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13: Unity Day

━━━━ CAPÍTULO 13: el Día de la Unidad

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EL DÍA DE LA UNIDAD.

Ese día en el que se celebraba cuando todas las estaciones se unieron, creando el Arca. Ahora estaban todos mirando el discurso del canciller Jaha. Thalía no estaba prestando demasiada atención, después de lo de ayer, no tenía ganas de escuchar el hipócrita discurso de Thelonious, solamente quería emborracharse y olvidar todos sus problemas.

—Amigos, este es un Día de la Unidad histórico. —decía el canciller— Cada año recordamos el día en el que nuestros antepasados se unieron para formar el Arca, pero esta será la última vez que lo hagamos a bordo en ella. La próxima será en la Tierra. —la gente aplaudía ante las palabras del canciller, cosa que hizo que la rubia rodase los ojos. Todavía no comprendía como la gente adoraba tanto al canciller.

—Ya, después de hacerlo todo nosotros. Que cierre el pico. —se quejó Miller.

—Mira, por una vez estoy de acuerdo contigo. —concordó la abogada.

—Ciérralo tú, Miller, nadie te obliga a verlo. —le contestó Raven.

—Durante noventa y siete años hemos sobrevivido a duras penas, esperando a que algún día nuestros descendientes pudieran regresar a la Tierra.

La rubia vio como todos aplaudían, dándole a entender que el discurso había acabado. El grito de Jasper llamó la atención de todos. Venía con un barril en las manos, por lo que Lía no pudo evitar soltar una pequeña risa.

—¡Monty ataca de nuevo! ¡A esta cosecha le llamamos jugo de Unidad! ¿Quién tiene sed? —la rubia se acercó corriendo a él, causando una estruendosa risa por su parte— ¡Esa es mi amiga!

Jasper llenó el improvisado vaso de Lía y la chica bebió todo el alcohol de un trago. Lo único que la chica quería en ese momento era emborracharse hasta perder la consciencia. Quería olvidarse de todo y de todos. Raven, al ver la rapidez con la que su mejor amiga bebía el líquido del vaso, se acercó a ella riendo.

—Vaya, se nota que necesitas desahogarte y olvidarlo todo. —le dijo divertida.

—Lo único que quiero hacer hoy es divertirme. —comentó la rubia— ¿Quieres divertirte conmigo?

La mecánica sonrió y encarnó una ceja. Ambas se acercaron a Monroe y Harper y empezaron a bailar las cuatro juntas. Bellamy miraba como su exnovia disfrutaba con naturalidad y soltura del momento, haciendo que una pequeña espina de culpabilidad lo invadiera. Sabía que él había sido el causante de mucho del sufrimiento de Thalía estando en la Tierra y no había momento del día en el que no se arrepintiera de hacerlo. Salió de su burbuja al ver a la abogada acercarse a él con una sonrisa, y por un momento creyó que estaba soñando.

—Hey, ¿te lo estás pasan-?

El pelinegro no pudo continuar su frase al sentir los labios de Lía sobre los suyos. El tacto de estos eran delicados y suaves, tal y como los recordaba. El ambiente se había vuelto más caliente y pesado para ambos chicos. El Blake estuvo tentado a separarse y a preguntarle a la chica qué significaba esto, pero no pudo. Era como si una especie de imán lo obligase a mantenerse junto a Thalía. El chico agarró las caderas de la chica y la apegó hacia él. La rubia pasó sus brazos por el cuello de Bellamy, sin querer separarse. El alcohol ya había hecho efecto en el cuerpo de Lía, por lo cual no era muy consciente de lo que estaba haciendo, aunque claro, el pelinegro no lo sabía. Los besos del chico bajaron al cuello, de la abogada, sacándole varios jadeos en el transcurso.

Un carraspeo detrás de ellos interrumpió su sesión de besos y caricias, provocando que ambos se separaran. En ese momento, Thalía sintió como si el alcohol que tenía en su cuerpo desaparecía. Miró a Bellamy y agachó la cabeza con vergüenza, sabía que lo que acababa de pasar solo complicaba las cosas.

Finn pasaba su mirada del chico a la chica con incomodidad para luego fijar su mirada en la rubia —Necesito que vengas conmigo.

La chica asintió y pasó por su lado sin tan siquiera dignarse a mirar a Bellamy. El caminante la siguió y ambos se alejaron un poco del campamento para poder hablar más tranquilos.

—¿Ibais a tener...? —preguntó Finn dejando la frase en el aire.

—Al grano, caminante. —le respondió tajante.

—Vi a Octavia salir del campamento hace unos minutos y tengo la sospecha de que fue a ver al terrestre que me apuñaló.

