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Prologo


Muchos colores, olores y sensaciones; telas, alfombras, vestidos y extravagancias.

Todo era muy diverso en esa fiesta llena de lujos y gente importante. Después de todo, el anfitrión de ese día era Iravan, un sobresaliente hombre Hindú, ex-militar, con múltiples conexiones en el gobierno de su país, así como gente no muy honrada y sobre todo mucho dinero. Era el cumpleaños de su hija y el momento de buscarle un buen marido. Todo mientras le demuestra a sus invitados cuánto la ama a través de excesos, oro, joyas y espectáculos.

Jungkook se encontraba en la entrada de ese maravilloso palacio, vestido con un esmoquin negro que resaltaba su atlética figura, los mechones de cabello del mismo color enmarcaban su rostro. Con una copa en la mano simplemente observó a su alrededor: un gran salón con grandes candelabros colgando del techo, telas de distintos colores contrastando con las luces, gente de varias nacionalidades y edades; además del servicio que iba y venía por doquier cargando copas de cristal junto refrigerios sobre bandejas de oro, vestidos con escasos ropajes blancos.

—¿Situación? —escuchó la voz de Mark a través del pequeño auricular que traía puesto, pasando desapercibido de ojos curiosos.

—Todo en orden —contestó mientras empezó a caminar por el lugar—. Esperando a que comience la acción.

—Uy, nuestro pequeño JK está ansioso —canturreo la voz de Jackson.

—No estoy ansioso —alegó Jungkook mientras cambiaba su copa vacía de champagne por una nueva— solo aburrido, no me gustan estas fiestas.

—¡Les dije! Yo debería estar ahí —dijo Mark reclamando el hecho de que no lo dejaron participar activamente en esa misión y ahora tenía que esperar en la Van sin hacer nada.

—Todavía no supero lo de Jakarta —le respondió Jackson de modo acusatorio.

—¡No fue para tanto!

—¡Casi haces que nos maten!

—Son unos exagerados, yo de verdad creí...

Mientras sus compañeros seguían discutiendo por el auricular, Jungkook dedicó toda su atención a la hermosa mujer que se dirigía hacia él, con un vestido beige de dos piezas que combinaba perfectamente con su color oscuro de piel, y lleno de brillos sobre un delicado encaje del mismo tono. Su crop top dejaba al descubierto su trabajado estómago y la falda hacía relucir sus caderas. Pero sobre todo, relucía su sonrisa acompañada de un maquillaje natural, no pudo evitar devolverle el gesto, caminando en su dirección.

—Dejen de discutir par de inútiles —dijo ella en cuanto se encontró en frente de él.

—Te ves hermosa —susurró en parte para ella, en parte para sí mismo.

—¿Pero qué dices? H siempre está hermosa —contestó Mark suspirando— por eso yo debería estar ahí.

—Ya está todo listo —habló una quinta voz interrumpiendo su conversación— tengo acceso total al sistema del lugar. En cualquier momento verán a Iravan y su hija Shalila.

Entonces empezó a sonar música mientras en la sima de las escaleras en el centro de la habitación apareció un hombre bajito, con pelo y barba blanca, vestido con un uniforme de gala militar en color verde; acompañado de una linda joven un poco más alta que llevaba un sari¹ amarillo. Iravan empezó su pequeño discurso:

—Namasté queridos invitados. Me complace recibirlos el día de hoy en esta celebración tan importante para mi familia. Hoy es el cumpleaños de mi preciosa hija Shalila, pero supongo que ya lo sabían —soltó una pequeña risa por su propio chiste—. Por favor, disfruten de la celebración ¡Coman y beban hasta saciarse que hoy es día de fiesta!.

Ambos bajaron mientras recibían aplausos de parte de todos los invitados, siendo el centro de atención y disfrutándolo. Para después mezclarse entre la gente que los llenaba de saludos y felicitaciones, al tiempo que entablaron pequeñas charlas.

A la distancia Jungkook le ofreció un brazo a Hwasa, la cual colocó su mano en su codo y empezaron a caminar por el salón. Observaron con discreción a Iravan y su hija por un rato, buscando el momento en el cual acercarse hasta él, mientras conversaban.

—¿Todos en sus posiciones? —preguntó inclinándose un poco hacia ella, pero hablándole al resto del equipo.

