━━━━ CAPÍTULO 01: los 48

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LAS ESPADAS DE ambas chocaban entre sí. Los demás miembros del clan veían con atención la increíble lucha por parte de su comandante y su líder. Los movimientos de ambas mujeres eran como una coreografía ensayada al milímetro. Ninguna de las dos parecía querer dar su brazo a torcer.

La ahora conocida como Ripaheda apretaba el mango de su espada con frustración cada vez que Heda esquivaba sus golpes.

Sin duda era una lucha complicada.

La natblida pasó sus piernas por detrás de las de su contrincante, tirándola al suelo, para después colocar su espada en el cuello de la chica, proclamando su victoria.

Thalía bufó frustrada, recibiendo una mirada divertida por parte de Lexa, quien le tendió la mano para ayudarla a levantarse. La rubia la aceptó y se levantó del suelo, sacudiendo su ropa que ahora estaba llena de tierra.

—Sólo necesitas concentrarte un poco más y algún día podrás vencerme. —le dijo la comandante en Trig.

—Vencerte es casi una misión imposible, Heda. —contestó divertida.

—Y por eso sé que sólo tú serás capaz de vencerme.

Ambas comandantes se despidieron y Lía fue hacia su cabaña. Agarró una bolsa y metió dentro algunos víveres. Salió de la cabaña por un pequeño hueco que había en la parte trasera y vigiló que no la veía nadie antes de salir del campamento.

Si se enteraban de lo que la chica llevaba haciendo desde hace varias semanas, la echarían del campamento y le harían dios sabe que.

Caminó con sigilo por el bosque hasta llegar a un pequeño refugio. Bajó las escaleras con su espada en mano y revisó todo el lugar en busca de algo que pudiese atacarla o ponerla en peligro.

Escuchó pasos detrás suya, por lo que se giró con rapidez, poniendo su espada en el cuello de la persona frente a ella. Largó un suspiro al reconocerlo, viendo cómo una divertida sonrisa se formaba en el rostro de la persona.

—No vuelvas a hacer eso, Roan. —dijo bajando su espada— la próxima vez no dudaré en rajarte la garganta.

El hombre rio —Lo siento, Ripaheda, no ha sido intencionado.

—Sabes lo que nos sucedería si se enteran de que te estoy ayudando a sobrevivir. Si Lexa y tu madre se enteran, nos quedaremos sin cabeza.

—Nadie se enterará, Thalía, deja de preocuparte tanto. —trató de tranquilizarla el príncipe.

La rubia bufó y le lanzó la bolsa con la comida. Desde que conoció a Roan ha estado ayudándole a sobrevivir, debe ser porque parte de lo que quedaba de la antigua Lía no se había ido por completo.

Mientras el Azgeda comía su comida con rapidez, los pensamientos de la Trikru estaban en otra parte. A día de hoy no había momento en el que no pensara en su hermano, en los 100, pero sobretodo en Bellamy.

No lo entendía, realmente no lo hacía, no sabía que era lo que tenía ese chico que la hacía querer cometer las mayores de las locuras sólo por su amor.

Era estúpido y ella lo sabía.

Quería dejar de amarlo de esa manera, tal y como Indra y Kenneth le habían dicho que hiciese. Pero era imposible. Por mucho que lo intentase no era capaz. El Blake había formado parte de su vida durante mucho tiempo y le había hecho sentir cosas que nadie le había hecho sentir jamás.

Bellamy ya era parte de ella y era muy difícil que dejase de serlo de un día para otro.

La voz de Roan fue lo que la sacó de sus pensamientos, por lo que centró su atención en el hombre frente a él —Gracias por todo, Ripaheda, nos volveremos a ver pronto.

Y, tras decir eso, se levantó del suelo y salió de aquel pequeño sitio. La abogada suspiró con pesadez antes de levantarse del suelo y salir de aquel sitio.

Caminó por el bosque con tranquilidad, sin tener mucha prisa por llegar al campamento. Escuchó un gruñido detrás suya y ahí fue cuando supo que estaba en serios problemas. Se giró muy lentamente para mirar de reojo el causante de aquel estruendoso ruido.

—Pauna... —murmuró de manera inaudible.

Thalía comenzó a caminar, tratando de no hacer ni el más mínimo ruido, pero la rama que había justo debajo de su pie arruinó sus planes. El gorila se giró ante el ruido y volvió a soltar un gruñido al ver a la chica parada a unos pocos metros de él.

La Trikru agarró el mango de su espada y empezó a correr, siendo seguida por el gorila. La chica corría lo máximo que sus delgadas piernas podían alcanzar. Pauna gruñía y corría detrás de ella tratando de alcanzarla, cada vez estaba más cerca, y eso es lo que más preocupaba a la Murphy.

Lía vio una cueva a unos pocos metros, del tamaño perfecto para que el gorila no pudiese entrar, por lo que aceleró lo máximo que pudo el ritmo para poder llegar antes de que el gorila la atrapase.

