10: his sister's keeper
━━━━ CAPÍTULO 10: el custodio de su hermana
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BELLAMY ENTRÓ A LA TIENDA de Thalía angustiado. No encontraba a su hermana, por lo que decidió ver si había ido a dormir con la rubia, pero tampoco estaba allí. La vio sentada en su cama de espaldas a él, mientras miraba una especie de collar que tenía sujetado entre sus manos. Un collar que hizo que el corazón de el pelinegro latiese con más fuerza.
Flashback, 2 años antes
El Arca
La risa de Lía resonó por toda la habitación del chico. Ambos estaban sentados en el suelo, con sus espaldas apoyadas en la cama mientras la rubia reía de las estúpidas ocurrencias de su novio. Bellamy miraba a la chica con determinación, recordaba el momento exacto en el que se había enamorado de ella. La chica dejó de reír y sonrió mientras ambos se miraban a los ojos. El Blake no pudo aguantar más la tensión, por lo que unió sus labios en un torpe y desenfrenado beso.
Agarró a Thalía por los muslos y la cargó para dejarla en la cama con suavidad. Se situó encima de ella y empezó a dejar un rastro de besos húmedos por su cuello, provocando jadeos por parte de la abogada.
Tres golpes en la puerta fue lo que los interrumpió. Lía bufó molesta y el pelinegro la miró divertido antes de ir a abrir la puerta. Los guardias entraron en la habitación para poder revisar todo, era día de inspección.
—Hola, Marcus. —la chica saludó al hombre que estaba en la puerta. Él le respondió con un asentimiento de cabeza y una pequeña sonrisa.
Los guardias terminaron y salieron de la habitación, por lo que la rubia se levantó de la cama y se acercó a el chico para abrazarlo por la cintura y dejar besos en su espalda cubierta por su camiseta. Bellamy sonrió y se giró para mirarla con una sonrisa de idiota enamorado. Dejó un rápido beso en sus labios antes de buscar algo por la habitación bajo la atenta mirada de la abogada.
Cuando lo encontró, se giró hacia la chica, quien le miraba con curiosidad.
—Quería darte esto... —le dijo rascando su nuca con nerviosismo y entregándole el collar a Thalía.
—¿Qué es esto, Bell?
—Es un regalo que me dio mi madre antes de que la flotaran. Dijo que se lo diera a esa chica especial y creo que la he encontrado. —al ver que la rubia no decía nada, agachó la cabeza— Si no lo quieres, está bien, igual me precipité y-
—¿Me ayudas a ponérmelo? —le interrumpió con esa sonrisa que tanto le gustaba al pecoso.
Bellamy asintió y pasó en collar por el cuello de Thalía para luego abrocharlo. La chica se giró y pasó sus brazos por el cuello de su novio.
—¿Y? ¿Qué tal me queda? —le preguntó a escasos centímetros de sus labios.
—Te queda perfecto. —respondió antes de cortar la distancia entre ellos.
Fin del flashback
El pelinegro negó con la cabeza para volver a la realidad y carraspeó para hacerle saber a Lía que estaba allí. La rubia se giró para mirarlo, pero a los pocos segundos devolvió su vista al collar.
—Veo que aún lo conservas... —dijo el chico tratando de aliviar la tensión que había.
—Jamás me lo quitaría. —contestó ella volviéndoselo a poner y levantándose de la improvisada cama—, ¿qué haces aquí, Bellamy?
—Octavia no está. Llevo sin verla desde la mañana y estoy preocupado por ella.
—De acuerdo —asintió Lía—, te ayudaré a buscarla. Avisa a Clarke y monta un equipo de búsqueda. —el pelinegro asintió y se dispuso a salir, pero la dulce voz de su exnovia lo detuvo:— Y, Bell, no te preocupes, encontraremos a tu hermana sana y salva.
El Blake le sonrió de lado y asintió para luego irse a buscar a la otra rubia.
Thalía suspiró y empezó a agarrar un par de cosas preocupada. Ella tampoco había visto a Octavia y, aunque sabía que era una chica muy fuerte, estaba preocupada por ella. Agarró las cosas y salió para ver a Bellamy situarse en medio del campamento.
—¡Eh, venid todos! —comenzó— Reuníos y coged un arma. Mi hermana lleva unas doce horas sola ahí fuera. Coged armas, no volveremos sin ella.
Lía vio como Jasper iba a agarrar un arma y lo frenó con delicadeza —Eh, Jasper, no tienes por qué hacerlo. —le dio una sonrisa comprensiva— No has salido de aquí desde que te trajimos.
—Lía, tengo que hacerlo.
—Necesitamos toda la ayuda posible. —habló el pecoso detrás de ellos— Y un rastreador. Finn, sal de una vez. —llamó al caminante— Finn, nos vamos. —repitió al ver que no salía.
—Vale, ya voy. —contestó él saliendo de la tienda.
Los chicos empezaron a soltar exclamaciones mientras veían el cielo, por lo que los demás hicieron lo mismo. La abogada se llevó una mano a la boca y jadeó de la impresión, lo que estaban viendo solo podía significar una cosa.
—Oh no, no han visto las bengalas. —dijo Raven.
—¿Te lo han dicho los meteoros? —preguntó irónico el Blake.
—No son meteoros, es un funeral —habló Lía—, cuerpos enviados de vuelta a la Tierra desde el Arca. Desde aquí tienen ese aspecto. —el pecoso bajó su cabeza arrepentido— No les ha llegado el mensaje.
—Esto es todo por tu culpa. —dijo la mecánica tratando de abalanzarse sobre el pelinegro.
—Te ayudé a encontrar la radio. —trató de justificarse.
—La sacaste de mi nave y te la cargaste.
—Ya lo sabe, y tendrá que cargar con ello. —dijo Clarke agarrando a la chica.
—Solo se que mi hermana está ahí fuera y voy a encontrarla. ¿Vienes o no?
—Sí. —asintió el caminante.
—¿A qué esperamos? ¡En marcha! —dijo y se puso a andar. Entrelazó su mano con la de su exnovia y se puso delante de todos— Mantente a mi lado, ¿de acuerdo?
—No soy una niña pequeña, Bellamy. Se cuidarme solita. —dijo soltando su mano y recargando su pistola.
—Ya se que sabes cuidarte, pero no pienso perderte a ti también. —le respondió volviendo a entrelazar sus manos.
Lía no dijo nada, se había quedado un poco helada ante la confesión del chico. Ella sabía que él le tenía cariño y que la apreciaba, pero no sabía que tanto. Si hace unos años le hubiese dicho eso, no se hubiese sorprendido ante la confesión, pero después de todo lo que sufrieron y todo lo que el chico le causó, nunca se llegó a imaginar algo así.
Siguieron caminando con las manos aún entrelazadas hasta que la rubia vio algo en una rama.
—Bellamy —lo llamó—, ¿eso no es de Octavia?
—Cuerda. —pidió el chico.
Uno de ellos le dio la cuerda y él empezó a atarla en el tronco de un árbol.
—¿Qué haces? —le preguntó Finn.
—La necesitaremos para subir. —respondió antes de lanzar la cuerda— Linterna.
Se agarró de la cuerda y bajó hacia la rama. Agarró el cinturón y miró a Lía preocupado.
—Es suyo.
La abogada hizo lo mismo que el pelinegro y fue hacia dónde él estaba. Puso su mano en el hombro del chico y le dio un leve apretón, tratando de darle algo de tranquilidad. Pronto los demás chicos empezaron a bajar hacia donde estaba la ex pareja. El Blake se agachó y tocó una roca que estaba manchada de sangre.
—Aquí hay alguien más. —dijo Bell.
—Las huellas son más profundas hacia allí. —puntualizó el caminante— La estaban llevando.
—Si se la han llevado, está viva. —dijo Jasper— Lo mismo me pasó a mí.
Los tres chicos se levantaron del suelo y siguieron su camino. Por alguna extraña razón, Thalía sentía que se le hacía conocido ese camino. Sentía que estaban yendo en dirección a la cueva donde ella había estado hace tan solo unas pocas horas.
