02: Octavia Blake's case
━━━━ CAPÍTULO 2: el caso de Octavia Blake
ADVERTENCIA: este capítulo contiene contenido sexual explícito. Si decides leerlo, que sea bajo tu propia responsabilidad.
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2 años para la llegada
a la Tierra
NERVIOS.
Eso era lo que sentía la rubia en esos momentos.
Estaba sentada en su mesa correspondiente, justo a un lado de Aurora y Octavia Blake.
En la mesa de al lado se encontraba el canciller Jaha junto a todos los guardias que habían estado en aquel baile de las máscaras donde habían descubierto a Octavia.
Todo el Arca veía el juicio desde las pequeñas pantallas situadas en los pasillos, ya que, al ser uno de los mayores casos, el canciller creyó que era una buena idea retransmitirlo para todos.
La jueza comenzó el juicio y los nervios de Thalía crecían consideradamente a cada segundo.
Thelonious se sentó a declarar, siendo interrogado por Shumway, el cual le preguntó cosas relacionadas con las leyes del Arca, dando a entender que la señora Blake era una criminal.
Hasta que llegó su turno.
Lía se levantó bajo la atenta mirada de todos y se acercó a donde el canciller estaba sentado.
Se aclaró la garganta antes de empezar a hablar —Bien, antes de comenzar, tengo que hacerle una pregunta, canciller Jaha, y espero que me la responda con la máxima honestidad. —Thelonious asintió— ¿Usted cree que el aborto es asesinato?
—Yo... Eh, bueno, pienso que, aunque el feto no esté formado o no sienta dolor, pienso que estás arrebatándole la vida a un futuro bebé, así que, sí, yo pienso que sí es asesinato. —titubeó un poco al responder.
—De acuerdo. Según el testimonio de la acusada, el embarazo de Octavia Blake no fue planeado y, en vez de estar feliz, lo que estaba era angustiada, ya que ella ya tenía un hijo, Bellamy Blake, y, como bien dicen las reglas del Arca, solamente se puede tener un hijo, lo que le dejaba sólo dos opciones, o abortar o tenerla, y, como usted bien ha dicho antes, para usted el aborto es asesinato, el cual es condenado con pena de muerte según las leyes del Arca, ¿no es cierto? —el canciller asintió— Lo que quiere decir que, si hubiese abortado, hubiese sido flotada igual, ya que habría asesinado a alguien, por lo que decidió tener a una pobre niña inocente que no tenía la culpa de nada, al contrario que usted, canciller, que prefiere flotar a supuestos criminales en lugar de perdonarles la vida, sin importar si son sus amigos o gente con familia, ¿me equivoco? —Jaha asintió con algo de culpabilidad— En ese caso, no hay más preguntas, señoría.
Thalía se dio la vuelta con una sonrisa orgullosa y se sentó en su sitio, viendo como toda la sala se había quedado en silencio antes sus recientes palabras, haciéndola sentir aún más orgullosa de sí misma.
Bellamy la miraba embelesado, no solo había sido cautivado por su aspecto, sino por sus manera de expresarse y su audacia.
—Bien, mañana a primera hora sabremos cual es la decisión final, mientras tanto, la señora Aurora Blake y la señorita Octavia Blake, dormirán en una de las celdas. Pueden retirarse. —ordenó la jueza.
La rubia recogió sus cosas y salió de la habitación. Lo único que quería hacer ahora era ir a visitar a su hermano y dormir todo el día. Escuchó como alguien gritaba su nombre, por lo que se giró para ver cómo la familia Blake al completo se acercaba a ella.
—Muchísimas gracias por esto, cariño, jamas sabremos cómo recompensarte. —agradeció la madre de los chicos.
Lía negó con una pequeña sonrisa —No tienen nada que agradecer, señora Blake, me gusta ayudar a gente inocente.
—Muchas gracias por ayudarme, señorita Murphy. —le dijo una tímida Octavia, quien tenía un pequeño sonrojo en sus mejillas.
