Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

XI

The great war !¡ ⛑︎




























❛I know what you are,
brighter than the stars.❜


























Pablo lleva dando vueltas en su cocina por lo menos dos horas. El tacto, la suavidad de sus labios y la gentileza con la que agarró sus mejillas. Grita internamente.

Es como si una estampida de rinocerontes están pasando por encima de él sin parar, quizás esté dándole más vueltas de las que debería. Si, tal vez sea eso. Pedri no ha podido pensar con claridad por la morfina, le ha suministrado bastante cantidad.

Pero muy en el fondo, desearía que esto fuese real. Una puerta abierta.

Pablo suspira y agarra un vaso de agua, lo pone en una bandeja junto con unos pasteles que han sobrado de la panadería y vuelve a subir las escaleras. Está nervioso.

Pedri sigue igual, tumbado y con las manos en el pecho, pero ahora está dormido, las medicinas han surtido efecto.

Deja la bandeja en la mesita de noche y se sienta a su lado en la cama.

— ¿Por qué tenías que besarme? - Pablo susurra y se frota la frente.

— Porque me llevas gustando desde que te invité ese día a mi cumpleaños.

Pedri se recuesta en la cama y se frota los ojos. Parece ser que no estaba dormido del todo. Gavi se queda rígido sin saber muy bien qué hacer, quiere desaparecer en esos instantes, pero a la vez se muere de curiosidad por saber más.

— Pero de todas formas da igual.

— No, no da igual, Pedro, llevo toda la mañana con la cabeza dándole mil vueltas, y... - Gavi se pasa una mano por el pelo. - Y me ha hecho darme cuenta de muchas cosas, cosas de las que no era consciente.

— ¿Y eso qué te hace sentir?

— Me hace sentir culpable.

Pedro asiente, su expresión es seria, mucho más seria que antes, nunca le había visto así.

— ¿Te sientes culpable porque sabes que esto no está bien? - Pedri se señala así mismo y a Pablo.

— No, no, eso no. Me siento culpable por haberme estado mintiendo durante mucho tiempo, desde que volviste al pueblo...pensé que lo que sentía era odio por lo que eres, por ser parte de la armada nazi, pero... - Pablo se acomoda mejor en la cama, se queda sentado y abrazando sus propias rodillas. - Pero, lo que siento nunca fue odio, supongo que siempre fue admiración, porque a pesar de todo lo que has debido pasar, sigues siendo el mismo niño dulce que me rogó ir a su cumpleaños.

El silencio inunda la habitación, Pablo sigue abrazado a sus piernas, mirando a la colcha que cubre la cama, Pedro en cambio está pensativo, con los brazos cruzados. De pronto toma una de las manos de Pablo y tira de ella, haciendo que el más pequeño de los dos quede encima suyo. Le rodea con los brazos.

— No soy tan bueno como crees. Tú lo viste, viste como disparé a esa mujer.

— ¿Pero tú querías hacerlo?

— No importa si quería o no, lo hice.

Pablo sonríe levemente, ganándose una mirada confundida por parte de Pedro. 

Pablo sonríe levemente, ganándose una mirada confundida por parte de Pedro.

— Hay una delgada línea entre la intención y la obligación, Pedro, tan fina que nadie sabe cual es el límite de cada una.

Pedro se queda en silencio durante bastante tiempo, no sabe qué más decir, es como si en un segundo las barreras de su vida se hubieran caído. Es el silencio lo único que te arropa.

— Yo de lo único que estoy seguro es de quererte, Pablo.

Gavi toma una bocanada de aire, apoya su barbilla en la punta de sus rodillas. ¿Realmente lo que decía Pedri lo sentía?

— Esta guerra me ha hecho olvidarme de muchas cosas, de mi infancia aquí, de mis abuelos, de lo que me gusta hacer, y a veces se me olvida lo mucho que echo de menos a mi hermano los días de tormenta porque se que lo pasa mal. - Pedri apoya su espalda contra la pared, quedando justo al lado de Pablo. - Y supongo que esta versión de mi es lo mejor que puedo darte, pero es lo que soy de verdad.

Gavi coloca una de sus manos por encima de la de Pedro, sonríe levemente.

— No te pido que seas perfecto. Yo tampoco soy el mismo Pablo de hace seis años, ni mucho menos ahora soy como mi versión del futuro, y eso está bien.

Pedri sonríe. Gavi se ha dado cuenta desde hace ya bastante tiempo que Pedro no suele sonreir mucho, no de la manera en la que lo está haciendo ahora mismo. Su sonrisa no es grande, ni muy forzada, es como si estuviese descansando, es tan leve que parece invisible. Pero Pablo lo nota, siempre lo hace. Quizás nota cada cambio que le ocurre al más mayor, en otras palabras, puede verlo tal y como es, sin ninguna sábana que lo cubra. Lo ha sabido hacer desde pequeño, y ahora agradece eso.

— ¿Y ahora qué? ¿Se supone que somos pareja o algo de eso?

— No hace falta poner ninguna etiqueta si te molesta. Podemos ser discretos.

— ¿Y tú estás seguro de esto? No quiero que tu padre...

— Mi padre me lleva atormentando toda la vida, por una vez quiero priorizar mi felicidad. - Pedro entrelaza sus dedos con los de Gavi. - Pero, eso supondría ponerte en peligro, y no estoy dispuesto a eso.

— No me importan. - Las palabras de Pablo son más rápidas de lo que se esperaba, es como si hubiesen estado a punto de salir, tan rápidas como un cohete.

— Quiero que seas consciente de ello, esto no es un juego, es la guerra y aquí muere mucha gente, no quiero que tu seas uno de ellos.

— Esta guerra me lo ha arrebatado todo, pero eso no me hará sentir más miedo, se que si nos pillan...acabaremos bajo tierra, pero no quiero tener que elegir un mundo en el que mi dia a dia se base en esconderme, no al menos en cuanto a lo que siento. Tú lo sabes mejor que nadie cuando el otro día en la plaza me defendiste delante de tu padre.

— Mi padre nunca podrá quitarme mis ideales. Ojalá fuese como mi hermano, tan decidido con lo que hace, tan...libre.

Pedro se tumba en la cama con la mirada fija en el techo, Pueblo se tumba a su lado, colocando uno de sus brazos alrededor de la cintura del más mayor.

— Yo creo que el destino pone y quita a cada persona lo que se merece.

— Entonces, ¿qué he hecho yo para que solo me quite cosas, partes de mí? - Pedro susurra, su voz se quiebra en algún momento.

Pablo le rodea con los brazos y le acaricia la cabeza suavemente.

— Estoy seguro de que a tí te llegarán pronto cosas buenas.

— Quizás lo único bueno que me ha dado ese dichoso destino haya sido conocerte a ti.

— Voy a hacer todo lo que pueda para que estés bien Pedro, te mereces ser feliz.

Pedri sonríe y le besa los labios suavemente para después acurrucarse a su lado. Tal vez Pablo esté en lo cierto y a partir de ahora todo vaya mejor, aunque de una cosa sí que está seguro,con Gavi a su lado le daba igual todo lo demás.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro