★ Primer Aullido ★
Una pequeña peineta de plata terminaba de adornar los hermosos cabellos ondulados de él Omega Luna.
—Luce adorable. —Mencionó la chica que se encontraba terminando de arreglar los utensilios que fueron utilizados en el momento de arreglar al chico.
Él Omega se guardó una pequeña risa.
—Supuestamente debo lucir espectacular.
—Eso se encuentra implícito, no olvide que se trata de usted.
—Rosé. —Hablo sin levantar demasiado la voz, siendo apenas audible para la chica.
—¿Se le ofrece algo más?
Él Omega se giró, dándole la espalda al gigantesco espejo que se encontraba frente a él.
—Estamos solos, no tienes porque hablarme de esa manera. Deja atrás las formalidades.
La Omega asintió levemente apenada, conocía al chico desde niños y siempre se había encargado de ser su dama de compañía. Aún más que eso, ella era su mejor amiga.
—Son las reglas.
—No es parte "nuestras" reglas.
Rápidamente la puerta fue abierta, aún sin previo aviso él Omega Estrella de la manda irrumpió la habitación soltando quejidos y lloriqueos.
—¡Jiminnie!
La Chica Omega sonrió, divertida por la actitud infantil que solía tener él hermano menor de él rubio.
—Espera, espera. Déjame adivinar, mamá te prohibió hacer alguna escena en medio de la ceremonia, ¿cierto? —Preguntó él rubio, soltando una pequeña risa gracias a lo demandante que era su hermano.
—No es Justo. —Se cruzó de brazos él Omega castaño. —Tu tendrás toda la diversión y yo tendré que estar sentado junto al consejo esperando que elijas a los tontos Alfas, evadiendo el hecho de que debo vigilar a los que hayas elegido. Es muy aburrido.
Jimin negó divertido, sabía a la perfección que sería difícil mantener a su hiperactivo hermano sentado junto a los Alfas y Omegas que dirigían el consejo.
—Tranquilo, estoy seguro de que realizarás un gran trabajo. Yo apenas puedo recordar el discurso que debo dar al final de la ceremonia. —Tomo asiento hasta terminar en el centro de su espaciosa cama, doblando sus piernas y observando como su amiga se retiraba con una leve reverencia para darles más privacidad al par de hermanos.
—¿Y puedo escoger tu labial? —Preguntó con un pequeño tono de súplica en su voz, tratando de convencer a su hermano de encargarle esa importante tarea.
—Mientras no sea muy llamativo. —Bajó la voz apenado, realmente no deseaba tener que convivir con tantos Alfas en tan poco tiempo.
Sobretodo conociendo como era su lobo interno al encontrarse con tantos Alfas a su alrededor.
—¿Es una broma? Algunos de esos tontos recibirán la marca de la corona, claro que debe ser llamativo. Será un honor portar el beso de él Omega Luna.
Su hermano era un verdadero remolino, siempre animando a quien se encontraba a su lado. De repente se sintió feliz, considerando que podría pasar sus días así. Sin la compañía de nadie más.
—Por favor no hagas un escándalo más grande de él que ya ha hecho mamá, no soporto todas estas cosas sobre él "Cortejo Real".
—Yo eso lo tengo en claro, ahora el verdadero trabajo será que logres que todos los demás lo entiendan.
—Lo veo imposible.
Ambos suspiraron, deteniendo sus miradas en el rostro contrario, encontrándose convencidos de saber con certeza que cruzaba por la mente de él contrario.
—Piénsalo así, podremos comer de los aperitivos que repartirán. Escuche que mamá pidió brochetas y cientos de cosas más.
Ambos se sonrieron, encontrándose seguros al cien por ciento de el apoyo de él otro, siendo cómplices de cientos de travesuras a lo largo de los años, y siendo hermanos por sobre todo.
—Vamos, debes terminar de prepárate y yo tengo un lindo labial que seleccionar.
Él chico de cabellos castaños bajo de la cama animado, tratando de levantar la energía de su hermano y comenzando a caminar hacia la salida de aquella habitación.
—Siempre fuiste tú. —Él Omega mayor se detuvo, observando como sus palabras habían parado en seco a su joven hermano.
—¿Qué? —Él castaño giró, dudoso de haber percibido correctamente las palabras de Jimin.
—Tu eres quien debería ser él Omega Luna, tú eres quien debería realizar el Cortejo Real, no yo.
—Las cosas siempre suceden por algo, ¿No crees? Es lo que papá decía. —Sonrió y acomodó sus desordenados cabellos.
—Siempre lo hacía, en todo momento. Incluso si terminábamos con un raspón. —Recordó con una pequeña risa nostálgica.
—Papá estaría muy orgulloso de ti. —Confirmó él Omega más alto.
—Creo que papá estaría orgulloso de ambos.
Ambos asintieron con una sonrisa cargada de sentimientos a doloridos.
—Vamos, no querrás perderte tu propia presentación.
Él rubio pensaba en miles de factores por los cuales su hermano debió ser elegido, como el hecho de que él castaño siempre se presentó como un Omega más autoritario.
Taehyung estiró su mano hacia su hermano, esperando y observando como éste la tomaba con toda la felicidad que podría expresar en esos momentos.
Caminaron juntos por los pasillos en un silencio tranquilizante, donde ambos comenzaban a preparase mentalmente para la tormenta que se avecinaba.
Una nueva generación se aproximaba, forzándolos a continuar. Obligándolos a levantarse sus frentes en alto, siendo portadores orgullosos de él apellido Park.
Siendo descendientes de la corona y uno de ellos el heredero principal.
Yui-Chan. ❤️
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