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—¿Consiguieron la cerveza en?

—El bar del hotel, él nos dio el paquete.

—Bien, ¿Pero quien se los vendió?

—El barman, ¿Te dio un deja vu Stu?—Stu volteo a ver a Max para fulminarla con la mirada.

—Que graciosa, ja, ja, luego nos la llevaste y yo las abrí.

—Si, Doug bebió una y está bien, eso no fue.

—Oigan chequen esto al ruco se le paro—Max frunció el ceño, sin duda alguna sabía que Alan no cambiaría jamás, de repente el mono empezó a chupar la botella—. Pinche mono depravado.

—No maches eres un cerdo—Phil rodeo con sus brazos los hombros de Max para luego besar su mejilla.

—¿Estas bien?—Max dejo de mirar al mono para luego mirar a Phil y asentir—. Cualquier cosa me puedes decir, ¿Okey?

—Okey—Max lo besó para luego empezar a pensar en aquel mensaje que le había llegado.

—Jálale mono, no pares, cuando un mono se avienta una mamada, es gracioso en cualquier lado.

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—Muy bien, gracias—Phil le dio el dinero para luego hacer una reverencia.

—Adiós Shannon, adiós Lil Wayne—Los chicos abrieron las puertas para luego observar el hermoso monasterio que se encontraba delante de ellos.

—Que lugar tan bello, ¿Que es esto, un restaurante chino?

—Están meditando—Max inhaló el dulce aroma que había, sin duda alguna se sentía La Paz en cualquier lado.

—¡Toc, toc! ¡Hola!

—Alan mas respeto, no se levanten.

—Chicos, cállense..

—Les traemos un monje, es muy cagado, es súper alivianado.

—Hola, ¿Como estas? ¿Tú estás a cargo?—El hombre le dio con aquel palo, Max se sentó al lado del anciano al ver el espectáculo.

—¿Por qué no nos ayudaste?—Max observó la cara de Phil pero vio que no tenía absolutamente nada.

—Les dije que se callaran, pero no me escucharon, aquí no se habla ni mucho menos se grita, esto es un lugar para meditar no para gritar.

—Lo dijiste demasiado tarde—Stu se agarró su nariz tratando de contener un grito de dolor.

Los chicos fueron guiados hasta lo que parecía ser un altar, en el cual se encontraba otro señor con lo que parecía ser un incienso.

—La noche de ayer, saltaron los muros del monasterio buscando una pregunta sobre amor, matrimonio, mentiras y el significado de la vida—Mentiras, esa palabras empezó a rondar por la cabeza de Max, tratando de relacionarla con el mensaje que le había llegado y lo que había dicho Chow—. Nuestro hermano Han se encontraba meditando solo en el jardín y se lo llevaron.

—No puede ser, secuestramos a un monje.

—Vivimos una vida alternativa.

—Estamos muy apenas, pero no éramos nosotros anoche.

—Si, todo se salió de control un poco anoche, pero hay un muchacho extraviado y herido y queremos saber si le puede preguntar.

—Nadie sabrá lo que él monje sabe.

—Ya vámonos pinche pelones cabrones, saben que, podrían poner unos letreros de no hablar, en vez de soltar a su dragón y de nada por traerlo a salvo. Lo sacamos del bote al ruco.

—Todo recuerdo se encuentra muy en el fondo, tal vez deberían cuestionarse en el jardín de la meditación.

—¿Entendieron algo de eso?

—Como dos tercios algo del jardín de la meditación.

—No, ¿Que se orina en la habitación? A mi me pasa.

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Max se había concentrado en meditar, llegando a su mentes algunos sucesos de la noche pasada, ella y Phil peliando, ella llorando mientras Phil le decía que lo perdone, ella golpeando a Phil, Stu abrazándola mientras Phil pasaba sus manos por su cabello desesperado, de repente escucha a Alan.

—Se a donde ir

—Oye Max, te estaba llamando hay adentro y no contestaste, ¿Te llego algo a la mente?—Phil la miro pero la pelinegra negó para luego sonreírle.

