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08: Murphy's law

━━━━ CAPÍTULO 08: la ley de Murphy

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LA NOTICIA DE LA MUERTE DE WELLS no tardó en llegar a oídos de todo el campamento. La noticia voló como la espuma ya que suponían que los terrestres eran los causantes de la muerte del hijo del canciller.

Thalía estaba algo afectada. Le tenía bastante aprecio a Wells, no se merecía eso ni nada por lo que había pasado, pero ya no había vuelta atrás.

La chica ayudaba a los demás a construir el muro. La muerte de Wells había sido una especie de empujón para que la gente comenzase a trabajar más duramente. Lía se movía de un lado a otro, llevando troncos a cada sitio que le indicaban. Un grito llamó la atención de todos.

—Eh, ¿te crees que los terrestres van a quedarse esperando a que terminemos la muralla? ¿Y si dejamos que la niña cargue las cosas pesadas por ti?

—Pues ayudaría más que algunos. —le contestó su hermana lanzándole una indirecta.

—Solo necesito agua, ¿vale? Y se me pasará.

—Murphy, dale un poco de agua. —le ordenó Bellamy— Eh, ¿puedes con esto? —le preguntó a Charlotte y ella estaba dispuesta a agarrarlo cuando el chico la frenó con una sonrisa— Es broma.

La rubia no pudo evitar sonreír. Sabía que detrás de esa fachada de chico duro que no seguía las normas había alguien con corazón.

John volvió a acercarse al moreno, se bajó la cremallera de sus pantalones y empezó a mearlo encima. La abogada apartó la mirada asqueada y sintiendo vergüenza por tener un hermano tan sumamente idiota.

—¿Me estás meando encima? ¿Qué diablos te pasa? —dijo empujándole, pero dos chicos lo detuvieron.

—¿No querías un poco de agua? —ironizó— ¡Volved al trabajo!

Thalía rodó los ojos con desagrado y siguió con lo suyo. Unos minutos más tarde, Octavia apareció en su campo de visión con una mirada preocupada.

—Necesito que vengas conmigo. —y sin dejarle decir algo, se la llevó hasta una tienda.

Dentro de ella estaban Jasper, Clarke y Bellamy y había unos dedos y un cuchillo en la mesa. A la rubia no le costó atar cabos y saber que ese cuchillo era el que habían usado para asesinar a Wells y que esos eran sus dedos.

—Este cuchillo está hecho con metal de la nave. —dijo Clarke.

—¿Qué significa?

—¿Quién más sabe esto? —preguntó el pelinegro.

—Nadie. Hemos venido directos aquí. —le contestó su hermana.

—Clarke...

—Significa que los terrestres no mataron a Wells, fue uno de nosotros.

—¿Hay un asesino en el campamento? —dijo Jasper temeroso.

—Hay más de un asesino en este campamento. —respondió el pecoso— Pero hay que mantenerlo en silencio. —Clarke intentó salir, pero el chico se lo impidió.

—Déjame pasar, Bellamy.

—Clarke, no seas tonta. Mira lo que hemos logrado, la muralla, las patrullas... Te guste o no creer que los terrestres mataron a Wells es bueno para nosotros.

—Será bueno para ti. ¿Qué? ¿Meter miedo a la gente para que trabaje para ti? ¿Es eso?

—Sí, eso es, pero es bueno para todos. El miedo a los terrestres está levantando esa muralla. —Clarke negó con la cabeza decepcionada— Además, ¿vas a pedirle al asesino que confiese? No sabes ni de quién es ese cuchillo.

—No me digas. —le dijo irónica antes de agarrar el cuchillo y enseñarle las iniciales bordadas en el interior del mango, haciendo que a la otra rubia se le atasque la respiración— J. M. John Murphy. La gente tiene derecho a saberlo.

—¡No, Clarke, espera! —gritó Lía, pero esta la ignoró y salió de tienda seguida de los demás.