La entrada de la cueva estaba cada vez más cerca, pero soltó un agudo grito al sentir las garras de pauna clavarse en ella. Thalía cayó al suelo mientras la sangre salía de su espalda. La chica se giró y clavó su espada en uno de los hombros del gorila, haciéndolo chillar de dolor. La asesina aprovechó su momento de debilidad para correr los pocos metros que le faltaban hasta la cueva.

Se apoyó en una de las paredes mientras soltaba quejidos ante el dolor que sentía. Rompió un trozo de tela de su camiseta y lo puso alrededor de su herida de la mejor manera que pudo.

La respiración de la rubia era agitada y entrecortada, ahora la chica debía esperar a que el gorila se fuese de allí para poder volver a su campamento para que Lanna o Nyko la curaran.

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La luz pegó directamente en la cara de Thalía quien se removió con incomodidad, soltando un quejido de dolor al sentir como su herida se raspaba contra la piedra.

Poco a poco fue abriendo los ojos, viendo como se había quedado dormida en la cueva y como pauna ya había decidido marcharse, por lo que ahora tenía vía libre para volver al campamento.

Se levantó con cuidado del suelo y salió de la cueva, empezando a caminar a paso apresurado hasta TonDC. Cuando llegó a la entrada, fue recibida por los gritos de su pueblo, anunciando su llegada. Caminó entre todos ellos, escuchando como todos soltaban gritos de preocupación o enfado, preparados para matar a cualquiera que se hubiese atrevido a atacar a su líder.

Nyko y Alanna no tardaron en acercarse a ella para llevársela a su cabaña donde podrían curarla. La hicieron sentarse en la cama mientras la rubia se sacaba la camiseta.

—¿Qué ha pasado? —le preguntó la peliblanca con preocupación por su líder y amiga.

—Pauna... —murmuró soltando un gruñido de dolor al sentir como Nyko empezaba a aplicar en ungüento sobre su herida— Ten cuidado.

—Es que no entiendo que hacías en el bosque, Ripaheda. —respondió el terrestre mientras le ponía un trozo de tela a modo de venda.

—Lo que yo haga no es asunto tuyo, Nyko. Recuerda que tú y todo Trikru seguís siendo mis súbditos. —le dijo poniéndose una camiseta y levantándose de la cama.

—Mis disculpas, Ripaheda. —dijo él haciendo una pequeña reverencia.

Lía salió de la cabaña y sintió como un brazo la rodeaba por los hombros. Giró su cabeza y se encontró a Kenneth con una sonrisa divertida en su rostro —El papel de líder te sienta muy bien, Ripaheda. —le dijo lo último con un tono de burla.

—Menos hablar y más trabajar, Kenneth. Te recuerdo que en menos de cinco minutos el grupo de caza tiene que salir, el cual es liderado por ti. —le contestó sacando su brazo de sus hombros, haciendo una mueca de dolor al notar como el brazo del chico rozaba su herida.

—Lo que usted mande, princesa. —se burló haciendo una reverencia.

Ese apodo hizo que Thalía cerrase los ojos mientras era atormentada por los recuerdos. La voz de Bellamy se instaló en su mente. Era como si estuviese reviviendo el momento en el que su exnovio utilizó ese mote con Clarke la primera vez.

Echaba de menos a la rubia. Sabía que Clarke estaría bien, es decir, era Clarke, pero esa pizca de preocupación que sentía por todos esos adolescentes no desaparecía de su corazón. Había compartido demasiado con ellos, había establecido demasiados vínculos emocionales con ellos.

Y lo odiaba. Odiaba tener esa sensación.

Trató de centrarse en otra cosa y recorrió con su mirada todo TonDC. El ver como todos hacían su trabajo impuesto por ella le hacían sentirse poderosa. Cuando fue nombrada líder de Trikru, sintió que su pesadilla había comenzado. Pensó que al haber pertenecido a los Skaikru los terrestres pertenecientes a Trikru la matarían mientras dormía.

Pero se equivocó.

La recibieron con los brazos abiertos, la trataban como si fuese la mismísima reina del lugar. Acataban sus órdenes y nadie se atrevía a desafiarla. Le temían. Thalía no tardó en hacerse con el cariño de todos, por lo que se habían vuelto más unidos de lo que eran cuando Anya aún lideraba.

Se habían convertido en una familia.

Capítulo de introducción un poco aburrido.

¡Estamos de vuelta! Sé que he tardado demasiado, pero os juro que no comprendéis el pedazo bloqueo que he tenido todo este tiempo.

He estado a punto de dejar la escritura porque ya no me producía nada, pero he luchado por mantenerme a flote y he conseguido terminar este capítulo.

No os prometo nada, pero espero poder actualizar todos mis fanfics lo antes posible.

Tengo curiosidad, ¿qué os ha parecido el vol.2 de Stranger Things? Yo, sinceramente, no me he recuperado todavía.

Nos vemos lo antes posible, recordad que os quiero y os adoro con todo mi corazón.

¡Besos de Kami! <3