—¿Y a mí que me importa? Octavia ya es lo suficientemente mayorcita para saber que hacer. —se encogió de hombros sin entender el por qué Finn le estaba diciendo eso.

—Quiero hacer un trato con los terrestres, un trato para que haya paz, y quiero que vengas conmigo. —Lía iba a volver a hablar, pero el castaño la interrumpió— Se te da muy bien negociar con la gente, Thalía, necesito que vengas por si yo no soy capaz de convencerlo.

La rubia suspiró, pero terminó asintiendo, ella también quería que la guerra con los terrestres acabara. Los dos chicos salieron del campamento y siguieron el rastro que habían dejado las huellas de Octavia.

Lía estaba perdida en sus pensamientos. Sabía que lo que el alcohol le había hecho hacer solo complicaba las cosas entre ella y Bellamy. Si su "relación" ya era difícil de por sí, esto lo convertía en algo aún más difícil.

Siguieron caminando hasta llegar a la entrada de la cueva de Lincoln, donde los vieron a él y a Octavia dándose un beso. Finn dio un paso hacia delante, provocando que un rama se rompiese y haciendo que la pelinegra y el terrestre se separaran por el ruido causado. Lincoln sacó un cuchillo y los apuntó a ambos.

—¡Finn, Thalía! Lincoln, espera, espera. Es Thalía y un amigo nuestro. —lo frenó la ojiverde.

—Se te ha perdido esto. —dijo el caminante enseñándole el cuchillo con el que le había apuñalado.

Una vez que ya estuvieron los cuatro más calmados, decidieron entrar a la cueva de Lincoln para poder hablar más tranquilamente.

—¿Qué diablos hacéis aquí? —preguntó la Blake.

—Visitar a un viejo amigo. —le contestó la rubia.

—Podría preguntarte lo mismo. —respondió el castaño— Y también desde cuándo sabéis que habla nuestro idioma. Pero no lo haré. —Finn fue hacia una pequeña mesa y agarró el cuerno de niebla ácida— Tocaste esto cuando los tuyos nos daban caza. —dijo mirando a Lincoln, el cual asintió— Nos salvaste la vida. Quiero creer que hay más como tú.

—Te apuñalé. —le dijo el terrestre.

—Y te torturamos. Si aún así nos entendemos, puede haber esperanza. Hay que aprender de la historia en vez de repetirla, ¿no?

—¿Y cómo pensáis hacerlo? —les preguntó Octavia.

—Para empezar, no más muertes.

—No tengo autoridad para hacer treguas. —habló el moreno.

—Pues llévanos ante quien la tenga.

—Lincoln —habló Lía al ver que Finn no conseguía convencerle—, el resto de los nuestros van a venir a la Tierra. La primera nave llega en dos días.

—Es cierto. —confirmo la pelinegra.

—Y debido a los ataques, la mayoría serán soldados. Los que hacen que se cumplan las leyes. —continuó el caminante— El Arca quiere sobrevivir a toda costa. Matar a todo aquel que se salga del redil. Cuando esa gente llegue aquí, si se sienten amenazados, os declararán la guerra. No queremos que eso ocurra. Ni tú tampoco. —miró al terrestre— Creo que por eso tocaste el cuerno. Cuando lleguen los soldados ya será tarde. No habrá forma de detenerlos.

—Pero si ven que estamos en paz, puede que sea posible mantenerla. —dijo Lía.

—Está bien. —accedió Lincoln— Trae a tu líder y traeré al mío.

—¿A quién? ¿A Bellamy? No va a prestarse a esto. —negó la ojiverde.

—No, tu hermano no.

—Clarke. —dijo Finn y el moreno asintió.

—Pero no solo ella. —ahora las miradas se posaron en la rubia, quien los miró con confusión— Tú también, Thalía.

—¿Yo? —preguntó confundida— Pero yo no soy la líder del campamento o algo así.

—Lo creas o no, muchos de esos chicos te ven como una líder. Te ven como su comandante. —le dijo el terrestre.

—Es cierto, Lía. —concordó la Blake— Muchos te hacen más caso a ti que a Bellamy o a Clarke. De alguna u otra forma, también eres nuestra líder.

La abogada suspiró, pero acabó asintiendo. Los tres adolescentes salieron de la cueva y volvieron de vuelta al campamento. Octavia se desvió antes de llegar al campamento para poder ir al lugar donde sería el encuentro con la líder de los terrestres. Thalía y Finn fueron en busca de Clarke, quien estaba jugando con otros chicos.

—¿Qué pasa? —les preguntó la rubia cuando Finn agarró una pieza con la que estaban jugando.

—Demos una vuelta.

La chica asintió y se disculpó con los adolescentes. Fue con los otros dos chicos y los miró con preocupación.

—¿Ha pasado algo?

—Quiero que vengas con nosotros, pero no podemos decirte por qué.