Siguieron el camino hasta llegar a una parte que parecía la entrada a algún sitio. Había esqueletos colgados en los árboles y todos sabían que eso significaba que no podían pasar.
—No se para ellos, pero para mí esto significa "no pasar". —dijo Finn en un tono preocupado.
—Yo me largo. —dijo alguien.
—Y yo también.
—Me estoy cagando de miedo.
—Volved si queréis. Es mi hermana, mi responsabilidad. —les dijo el pecoso siguió el camino.
—Entraría en el infierno por ella. —dijo Jasper, cosa que le hizo sonreír a Lía.
—Deseo concedido.
—Ya perdí a mi hermano, no pienso perder a mi hermana. —dijo la rubia decidida.
No pensaba dejar a Octavia por ahí. Por mucho que supiese que la Blake era más fuerte de lo que los demás creían, no podía evitar preocuparse por su salud.
Thalía llegó a la altura de su exnovio y, esta vez, fue ella quien entrelazó sus manos. Sabía que aunque el chico tratase de mantenerse fuerte, por dentro estaba demasiado preocupado por su hermana.
Flashback, 2 años antes
Thalía se llevó las manos a la cabeza con frustración.
Llevaba desde las once y media de la noche preparando la defensa para el caso de Octavia y no había manera de que encontrase algo válido.
Se sentía estúpida por no poder pensar algo que pudiese ayudarlas.
Agarró su taza y bebió un sorbo de su tercer café. Llevaba despierta cuatro horas y media y todavía no conseguía nada.
La falta de sueño empezaba a hacerse presente en su cuerpo, pero no se dormiría hasta tener algo preparado.
Unos golpes en su puerta fue lo que la desconcentró. Miró su reloj y vio que eran las 3:37 de la mañana, por lo que frunció su ceño confundida.
¿Quién narices llamaba a esas horas?
Se levantó con mucha pereza y abrió la puerta encontrándose con quien menos esperaba ver.
—Octavia, —dijo sorprendida—, ¿qué estás haciendo aquí? ¿No crees que es un poco tarde?
—L-lo siento, p-pero es que m-mi madre y Bellamy n-no están y n-no sabía con q-quien hablar. —se disculpó la niña agachando la cabeza con un pequeño sonrojo— N-no tengo a-amigas.
—Claro que tienes amigas. Yo soy tu amiga. —la ojiverde levantó la cabeza ilusionada.
—¿De verdad?
—Por supuesto. —la rubia sonrió— Anda, entra. Hoy vas a vivir una noche de chicas.
Y así fue como Octavia conoció a su ángel de la guarda, a su protectora. Se pasaron toda la noche hablando, riendo, y haciendo cosas que la pelinegra jamás había experimentado. Thalía fue su primera amiga para luego convertirse en su hermana.
Porque si algo tenían claro ambas chicas, es que siempre estarían ahí para la otra. Incluso darían su vida por la otra.
Fin del flashback
Amaneció antes de lo que Lía creía y aún así seguían caminando. Todavía no habían podido encontrar nada que les fuese de ayuda.
—No hay rastros. No detecto nada. —dijo el caminante.
—Sigue buscando.
—Vagando sin rumbo no encontraremos a Octavia. Deberíamos retroceder...
—No voy a volver. —se negó el pelinegro.
—Eh, ¿y John? —les preguntó Roma y la rubia miró a su alrededor preocupada.
—Estaba ahí hace un segundo. —le contestó Jasper.
—Separaos. No puede haber ido muy lejos. —dijo el líder continuando el camino antes de que el cuerpo de John cayese al suelo. Le habían cortado la garganta.
—Se esconden en los árboles. —dijo Finn.
—No debimos cruzar el límite. —dijo un chico.
—Ya no podemos volver. —replicó Roma.
—Allí, justo allí. —señaló Jasper viendo como un terrestre estaba a unos metros de ellos.
—Y otro allí.
—Hay que huir. —propuso el castaño.
Todos empezaron a correr, siendo perseguidos por los terrestres. El Blake agarró la mano de su exnovia y tiró de ella para que pudiese correr más rápido, ya que su pie no se había curado del todo y eso le dificultaba la movilidad.
