━━━━ CAPÍTULO 05: estamos en casa

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TODOS CORRÍAN Y DISFRUTABAN de su tan ansiada libertad. Thalía reía al ver la emoción de los adolescentes, disfrutando ella también de todo lo que sus ojos captaban. Bellamy sonreía al ver a la rubia feliz, el volver a verla había sido inesperado, pero agradable. Miles de recuerdos se atoraron en su mente de cuando estaban en el Arca, recordando lo feliz que había sido junto a Lía.

La chica se dio cuenta de que el Blake la estaba mirando, por lo que rio y le sonrió mostrando sus dientes.

Sintió como alguien pasaba un brazo por sus hombros y dejaba un sonoro beso en su mejilla, haciendo que el pelinegro aparte la mirada irritado. La rubia giró su cabeza y sonrió al ver como Jasper le sonreía.

—¿Qué haces aquí, mi querida Lía?

—Intentar que mi hermano no muera o que no mate a nadie. —ambos se rieron.

—Ven conmigo, Monty estará feliz de verte.

El caso del chico de gafas y el asiático fue uno de sus favoritos. Le encantaba ver como Jasper no se tomaba enserio las cosas y aprovechaba cualquier cosa para burlarse de Jaha mientras Monty le reprendía por lo bajo. Vio al chico mirando asombrado todos los tipos de plantas, haciendo que la chica sonría con ternura.

—Tío, mira quien está aquí. —le llamó Jasper, haciendo que la atención del asiático se centrase en la rubia.

—¡Lía! —chilló emocionado al ver a su amiga para luego ir hacia ella y abrazarla con fuerza— Es increíble que estés aquí.

—Yo no diría que es increíble, pero me alegro de verte. —respondió dejando un beso en su cabeza.

—Estamos en la Tierra, ¿no te vale con eso? —la voz de Bellamy llamó su atención.

Ambos chicos se acercaron a los demás, quienes veían la escena como quien ve una película de acción.

—Tenemos que ir al monte Weather, ya oísteis a mi padre, es nuestra máxima prioridad. —le discutió Wells.

—Que le den a tu padre. —se entrometió Octavia— ¿Qué? ¿Os creéis los jefes? ¿Tú y tu princesita?

—¿Crees qué nos importa quién manda aquí? —elevó la voz Clarke— Hay que ir al monte Weather, no porque lo diga el canciller, sino porque cuanto más esperemos, más hambre tendremos y más duro será. ¿Cuanto creéis que duraremos aquí sin provisiones? Hay que recorrer 30km, ¿vale? Para llegar antes de que anochezca, tenemos que salir ya.

—Yo tengo una idea mejor. —llamó la atención el pecoso— Id vosotros y encontrad la comida, que los privilegiados trabajen por una vez.

—No os enteráis, tenemos que ir, ¿vale? —Wells no pudo continuar hablando ya que alguien lo había empujado.

—Atención todos, es el canciller de la Tierra. —escuchó que dijo la voz que más había extrañado.

—¿Te hace gracia? —le preguntó el moreno irritado.

John pasó una de sus piernas por detrás de las de Wells, provocando que este cayese al suelo. Clarke forcejeaba con dos chicos que no la dejaban acercarse.

—No, pero eso sí. —respondió su hermano con una pequeña sonrisa de burla.

Ambos se pusieron en posición de lucha mientras los demás veían la escena entretenidos.

Thalía sabía el temperamento que tenía su hermano, como también sabía que era la única que podía calmarlo aunque fuese un poco. Por lo que se intento abrir paso entre la gente, pero Finn se le adelantó, ya que saltó desde el techo de la nave para impedir la pelea.

—Solo tiene una pierna, ¿qué tal si esperas a que se recupere?

—Eh, caminante espacial, rescátame a mi ahora. —dijo Octavia ganándose risas de todos y una mala mirada de su hermano.

—¿Llevamos menos de media hora en la tierra y ya te estás metiendo en problemas? —le preguntó la rubia a su hermano, ganándose una mirada sorprendida y una sonrisa por su parte.

—Lía... Dios mío, no sabes lo mucho que te he extrañado, hermana. —dijo John acercándose a darle un gran abrazo a su hermana.

—Yo también te extrañé, hermanito...

—¿Has arriesgado tu vida y tu trabajo solo por venir a protegerme?

