
Minuri Oi, la Súper Duper Bailarina daría una presentación con las Súper Duper Violinistas: Yukiho Koizumi y Marina Kawano. El Teatro Izumo no Oku presentaba el mítico y jamás olvidado Lago de los Cisnes. Los puestos se llenaban y nos encontrábamos en primera fila observando cada movimiento artístico, el desliz de los violines principales y los acordes secundarios.
- Algún día deberías proponer un musical o una obra de teatro en la Academia para que todos vayamos. -Susurró Tsubasa mientras veíamos los pasos de Minuri. -Ya sabes, quiero conocer el lugar donde estudias, solo eso.
- Sí, tenemos a varios artistas ahí dentro. Están ellas tres, Eugenee como actor, Royce como baterista, Neku como músico, Yamato como guitarrista y yo como Pianista.
- Sí, pero no todo es musical u obra. -Murmuró y desde atrás nos hicieron callar. -Imagina la parte de vestuario, escenografía, luces, cámaras, todo eso.
- Bien, tenemos a Aimi que podría reparar algunas cosas ya que es Mecánica, Naomi es escritora y podría redactarnos los guiones con Eugenee, Shiki es diseñadora de vestuario, no nos vendría mal una ayuda suya, pero es muy conservadora. Naomi Megure y Takumi Nao creo que es capaz de ordenar y crear un hermoso escenario floral, Ko como es graffitera, le pediré que haga un mural acorde a los temas que haremos. Kazukisa podría hacer el papel bromista y todo sería maravilloso.
- Es una idea perfecta y todo hecho por Super Duper. -Dijo Tsubasa sonriente. -Supongo que tú liderarás todo esto, ¿no?
- Necesitaré mucha ayuda, son demasiadas personas y no todos estarán de acuerdo. -Dije desanimándome.
- Pero, ¿no hay un Súper Duper alentador o algo así? Hehe.
- Hay un chico, se llama Hyun-Il y es Orador, podría orientarlos a hacer este acto. A este paso, podrían participar todos. -Sonreí con la idea que iba formando mi cabeza.
- A los demás pídeles que sean actores y realiza una obra musical. -Tsubasa complementaba mis ideas con cosas mejores y detalladas. Le respondí con algo simple y coqueto, un beso.
- Gracias, tendré todo listo antes de que acabe el mes. -Dije tomando su mano. -Ahora, concentrémonos en lo que nos importa. Iré sacando ideas de alguna obra conocida por la multitud y sacaremos provecho de nuestros talentos.
Estaba por acabar el fin de semana con Tsubasa y decidimos caminar hasta casa, una noche iluminada por faros y vacía de personas, solo nosotros como si un ataque zombie revolucionaran el mundo. El frío atrapó mi cuerpo y comencé a temblar soltando vapor por mi boca. Tsubasa sonriendo por ver mis tiritones, sacó unos guantes que llevaba en un bolsillo dentro de la gabardina que usa.
- Úsalos, esos frágiles dedos no pueden deteriorarse tan rápido. ¿Quién tocará el piano en casa después? -Dijo dándome un pequeño rubor en las mejillas, no sé si es el frío o él. -Te los colocaré yo, descuida.
Y ahí me quedé, inmóvil viendo como el amor de mi vida me colocaba los guantes como si se tratara de un anillo de compromiso a tan temprana edad, quería gritar "¡acepto!" Él siempre me ha cuidado y mimado, tengo que compensarle todo esto con algo, algo que de verdad le guste. El próximo fin de semana le daré la mejor sorpresa, no la olvidará nunca.
Una vez puestos los guantes de polar color gris con símbolos de triángulos y unos cuantos puntos blanquecinos en el centro, sonreímos y nos besamos a la única luz, que, aunque sea brindada por una estrella lejana, se ve igual de hermosa con ese toque.
La luna.
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