07: earth kills
━━━━ CAPÍTULO 07: morir en la Tierra
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THALÍA REÍA JUNTO A HARPER Y A MONROE tratando de evitar pensar en los gritos de Jasper.
—Bien, entonces, ¿con qué chica os liaríais? —preguntó la castaña.
—Yo creo que con Clarke. —dijo la pelirroja.
—Pues yo con Lía. —le contestó Harper mientras le guiñaba un ojo a la rubia y ambas criminales reían al ver como la chica sonrojaba— ¿Y tú, Thalía?
—Con Octavia. —respondió sin titubear.
—Bueno, esa es una buena jugada por si Bellamy pasa de ti, si no es con él, pues es con su hermana. —las tres rieron, pero se callaron al escuchar a Jasper.
La abogada se despidió de sus amigas y fue hacia la nave para ir a ver a Jasper. Clarke le dio una sonrisa cansada cuando la vio ponerse a su lado.
—Tiene el pulso acelerado.
Los gritos de los demás pidiendo que Jasper se callara no cesaban, entristeciendo a Thalía. Jasper no tenía la culpa de lo que estaba pasando.
—No les hagas caso. —le dijo al chico— Vas a salir de esta, ¿vale? Te lo prometo.
—¿Puedes ir a por agua limpia, por favor? —le pidió Clarke y la otra rubia asintió.
Agarró un cubo y bajó las escaleras hasta salir de la nave. Cuando iba a avisar más, escuchó unos gritos venir desde una de las ramas de un árbol. Dejó el cubo en el suelo y escaló el árbol para encontrarse con una niña pequeña.
—Eh, despierta. —le dijo sobresaltándola— Tranquila, era una pesadilla. Eres Charlotte, ¿verdad? —la niña asintió— Yo soy Thalía. Es normal tener miedo. ¿Quieres hablar?
—Es... Por mis padres. —le contestó con la voz temblorosa— Los flotaron y los veo en sueños y, es que...
—Sí, lo entiendo. A mi padre también lo flotaron. —dijo con una pequeña mueca— Cuando tenía tu edad, también tenía muchas pesadillas por las noches. Y a día de hoy, a veces, también las tengo. ¿Y cómo has venido a parar aquí?
La rubia conocía por qué habían encerrado a la niña, pero no podía ni imaginar cómo eran capaces de enviar a una niña indefensa a la Tierra.
—Se llevaron las cosas de mis padres al centro de redistribución y me puse histérica. Dicen que ataque a un guardia.
—No seré yo quien te culpe. ¿Ves esa estrella que brilla allí arriba? —señaló al cielo— Es el Arca en la órbita de la Tierra, creo que, lo que te pasó ahí arriba, ese dolor, a lo mejor, podemos olvidarlo ahora. A lo mejor, estar en la Tierra es una segunda oportunidad.
—¿De verdad crees eso? —preguntó Charlotte esperanzada.
—Lo intentó. —le sonrió de lado— Venga, trata de dormir un poco.
La rubia vio como la niña se acurrucaba en la rama y se quedaba dormida a los pocos minutos. Volvió a bajar y fue a por el agua que Clarke le había pedido. Se la entregó y salió de la nave, quería respirar un poco. Se alejó un poco de la nave y se sentó en un tronco a comer unas vallas que Monty le había dado.
—No deberías estar tan lejos del campamento. —dijo una voz detrás de ella antes de sentarse a su lado.
Thalía rio y negó con la cabeza —Estoy a diez metros del campamento, Bellamy. No estoy tan lejos. ¿Quieres? —dijo ofreciéndole una valla, pero él negó.
—¿Recuerdas cuando hablábamos de bajar a la Tierra y formar una familia? —le preguntó el pelinegro después de unos minutos en silencio.
—Claro que lo recuerdo, éramos unos críos.
—Lo siento. Perdón por lo que te hice...
—Hey, no tengo nada que perdonarte, ¿de acuerdo? Entiendo el por qué lo hiciste, no te preocupes. —las palabras de Lía derrochaban sinceridad.
Mentiría si dijese que no le dolió, claro que lo hizo, pero después de un tiempo comprendió que lo que el pecoso necesitaba era un tiempo para él solo, un tiempo para que pudiese encontrarse. Por lo que solamente pudo sanar su herida, olvidarlo y no guardarle rencor alguno.
El Blake veía como la luz de la luna iluminaba los ojos cafés de Thalía, como sus pómulos y la punta de su nariz estaban de un leve tono rojizo debido al frío de la noche, como pasaba la lengua por sus labios para humedecerlos. Contaba cada una de las pecas que adornaban la zona de sus mejillas y nariz.