—Llámame Lía, por favor.
—Es hora de irnos. —avisó uno de los guardias detrás de ellos.
El pelinegro se despidió de su hermana y de su madre para luego ver cómo se las llevaban. Se giró para ver cómo la rubia lo miraba con una pequeña sonrisa.
—¿Te apetece una copa? Necesito emborracharme...
Al final John tendría que esperar...
❪ ... ❫
No sabían cuantas copas habían bebido hasta el momento, pero no fueron las suficientes como para estar completamente ebrios. Ambos se reían sin saber bien de qué, simplemente disfrutaban de la compañía del otro.
—Oye, quería agradecerte por lo que has hecho por mi hermana... —dijo Bellamy arrastrando un poco las palabras.
—No tienes porque, además, le he cogido cariño a tu hermana. —rio.
El pelinegro se levantó de la silla donde estaba y se sentó a su lado. Puso su mano en la mejilla de la chica y la acarició, para después pasar uno de los rubios mechones de su cabello por detrás de su oreja, haciendo que las mejillas de Thalía se impregnen de un color rojizo.
—Eres tan hermosa... —murmuró el pecoso, deleitándose con la imagen frente a él.
Lía no soporto más la tensión que había entre ellos dos, por lo que se acercó a el chico y unió sus labios con los de él, en un intenso y torpe beso.
El Blake no tardó en corresponderle, poniendo sus manos sobre su pequeña y delgada cintura, aprisionándola contra su cuerpo. La rubia pasó sus brazos por el cuello de él y unió aún más sus anatomías.
Bellamy la agarró por los muslos y la alzó para llevarla hasta la cama entre risas y pequeños besos. La dejó sobre la suave superficie y empezó a dejar pequeños besos y mordiscos por su cuello y por su descubierta clavícula gracias al vestido que llevaba.
Thalía solo podía jadear ante las emociones que sentía en ese momento, sintiendo como el calor rodeaba ambos cuerpos.
El chico empezó a bajar sus besos por los hombros de la chica, agarrando el fino tirante del vestido y empezando a bajarlo muy lentamente mientras dejaba un recorrido de pequeños besos. Hizo lo mismo con el otro y bajó la prenda hasta la cintura, dejando expuestos sus pechos, los cuales eran cubiertos por la tela de su sujetador negro. El pecoso volvió a subir hasta su cara para volver a besarla con más calma y pasión, pasó sus manos por la espalda de la rubia hasta llegar al broche de su sujetador. Busco la mirada de Lía y la miró, buscando la aprobación de la chica, y cuando esta se la dio, no tardó ni un momento en desabrochar el pequeño broche y desprender la prenda de su cuerpo.
En ese instante, Thalía sintió sus nervios a flor de piel, y sintió como si todo el alcohol desapareciese de su cuerpo, por lo que alejó al chico y se cubrió como pudo, tratando de no mirar al Blake a los ojos. No le gustaba su cuerpo, odiaba sus estrías y cada vez que se miraba al espejo sentía la necesidad de romperlo para no seguir viéndose.
Era demasiado insegura. Veía a todas las chicas caminar por el Arca con seguridad y con esa ropa que se ceñía a su cuerpo mientras ella llevaba ropa holgada, tratando de mostrar lo mínimo para evitar que alguien hiciese algún comentario al respecto.
Bellamy la miró desconcertado sin saber muy bien el por qué de su reacción, hasta que vio como se cubría y evitaba su mirada a toda costa...
Y ahí lo entendió.
Entendió su reacción.
Y entendió lo que le sucedía a la chica.
El pecoso, siendo lo más cuidadoso posible, se acercó a la chica y agarró su barbilla para que le mirase a los ojos, para después darle un tierno beso en su frente y apretarla contra su cuerpo en un caluroso abrazo.
—No deberías cubrirte, eres la persona más hermosa que he visto, tanto por dentro como por fuera, y no deberías preocuparte por tus estrías, es completamente normal y natural, pero si no te sientes cómoda con esto, no es necesario continuar, es totalmente comprensible... —le sonrió dulcemente y acarició su mejilla, secando las pequeñas lágrimas que salieron de sus ojos.