—¡Vamos, vamos!
—¡Venga, venga! ¡Deprisa!
—¡No te quedes atrás!
—¿Qué vamos a hacer? ¡Siguen sin atacar!
—¡Sigue corriendo!
—No aguantaré mucho más.
—Mejor, estoy harto de huir. —dijo el pecoso frenándose.
—Pero, ¿qué haces? —le preguntó Finn con confusión.
—Saben dónde está. —respondió haciendo referencia a su hermana.
—Diggs, ¿dónde estás? —gritó Roma corriendo hacia otro lado.
—¡Roma! —la llamó Thalía, pero ella no le hizo caso.
Siguieron a la chica y la escucharon gritar. Siguieron corriendo detrás de ella hasta llegar a donde estaba el cuerpo de Diggs, al cual le habían clavado una especie de lanza.
—¡Roma, no! Habrá más. Para.
—Nos guiaban hacia aquí. Solo podíamos correr hacia aquí. —dedujo Jasper.
—¿Dónde están? —preguntó el caminante al no ver rastro de los terrestres.
—Van tras Roma. —dijo Bellamy antes de seguir corriendo con Finn, Jasper y Monroe detrás.
Lía iba a hacer lo mismo, pero escuchó como una rama crujía detrás de ella. Se giró lentamente y observó como un terrestre la miraba y como estaba en posición de ir a por ella. Pero la rubia, en consecuencia a la adrenalina que sentía, sacó su arma, apuntó y le disparó en la pierna al terrestre, haciendo que este se cayese al suelo del dolor.
La abogada lo miró e hizo un saludo militar para luego sacarle el dedo de en medio. Guardó su arma y corrió en la misma dirección en la que habían corrido los demás. Los encontró delante del cuerpo de Roma, el cual estaba pegado a un árbol y con una lanza en su pecho.
—Juegan con nosotros. —dijo Finn.
Bell cerró los ojos de Roma, sintiéndose culpable por su muerte —Vino solamente por mí.
Lía se acercó a él y apoyó una mano en su hombro, tratando de darle algo de apoyo a su exnovio.
—Pueden matarnos cuando quieran.
—¡Pues que lo hagan de una vez! —gritó Jasper y el caminante fue hacia el para hacer que se calle— ¡Vamos!
—Eh, basta, Jasper.
—Sabemos que estáis ahí fuera. Venid a por mí si es que sois tan fuertes.
—¡Ahí vienen! —gritó Monroe.
Inconscientemente, el pelinegro abrazó a la rubia tratando de protegerla, no iba a permitir que la mataran. Pero antes de que los terrestres pudiesen acercarse más a ellos, el cuerno de niebla sonó, por lo que los terrestres salieron corriendo. La abogada frunció el ceño y miró hacia abajo, viendo como los insectos seguían igual que antes.
"¿Por qué tocaron el cuerno si no hay niebla ácida?"
—Se marchan.
—El cuerno, ¿qué significa? —preguntó Jasper.
—Niebla ácida. —le respondió Finn sacando la tienda de su mochila.
—Tenemos que irnos. —dijo la pelirroja.
—No hay tiempo.
Abrió la tienda y los cinco se metieron dentro. Thalía no estaba segura de que realmente hubiese niebla ácida, pero prefería no arriesgarse a comprobarlo.
—Hey —dijo el pecoso sacándola de sus pensamientos—, ¿estás bien?
—Sí, sí, estoy bien. ¿Y tú?
—Estoy bien, no te preocupes. Antes hemos oído un arma, ¿fuiste tú?
—Le disparé a un terrestre en la pierna. —le respondió con una mueca. La verdad es que no se sentía orgullosa de lo que había hecho.
—No te preocupes por eso, lo hiciste para sobrevivir. —sonrió.
—¿Cuánto se supone que hay que esperar? —preguntó Jasper.
—¿Va a funcionar? —preguntó Monroe.
—Luego lo sabremos. —contestó el caminante.
—No, ahora. —dijo el Blake asomando la cabeza— No hay niebla.