—Finn, Thalía, decidme por qué.

—Hemos montado una reunión con los terrestres. —le dijo la mayor de los Murphy.

—¿Una reunión? —preguntó con incredulidad— No lo entiendo, ¿con quién? ¿Cómo?

—Estábamos con el terrestre que teníamos preso. Se llama Lincoln.

—Espera un segundo, ¿ha hablado con vosotros?

—Eso no importa. —respondió el caminante— Si queremos vivir en paz-

—Finn, no podemos vivir en paz con quienes no han hecho más que matarnos. —lo interrumpió Clarke.

—¿Se te ocurre otra forma de evitar más muertes? —le preguntó la otra rubia.

—Sí, las armas que va a traer la guardia.

—¿De verdad quieres guerra? Porque a este paso es lo que habrá.

—Mira, se que es optimista —le dijo el castaño—, pero ahora es nuestro mundo y podemos hacerlo mejor que la primera vez. Confío en él.

—Yo no. —contestó Clarke.

''Que terca es está mujer, por dios.''

—Nos reuniremos con ellos —acabó aceptando—, pero llevaremos refuerzos.

—De eso nada, no vamos a ir armados. Son las condiciones. Si lo hacemos, hay que hacerlo de buena fe.

—Está bien. Voy a por mis cosas, nos vemos en la puerta.

—Vale.

Los dos chicos volvieron a la puerta a esperar a Clarke. Thalía tenía un muy mal presentimiento sobre esta reunión. Tenía la sensación de que algo iba a salir mal y de que aquel pacto que Finn pretendía hacer no iba a realizarse. Al fin y al cabo, comprendía a los terrestres hasta cierto punto. Ellos eran invasores que habían llegado a su hogar, a pesar de que ellos no sabían que la Tierra estaba habitada.

La rubia llegó a los pocos minutos y los tres emprendieron el camino hasta el puente donde les había dicho Lincoln que se celebraría la reunión.

—Me encantaría que tuvierais razón, pero, ¿se os ha ocurrido que podría ser una trampa? —les decía Clarke.

—Sí, pero es el Día de la Unidad, y he decidido tener esperanza. —dijo Finn con burla antes de soltar un quejido de dolor.

—Eh, oye, deja que te lo mire. —le dijo Griffin levantando su camiseta para ver la herida.

Ambos se quedaron mirándose a los ojos por la cercanía a la que estaban. La abogada apartó la mirada incómoda, sin querer presenciar el momento de tensión que mantenían los dos adolescentes.

—En serio, Finn, esperas mucho de un tío que te clavó un puñal. —le dijo Clarke algo incómoda.

—Cada vez hablas más como Bellamy.

—Intento que sobrevivamos.

—Yo también. —respondió el caminante situándose al lado de Lía para continuar el camino.

Después de unos cuántos minutos, llegaron al puente, donde había una inquieta Octavia. La pelinegra los miró y se acercó a ellos con rapidez al verlos llegar.

—Ya veo como lo habéis logrado. —dijo Clarke al ver a la ojiverde— Le ayudaste a escapar, ¿verdad?

—Confío en él, Clarke.

—Lo oigo mucho últimamente. —respondió la mencionada mirando a los otros dos chicos.

—Viene alguien. —dijo Finn al ver como las hojas de las plantas se movían del otro lado del puente.

De ahí salió Lincoln y Octavia no tardó en ir corriendo a su encuentro. Ambos se fundieron en un caluroso abrazo mientras Thalía se acercaba por detrás de ellos. Cuando se separaron, el moreno miró a la rubia, quien abrió sus brazos con una pequeña sonrisa.

—¿También aceptas abrazos míos? —preguntó con gracia.

El terrestre negó con diversión, pero no tardó en acercarse a ella para darle un pequeño abrazo. Se separaron y Lincoln fijó su mirada en Clarke, haciendo que esta retrocediera algo asustada.

El castaño, al ver la acción de la chica, entrelazó su mano con la de ella. Escucharon pasos detrás de ellos, por lo que se giraron para ver a tres terrestres ir hacia ellos montados en sus caballos.

La abogada abrió su boca con asombro, deleitándose con aquella imagen de eso bellos animales.

—¡Dijimos sin armas! —se quejó Finn al ver a los terrestres con sus armas en la mano.

—Así es como quedamos.

—Ahora ya es tarde.

Las dos rubias se miraron y asintieron, comenzando a caminar. El caminante trató de ir con ellas, pero fue frenado por Lincoln.

—Deben ir solas.

—Nos las arreglaremos. —aseguró la abogada.

—Clarke, Lía...

—Eh —lo interrumpió Griffin—, lo haremos mejor, ¿recuerdas? —el chico asintió y ambas chicas volvieron a andar hacia una mujer que suponían que era la líder de los terrestres.

