
͟͟͞͞➳ 20
Golpeara seres ya muertos no era para nada complicado, sin embargo, si eran muy fastidiosos. Para ellos, pan comido, pero para los habitantes eran una pesadilla hecha realidad, y ni hablar del ejército de cerberos.
— ¡Siento que tengo fuerza! — exclama Haknyeon.
El había recuperado sus poderes, o eso era lo que parecía. Sus movimientos eran rápidos, muy rápidos. Le alegraba que su compañero se encontrara bien, por lo menos estaba bien.
Pero ChangMin... SangYeon le había dicho que no estaba muerto, aún tenía vida, pero estaba sellado con una maldición ¿desde cuando SunWoo puede hacer maldiciones? Esto era obra de Juyeon, no había otra explicación.
《Juyeon...》
Todo era su culpa.
Si tan solo él hubiera desarrollado mejor sus habilidades, si tan solo se hubiera confirmado con lo que tenía, si tan solo no hubiera leído aquel libro esa vez... él fuera uno de los suyos, Juyeon estaría gobernando un pueblo como todos los demás Dioses, Sol estaría junto a ChanHee y tuvieran una familia juntos, YoungHoon no estuviera desaparecido, Haknyeon nunca hubiera pasado por la crisis de debilidad, y ChangMin estaría en perfecto estado, con ellos... todos estuvieran felices.
Jacob y Kevin se habían llevado a ChangMin donde Yeriseth y Moon, ella sabrían que hacer con él. Mientras que Hyunaje había ido en busca de Eric, casi ni sabían de él, no era muy común verlo.
Por otro lado, Chanhee estaba sentado en un tronco, sus manos sostenían su rostro, y su codo estaba sobre sus rodillas. Se encontraba muy pensativo, tanto así que sus ojos se empezaron a cristalizar por hacer contacto con el aire por mucho tiempo. Yunho, quien, debido a los ataques, tenía parte de sus extremidades envueltas en restos de telas rasgadas de sus prendas, se sentó junto a ChanHee captando su atención.
— ¿Estás pensando en mí hermana? — pronuncia Yunho mientras limpiaba su arco.
Chanhee se mantiene en silencio. No había momento en el que no pensara en ella. Tenía que admitir que le llegó a gustar Sol, lo que en un momento fue solo un simple interés de poder, ahora era amor. Sí, amor, se atrevía a decir que de eso se trataba, estaba muy seguro de lo que sentía.
Claro que los Dioses aman.
Ellos se enamoran.
También enloquecen por amor.
Hasta matarían por amor.
— Ella te admiraba y te respetaba mucho, estaba dispuesta a hacer todo por ti — informa el joven humano — Claro, que no estaba seguro si ella quería tener una familia con un Dios.
— Yo no la obligué
— No, pero tampoco le distes alternativa. Y ahora ella no está.
—¿Dices que yo la he conducido a su muerte? — cuestiona el Dios de la luz sin poder creer tal acusación del contrario.
— Como sea — dice sin restarle mucha importancia para luego seguir armando sus herramientas.
La vena palpitante en la frente de Chanhee se podía notar a leguas, aquel comentario no le había caído para nada bien.
— Bien, sigamos — ordena SangYeon.
Cada quién iría a su pueblo, protegerían a su gente, antes de que Juyeon y compañía los encuentren y le de inicio a una masacre. Aunque pensándolo bien, ya había iniciado.
Cada uno de ellos estaban recibiendo muchas señales, las personas no dejaban de llamarlos, de pedir de su ayuda.
En especial a Haknyeon...
— ¿Por qué me siento tan... débil? — menciona el susodicho.
Chanhee gira para observarlo, y en cuestión de segundos su cara se transforma en una de sorpresa y...¿miedo?
Haknyeon perdía su piel, de hecho, esta caía al piso o incluso, dentro de él. Se quebraba, se quebraba como un muñeco de porcelana. Estaba hueco. Y el brillo de sus ojos poco a poco se apagaban.
No entendía, si hace un momento estaba bien, se sentía fuerte, entonces... ¿por qué ahora se sentía morir?
— ¿Qué me pasa? No me puedo mover... ¿me estoy muriendo? — dice mientras caía de rodillas para finalmente caer por completo al suelo.