La abogada sabía quien había asesinado a Wells porque ella misma le había entregado el cuchillo. Ella había causado la muerte de Wells indirectamente. Salió de la tienda tratando de pillar a Clarke para explicarle todo, pero ya era tarde.

—¡Hijo de perra! —le gritó empujándolo.

—¿Pero qué te pasa? —preguntó John riendo sin entender su actitud.

—¿Reconoces esto? —le contestó enseñándole el cuchillo.

—Es mi cuchillo, ¿dónde estaba?

—Donde lo tiraste después de matar a Wells. —los murmullos no tardaron en hacerse presentes, haciendo hervir la sangre de Lía, quien se acercó a Clarke.

—Para de una vez, él no fue.

—Solo lo defiendes porque es tu hermano.

—No, lo defiendo porque el cuchillo lo tenía Char-

—Lo siento, Thalía, pero este no es momento para tonterías. —la interrumpió y la otra rubia bufó molesta. ¿Salvar la vida de alguien inocente era una tontería?

—Los terrestres mataron a Wells, yo no.

—Se lo que hiciste y lo vas a pagar. —le dijo amenazante.

—¿A sí? Bellamy, ¿vas a creerte esa mentira? —pero el mencionado no respondió, solo miraba como Thalía le daba una mirada de desaprobación.

—Amenazaste con matarle, todos te oímos. Odiabas a Wells.

—Mucha gente odiaba a Wells, su padre es el canciller que nos encerró a todos.

—Pero tú eres el único que se peleo a navajazos con él.

—Y tampoco le mate esa vez.

—Intentaste matar a Jasper, ¿no? —le dijo Octavia esta vez, viendo como el mencionado soltaba un casi inaudible "¿Qué?" y como su amiga la veía enfadada.

—Esto es ridículo, no tengo por qué contestarte, no tengo por qué contestar a nadie.

—¿Cómo dices? —preguntó con superioridad.

—Bellamy, de verdad, tío, yo no he sido.

—Han encontrado los dedos de Wells junto a ti cuchillo.

—¿Es esta la clase de sociedad que queremos? —preguntó Clarke en voz alta— Decís que no debe haber reglas, pero, ¿significa eso que podemos matarnos unos a otros sin recibir un castigo?

—Ya te lo he dicho, yo no he matado a nadie.

—John tiene razón, Clarke, él no fue, fue Ch-

Pero Lía volvió a ser interrumpida —¡Yo voto por flotarle!

Todos los criminales empezaron a gritar a favor, por lo que la rubia se puso delante de su hermano en un vago intento de protección, no iba a permitir que lo matasen, y le daba igual si tenía que matar a alguien.

—Yo no he dicho eso. —se negó Clarke.

—¿Por qué no? Se lo merece, es la justicia.

—¡No es justicia porque no ha hecho nada! —gritó la abogada.

—La venganza no es justicia. —dijo la otra rubia.

Todos empezaron a gritar y John se empezó a ver acorralado por los demás, por lo que intentó escapar, fracasando en el intento, ya que alguien le había puesto el pie delante para que se tropezase. Empezaron a pegarle patadas, mientras alguien agarraba a Lía por la cintura para que no se entrometiese. Seguían pegando a su hermano, le ataron una cuerda en la boca y lo tiraron por la pequeña cuesta que había. Pasaron una cuerda por encima de la rama de un árbol y luego pasaron la otra parte de la cuerda por el cuello de John. Empezaron a elevarlo, haciendo que la rubia empezase a gritar que pararan mientras sentía las lágrimas bajar por su mejillas. Agarró uno de los brazos del chico y lo mordió, logrando su libertad, la cual no duró mucho porque otro chico llegó y la golpeó en la cara, golpe el cual dejaría un gran moretón. Volvieron a sujetarla mientras preparaban a su hermano para ser flotado, lo único que impedía su muerte era una caja que habían colocado a sus pies.

—¡Tú puedes pararlo! ¡A ti te harán caso! —le gritó Clarke a Bellamy.