Ya no le importaba si tenía sexo o no, lo único que le importaba era que la chica frente a él estuviese cómoda y bien.
La rubia sonrió de lado y suspiró entrecortadamente antes de asentir —Quiero hacer esto.
Bellamy asintió con una pequeña sonrisa y la volvió a besar, pero esta vez con más calma y delicadeza que antes.
Dejó a la chica bajo su cuerpo y empezó a dejar un rastro de besos por todo su cuerpo, bajando por el valle de sus pechos hasta su cadera. Agarró los extremos de su vestido y lo deslizó por sus piernas antes de lanzarlo por alguna parte de la habitación. Beso sus piernas hasta llegar a su parte íntima.
La respiración de Lía se atascó en su garganta al momento en el que el pelinegro lamió un fina línea por encima de la tela de sus bragas. El Blake sonrió complacido al ver la reacción que le provocó a la chica. Agarró el borde de la pequeña tela de encaje y la sacó por sus piernas. La rubia abrió sus piernas inconscientemente, sintiendo como todas sus inseguridades se iban al ver como la mirada de Bellamy demostraba adoración pura.
El chico comenzó a dejar besos en sus muslos hasta subir a su intimidad, la cual ya se encontraba húmeda, cosa que hizo que las mejillas de Lía se tiñeran de rojo.
—¿Estás segura de esto?
—¿Quieres callarte y folla...? ¡Oh dios mío! —gimió cuando sintió la lengua del pelinegro en su feminidad. Uno de sus dedos se adentro en su interior, sacándole un gemido de incomodidad, no estaba acostumbrada a tal sensación, pero le gustaba como se sentía.
Su lengua se deslizaba entre sus húmedos pliegues mientras sus dedos bombeaban su interior repetidamente, sacándole gemidos y jadeos de placer a la rubia y provocando que su espalda se arquease. Sintió un nudo en su estómago, una nueva sensación nunca antes vivida, pero realmente placentera. Sentía como aquel nudo de placer se intensificaba hasta que sus piernas temblaron y deshizo ese nudo en su estómago, llegando al orgasmo y sacándole una sonrisa egocéntrica al Blake.
El chico se levantó y quedo encima de Thalía para poder besarla con necesidad. En un rápido movimiento, la chica quedo encima de Bellamy, sorprendiéndolo. La rubia empezó a repartir besos por su cuello, dejando algunas marcas que durarían varios días. Con ayuda del chico, le saco la camiseta y acarició su formado abdomen antes de dejar un rastro de besos por su torso. El pelinegro se sacó sus últimas prendas, quedando los dos totalmente expuestos hacia el otro. Ambos se miraban con deseo y adoración, sabiendo que los dos querían hacer eso.
El Blake dejo a Lía debajo de él y alineó la punta de su erecto miembro en su entrada, pero sin llegar a introducirlo.
—Esto será un poco incómodo y doloroso al principio, ¿de acuerdo? Trataré de ser lo más suave posible. —le sonrió, dándole seguridad a la rubia, quien asintió, dándole a entender que estaba lista para su primera vez.
Bellamy empujó sus caderas hacia delante, deslizando su hombría entre los pliegues de la chica. Ella jadeo con dolor e incomodidad, sabía que aún no había entrado completamente, por lo que su respiración se atacó en su garganta.
El chico comenzó a dar leves estocadas, siendo lo más suave y delicado posible. Pronto el dolor se convirtió en placer, haciendo que Thalía empezase a gemir cada vez más fuerte. Esto hizo que el pelinegro empezase a dar embestidas aún más fuertes y profundas, escuchando como la rubia gemía fuertemente. El placer que la chica sentía en ese momento era indescriptible, más cuando la mano del pecoso fue hacia su clítoris para estimularlo mientras seguía embistiéndola. Lía gemía y gritaba mientras clavaba sus uñas en la espalda del chico, el cual escondía su rostro en el cuello de ella mientras dejaba marcas intentado callar sus gruñidos.
