04: the fake guards
━━━━ CAPÍTULO 04: los guardias falsos
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El día de la llegada
a la Tierra
¿THALÍA SABÍA LO QUÉ HACÍA? No.
¿Había posibilidades de que su plan saliese bien? Pocas.
Y la rubia lo sabía. Sabía que lo más probable era que ese plan saliese mal. Pero no tenía más opciones. Tenía que hacerlo.
Eran las tres de la mañana aproximadamente y Lía caminaba por los pasillos del Arca en completo silencio. Necesitaba llegar a la sala de entrenamiento donde podría robar un traje de algún guardia. Tenía que ser sigilosa, ya que podría encontrarse algún guardia por el camino.
Cuando llegó a la sala de entrenamiento, vio que estaba cerrada, cosa que ya suponía, por lo que sacó una horquilla de su pantalón y se dispuso a abrir la puerta con el viejo truco que le habían enseñado en conocimientos terrestres.
Escuchó como la puerta hacía "click", por lo que no tardó mucho tiempo en empujar la puerta para abrirla y dirigirse al armario a coger uno de los trajes de guardia. Aprovechó que estaba allí para agarrar una pistola y un taser, ya que nunca sabías lo que podía pasar. Lo guardó en la bolsa que llevaba y se dirigió a la salida, encontrándose con un guardia frente a ella.
"Mierda, ahora sí que estoy jodida."
—¿Quién eres y qué hacías ahí dentro? —preguntó el guardia, ya que Thalía iba vestida toda de negro y llevaba un pasamontañas que le cubría toda la cara exceptuando los ojos.
La rubia no contestó, sacó el taser que había guardado por si acaso, y le dio una descarga eléctrica, provocando que el guardia caiga frente a ella.
—Lo siento muchísimo... —se disculpó con el hombre inconsciente antes de salir corriendo de vuelta a su habitación.
Abrió la puerta y preparo todo lo necesario. Ahora solo tenía que esperar unas cuantas horas antes de empezar su plan.
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Eran aproximadamente las doce de la mañana y Lía ya se encontraba lista. Agarró fuertemente la pequeña bolsa donde llevaba su medicación y el arma y salió de su habitación. Trató de no llamar mucho la atención. Llevaba el pelo metido en una gorra y caminaba con la cabeza agachada para que nadie la reconociese. Vio como un montón de guardias metían a los adolescentes en la nave, por lo que aprovecho que un chico se escapó de las manos de uno de los guardias para poder fingir mejor. Agarró al chico por los hombros y lo llevo junto a los demás.
Sentía sus nervios a flor de piel, sus manos temblaban y su respiración se agitaba a cada paso que daban.
Hasta que se adentraron en la nave.
En ese momento, Thalía pudo respirar tranquila.
Soltó al chico y dejó que se sentase por ahí. La rubia fue hacia uno de los asientos más alejados que encontró y se sentó al lado de una chica pelirroja a la que reconoció como Monroe.
Las puertas de la nave se cerraron y esta salió disparada hacia la Tierra.
—¿Eres un guardia de verdad? —le preguntó la pelirroja.
Lía se sacó la gorra y miró a la chica con una sonrisa —No, Monroe, no soy un guardia.
—¡Thalía! —dijo con asombro— ¿Qué haces aquí? ¿No se supone que deberías estar en el Arca?
—Debería, pero la familia te hace hacer este tipo de cosas...
—¿Vienes por tu hermano, verdad?
—Efectivamente.
—Es bonito que te arriesgues así por tu hermano.
La rubia le sonrió en agradecimiento antes de que las pantallas que había en la nave se encendiesen y mostrasen al canciller Jaha en ellas.
"Presos del Arca, escuchad. Tenéis una segunda oportunidad. Y, como vuestro canciller, tengo la esperanza de que veáis esto no solo como una segunda oportunidad para vosotros, sino para todos nosotros y también, para la humanidad. No sabemos lo que os espera ahí abajo. Si la probabilidad de sobrevivir fuera alta, habríamos enviado a otros. Os enviamos a vosotros porque vuestros delitos os han hecho prescindibles".
—¡Tu padre es gilipollas, Wells! —gritó alguien y los demás comenzaron a reír.
—¿Wells está aquí? —dijo con incredulidad— Dios mío, van a matarlo.
"Pero, si lográis sobrevivir, vuestros delitos serán perdonados".
—¿Eso es cierto, Lía? —le preguntó Monroe.
—Lo dudo bastante. En los ocho años que llevó como abogada, solo he conseguido que perdone cosas mínimas y pequeñas, no creo que ahora os perdone. —le dio una sonrisa triste.
"Aterrizaréis en un lugar escogido. Antes de la guerra, en el monte Weather, había una base militar construida en su interior. Debía almacenar suficientes provisiones para sustentar a 300 personas durante más de dos años".