Dios, la había extrañado más de lo que se imaginaba.
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El sol ya había salido cuando la rubia salió de su tienda para buscar a su hermano. Lo encontró entrenando junto a Bellamy. Vio como lanzaba su cuchillo sin conseguir clavarlo en el árbol, causando una pequeña risa por su parte.
—Es ese maldito chaval que me está volviendo loco. —se excusó él.
—No durará mucho más. Ve buscándote otra excusa. —le respondió lanzando su hacha y clavándola en el árbol.
—Jasper sobrevivirá, Bellamy. Deberías tener algo más de fe en Clarke. —dijo la rubia situándose junto a ellos.
—Hemos buscado en un radio de un kilómetro, en todas las direcciones. No hay ni rastro de Trina ni de Pascal. —dijo Atom llegando junto a otro delincuente.
—¿Has visitado tu árbol especial? —le preguntó su hermano con burla, logrando que Lía frunciese el ceño con confusión.
—Atom ha cumplido su castigo. Déjalo ya. —respondió el pelinegro.
—¿Qué castigo? ¿De qué se supone que estáis hablando?
—Podrían ser los terrestres. —continuó Atom ignorando a la chica.
—Sí, o podrían estar dándose un revolcón. Hay mucho de eso últimamente.
Thalía vio como Octavia, quien estaba tirando el agua sucia, le lanzaba una sonrisa coqueta a Atom, pero el desvío su mirada ignorándola.
Y ahí fue cuando lo entendió.
Algo había pasado entre ellos dos y Bellamy los había pillado.
—Mira, Bellamy, la gente tiene miedo y ese chaval no ayuda a subir la moral.
—La moral subirá cuando les traiga más comida.
—¿Y qué decimos cuando pregunten por Trina y Pascal? —preguntó el otro chico.
—Por ahora, nada. Es posible que se hayan perdido. Ya les buscaremos cuando salgamos de caza.
—Eso, vamos a matar algo. —concordó John.
—Tú no vienes. Quiero que te quedes aquí. Si los terrestres andan cerca, no podemos dejar esto sin protección.
—Vale —asintió—, pero que alguien le diga al gafotas ese que se calle.
—Yo sin que voy. —le dijo la chica a el pecoso.
—¿Tú sabes cazar? —preguntó él con incredulidad.
—Se hacer muchas cosas, Bell.
Fue hasta la nave y subió hasta donde tenían a Jasper. Vio como Clarke le quitaba algo de la herida y se arrodilló a su lado.
—Los terrestres le han cauterizado la vida, le han salvado la vida. —dijo ella con confusión.
—Le han salvado la vida para poder usarle de cebo. —dijo Finn— Esto no es el jardín del edén.
—Ni por asomo lo es... —concordó Lía.
—Está infectado. Podría tener una sepsis. ¿Has avanzado algo con las pulseras? —le preguntó a Monty, pero el parecía estar en una especie de trance viendo a su amigo— ¡Monty!
—Absolutamente nada. —contestó él con cansancio.
—Mi madre sabría que hacer.
—¿Cómo va? —preguntó Wells llegando junto a ellos.
—¿Tú cómo crees que va, Wells? —replicó de mala manera.
—Eh, intento ayudar.
—¿Quieres ayudar? Sujétale.
Los tres agarraron a Jasper mientras que Clarke calentaba un cuchillo.
—Esto no me va a gustar, ¿verdad? —preguntó el asiático y Lía negó con una pequeña mueca.
—¡Qué no se mueva! Tengo que cortar la carne infectada. —les dijo Clarke mientras el cuchillo hacía contacto con la piel de Jasper, provocando sus gritos.
Thalía tuvo que apartar la mirada. Odiaba ver a su gente sufrir.
—¡Para! Vas a matarle. —le gritó Octavia poniéndose junto a ella.
—Intenta salvarle la vida.
—No puede. —se entrometió Bellamy.
—Apártate. —le dijo el moreno tratando de evitar que se acercase.
—No hemos cargado con él tantos kilómetros como para dejarle morir. —le contestó la abogada.
—Está perdido. Si no lo ves, eres una ilusa. Está volviendo loca a la gente.
—¡Lo siento si Jasper es una molestia!
—Pero esto no es el Arca, aquí abajo cada vida cuenta. —continuó Clarke.
—Mírale bien, es una causa pedida.
—Octavia, me he pasado la vida viendo a mi madre curar a gente. Si digo que hay esperanza, la hay.