Sus piernas empezaron a temblar, indicándole que estaba cerca de llegar al orgasmo, y su vagina se apretó alrededor de la hombría de Bellamy, sacándole un gemido ahogado. Un par de estocadas más fue lo que tardó la rubia en correrse junto al pecoso. Ambos se dejaron caer en la cama con sus respiraciones agitadas. El pelinegro agarró la manta y los tapó a ambos, pasando uno de sus brazos por la cintura de la chica y dejar un suave beso en su cabeza.
Thalía se acurrucó en su pecho, oliendo su característico aroma y no queriendo que ese momento acabase nunca. Ninguno de los dos quería que ese momento acabase.
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Ya estaban todos en la sala a la espera de la jueza. Hoy era el día del veredicto final, donde se decidiría que pasaría con Octavia y Aurora Blake. Inconscientemente llevo su mirada hacia el asiento de Bellamy, quien tenía su mirada fija en ella. Cuando sus miradas se conectaron, el pelinegro no pudo evitar sonreír y la rubia le devolvió el gesto, sintiendo como sus mejillas se tornaban a un color rojizo al recordar lo de la noche anterior.
—¿Crees qué ganaremos el juicio? —preguntó la señora Blake al oído de Lía.
—Es el caso más complicado al que me he enfrentado y hay pocas posibilidades de ganar, pero tengo esperanza.
—Aunque no lo ganemos, quisiera agradecerte por todo lo que has hecho por nosotros, de verdad, muchísimas gracias.
—De nada, pero no hace falta que agradezca nada, estoy encantada de haber podido ayudar aunque haya sido un poco. —sonrió.
En ese momento entró la jueza a la sala y el aire se volvió más tenso en cuestión de segundos. Inconscientemente, Octavia agarró la mano de la rubia, sintiendo como si su corazón saliese de su pecho. Al principio, Thalía se desconcertó por el gesto, pero no tardó en darle un pequeño apretón en señal de apoyo.
—Bien, el jurado y yo hemos estado deliberando durante toda la noche y hemos llegado a la conclusión de que, por mucho que la letrada Murphy tenga razón en parte de su defensa, la acusada ha cometido un delito, y eso es imperdonable, por lo que se le condena a muerte y a la señorita Blake se le condena a prisión hasta su mayoría de edad, pero no será flotada, ya que como dijo la señorita Murphy, ella no tiene la culpa de haber nacido. Pueden retirarse.
Lía se levantó de su asiento mientras veía como los dos adolescentes abrazaban a su madre con lágrimas en los ojos. La chica se sentía mal consigo misma, le hubiese gustado conseguir algo mejor para la familia Blake, pero por lo menos había conseguido que no flotaran a Octavia.
Los guardias agarraron a Aurora y los tres los siguieron hasta el lugar donde la flotarían. Los dos hermanos se despidieron de su madre antes de que esta se girara para mirar a la rubia.
—Cuida a mis hijos por mi, por favor...
Thalía le sonrió con tristeza —Lo haré, no se preocupe.
—Muchísimas gracias por todo, Lía, eres un verdadero ángel. —se giró para mirar a sus hijos— Os amo.
Y antes de que pudiese responder, un guardia le había dado a la palanca para abrir la puerta, haciendo que la señora Blake saliese volando de allí.
Octavia se acercó a la rubia y la abrazo con fuerza mientras lloraba, siendo correspondida con la rubia, quien sintió como Bellamy se unía al abrazo.
Se conocían desde hacía menos de una semana, pero los tres habían forjado un vínculo.
Uno que sería muy difícil de romper.
Antes de nada, me gustaría aclarar que tanto Bellamy como Thalía son mayores de edad, lo digo porque hay gente que no se siente cómoda sabiendo que son más pequeños o que uno es mayor que el otro.
Espero que os haya gustado este capítulo tanto como a mí.
¡Besos a todxs!
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