—Imposible no estarlo —renegó Mark de nuevo, a pesar de sus palabras estaba atento de su alrededor en una esquina fuera del palacio camuflado entre los autos del servicio. Ese día era el encargado del escape.

—Listo —siguió en contestar Eunwoo quien ingresó a la camioneta junto a Mark por la parte trasera, acomodándose junto con su computador y distintos dispositivos. Eunwoo era el hacker del equipo, por lo que su tarea era vigilar las cámaras de seguridad del palacio preparado para cuidarles las espaldas desde la distancia.

—Yo también —dijo Jackson mientras lavaba platos en la cocina, infiltrado entre la servidumbre para ofrecer apoyo en cualquier momento que lo necesiten.

El plan era sencillo: convencer a Iravan de ir a un lugar más privado, inyectarle una sustancia especial que el NIS les suministró y listo. Un potencial dictador, además de una amenaza internacional muerto, sin dolor, sin rastro alguno. O al menos eso esperaban.

Hwasa tiró de su brazo para acercarse a Iravan en cuanto vió como su hija se retiraba riendo junto a unas señoras, creándoles una oportunidad.

—Maravillosa velada —comentó Jungkook en inglés cuando estaban lo suficientemente cerca.

—Me alegro que la disfrute —dijo Iravan con una sonrisa, escaneando a la pareja con la mirada— ¿Nos conocemos? —preguntó con cautela.

—Por desgracia no, pero ansiaba el momento de nuestro encuentro. No me gusta andar con rodeos así que seré sincero —contestó con su mejor sonrisa y disminuyendo su tono de voz procurando ser discreto— tengo entendido que está buscando nuevos proveedores... de material un poco... mortal.

—Y supongo usted puede ayudarme a encontrarlos —entendiendo en seguida el rumbo de la conversación. Hace días había corrido la voz de que estaba en busca de armas.

—¡Claro! Puedo serle de mucha ayuda.

—¿Le gustaría conversar en un lugar más privado?

—Sería un placer —gustoso por qué había picado el anzuelo.

Emprendieron camino siendo guiados por Irivan en el interior del palacio, a través de pasillos decorados con baldosas de colores, uno que otro jarrón y unos cuantos guardias. Hasta que llegaron a una habitación donde había un par de sillones y en el centro se encontraba imponente el retrato de un hombre con un extraño parecido a Iravan

—Es mi difunto padre —dijo el hombre percatándose de la mirada del joven sobre la pintura, al tiempo que les entregaba un vaso a cada uno— tenerlo ahí, viendo cada una de mis acciones me motiva a llegar a un más lejos. Si me permite la intromisión ¿A usted qué lo motiva?

—Supongo que lo mismo que a todos los hombres: el dinero y las mujeres —contestó Jungkook.

—Tiene razón, sobre todo las mujeres —Iravan dejó su vaso sobre su escritorio —amo mucho a las mujeres, pueden ser tanto nuestra inspiración como nuestra perdición.

Y no tenía idea de cuánto.

—¿Y quién es esta joven dama? —preguntó viendo fijamente a Hwasa, sonriendo un poco más.

—Es... un regalo, una muestra de confianza. —dijo Jungkook sintiendo lo amargo de sus palabras, pero siguiendo el plan a la perfección.

—¿Un regalo? —preguntó Iravan sorprendido, sintiendo un poco de desconfianza.

—Sus negocios no es lo único que me ha contado un pajarito, señor —insistió un poco.

—Oh... ya veo, creo que debería de callar a unos cuantos "pajaritos" —contestó haciendo énfasis en la última palabra—. Espero no tener ningún problema con ustedes.

—Lo mismo digo, de hecho le puedo asegurar que mi querida acompañante, no sabe hablar inglés —siendo una curiosa mentira porque Hwasa en realidad sabe hablar 4 idiomas a la perfección.

Iravan sonriendo sin poder dejar pasar la oportunidad de tener a esa hermosa mujer entre sus manos, de someterla cuanto quisiera y hacerla gritar hasta saciarse. Finalmente aceptó.

—Si me permites —extendió la mano hacia ella con una sonrisa completamente lasciva que hizo sentir muy incómodo a Jungkook, sintiendo culpa de hacer pasar a su compañera por esa situación.