—Bellamy, hazlo tú. —le dijo el mismo chico que había dado la idea de flotar a John.

Thalía fue capaz de liberarse de ambos chicos y se acercó corriendo a el pelinegro —Por favor, Bell, no lo hagas... —suplicó llorando, pero el la ignoraba, o eso era lo que le hacía creer.

El pecoso se sentía mal en ese momento. Sabía que si tiraba esa caja, la rubia le odiaría de por vida. Pero si no cumplía lo que le estaban pidiendo, John quedaría libre y acabaría matándolo. Ambas opciones podían acabar con él muerto. Y los culpables de ello serían los hermanos Murphy.

—Te vi en el bosque con Atom, se que no eres un asesino. —trató de convencerle Clarke, pero él hizo oído sordos y se acercó a el chico.

El pelinegro le dio una patada a la caja y Murphy empezó a ahogarse. Instintivamente, el Blake buscó la mirada de Thalía entre la multitud, pero no la encontró, preocupándolo.

—¡Esto es culpa tuya, princesa! Tenías que haber cerrado la boca. —le dijo a la rubia quien no paraba de reclamarle.

—¡Bellamy! ¿Qué demonios haces? —preguntó Finn llegando corriendo— Cortad la cuerda. Charlotte, sal de aquí, ahora. —le ordenó a la niña.

Todos soltaron un grito al escuchar un disparo, el cual dio justo en el pie del chico que había pasado la cuerda por el cuello de John.

Lía se acercó a él con el arma en la mano y con una mirada que ninguno había visto nunca —Corta esa cuerda ahora mismo.

—No vas a dispararme. —aseguró el moreno.

Pero la rubia volvió a disparar, solo que esta vez en su pierna. El chico cayó al suelo presionando la herida. La chica se giró y apuntó a Bellamy.

—Corta la maldita cuerda...

—¡Parad de una vez! Murphy no mató a Wells, fui yo. —confesó Charlotte, dejando impactadnos a todos menos a Thalía.

La abogada no tardó mucho en agarrar el hacha de Bellamy y cortar la cuerda. Se acercó a su hermano y comprobó que estaba bien. Se giró y miró a Clarke con una sonrisa hipócrita.

—Muchas gracias por escucharme. —le dijo irónica.

Su mirada se pasó al chico que tenía al lado y negó con la cabeza con decepción. El pelinegro apartó la mirada y se arrepintió más que nunca de lo que había hecho.


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—¡Danos a la niña, Bellamy! —gritó John desde fuera de la tienda.

Estaban el caminante, las dos rubias y el pelinegro junto a Charlotte en una de las tiendas. Ninguno quería entregar a la niña excepto una de ellas.

—¿Por qué, Charlotte? —le preguntó el pecoso.

—Solo intentaba matar a mis demonios como me dijiste. —se defendió ella.

—¿De qué diablo está hablando? —preguntó Clarke con molestia.

—Me entendió mal. —se excusó— Charlotte, no quería decir eso.

—Por favor, no dejéis que me mate. —suplicó al escuchar los gritos de John.

—Si tenéis alguna idea brillante, soltadla. —pero nadie respondió— ¿Y ahora os calláis?

—Los de ahí fuera son tus chicos. —le dijo Finn.

—Esto no es culpa mía. Si me hubiera hecho caso esos idiotas seguirían levantando la pared.

—¿Quieres construir una sociedad, princesa? —volvió a gritar Murphy— Vamos a construir una sociedad, sacad a la niña.

—No, por favor, Bellamy...

—Lía, sal fuera y tranquilízalo mientras nosotros pensamos algo. —le dijo Bellamy a la otra rubia.

—No. —respondió ella.

—¿Qué? ¿Cómo que no?

—Por favor, Thalía...

—Trataste de matar a mi hermano, Blake. Si tan solo Clarke me hubiese escuchado, nada de esto estaría sucediendo. Y si Charlotte es suficientemente madura como matar a alguien, también lo es para enfrentarse a las consecuencias que eso conlleva. —contestó firme antes de salir fuera.

