11: contents under pressure
━━━━ CAPÍTULO 11: sometidos a presión
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THALÍA ESTABA NERVIOSA. Muy nerviosa. Raven estaba tratando de comunicarse con el Arca mientras Clarke se ponía cada vez más histérica al no saber cómo ayudar a Finn. Eso sin contar que varias personas aún seguían en la tormenta. Las manos de la abogada temblaban ligeramente, por lo que se sentó en una esquina de la nave y respiró con fuerza, tratando de calmarse.
Harper, al ver a su amiga así, se acercó a ella y agarró sus manos —Relájate, Lía, todo va a salir bien, ¿de acuerdo? —la rubia asintió como pudo mientras respiraba fuertemente— Trata de calmarte, ¿vale? Respira, expira, respira, expira. —Lía siguió las indicaciones de Harper un par de veces, sintiendo como los temblores cesaban y como volvía a respirar con facilidad— ¿Mejor?
—Gracias. —le sonrió y le dio un pequeño abrazo.
Harper la ayudó a levantarse y las dos fueron junto a la mecánica, quien estaba desesperada tratando de comunicarse con el Arca.
—Aquí Raven Reyes llamando al canal del Arca. —repetía— Adelante, Arca. Aquí Raven Reyes llamando al canal del Arca. Por favor, contesten. Vamos... ¿Hay alguien que pueda oírme?
—¿Seguro que es la frecuencia correcta? —le preguntó Monroe.
—Sí, seguro.
—Raven, lo conseguirás. ¿Vale? —le dijo Clarke tratando de calmarla y la morena asintió.
—Llamando al canal de radio del Arca. Adelante, Arca, ¿me oís? Estoy en la Tierra con los 100. Os necesitamos. Llamando al canal del Arca. Los 100 están vivos. ¿Me recibe alguien?
—Este canal está restringido. ¿Quién habla? Identifíquese. —dijo una voz a través de la radio.
—Soy Raven Reyes, de la estación mecánica, trasmitiendo desde la Tierra. Los 100 están vivos. Por favor, llame a la doctora Abby Griffin. —pidió la mecánica— La doctora Abby Griffin, deprisa.
—Aguarde, Raven. Intentamos amplificar su señal. Quitadla del canal general del Arca, solo esta habitación, ¿entendido? —dijo alguien a quien Thalía pudo reconocer como Sinclair— Raven, ¿estás ahí? —preguntó la doctora.
—¿Mamá? —dijo Clarke— Mamá, soy yo.
—¿Clarke?
—Mamá, tienes que ayudarme. A uno de los nuestros lo ha apuñalado un terrestre.
—Clarke, aquí el canciller. ¿Quieres decir que hay supervivientes en la Tierra?
—Sí. —respondió Thalía esta vez— La Tierra es habitable, no estamos solos.
—Mamá, se muere. Aún tiene el cuchillo clavado.
—Clarke, Thalía, ¿está mi hijo ahí?
Las dos rubia se miraron con pena, ninguna quería darle esa noticia. La abogada suspiró antes de responder —Lo lamento. Wells... Wells ha muerto.
—Te guiaré paso a paso. —habló Abby después de unos segundos de silencio— Clarke, dame cinco minutos para llegar a la cubierta médica.
—¿Qué? —preguntó su hija al no haberla entendido— Raven, ¿qué pasa?
—No es la radio, es la tormenta.
Octavia entró en la nave toda mojada y con dos botellas en la mano. Lía fue hacia ella y le puso su chaqueta en los hombros para que no se resfriara. La pelinegra le sonrió como agradecimiento y le dio las botellas a Clarke.
—¿El aguardiente de Monty?
—Dudo que los gérmenes lo resistan. —le dijo con una pequeña sonrisa.
—La tormenta va a peor. Monroe, cierra las puertas. —le dijo a la pelirroja.
—Aún hay gente fuera. —contestó ella.
—Monty y Jasper aún no han vuelto. —le dijo la abogada preocupada por sus amigos.
—Ni Bellamy. —dijo la ojiverde.
—No pasa nada. Encontrarán un sitio para refugiarse. —las trató de tranquilizar Clarke.
—Una aguja de sutura. —dijo Raven llegando y entregándole la aguja.
—Bien, me falta algo para cerrar la herida.
—Hay cable en el nivel dos. Lo uso para las tiendas. —habló la menor de los Blake.
—Tráelo.
—No toquéis los cables azules del techo, están conectados a las placas solares. Tienen corriente, ¿entendido? —le dijo la mecánica a Octavia y ella asintió— Dime que lo lograrás. —se dirigió a Clarke.