—No, algunas cosas que habían pasado hace mucho y recuerdo con Teddy, como el primer día que lo conocí—Phil le sobo la espalda mientras le sonría.

—Te prometo que lo encontraremos.

—Eso espero.

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—¿Que dices Alan?

—Este es el lugar.

—Mis palabras se están cumpliendo, estamos en un prostíbulo—Max miró a las chicas que estaban al lado de ella las cuales tenía un uniforme muy corto mientras se reían con un hombre bastante mayor.

—Hay que entrar—Los cuatro entraron para luego ver como habían muchas chicas bailando y la música a todo volumen.

—¡Yo no recuerdo nada de esto!

—Oye Alan, ¿Seguro que es aquí?—Siguieron avanzando hasta que escucharon como alguien les gritó.

—¡Cabrones ya era hora! Lo espere todo el día, ¿Si o no va a venir?

—Disculpa, ¿Esperaste a quien?

—Chow, ese chino de mierda—Stu, Phil y Max se miraron entre sí—. Hey, ¿Que pasa?

—Nada, no pasa nada.

—Más les vale, chequen, miren lo que les traje—El hombre saco un arma y la puso encima del mostrador.

—No, no, no.

—Seis mil dolarucos, ¿Como ven?

—Wow, se ven tan real—Alan la agarró, empezó a disparar sin querer lo que provocó que todos los vidrios empezaran a romperse, Phil tapó con su cuerpo a Max para que no se cortara con ningún vidrio—. Lo siento, lo siento.

—¡Alan! ¡¿Estas pendejo?!—Max se levantó y trató de golpear a Alan pero Stu la agarró.

—Tranquilos, tranquilos, el arma es muy sensible, muy sensible, ¿Todas están bien? Entonces a chingarle mijas, qué pasa con esa música—La música empezó nuevamente y el pelinegro se volteo hacia los chicos—. Tienen mis seis mil dolarucos.

—No, no, era onda de Chow, no tenemos nada que ver en esto—El hombre agarró la pistola.

—No me vengan con pendejadas, si ese wey se vuelve a rajar, se la voy a descargar encima. Todos los enemigos que él tiene en la ciudad, ahora también son sus enemigos.

—¡No se vale!

—Solo escucha, estamos buscando a un chavito.

—Dos mil dolarucos.

—¿Que?

—Bueno eso es más o menos lo que cuesta, ¿Que tan chavito lo buscan?

—No, no, no. Escucha, entendiste mal, buscamos a un amigo de 16 años, Teddy.

—¿Teddy? A si venía con ustedes anoche.

—¿Enserio? ¿Y se fue con nosotros?

—Yo que se, estuvieron toda la noche con Kimmy, no vi cuando se fueron.

—¿Kimmy? ¿Y ella está aquí?

—Si está al fondo, ya volvió a su turno, hablen con ella.

—Oye lo lamento por todo lo qué pasó.

—Si no hay pedo, pero ahora escucha lo que voy a decirte, cuando veas a Chow, dile que Samir le dice "Hola", pero díselo acá, "Hola". Acá quedito, amenazante, "Hola".

—Okey.

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—Claro que me acuerdo de él, le invito tragos a todo el mundo, gran chico, sus padres deben estar muy orgullosos.

—Así es—Kimmy le sonrió a Max, la cual le devolvió la sonrisa sin saber el por qué la chica le sonreía así.

—Okey, ¿Sabes si se fue con nosotros?

—Si todos se fueron pero casi olvida a este, ¿No, súper hombre?—Y hay Max entendió lo que había pasado entre Stu y la chica.

—Creo que tengo que jugar los números de la lotería, apuesto que me volveré millonaria—Phil la miro con el ceño fruncido, cuando después de unos minutos abríos los ojos como platos.

—El me estuvo siguiendo como perrito faldero, toda la noche. Dijo que se enamoró de mi y me ofreció matrimonio—Max carcajeo para luego pasar su mano por su cabello.

—Clásico de Stu.