Hwasa lo volteó a ver pidiendo su permiso con la mirada, manteniendo su papel como "la joven obediente" que en realidad no era. Pero con unos ojos decididos, que hicieron desaparecer cualquier duda dentro del azabache.

—Adelante —inclinando un poco la cabeza.

Entonces la joven tomó su mano y ambos dejaron esa habitación, cerrando las puertas detrás de sí, dejándolo solo.

—JK, hay 2 guardas afuera de tu puerta —le avisó la voz de Eunwoo.

—Esperemos a que H de la señal. W mantente cerca de ella.

Así Jungkook se quedó encerrado por lo que le pareció una eternidad, solamente admirando las puertas de madera de esa habitación y sintiendo la mirada de la pintura, juzgandolo. En algún momento escuchó como Eunwoo guiaba a Jackson hasta algún otro punto. La espera siempre le era sumamente difícil, Jungkook es un hombre de acción y la paz antes de la tormenta lo inquietaba en demasía. Aunque hay que tener cuidado con lo que se desea porque pronto se empezaron a oír jadeos a través del auricular que provenían de Hwasa, seguidos de pequeños gemidos.

—¿Ya les mencioné que debería de ser yo? —mencionó Mark haciendo que todos rían incluida la propia Hwasa. Pero entonces se oyó cómo gritó.

—¿Esa es la señal? —preguntó Jackson confundido.

Más gritos, hasta terminar en un silencio.

—¡Si! —corrió hacia la puerta de un golpe que sorprendió a los guardias de fuera. Sin darles tiempo a reaccionar, se dirigió hacia el de la derecha quitándole el arma de la cintura y lo golpeó dejándolo inconsciente. Se giró hacia el otro guardia que intentaba apuntarle con su pistola, cuando Jungkook le dió una patada en la mano que la mandó volando lejos, seguido de un gancho al hígado y un rodillazo en la nariz déjalo fuera de combate.

—Shadow ¿Situación? —empezó a correr por los pasillos siguiendo el sonido de unos disparos.

—H no ha salido de la habitación, no sé cuál sea su estado. W intentó llegar hasta ella pero los guardias se lo impidieron, da vuelta en esa esquina, ahora a tu izquierda.

Siguiendo las indicaciones de Eunwoo se encontró a Jackson agazapado detrás de un muro. Se acercó en silencio hasta a él, quien lo saludó con una sonrisa que Jungkook no sabía si era por verlo llegar o simplemente disfrutaba del momento, ese hombre estaba un poco loco, en realidad todos en el equipo lo estaban. Disfrutaban de la adrenalina, de poner sus vidas en peligro siendo la excusa perfecta un "un bien mayor".

Jackson se movió un poco para permitirle ver hacia el otro pasillo donde se encontraban varios guardias custodiando una puerta al final del pasillo. Estaban armados y a juzgar por la pared de enfrente, dispuestos a disparar a cualquiera que intentara acercarse. Se giró para ver a Jackson y a señas le dijo: "Yo abajo y tú me cubres".

Le entregó a su compañero el arma que le quitó antes al guardia, Jackson en seguida revisó cuántas balas le quedaban y después asintió con una pistola en cada mano. Se puso de pie manteniendo su espalda pegada a la pared, esperando a que su líder hiciera el primer movimiento.

Jungkook se quitó el saco y la aventó hacia el pasillo recibiendo una ráfaga de balas en el aire. Entonces con apenas un movimiento de manos para avisar a Jackson, se levantó y corrió directo a los guardas. Jackson siguiéndolo y disparando a sus espaldas.

Jungkook saltó sobre el primer guardia derribándole, para después rodar hasta el siguiente que golpeó con fuerza desde el piso haciéndolo caer. Se levantó al tiempo que esquivó un golpe y jaló a un hombre del brazo que recibió un disparo que se dirigía hacia él.

Empujó al guardia herido hacia sus compañeros haciendo caer a otro con su peso para ir directo hacia el que le intentó disparar, pero mientras lo desarmaba apenas vio una navaja desde la derecha que le hizo un pequeño corte en el brazo.