Pero antes de que la chica respondiese, otra voz habló —Eh, han vuelto.
Octavia bajó las escaleras y se posicionó al lado de Lía, viendo como su hermano entraba a la nave. Justo detrás de él entraron Miller y otro chico cargando a un terrestre.
—Lincoln... —susurró la abogada.
—¿Qué demonios haces? —le preguntó la pelinegra a su hermano.
—Necesitamos respuestas. —respondió él.
—Buscas venganza.
—Busco información. —le corrigió el pecoso— Llevadlo arriba.
—Bellamy, tiene razón. —concordó Lía con su amiga.
—Clarke, estamos listos, ¿me recibes? —dijo Abby a través de la radio, haciendo que la cara del pelinegro cambiase a una de preocupación.
—Nosotros no somos así.
—Ahora sí. —respondió él.
Octavia y Thalía se miraron preocupadas y siguieron al chico al piso de arriba. Ninguna quería que le hiciesen algo malo a Lincoln. Vieron como dos chicos lo ataban al techo y como el terrestre trataba de soltarse.
—Atadlo bien y tensadlo. —ordenó el Blake— No quiero que este cabrón ande suelto por no asegurarlo.
El terrestre dirigió su mirada a las dos chicas y dejó de forcejear, lo que hizo que los demás también lo hicieran.
—Octavia, Lía, iros de aquí.
—Te he dicho que trató de ayudarme. —dijo su hermana— No tenías por qué hacerle esto.
—Esto no va contigo, lo hago por todos nosotros.
—¿Eso lo has hecho por todos? —le preguntó con incredulidad.
—Todo esto es por Finn y Jasper y Diggs y John y Roma.
—Ni siquiera fue él. —lo defendió la ojiverde.
—Eso no lo sabes. Hemos de saber a qué nos enfrentamos, cuantos hay y por qué nos matan. Y nos lo va a decir ahora mismo. —dijo Bell acercándose amenazante.
—Bellamy, no, por favor.
—Miller, sácalas de aquí. —el chico acató sus órdenes y agarró del brazo a Octavia y a Thalía, haciendo que el terrestre se remueva incómodo. La rubia le dio un codazo en la cara al chico que la tenía agarrada y se soltó.
—Si me vuelves a tocar, te mato.
—No creo que hable nuestra lengua. —dijo la pelinegra— No te entenderá.
—Pues yo creo que sí. —le contestó su hermano antes de que la chica bajase. El pecoso se giró y miró a su exnovia— Lía, sal de aquí.
—No. —respondió sentándose en el suelo— No pienso moverme ni aunque me echéis a patadas.
Bellamy suspiró con pesadez, pero no dijo nada. Sabía que la rubia era demasiado terca cuando se lo proponía, por lo que era mejor no insistir más.
—¿Qué ha sido eso? ¿Nos están atacando? —preguntó el Blake al escuchar varios gritos que venían de abajo y al sentir como la nave se movía bruscamente.
—Es la tormenta. —respondió un chico que estaba subiendo— No pasa nada.
—Vamos a volver a intentarlo. —dijo el pelinegro volviéndose a acercar a Lincoln— ¿Cómo te llamas? ¿Dónde acampáis? ¿Cuántos sois en total?
—Eh —lo llamó Miller con una caja en sus manos—, mira esto.
Thalía se levantó del suelo y se acercó junto a Bellamy.
—¿Qué es todo esto?
—Con estos tíos vete a saber. —le contestó el líder. Siguieron revisando todo y el pecoso agarró un cuaderno y lo abrió, haciendo que el terrestre forcejeara enfadado— Aquí hay algo que no quiere que veamos, Miller. —dijo burlón, ganándose un bufido de la única chica allí presente.
Empezó a hojear el cuaderno, viendo los dibujos que tenían, los cuales le parecían muy bonitos a la rubia.
—No están mal. —el semblante de Bellamy cambió al ver un dibujo de su hermana y de su exnovia.
Lía miró el dibujo y sonrió impresionada. En el se le podía ver como estaba sonriendo y como su cara estaba dibujada a detalle. Se giró hacia Lincoln y le dio una pequeña sonrisa. El pecoso tensó su mandíbula por el enfado y siguió pasando las páginas hasta llegar a una que tenía varias marcas dibujadas.
—Nuestro campamento. Apuesto a que sí cuento estas marcas habrá 103. Hay diez tachadas. Es la gente que hemos perdido. Llevan vigilándonos desde que llegamos. —dijo el pelinegro volviendo a acercarse al terrestre.