—No nos casamos, ¿Verdad?

—Claro que no, solo nos divertimos en la sala Chardonnay, también Max y Phil, no sabía que podías bailar así chica, ni tampoco que después de lo que te enteraste siguieras con el—Max miró a Kimmy frunciendo el ceño con confusión.

—¿Que pasa en la sala Chardonnay?

—No hay que desviarnos del tema.

—Ya sabes, baile para el, el me toco, tuvimos sexo, le di un masaje, lo mismo que Max y tú hicieron.

—¡Mierda!

—Tranquilo, no te haz casado, solo fue un pequeño roce—Max le pego para luego fulminarlo con la mirada.

—Es mi mejor amiga idiota.

—¡Es engañar! ¿Okey?, no te ofendas, eres hermosa, pero es una violación a mi código moral.

—No estes triste Stu, te fascino, hasta lloraste de lo especial que fue—Max se rio para luego beber de una cerveza que le había dado Kimmy.

—Oye, ¿Se puso a llorar?

—Este bebito quiere llorar.

—Debieron verlo, fue súper sexy, su forma de moverse, le dije que se detuviera para no echarnos antes—Max escupió de la cerveza que tenía en la boca al escuchar lo que la chica había dicho.

—¿Echar? ¿Echar que?

—No te hagas, mi esperma.

—Creo que estás confundida, hablas de mis espermas, ¿De donde vendrían tus espermas?

—De mis huevos—Stu y Phil abrieron los ojos como platos nerviosos al darse cuenta de lo que a lo que se refería.

—Oye, no te hagas el macho Stu, si ya eres macho calado—Kimmy se volteo dejando ver que tenía un pene, Stu se cayó de la silla impresionado de lo que acababa de ver—. Calma Stu, fue hermoso, nos venimos al mismo tiempo.

—¿Como es eso?

—Yo me vine dentro de ti y tú te viniste en el piso.

—¿Tú te viniste en mi? ¿En mi culito?—Max trató de controlar la risa por qué sabía que no era el momento pero no podía dejar de ver la cara de Stu.

—Es mejor que nos vayamos, gracias Kimmy, vámonos Stu—Kimmy agarro la mano de Max.

—Quiero hablar contigo—Max asintió y miró a los chicos.

—Te esperamos afuera cariño—Max se volteo hacia Kimmy la cual estaba terminando de ponerse su uniforme.

—¿Por qué todavía sigues con el?

—¿Con quien? ¿Con Phil?

—Después de lo qué pasó me sorprende que sigas con el, incluso te mande un mensaje diciéndote que él no valía la pena.

—Kimmy, no nos acordamos de nada de lo qué pasó anoche, parece que nos drogaron, ya que no nos acordamos ni de cómo llegamos a Bangkok.

—No creo que deba ser yo la que te tenga que contar esto Max—Max le agarro la mano a la chica para después mirarla.

—Por favor Kimmy, dime que fue lo qué pasó con Phil.

—Okey, me duele decirte esto Max, eres una persona muy buena y muy divertida pero era bueno que lo supieras, Phil se sigue viendo con su ex-esposa, él se lo contó a Chow y yo los escuché, dijo que la sigue viendo por qué ya no sabe si lo que siente por ti es amor o amistad ya que se conocen de casi toda la vida y no sabe si en verdad siquiera llego a sentir algo por ti, lo siento Max—Kimmy la abrazo y Max lo único que podía escuchar era su corazón latiendo fuertemente, luchaba por no tener otro ataque, empezó a inhalar y exhalar fuertemente—. ¿Estas bien Max? Quieres que llame a una ambulancia o a tus amigos.

—No estoy bien, gracias Kimmy, muchas gracias—Max le beso la mejilla para abrazarla y luego empezar a caminar hacia la salida.

—¡Max!—La pelinegra se volteo para luego observar a la chica—. Recuerdas que vales más que nada.

—Gracias por todo Kimmy, nos mantendremos en contacto—La chica le tiro un beso y Max salió de hay con el corazón hecho pedazos.

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