Seguía forcejeando con el mismo guardia que ahora estaba desarmado mientras esquivaba al hombre con la navaja. Cuando en su campo de visión se acercó un tercer hombre, entonces un disparo hizo caer al guardia de la navaja. Se acercó más al guardia con el que peleaba, se le subió a la espalda y le hizo una llave que lo derribó cayendo de espaldas.

Otro disparo derribó al último hombre que se acercaba a Jungkook y dejó ver a Jackson con el arma en alto al otro lado del pasillo.

—Podía con él, W —dijo aventando a un lado al guardia inconsciente entre sus piernas.

—Demasiado lento JK.

Caminaron hasta la puerta, Jackson la abrió un poco con Jungkook a su espalda. Jackson entró rápido con el arma en alto dispuesto a disparar a quien esté del otro lado. Dejando a su compañero fuera.

Por dentro la habitación era igual de ostentosa que el resto del palacio, con una gran cama al centro en la que estaba Iravan recostado hacia arriba muerto y una mujer apuntando con un arma desde un costado.

—¿Qué diablos haces aquí? —gritó Hwasa bajando el arma.

—¡Eso quisiera saber yo! ¿Qué haces?

—El idiota me golpeo la cabeza y perdí el auricular —volteó a ver la alfombra de nuevo mientras tanteaba con las manos— Lo estoy buscando ¿Esos disparos eran por tu culpa?!

—¿Mi culpa? —dijo indignado —¡Aish! Creí que algo te había pasado después de que gritaste. Se llevó la mano a la cabeza, acomodándose el flequillo con frustración.

Jungkook se asomó por la puerta y dijo:

—Tenemos que irnos.

—¡No encuentro el auricular!

—¡Dejalo! —gritó Jackson exasperado mientras salía de la habitación.

—JK se aproximan más guardias por la derecha —dijo Eunwoo.

Pensó por un segundo en las complicaciones de dejar evidencia palpable, era su responsabilidad guiar al equipo y garantizar su seguridad.

—Déjalo H —ordenó tomando la decisión final, tenían que salir rápido de ahí o todo iría a peor.

Hwasa se puso de pie, limpió el arma con su vestido, la colocó entre los dedos de Iravan y le quitó la jeringa del cuello que hace unos minutos se había encargado de ponerle con sus propias manos.

Salieron corriendo por el pasillo dando vuelta a la izquierda, entrando en otros pasillos, hasta que solo caminaban siguiendo la indicaciones de Eunwoo que les decía por donde ir, sin encontrar a nadie en el camino. Se detuvieron cerca de las puertas principales del salón, formaron un círculo. Jungkook extendió la mano hacia Jackson que le colocó el arma en sus manos mientras les comunicaba el plan con una frase:

—"Gallina descabezada" —mientras señalaba a la chica. Se alejó un poco y dio tres disparos al aire. Entonces Hwasa gritó y corrió hasta abrir las puertas de golpe dejando atrás a los chicos.

Las personas del salón se giraron para ver una joven que gritaba histérica y apuntaba hacia dentro del palacio, entonces se oyeron más disparos. El caos se desató, gente gritando y empujándose mientras corrían hacia la salida, permitiendo que se escondieran entre ellos.

Los jóvenes se dirigieron hasta la cocina dónde Jungkook dejó caer la pistola en el lavaplatos, y salieron por la puerta contraria que daba directo al salón. Abriéndose paso entre la gente, mientras más guardias entraban por las puertas buscándolo a los intrusos y a la familia de la casa.

Jungkook caminaba detrás de Jackson, siguiendo a la multitud para salir de ese lugar. Cuando un pequeño cuerpo chocó contra él, por reflejo detuvo a la chica antes de que cayera permitiendo a ambos observarse por unos segundos; era Shalila. El pelinegro deshizo el contacto para seguir caminando sin mirar atrás, hasta que salió del palacio donde su equipo lo esperaba. Subió rápido a la camioneta que inmediatamente aceleró alejándose en perfecta calma de ese lugar.

Y mientras Hwasa le revisaba el brazo, solo podía pensar en cómo dejaron a una hija sin padre en medio de su fiesta de cumpleaños y en esos grandes ojos azules que lo miraron con miedo en medio de la multitud. En lo que sería el peor día de su vida. Permitiéndose solo por un momento sentir culpa.


1.- Sari: vestido tradicional de las mujeres del subcontinente indio.​

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