Thalía se tumbó en el suelo de la nave y suspiró. Toda esta situación le parecía de lo más surrealista. Se había pasado desde los 15 años defendiendo a "criminales", por lo que le parecía muy injusto que Lincoln estuviese como prisionero sabiendo que no había hecho nada. Pero, ¿qué se supone que diría? "Es inocente porque me secuestro para poder curarme y confío en él aunque no me haya dicho más de 10 palabras". Ningún argumento tenía sentido como para demostrar su inocencia o evitar que le sucediese algo.
—¿Qué demonios es eso? —le preguntó Miller al Blake viendo unos dibujos que estaban en el cuaderno.
—¿Es amigo tuyo? —le preguntó Bellamy al terrestre, pero este seguía sin responder.
Se escuchó como alguien subía las escaleras, por lo que todos dirigieron su mirada hacia la escotilla, viendo como Clarke entraba. Uno de los chicos se puso delante de ella, impidiéndole el paso.
—Quítate de en medio. —le dijo la rubia.
—Está bien, que pase.
Clarke miró al terrestre, el cual tenía la cara con heridas y sangre seca, y se giró para mirar al pecoso con enfado —Si antes no nos odiaba, ahora lo hará.
—Da lo mismo. —respondió el chico agarrándola del brazo y llevándola al lugar donde estaba Lía— ¿Cómo está Finn?
—Vivo. Le estarán buscando. ¿Cuánto tardarán en saber dónde está? ¿Qué pasará cuando ocurra, cuando vengan a buscarlo? —preguntó con preocupación— Vendrán, Bellamy.
—Tranquila, princesa, nadie nos ha visto cogerlo. Estuvo encadenado en la cueva todo el rato y gracias a la tormenta no vimos a nadie al volver. —se escuchó un trueno que hizo que la abogada se sobresaltara levemente— Vale, por si no lo sabes, los suyos nos están matando. —dijo enseñándole el cuaderno— ¿Cuántos más tienen que morir para que entiendas que esto es una guerra?
—No somos soldados, Bellamy. —le dijo su exnovia, quien seguía tumbada en el suelo.
—Mírale. —continuó Clarke— No podemos ganar.
—Es verdad, no podemos si no luchamos.
—¡Clarke, tiene convulsiones! —gritó Raven desde abajo.
—Ya bajo. —respondió la mencionada dirigiéndose a las escaleras.
En cuanto Clarke bajó, el Blake volvió a cerrar la escotilla y volvió a acercarse al terrestre por milésima vez.
—Sabes que por mucho que te acerques no te va a hablar, ¿verdad? —le preguntó su exnovia burlona.
—Podrías ayudarme. Eres buena hablando, igual tu puedes convencerle de que nos responda. —le dijo Bell.
—No pienso sacarle información si lo tenemos como un rehén. —se negó la chica— Yo no soy así. Yo hablo con la gente, la ayudo a solucionar sus problemas, no la interrogo, Bellamy, y lo sabes.
Unos golpes en la escotilla fue lo que cortó su conversación. Miller abrió la escotilla y por ella entró una furiosa Clarke y una preocupada Octavia. La rubia fue hacia Lincoln con el cuchillo que había utilizado para apuñalar a Finn en la mano.
—¿Qué tiene esto?
—¿De qué hablas? —le preguntó el pelinegro confundido.
—Está envenenado. —contestó— Sabía que Finn iba a morir hiciéramos lo que hiciéramos. ¿Qué es? ¿Existe un antídoto?
—Clarke, no te comprende. —dijo la ojiverde tratando de calmarla.
—Los frascos. —dijo el pecoso acercándose para agarrar una cajita de metal con unos pequeños frascos en su interior— Ha de estar aquí.
Clarke lanzó el cuchillo al suelo, justo al lado de Lía, por lo que la abogada lo agarró disimuladamente y lo guardó en el bolsillo de su pantalón. Puede que lo necesitara más tarde.
—Habría que ser idiota para llevar un veneno tan tóxico sin el antídoto. ¿Cuál es? —le preguntó otra vez, pero el moreno seguía sin contestar.
—¡Responde a la pregunta!
—Dínoslo, por favor. —suplicó Octavia, quien parecía que estaba al borde del colapso.
—¿Cuál es? Nuestro amigo se muere ahí abajo y tú puedes evitarlo. —pero el moreno seguía sin decir ni una sola palabra.
—Si le importase la salud de Finn, no le habría apuñalado, cae de cajón. —dijo Thalía, recibiendo una mala mirada por parte de Clarke y Bellamy, y una mirada con una pizca de diversión por parte de Lincoln. Al terrestre le parecía que la rubia era la única que sabía decir cosas coherentes y con sentido.