—Aquí no hay que tener esperanza, hay que tener valor, y tú no lo tienes para tomar decisiones duras, yo sí. —le dijo el pelinegro— Lleva así tres días, si mañana no está mejor, le mataré yo mismo. Octavia, Thalía, vamos.
—Me quedo aquí. —le respondió su hermana.
—Ahora bajo. —dijo la rubia levantándose. Se despidió de todos y bajó junto a el Blake.
Ambos cogieron algunas de las improvisadas armas y salieron con un grupo a cazar. Caminaron unos cuantos kilómetros tratando de ver algún animal. Un jabalí apareció en su campo de visión y todos se pusieron preparados.
—Es mío... —susurró el pecoso.
Justo cuando iba a lanzar el hacha, escuchó un ruido detrás, por lo que la lanzó a un árbol, espantando al jabalí. Charlotte miró algo asustada el hacha mientras Atom, Lía y Bellamy se acercaban a ella.
—¿Quién diablos eres?
—Charlotte. —contestó la niña.
—Casi te mato. —dijo agarrando su hacha.
—¿Por qué no estás en el campamento? —l e preguntó la rubia.
—Ese chico que se muere, es que ya... No podía seguir oyéndole.
—Aquí hay terrestres, es muy peligroso para una niña pequeña. —le dijo Atom.
—No soy pequeña. —le contestó algo enfadada.
—Está bien —dijo el pecoso sonriendo de lado—, pero no puedes cazar sin un arma. —le tendió un cuchillo.
Si había algo muy bueno que tenía Thalía era que se fijaba hasta en el más mínimo detalle de las cosas, por lo que pudo observar cómo en el interior del mango del cuchillo había dos iniciales grabadas: JM. Por lo que supo al instante que ese cuchillo era de su hermano.
—¿Has matado alguna vez? —Charlotte negó— ¿Quién sabe? Puede que se te de bien.
La niña le dio la mano a la rubia y ambas se pusieron a caminar junto a Bellamy y a Atom. A mitad de camino, se escuchó el sonido de un cuerno al mismo tiempo en el que los animales iban hacia una misma dirección. Vieron una especie de niebla amarilla acercarse a ellos por lo que no pudieron hacer más que correr. Encontraron una cueva y Charlotte y Lía se metieron dentro. El Blake escuchó como Atom gritaba su nombre y trató de ir tras él, pero la rubia se lo impidió, no quería que a él también le pasase algo.
—Estará bien, ¿de acuerdo? —le dijo al chico, quien asintió no muy seguro— Descansa un poco, Charlotte. —la niña se tumbó en el suelo y Thalía utilizó su chaqueta a modo de manta.
Ambos chicos se apoyaron contra la pared con la respiración agitada.
—¿Sabes? En el fondo te extrañé, pecas... —dijo la chica después de un rato de silencio.
—Y yo a ti, rubia.
Lía rio y lo miró con una sonrisa —Eres muy malo para los motes, ¿sabías? Deberías ser algo más original.
—¿Y qué mote debería ponerte? —preguntó acercándose a ella.
Antes de que pudiese responder, Charlotte empezó a gritar y ambos se acercaron con preocupación a la niña.
—¡No!
—Charlotte, ¿estás bien? —le preguntó la abogada.
—Lo siento.
—¿Te pasa mucho? —preguntó el pelinegro— ¿Qué te da miedo? —ella no respondió— ¿Sabes qué? No importa. Lo único que importa es que lo superes.
—Pero... Estoy dormida.
—Los miedos son miedos. Si matas a tus demonios cuando estás despierta, no estarán allí cuando te duermas.
—Ya, pero, ¿cómo?
—No puedes permitirte ser débil. Aquí abajo, la debilidad es la muerte, el miedo, es la muerte. Déjame el cuchillo que te he dado. —le pidió— Cuando tengas miedo, agarra bien este cuchillo y di: "Que te den, no tengo miedo".
—Que te den, no tengo miedo. Que te den, no tengo miedo.
—Mata a tus demonios y entonces podrás dormir.
Después de eso, Charlotte no tardó en quedarse dormida.
—¿Qué? —preguntó el chico al ver como la rubia lo miraba con una sonrisa.
—Serías un buen padre...
—Es lo que tiene haber estado cuidando de Octavia. Mi hermana-
—Mi responsabilidad. —respondieron ambos— Sí, he oído esa frase muchas veces. —rio para luego mirarle con los ojos entrecerrados.
—Conozco esa mirada, así que dispara, pregúntame que es lo que estás pensando.