Su hermano la miró y se acercó a ella —¿Van a sacarla? —le preguntó refiriéndose a Charlotte, pero Lía negó— ¡Sacad a la niña!

Pocos segundos después, Bellamy salió de la tienda dándole una mirada a la rubia, pero esta lo ignoró.

—Vaya, vaya, mira quien ha decidido apuntarse. —dijo su hermano con burla.

—Baja el tono y echa un paso atrás.

—¿O qué? ¿Qué vas a hacer, ahorcarme? —preguntó con resentimiento.

—Solo le daba a la gente lo que quería. —se trató de excusar.

—Sí, es una buena idea, ¿por qué no lo hacemos ahora? —dijo dándose la vuelta— ¿Quién quiere ver a la verdadera asesina ahorcada? Todos a favor.

Solo cinco personas levantaron la mano, entre ellas Thalía. Quería venganza. No quería que matarán a Charlotte, pero si alguien se metía con su hermano o le jodía lo más mínimo, esa persona estaba acabada. Y eso era algo que caracterizaba a los hermanos Murphy.

—Ye veo... O sea que vale colgarme a mí por nada, pero cuando esa putilla confiesa, ¿no le hacéis nada? —gritó con sarcasmo.

—¿Pero qué dices? ¡Cállate! —le respondió alguien.

—¡Cobardes! Todos vosotros sois unos cobardes.

—Eh, Murphy —lo llamó el pecoso—, se acabó.

—Lo que tú digas, jefe...

Cuando el chico se dio la vuelta, John agarró un tronco y golpeó la parte trasera de su cabeza, dejando al Blake en el suelo.

—¡Hijo de puta! —le chilló Octavia. 

Jasper trató de acercarse, recibiendo un codazo en la nariz. John y otro cuatro chicos se fueron. Lía quería acercarse a Bellamy y comprobar que estaba bien, pero, por desgracia, su orgullo era mucho mayor.

La ojiverde la miró con enfado —¿No piensas hacer nada?

—¿Tú ayudarías a la persona que trató de matar a tu hermano? —le preguntó y la pelinegra agachó la cabeza sabiendo que la chica tenía razón— No voy a impedir que tú hermano salve a Charlotte, pero tampoco voy a impedir que el mío vaya detrás de ella.

La rubia pasó todo lo que quedaba de día ayudando a construir la muralla, pero sus pensamientos estaban en otra parte. Ninguno sabía que estaba pasando y Thalía sentía gran preocupación hacia su hermano.

La noche no había tardado en caer y los demás seguían en el bosque. La abogada estaba sentada en un tronco junto a Monroe y Harper, quienes trataban de tranquilizar a su amiga, ambas sabían que no sería bueno que la rubia se descontrolase.

Cuando las puertas se abrieron, la chica no tardó en ir corriendo hacia ellas, y se temió lo peor cuando no vio ni a su hermano ni a Charlotte con ellos.

Las preguntas no tardaron en llegar, por lo que todos formaron un círculo alrededor de Clarke y Bellamy para saber que había pasado ahí fuera.

—Charlotte está muerta por culpa de Murphy, por eso ha sido expulsado. —dijo Griffin y la abogada sintió como sus piernas flaqueaban.

—¿Alguien no está de acuerdo? —preguntó el pelinegro.

—¿Qué habéis hecho que? —les preguntó la otra rubia con la voz temblorosa y ambos chicos compartieron una mirada.

No habían pensado en Thalía.

—Tuvimos que hacerlo, Lía.

—¿Qué pasó realmente allí fuera? —se dirigió al caminante— Y no te atrevas a mentirme, Finn Collins.

—John encontró a Charlotte. Estábamos en el borde de un precipicio. Charlotte no quería que siguiéramos sufriendo por sus actos, así que decidió tirarse. —le contestó sin mirarla.