—Yo le haré hablar. —dijo el pecoso decidido.
—Bellamy, no. —trató de detenerlo su hermana.
—Lo que quiere es que Finn muera. ¿Es que no lo ves?
—Pues la verdad es que no, todavía no leo los pensamientos de la gente... —murmuró la abogada, sabiendo que no la habían escuchado.
—¿Quieres salvarle o no? —le preguntó el chico a Clarke.
—Clarke, tú misma dijiste que no somos así. —dijo Octavia al ver como la chica parecía pensárselo— Me protegió, me salvó la vida.
—Hablamos de la vida de Finn.
Clarke miraba fijamente al terrestre, pensándose muy bien la respuesta que estaba a punto de dar. Lía, al ver eso, se levantó preocupada. Una cosa era tenerle como prisionero y otra muy diferente era torturarlo.
—Hazlo. —eso fue lo único que contestó.
—Dínoslo. —dijo la pelinegra tratando de acercarse, pero Miller y el otro chico la agarraron, impidiéndoselo.
Bellamy cortó uno de los cinturones para luego desgarrar la camiseta de Lincoln. La mirada de la abogada fue hacia su abdomen bien formado para luego desviarla rápidamente.
"Céntrate, Thalía. No es el momento."
La rubia se puso a un lado de la ojiverde y ambas se miraron preocupadas. Las dos tenían razones para creer que el terrestre no tenía la culpa de nada y de que él no quería hacerles daño. Pero sabían que no podrían hacer razonar a Bellamy o a Clarke.
—Nos mostrarás el antídoto o lo vas a lamentar. —le amenazó el pecoso.
El Blake miró a Clarke en busca de aprobación y ella asintió —Bellamy, no, por favor. —suplicó Octavia.
Un golpe.
Lincoln no mostraba ningún signo de dolor, pero Thalía podía jurar a que por dentro estaba sufriendo realmente, tanto como lo hacían ella y Octavia. Porque no era solo el echo de que no querían que sufriera, era también el echo de ver que Bellamy era capaz de hacer algo así.
El pelinegro volvió a golpearlo y Clarke se acercó una vez más con los antídotos —Por favor, ¿cuál es el antídoto?
—Díselo. —le pidió la menor de los Blake.
Pero el terrestre no decía nada.
Lía lo miró con detenimiento y, si dejaba a un lado la preocupación que sentía en ese momento, podía decir que lo admiraba. Le impresionaba como era capaz de resistir aquellos golpes con tal de no dar su brazo a torcer. Sentía curiosidad por los terrestres.
—Clarke. —dijo Bellamy poniendo una mano en su hombro para que se apartara.
La rubia veía como su exnovio golpeaba a Lincoln y sentía cada vez más decepción. No entendía como el chico podía estar realmente haciendo eso. Había muchas maneras de sacarle información a alguien, lo único que se necesitaba era paciencia y tacto. Thalía sabía que no tenían mucho tiempo porque Finn estaba muriendo, pero cuanto más torturaran al terrestre, más tenía claro que no conseguirían ningún tipo de información.
—¡Ya basta! —le gritó su hermana, sintiendo como lágrimas de desesperación se acumulaban en sus ojos.
—¡Clarke, está peor! —gritó Raven, desesperando a la mencionada al ver que no sacaban nada de información.
—Se acaba el tiempo. —dijo volviendo a acercarse— ¿Cuál es? ¿Cuál de todos estos es? Si nos lo dices, parará. Por favor, dinos cuál es el antídoto y esto acabará.
—Esto no funciona, pero puede que esto sí. —dijo el Blake agarrando una especie de clavo.
Su exnovia se puso delante de él y lo frenó —Bellamy, ya ha sido suficiente. Cuanto más lo tortures, menos te dirá.
—Thalía, apártate. —dijo ignorándola. Le hizo una seña a Miller y él agarró a la rubia para apartarla de ahí— Clarke, no tienes por qué presenciarlo.
—No me iré sin llevarme el antídoto.
Octavia negó con la cabeza, sintiéndose decepcionada de ambos. ¿Realmente esos eran los líderes que iban a salvarlos?
—Vas a hablar... —aseguró el pecoso antes de clavarle el clavo en la mano. Las chicas apartaron su mirada desagradadas mientras Lincoln mantenía la misma cara, una totalmente inexpresiva.
—¿Por qué tardáis tanto? Ha dejado de respirar. —dijo Raven subiendo junto a ellos.
—¿Qué?
—Ha sido un momento, pero la próxima vez podría no volver.
—No nos dice nada.
—¿Apostamos? —le preguntó la mecánica yendo a por unos cables.