—Se lo prometí a papá...

Luego de eso se fue a algún sitio junto a otro chico. Lía vio como un grupo, entre ellos Octavia, se iba del campamento, suponía que se iban al monte Weather.

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El Arca

Marcus Kane caminaba impaciente por el pasillo, llevaba unas horas sin ver a Lía y empezaba a preocuparse, se había encariñado con la chica.

—Disculpe, señor, me pidió que le avisara si había noticias. —dijo Shumway al acercarse a él. Resulta que habían disparado al canciller Jaha y buscaban pruebas del presunto agresor o agresora— El canciller sigue en quirófano. Creemos que este es el agresor. Bellamy Blake es una de las personas desaparecidas en el Arca.

—¿Quién es? —preguntó Marcus.

—No es nadie. Un limpiador. Estamos preparando un perfil, pero su motivo para ir a Tierra es claro. —le enseñó una foto de Octavia.

—Su hermana. La recuerdo. Su madre nos la ocultó quince años, casi un récord. —Kane vio como Shumway le veía fijamente— ¿Qué ocurre, comandante? Hable.

—Podríamos empezar ahora. Como canciller en funciones, podría dar la orden de empezar a reducir la población.

—Aún no.

—Señor, estamos perdiendo tiempo. Eliminar a los cien de la población nos dará otro más. Y los ingenieros necesitan más tiempo para arreglar los sistemas si es que tienen arreglo.

—Ya tiene mi respuesta. Basta. —le dijo al ver que iba a volver a hablar— Si vamos a matar a cientos de inocentes, lo haremos según las normas, ¿está claro? Además, sabe que necesitamos a la abogada Murphy para realizar esto. —Shumway asintió— Mientras tanto quiero saber quien ha ayudado a este limpiador a subir a la nave, porque dudo que lo haya hecho él solito. Diría que tenemos un traidor entre nosotros, comandante, y los cien tienen un asesino entre ellos. —pero antes de irse volvió a analizar las palabras del comandante— Espere, ha dicho que ha sido una de las personas desaparecidas en el Arca, ¿quién más se ha ido en la nave?

Shumway suspiró antes de responder: —Thalía Murphy.

—¿Qué? ¿Por qué Thalía se colaría en la nave? —preguntó confundido.

—Por la misma razón que Bellamy Blake, su hermano, John Murphy.

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La Tierra

Lía se acercó a Wells con una sonrisa, siendo recibida de la misma forma por el moreno.

—¿Necesitas ayuda? —le preguntó la rubia.

—No hace falta, Thalía. —respondió agarrando más ramas.

—Déjame ayudarte, Wells, y llámame Lía.

Ambos agarraron más ramas para poder hacer una hoguera y las llevaron hacia el campamento.

—¿Has encontrado agua ya? —preguntó John a Jaha, regalándole una sonrisa a su hermana.

—No, todavía no. Voy a volver a salir si queréis acompañarme.

Lía giró su cabeza y vio como en la nave estaba escrito "Primer hijo, primero en moryr".

—¿Sabes? Mi padre suplicó piedad en la cámara cuando tu padre lo mandó a flotar. —le dijo el castaño.

—A ver si escribes sin faltas, genio. —dijo el moreno chocando su hombro contra el de John.

—Si vais a matar a alguien es mejor no anunciarlo. —les dijo Bellamy apareciendo ante ellos sin darse cuenta de la presencia de la rubia.

—Tú no eres miembro de la guardia, ¿verdad? —preguntó su hermano.

—No, pero los auténticos vendrán pronto si no lo impedimos. ¿No creeréis que van a indultarnos? —soltó una risa sarcástica— Y aunque lo hicieran, ¿luego qué? ¿Unos tíos cómo nosotros seremos ciudadanos modélicos? ¿Trabajaremos? Con suerte, seremos sus basureros.

–¿Tienes algo que decir? —preguntó el chico que estaba al lado de Murphy.

—No, algo que preguntar. —respondió el Blake— Os encarcelan y os mandan aquí para morir como ratas. ¿Por qué les ayudáis?

—No lo hacemos.

—Lleváis esas pulseras, ¿no?

—Pues ese chisme dice si es seguro bajar o no aquí.

—Dices que podemos impedirlo, ¿cómo? —preguntó John algo más interesado.