—¿Mi hermano siquiera la tocó? ¿La empujó? —el chico negó, por lo que la rubia soltó una falsa risa mientras sentía las lágrimas acumularse en sus ojos y como los temblores en sus manos incrementaban— ¿Sabes lo mucho que tuve que arriesgar para poder tratar de salvar a tu madre y a tu hermana? —le dijo al pecoso— ¿Sabes el esfuerzo que tuve que hacer para tratar de salvaros a ti y a tu padre? —le dijo a la otra rubia— ¿Sabéis cuántas veces tuve que enfrentarme al canciller para salvaros a todos vosotros? —gritó mientras lloraba— ¿Y así me lo pagáis? ¿Dejando a la persona que más amo a merced de los terrestres? ¿A la única razón por la cual estoy en este puto sitio? Sois unos egoístas que solo pensáis en vosotros mismos.

Monty, quien estaba detrás de la rubia, vio como su cuerpo se tambaleaba y como los temblores de sus manos incrementaban considerablemente, cosa que no pasó desapercibido para ninguno. Finn vio como la abogada estuvo a punto de caer al suelo si no hubiese sido por él. El caminante veía como Thalía seguía temblando y como le costaba respirar, por lo que sabía que estaba teniendo un ataque de ansiedad.

Finn la cargó y la llevó a su tienda para que pudiese descansar. Cuando volvió con los demás, vio como todos lo miraban con preocupación.

—¿Qué ha sido eso? —preguntó Bellamy con la preocupación impregnada en sus ojos.

—Le estaba dando un ataque de ansiedad, probablemente por la noticia de su hermano. —le explicó Griffin.

Thalía tardó un rato en volver a recuperar algo de fuerza. Ahora estaba tumbada en su cama, recordando los últimos sucesos y sintiendo como las lágrimas volvían a salirse de sus ojos. El simple echo de pensar que su hermano podría estar muerto ahora mismo le revolvía el estómago.

Vio como una cabellera rubia y otra pelinegra entraban en su tienda y estuvo a punto de agarrar su pistola para matarlos. ¿Cómo tenían la cara para ir allí después de lo que le hicieron?

—Lía... —murmuró el pecoso— ¿Cómo te encuentras?

—Ah, ¿te preocupas por mí? —le preguntó con ironía viendo como el chico agachaba la cabeza— Creí que no te importaba.

—Claro que nos importas, Thalía. —habló esta vez Clarke sin atreverse a mirarla.

—Pues no da esa sensación.

—Queríamos proponerte algo. —continuó la otra rubia— Nos gustaría que fuese líder junto a nosotros.

La abogada, al no ver rastro de broma en sus rostros, se echó a reír como si le hubiesen contado el mejor de los chistes.

—¿Pretendéis que, después de que hayáis expulsado a mi hermano, gobierne junto a vosotros? —volvió a reír antes de mirarlos con enfado— ¡Salid de aquí antes de que os mate!

Ambos chicos se fueron sabiendo que Lía no estaría dispuesta a hablar con ellos o dar su brazo a torcer, lo cual les parecía comprensible.

La rubia, sintiendo una gran opresión en su pecho, decidió salir del campamento sin ser vista para poder dar una vuelta e intentar buscar a su hermano.

Pero, al ser de noche y no tener ninguna luz, no vio la trampa que justo estaba frente a ella, por lo que cayó al suelo, torciéndose el tobillo. La abogada se tocó la zona afectada y soltó un quejido de dolor.

Vio como una figura de acercaba a ella, por lo que trató de levantarse sin éxito alguno. Cuando iba a gritar por ayuda, sintió un golpe en la parte trasera de su cabeza, cayendo inconsciente.

Lo último que alcanzó a ver fue como esa figura cargaba con ella y la alejaba del campamento.

¡Y aquí un nuevo capítulo!

¿Quién creéis que es la figura misteriosa?

Espero que os haya gustado y no os olvidéis de darle apoyo.

¡Nos vemos pronto! <3

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