—¿Por qué no quieres que el Arca baje? —la rubia vio como se tensaba antes su pregunta— Y no me digas que es porque quieres que esos chicos sean libres porque ambos sabemos que no es verdad.
—Si te lo digo, ¿prometes no contárselo a nadie y no juzgarme?
—Pinky promise. —respondió alzando su dedo meñique.
Bellamy rio y se acomido para observarla mejor —Me ofrecieron un trato. Me ofrecieron hacer algo a cambio de un sitio en la nave.
—¿Qué te ofrecieron, Bell? —le preguntó acercándose.
—Tuve que matar a Jaha.
Lía se sorprendí antes sus palabras. No era capaz de imaginarse como el pelinegro había sido capaz de asesinar a una persona por conseguir un sitio en la nave. Sí, entendía que el chico quería proteger a su hermana, pero no sabía que era capaz de hacer eso por ella...
—¿Lo ves? Sabía que no era una buena idea contártelo. —dijo dándose la vuelta para no tener que mirarla, con miedo a encontrarse una mirada discriminatoria.
—¿Qué? ¡No! —negó rápidamente— Lo siento, es solo que... Me ha sorprendido, nada más. —el Blake seguía dándole la espalda, por lo que Thalía optó por levantarse y abrazarlo por los hombros— Escucha, Bell, no eres un asesino, ¿de acuerdo? Hiciste lo que tenías que hacer para venir a proteger a tu hermana. Además, no son nuestras acciones las que nos describen como personas, son nuestras decisiones.
Bellamy acarició sus brazos y dejó un beso en em dorso de su mano. Por eso su relación había funcionado en su momento, ambos se entendían y se apoyaban mutuamente, y nunca reclamaban sus acciones o se miraban con decepción.
La noche pasó rápido ante los ojos de Lía, quien se despertó al sentir como el pelinegro la movía suavemente tratando de despertarla. Ambos se sonrieron y mientras el chico comprobaba que ya se podía salir, la rubia fue a despertar a Charlotte.
—Está despejado.
Ambos salieron de la cueva y fueron en busca de los demás.
—¿Hay alguien por ahí? —gritó— ¡Jones!
—¡Estamos aquí!
Los tres fueron hacia la dirección de donde provenía la voz para ver a tres chicos caminando hacia ellos.
—Os hemos perdido entre la niebla, ¿dónde os habéis metido? —preguntó el pecoso.
—Llegamos a esa cueva de ahí abajo. ¿Qué diablos era eso? —le contestó Jones.
—No lo se.
—¿Dónde está Atom? —les preguntó la rubia.
Ninguno contestó, solo escucharon un grito y se dieron cuenta de que Charlotte no estaba con ellos. Los cinco corrieron en su dirección y la abogada no pudo evitar llevarse las manos a la boca jadeando. Atom estaba allí, sí, pero estaba mal. Tenía quemaduras y ampollas por toda la piel y apenas podía respirar.
—No me jodas... Atom. —Bellamy fue el primero en reaccionar acercándose al chico seguido de Lía.
—Mátame... Mátame... —murmuró y la chica sintió como se le aguaban los ojos. Les tenía demasiado aprecio a esos chicos.
Charlotte se acercó a ellos y le entregó el cuchillo a el pelinegro —No tengas miedo.
—Volved al campamento. —ordenó la rubia sin dejar de mirar al chico— Charlotte, tú también.
—Tú también deberías irte, preciosa... —susurró el pecoso.
"¿Preciosa?"
Thalía frunció el ceño, pero negó con la cabeza, dándole a entender que no estaría dispuesta a dejarle solo.
—Mátame... Por favor...
Ambos sintieron una presencia detrás suya, por lo que se giraron a ver a Clarke, quien estaba parada sin decir nada hasta que se acercó a ellos.
—Por favor...
—He oído gritos. —dijo la chica.
—Le ha encontrado Charlotte. —respondió el Blake— La hemos mandado al campamento.
Clarke los miró a ambos y negó con la cabeza, sabiendo que no había ninguna forma de salvarlo. El pecoso suspiró antes de dirigir el cuchillo hasta el cuello de Atom, pero sus manos temblaban, no quería matarlo. Las dos rubias, al ver lo indeciso que estaba, decidieron hacer ellas el trabajo sucio.
—Tranquilo, vamos a ayudarte...
Lía agarró la cabeza de Atom y la puso en su regazo y acariciaba su pelo al mismo tiempo que tarareaba una suave canción que solía cantarle a su hermano cuando tenía miedo. Clarke agarró firmemente el cuchillo y lo enterró en su cuello, acabando con su vida. Sacó el cuchillo de nuevo y fue la abogada quien decidió agarrarlo. Los tres se levantaron y Bellamy cargó a Atom mientras volvían al campamento. Ninguno había dicho ninguna palabra desde que Clarke hizo que el sufrimiento del chico parase.