—Fíjate, al final tu padre me ha hecho flotar. —escuchó a Finn Collins, quien estaba flotando frente a Clarke y Wells.
—Sujétate antes de que se abran los paracaídas. —le advirtió el moreno.
—Eh, abrochaos los cinturones si queréis vivir. —dijo la rubia al ver a otros chicos imitando al caminante.
—Monroe, ni se te ocurra. —advirtió Lía al ver las intenciones de la pelirroja.
—Eh, eres la traidora que ha estado en aislamiento un año.
—Y tú el idiota que gastó el oxígeno de un mes en un paseo espacial ilegal.
—Pero fue divertido. Soy Finn.
Ella no le respondió, solo se le quedó mirando con los ojos entrecerrados.
La nave comenzó a moverse mucho más fuerte, alertando a la rubia al ver como más gente comenzaba a seguir los pasos de Finn.
—¡No os mováis! —les gritó Clarke.
En ese momento los paracaídas se abrieron y los tres chicos salieron volando hacia uno de los lados, chocando contra una de las paredes de la nave.
Las turbulencias cada vez eran aún más fuertes y todos tenían caras de pánico mientras se aferraban a sus asientos.
Todos gritaban despavoridos hasta que la nave se estrelló contra el suelo.
—Escuchad —dijo un chico pelinegro con rasgos asiáticos al que identificó como Monty—, no hay zumbido.
Monroe y Thalía se sonrieron antes de desabrocharse los cinturones y bajar al piso de abajo, donde había un grupo de adolescentes alrededor de la puerta, esperando a que esta se abriera.
—Eh, ya vale chicos. —dijo una voz que la rubia sería capaz de reconocer en cualquier lugar.
"No te puedo creer..."
—¡Quieto! —lo frenó Clarke— El aire podría matarnos.
—Si fuera así, ya estaríamos muertos.
—¿Bellamy? —preguntó otra voz que Lía conocía muy bien.
Octavia se abrió paso entre la gente para acercarse a su hermano, quien la miraba asombrado.
—Dios —exclamó el pecoso—, que mayor estás.
La pelinegra se lanzó a sus brazos con efusividad. Ambos se fundieron en un caluroso abrazo bajo la atenta mirada de todos.
—¿Qué llevas? ¿Un uniforme de guardia? —le dijo su hermana con desconcierto.
—Lo robé para subirme a la nave. Alguien tenía que cuidar de ti. —respondió y se volvieron a abrazar.
"Vaya, como diría mi madre, al final no fui la única que tuvo una idea de bombero".
—¿Dónde está tu pulsera? —preguntó Clarke cortando su pequeño momento.
—¿Te importa? Llevo tres años sin ver a mi hermano. —le reprendió Octavia.
—¡Nadie tiene hermanos! —gritó alguien.
—¡Es Octavia Blake, la chica que encontraron escondida bajo el suelo! —gritó otra persona.
La mencionada estuvo a punto de ir hacia esa persona si no hubiese sido por su hermano, quien la detuvo antes de que hiciese algo malo.
—¡Octavia, no!
—Tiene un nombre, ¿sabes? No es la chica escondida bajo el suelo, su nombre es Octavia. —les dijo la abogada ya cansada de su actitud.
—¿Lía? ¿Enserio eres tú? —le preguntó la Blake con emoción.
La rubia asintió y la pelinegra no tardó en lanzarse hacia ella, apretándola entre sus brazos. La chica correspondió con la misma emoción que su amiga, ambas se habían echado de menos. Cuando se separaron, Bellamy la veía sin decir una palabra, Lía estaba muchísimo más guapa que la última vez que la vio.
—¿No me vas a dar un abrazo? —preguntó abriendo los brazos y haciendo un pequeño puchero.
El pecoso sonrió antes de rodearla con su brazos. El calor que emanaban ambos cuerpos hacía que el abrazo fuese aún más cómodo para ambos.
—Te extrañé, Bell. —murmuró Thalía contra su pecho.
—Y yo a ti, Lía. —respondió el chico con la cabeza escondida en su cuello.
Cuando se separaron, el pelinegro no tardó en darle a la palanca para abrir la puerta. El aire les golpeó a todos antes de ver un paisaje completamente verde.
Octavia agarró la mano de la rubia y bajo junto a ella. La abogada miraba todo con asombro mientras respiraba el aire puro. Bellamy las miraba a ambas con una sonrisa.
Las dos chicas se miraron sonrientes antes de que la pelinegra gritase:
—¡Hemos vuelto, cabrones!
Por fin ha llegado el momento que estaba esperando.
No penséis que la relación de Thalía y Bellamy será rápida, ya que, aunque me guste muchísimo, Bellamy suele cagarla bastante.
Espero que os guste y nos vemos.
¡Salud y amor para todxs! <3
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