—Quitáoslas, pensarán que estáis muertos, que no es seguro bajar, ¿lo pillas?

"¿Qué pretendes, Bellamy?"

El castaño sonrió y asintió —Sí. Y, si lo hacemos, ¿qué nos llevamos nosotros?

—Alguien tiene que ayudarme a mandar. —dijo antes de irse.

—Hermanito, cuanto más intentes joder al Arca, menos oportunidades tendrás de ser libre. —le comentó su hermana antes irse a buscar a Monroe.

La pelirroja y ella se habían vuelto grandes amigas al igual que con Harper, por lo que quería pasar algo de rato con ellas para saber de sus vidas. Cuando las encontró a ambas, no tardaron en ponerse al día con todo, la verdad es que las tres disfrutaban de esos momentos.

La noche no tardó en caer, por lo que Thalía salió para buscar algunas vallas o algo que pudiese cenar. Cuando volvió al campamento, vio una gran fila de adolescentes al lado de una hoguera mientras su hermano les sacaba el brazalete. Vio como Wells salía de la nave cojeando, por lo que fue hacia el y pasó un brazo por sus hombros para ayudarlo a caminar.

—Siguiente. —dijo el pecoso al ver como el brazalete de una chica ardía.

—¿Qué estáis haciendo? —preguntó el moreno.

—Estamos liberándonos. ¿Tú qué crees?

—Creo que quieres que muramos todos. El sistema de comunicaciones no funciona. Las pulseras son lo único que tenemos. Si os las quitáis, en el Arca creerán que estamos muertos. Creerán que no es seguro seguirnos.

—De eso se trata, canciller. Sabemos cuidarnos solos, ¿verdad? —los adolescentes gritaron en afirmación.

—¿Creéis que esto es un juego? No solo son nuestros amigos y nuestros familiares. Son nuestros agricultores, nuestros médicos, nuestros ingenieros. Me da igual lo que os diga este tío, no sobreviviremos aquí por nuestra cuenta.

—Wells tiene razón. —concordó Lía— ¿Qué pasa si no conseguimos llegar al monte Weather? Acabaremos matándonos entre todos por un trozo de comida. ¿De verdad empezaremos a comportarnos como animales solo porque ya no estamos en el Arca?

—Y además, si esto es seguro, ¿cómo es que no quieres que baje el resto de nuestro pueblo?

—Mi pueblo ya está abajo. Ese pueblo encerró a mi pueblo, ese pueblo mató a mi madre por el delito de tener un segundo hijo. Tú padre la mató.

La rubia vio como el moreno iba a volver a hablar, pero decidió interrumpirlo dando un paso para quedar más cerca del pelinegro.

—Yo también vi como mis padres morían ante mis ojos. Flotaron a mi padre por robar y por tener un segundo hijo. —su hermano agachó la cabeza un poco culpable— ¿Sabes quién tuvo que mentirle al canciller con tan sólo siete años para que no pillasen a su familia? Yo. ¿Sabes quién vio cómo su madre se suicidaba ante sus ojos? Yo. ¿Sabes quién defendió a tu madre? Yo. ¿Sabes quién hizo que Octavia y toda esta gente esté aquí y no hayan sido flotados? Yo. Y ahora tú estás condenándonos a una muerte segura porque sabes que no sobreviviremos ni una semana sin el Arca. Si realmente te importaran una mierda, no les quitarías esas pulseras, las cuales ahora mismo son nuestra única salvación. —Bellamy la miraba directamente a los ojos antes de bajar la mirada, viendo como las manos de la rubia temblaban, preocupándolo.

Thalía se dio cuenta de eso, por lo se fue de allí hasta su tienda para poder administrarse su tratamiento. Vio como los temblores iban parando poco a poco y suspiró con cansancio. No llevaban ni veinticuatro horas allí y ya sentía que no podía más.

Se tumbó en su improvisada cama y cerró los ojos, quedándose dormida en pocos minutos.

Fuera de ahí, Bellamy analizaba las palabras de la chica. Sabía que la rubia tenía razón, pero no podía permitir que el Arca bajara.

No cuando sabía que lo matarían si eso ocurría.

¡Buenas, buenassss!

Espero que os guste mucho este capítulo.

En el siguiente descubriréis la enfermedad de Lía y un poco más sobre la muerte de su madre.

Nos vemos muy pronto.

¡Os quiere, Kami!