Los cinco salieron de la tienda y se pusieron de pie mirando a su alrededor para comprobar si había algún terrestre.
—Quizá era una falsa alarma. —dijo el castaño.
—Están volviendo. —dijo el pecoso viendo a un terrestre.
—Creo que está solo.
—¿Podemos escapar? —preguntó la pelirroja.
—No nos ve. —puntualizó Bell— Voy a por él.
—¿Y después que harás? ¿Matarlo?
—No, capturarlo. Que nos diga dónde estás Octavia y lo mato. —le respondió siguiendo al terrestre.
—Pero, podría guiarnos otra vez a otra trampa.
—Podría.
Thalía suspiró resignada y fue tras él. No quería que su exnovio manchase sus manos con más sangre. Siguieron al terrestre hasta llegar a una cueva y la rubia rezó por todos los dioses a que no fuese la misma cueva en la que ella había estado. No quería que Lincoln muriese. No después de que la hubiese salvado. Entraron dentro y vieron al terrestre inconsciente en el suelo y a Octavia encadenada a la pared.
—Bellamy...
—¡Octavia! —dijo el mencionado yendo a socorrer a su hermana. Agarró las llaves del suelo y desencadenó a la pelinegra— Monroe, vigila la entrada.
Los dos hermanos se abrazaron con fuerza y la rubia formó una media sonrisa. Le recordaba mucho a ella y a John.
—No pasa nada, ya está.
Los dos hermanos se separaron y la ojiverde fue corriendo a los brazos de su amiga. Lía le correspondió con fuerza, estando más aclamada al saber que la chica estaba a salvo.
Se separaron y Octavia fue hacia Jasper —¿Cómo me habéis encontrado? —le preguntó al chico.
—Siguiéndoles.
—Tenemos que irnos ya, antes de que despierte.
—No va a despertar. —contestó su hermano.
—Bellamy, no. No me ha hecho daño, vámonos. —insistió la ojiverde.
—Empezaron ellos. Finn, aparta. —dijo, viendo como el chico investigaba al terrestre con atención.
—El cuerno de alarma. —murmuró antes de que Lincoln se levantase y le clavase un puñal en el abdomen al castaño.
La rubia fue hacia el chico y lo agarró. Jasper se acercó a ellos y tratado de sacarle el cuchillo, pero la chica se lo impidió.
—¡No, es mi hermano! —gritó la pelinegra al ver como el terrestre estaba a punto de matar a Bellamy.
Jasper se levantó del suelo, agarró un palo y golpeó al moreno en la cabeza, haciendo que caiga inconsciente.
Los dos chicos agarraron a Finn y salieron con Octavia detrás. Thalía miró una última ves a Lincoln y, tras susurrar un leve "lo siento", salió de la cueva. Llegaron hasta la entrada del campamento y llamaron a Clarke.
—¡Clarke! ¿Y Clarke? Llamad a Clarke.
—Estoy aquí. ¿Qué pasa? —preguntó llegando y abriendo los ojos sorprendida al ver al caminante— Finn... ¡Finn! Oh, dios.
—Dios mío, no. —murmuró Raven llegando detrás de la rubia.
—Está vivo.
—Lía no me ha dejado sacar el cuchillo.
—Mejor, ha hecho bien. Llevadlo a la cápsula ya, vamos. —ordenó.
—Clarke, ¿puedes salvarle? —le preguntó la morena con preocupación.
—No, yo no, necesito a mi madre. Tengo que hablar con ella.
—Aún no funciona la radio.
—Raven, arréglala. ¡Corre! —le dijo y la morena volvió a la nave con Clarke siguiéndola.
Thalía se llevó las manos a la cabeza con frustración y ahogó un grito. Todas estas situaciones la estaban sobrepasando y eso no era bueno para ella ni para su enfermedad. Solamente esperaba que la situación no fuese a peor.
El problema es que las cosas siempre pueden ir a peor.
Después de un mes sin actualizar, os traigo nuevo capítulo.
Espero que os guste mucho y no olvidéis votar, que siempre se agradece.
Nos vemos muy pronto y espero que estéis todxs bien.
¡Un saludo!
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