Las puertas del campamento fueron abiertas y los demás no tardaron en recibirles.
—Eh, han vuelto.
—Tenemos que ir a ver a Jasper... —murmuró Griffin— Necesito agua hirviendo para preparar la medicina.
—Dale a Clarke lo que necesite. —ordenó el pelinegro.
—Será mejor que cabe la tumba... —les dijo Wells.
Octavia salió de la nave y fue cuando Thalía se sintió más culpable.
—Ya era hora, Murphy quería matar a Jasper. —y el echo de que su hermano quería matar a uno de sus amigos no la hacía sentir mejor— ¿Tienes la medicación?
—Sí, la tengo. Venga, vamos a hablar... —le dijo Clarke tratando de alejarla lo máximo posible del cadáver de Atom.
—Octavia... Quédate aquí, por favor, no vayas. —pidió su hermano agarrándola, pero ella se libró de su agarre.
Se acercó al cuerpo, el cual estaba cubierto por una chaqueta, y la levantó, haciendo que todos centrasen su mirada allí.
—Atom... —murmuró la ojiverde.
—No pudimos hacer nada.
—No. —lo frenó Octavia mientras las lágrimas salían de sus ojos. Volvió a cubrir el cuerpo y se fue de allí ignorando los llamados de su hermano.
Lía le dio una sonrisa triste a Bellamy y se alejó de allí para buscar a Charlotte, quería devolverle el cuchillo. La encontró sentada en un árbol y la rubia trató de poner su mejor cara. Se acercó a la niña y le devolvió el cuchillo —Así estarás más segura.
Sin decirle más, fue hacia dentro y entró en la nave, pero esta vez con un mal presentimiento en su cuerpo. Sentía que mañana sería un día completamente nuevo y que seguramente le traería más sufrimiento.
El problema es que Thalía no se imaginaba que iba a ser tanto.
Subió las escaleras y vio a Octavia ayudando a Clarke a darle la medicina a Jasper. Se acercó a ella y se puso a su lado sin decir una palabra.
—Siento mucho lo de Atom. —dijo rompiendo el silencio.
—Tendremos que acostumbrarnos a que la gente se muera, ¿verdad? —contestó ella— Pero tú no —le dijo a Jasper—, ¿me oyes? Te prohíbo que te mueras.
Todos miraban a Octavia con pequeñas sonrisas, era una persona maravillosa.
Ahora estaban la pelinegra, el caminante, el asiático y la abogada apoyados en la pared mientras tomaban el whiskey que Finn había traído de aquel coche.
—Que bueno... —dijo Monty pasándole la botella a Octavia.
—Que asco, me encanta. —dijo ella pasándole la botella a Thalía.
Sintió como la bebida bajaba por su garganta y como ardía —Justo lo que necesitaba. —contestó pasándosela a Finn, pero una voz los interrumpió:
—¿Puedo... Puedo echar un trago? —murmuró Jasper con ese humor que le caracterizaba.
Los cuatro se levantaron y se pusieron junto a él sin poder evitar esconder las sonrisas que adornaban sus caras.
—Empieza por algo más suave. —le dijo el caminante siguiéndole el juego y dándole un poco de agua— Bienvenido a la vida.
—Te echábamos de menos, Jasper. —le dijo Lía.
—¿Ha sido un sueño me clavaron una lanza?
—Tienes una cicatriz impresionante que lo demuestra. —le respondió Clarke uniéndose a la conversación.
—¡Mi salvadora!
—Gracias por no morirte. Hoy no habría podido soportarlo.
—Bueno, intentaré no morirme mañana si te parece bien. —todos rieron antes de que el chico fijase su mirada en la ojiverde— Ah, hola. —le dijo antes de caer rendido. Se notaba que necesitaba descansar. Todos lo necesitaban.
Y mientras ellos disfrutaban del "regreso a la vida" de Jasper, otra vida estaba siendo arrebatada fuera del campamento.
Un suceso que arruinaría por completo la estancia de Thalía en la Tierra.
Y sobretodo, a ella misma.
¡He vuelto!
Espero que os guste este capítulo. Antes de que alguien pregunte, decidí cambiar un poco sobre cómo Charlotte consiguió el cuchillo para matar a mi bb Wells :(
Charlotte, te odio.
Nos vemos en el siguiente...
¡Besos!
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