—¿Os llamáis Clarke y Thalía? —ambas asintieron— Me llamó Anya.

Clarke levantó la mano a modo de saludo, pero al ver que la terrestre no hacia lo mismo, la bajó con incomodidad.

—Creo que hemos empezado con muy mal pie. —empezó la adolescente— Pero creemos que podemos vivir juntos, en paz.

—Comprendo. Iniciasteis una guerra y no sabéis ponerle fin. —dijo Anya.

—¿Qué? No, no iniciamos una guerra. Nos atacasteis sin motivo.

—¿Sin motivo? —preguntó la terrestre con incredulidad— Vuestros misiles redujeron toda una aldea a cenizas.

—¿Las bengalas? No, eran una señal para nuestras familias, no teníamos ni idea-

—Sois invasores. —la interrumpió— Vuestra nave aterrizó en nuestro territorio.

—No sabíamos que había gente aquí. —se excusó la abogada— Creíamos que la Tierra no estaba habitada.

—Lo sabíais cuando enviasteis una partida de asalto para capturar y torturar a uno de nuestros hombres. Eso son actos de guerra.

—Lo comprendemos. Por eso hemos de poner fin a esto.

—Lincoln dice que vendrán más de los vuestros, guerreros.

—La guardia, sí. —asintió Lía— Pero también granjeros, médicos, ingenieros,... Podemos ayudarnos. Pero no estando en guerra.

—¿Podéis prometer que los recién llegados no nos atacarán? ¿Qué respetarán los términos que acordemos? —preguntó Anya.

—Haremos todo cuanto podamos para convencerles para cumplir los términos que alcancemos, te lo prometo. —le dijo Clarke.

—¿Por que he de acceder a una alianza que los vuestros pueden romper en cuanto lleguen aquí? —cuestionó la terrestre.

—Si abrís fuego los primeros, los que vengan en el futuro no se molestarán en negociar. Nuestra tecnología es capaz de eliminaros.

—Otros ya lo han intentado. —dijo la líder, haciendo que las dos rubias se mirasen confundidas.

Un grito fue lo que interrumpió su conversación. Todos se giraron para ver a Jasper con un arma apuntando a los terrestres —¡Lía, Clarke, corred! ¡Corred!

Jasper empezó a disparar a los terrestres, mientras ellos empezaban a disparar flechas. Anya sacó un cuchillo de la manga de su camiseta, dispuesta a atacar a Thalía, pero Bellamy le disparó en el brazo antes de que pudiese hacerlo.

Clarke agarró la mano de la otra rubia y ambas se alejaron corriendo mientras seguían disparando. Una de las flechas se clavó en el hombro de Lincoln, haciendo que tanto Octavia como Lía lo vieran preocupadas.

—Dios mío, te han herido. —le dijo su novia.

—Es un arañazo. —dijo él rompiendo la flecha— Corred, no parecía hasta que atraveséis vuestros muros. Corred, lleváosla.

—¡Lincoln, no! —gritó la pelinegra mientras la abogada tiraba de ella para llevársela.

—¡Marchaos!

Los cuatro empezaron a correr, cruzándose con Bellamy, Raven y Jasper por el camino. Corrieron sin parar hasta que llegaron a la entrada del campamento.

—¿Tienes algo que decir? —le preguntó el pelinegro al caminante.

—¡Te dijimos sin armas! —le recriminó Finn a Clarke.

—¡Y yo te dije que no eran de fiar y tenía razón!

—¿Por qué no me dijiste lo que ibas a hacer? —preguntó Raven con decepción.

—Lo intenté, pero estabas ocupada haciendo balas para tus armas.

—Y tenéis suerte por ello. Vinieron para mataros, Finn.

—¡Eso no lo sabes! Jasper disparó primero. —le dijo Thalía a su exnovio.

—La has cagado. —le dijo Octavia al chico.

—¡Te he salvado! De nada. —respondió entrando al campamento justo detrás de la pelinegra.

—Si aún no estábamos en guerra, ahora ya no hay duda. No tenías que confiar en lo terrestres...

—Bastaba con confiar en nosotros. —completó Lía la frase de Finn.

Los dos chicos pasaron por su lado enfadados y entraron al campamento con la preocupación en sus cuerpos. Sabían que ahora estaban perdidos.

—¿Qué hacemos ahora, Lía? —le preguntó el caminante a la rubia.

—Ahora nos preparamos para el verdadero comienzo de la guerra... —contestó con seguridad.

¡Buenasss!

Espero que os guste este capítulo. Como podéis ver, tenemos una nueva portada increíble y un nuevo banner gif.

Nos vemos pronto, un abrazo a todxs.

¡Os quiero! <3

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