—¿Qué haces?
—Enseñarle algo nuevo. —respondió antes de electrocutarlo.
Thalía y Octavia se llevaron la mano a la boca preocupadas, sintiendo como las lágrimas se acumulaban en sus ojos. La pelinegra abrazó a la rubia y escondió su cara en su cuello, queriendo evitar ver eso.
—Dinos cuál es. —le dijo la morena— ¡Habla! —al ver que no contestaba volvió a electrocutarlo, causando pequeños gritos por parte de Lincoln— Es todo lo que tengo.
La abogada se separó de la ojiverde y sacó el cuchillo de su chaqueta —¡Ya basta!
—Va a dejar que Finn muera. —le gritó Raven a su amiga.
Lía negó con la cabeza antes de hacerse un gran corte en el brazo —Lía, no.
—No permitirá que yo muera. —dijo, mirando como el terrestre trataba de liberarse.
—Thalía, pero, ¿qué has...? —Bellamy trató de acercarse a ella, pero la rubia se alejó bruscamente y se agachó frente a Lincoln.
—¿Es este? —preguntó, señalando uno de los frascos con el cuchillo. Al ver que no decía nada señaló el siguiente— Dilo. —Lincoln movió la cabeza y señaló el último— ¿Este? ¿Seguro? —el terrestre asintió. La abogada se giró y le entregó el frasco a Clarke— Ten.
—Gracias. —respondió ella antes de bajar corriendo junto a la mecánica.
El pelinegro trató de agarrarla para ver si estaba bien, pero ella se movió bruscamente —No me toques.
Se levantó del suelo y se acercó a Octavia, la cual agarró su brazo con delicadeza y lo vendó con una especie de trapo.
—No vuelvas a hacer algo así, ¿me oyes?
—Yo soy la que debería protegerte, Tavia, no al revés. —dijo sonriendo levemente.
Ambas bajaron abajo para que Lía pudiese tomar el antídoto. Lo vieron en una mesa, justo a un lado de Finn, por lo que la abogada lo agarró y bebió lo que quedaba antes de formar una mueca de desagrado.
—Esto sabe fatal. —ambas rieron.
Volvieron a subir para ver al terrestre y se encontraron con Clarke tratando de limpiar sus heridas, pero Lincoln no le dejaba hacerlo. Octavia se acercó a la rubia mientras que la otra rubia se sentaba en el suelo frente a ellas.
—Oye, eh, tengo que limpiarla.
—A ver —dijo la ojiverde llamando su atención—, déjame intentarlo.
Clarke le dio el trapo húmedo y la menor de los Blake lo acercó a la herida que el terrestre tenía en su mano. El moreno la abrió, permitiendo que la pelinegra comenzase a limpiar la herida.
—Yo no quería que le hicieran daño, Octavia. Quiero que lo entiendas. Solo quería salvar a Finn. —se excusó Clarke.
—Pues entérate, a Finn no lo has salvado tú, sino Lía. Pero si quieres creértelo para dormir mejor... —le respondió ella sin mirarla.
La rubia se dio la vuelta y bajó de nuevo, no sin antes darle una mirada a la abogada, quien tenía los ojos cerrados y la cabeza apoyada en una de las paredes.
—Lo siento mucho... —le susurró la pelinegra a Lincoln— Me salvas la vida y mira el premio que recibes. No quería que te pasara nada de esto. Ninguna de nosotras quería. —añadió mirando a Lía, quien ahora estaba pendiente de su conversación.
Octavia siguió limpiando su herida antes de que el terrestre cerrase su mano, juntándola con la de la ojiverde.
—Gracias. —murmuró Lincoln como pudo.
—Eh. —dijo Miller levantándose— ¿Acaba de hablar?
—No.
—Bellamy no os quiere aquí. —dijo mirando a la rubia— Vamos.
Octavia le hizo caso y bajó, pero Thalía se quedó en el mismo sitio en el que estaba.
—Thalía, vamos. Bellamy no quiere que te quedes aquí.
—A mi lo que Bellamy quiera me entra por un oído y me sale por el otro. —contestó— Tú vete a descansar, yo vigilo esta noche.
Miller asintió no muy confiado y bajó las escaleras, cerrando la escotilla. Lía suspiró y clavó su vista en Lincoln.
—No te preocupes, pensaré algo para sacarte que aquí, te lo prometo...
El terrestre asintió y le dio una pequeña sonrisa de agradecimiento. La rubia volvió a apoyar su cabeza contra la pared y suspiró. Demasiadas emociones en un día.
Ahora lo único que quería era descansar y estar preparada para lo que les deparaba el futuro.
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