SangYeon estaba igual de perplejo que los demás, a excepción que este ya tenía lágrimas en sus ojos, él sí sabía que estaba pasando, su expresión lo decía todo. SangYeon se acerca a Haknyeon y lo gira para que quedara boca arriba. La mitad de su rostro ya se había caído.
¿Cómo se mueren los Dioses?
¿A donde van sus almas?
Siquiera ellos lo sabían, el libro rojo con letras doradas era el que tenía las respuestas.
— Haknyeon, juro que esto no quedará así. Haré justicia, por ti, por tu gente, por todos — susurra SangYeon sosteniendo el cuerpo inmóvil del pequeño, pero gran Dios que por mucho tiempo fue.
El Dios de la ley, alma justiciera, el Dios de la balanza divina. Siempre cumple con su palabra, él buscará justicia para su amigo. Estaba seguro de aquello.
—Lo siento mucho — Lamenta Yunho haciendo una reverencia.
No pasó mucho tiempo para que Chanhee se uniera a SangYeon, las lágrimas salían sin freno alguno, sus rostros estaban empapados y complemente rojo.
El llanto de un Dios no traía nada lindo.
La lluvia empezó a caer.
《Juyeon se está llevando todo lo que quiero》pensó el Dios de la luz.
— Juyeon se está llevando todo lo que quiero — repitió, pero esta vez en voz alta — ¡¿Por qué hace esto?! ¡¿Por qué tanto odio?! ¡Si él era el Dios más dulce de todos! No entiendo — comenta un Chanhee lleno de ira y tristeza, elevaba su voz mientras aún brotaban lágrimas de sus ojos — Odio estar en esta situación, odio ver a la gente que quiero caer uno por uno.
Estaban entre el desierto y el bosque. Afortunadamente se encontraban bajo un árbol frondoso, allí la lluvia no llegaba a algunos lugares... o por lo menos no del todo.
— Tu tienes algo de culpa, Chanhee, date cuenta — Menciona SangYeon dejando el cuerpo del antes Dios de los sueños bajo el árbol, en una especie de hueco, como un refugio — Estás igual de ciego que Juyeon. Ustedes tienen mucho en común ¿sabías?, y eso le ha costado la vida a varias personas, y a Haknyeon, el Dios ternura, a ese ser que le hablaba a los animales, que jamás creció — SangYeon soltó una pequeña risita melancólica — jamás, siempre fue como un niño, hasta su último día...
Chanhee se mantenía en silencio
¿Darse cuenta?
¿Darse cuenta de qué?
¿En que había fallado?
El siempre intentó ser el perfecto, todo el tiempo siguió las reglas, NUNCA se despegó de las leyes.
Ser etiquetado de aquella manera por el mismísimo SangYeon era muy confuso.
— Pero mira lo que ha traído la marea — Dice un Eric divertido.
Yarisha pone sus ojos en blanco, ya se estaba aburriendo del extraño humor de su mayor, incluso de los comentarios poco adecuados de HongJoong, quien ya parecía insinuar cosas con ella.
— Igual que la última vez — Responde Hyunaje.
— ¿Me dirás a que has venido, como verás, nosotros estamos de salida — detrás de Eric, habían varios guardianes, se veían fuertes, todos vestían con poca ropa y sus cabellos eran exageradamente largo.
Los ojos de Hyunjae posan específicamente en una de ellas, la morena de cabello blanco. Y así como volvió a verla, también lo dejó de hacer, hasta se giró un poquito con sus mejillas totalmente enrojecidas. Eric había notado aquello.
— ¿Te gusta? Está soltera, es una buena sirena — comenta Eric entre risas haciendo que las mejillas de Hyunaje ya rojas se encendieran aún más.
—¡¡¿SIRENA?!!— Exclaman en forma de pregunta los dos capitanes piratas, Arisha y HongJoong. Estaban boquiabiertos.
— Si, ¿qué? ¿No lo sabían?
(...)
— Ya veo, conque eso fue lo que pasó. Me siento mal por no haber ayudado — Eric toma una daga y la envaina en su cinturón, mientras seguía haciendo lo mismo con varias armas similares que reposaban en la mesa — Adelante, toma lo que puedas, no debemos depender de nuestros poderes.
Y él tenía razón. La causa de que alguien se vuelva débil, es perdiendo la fuente de la que depende. Es por tal motivo que no debemos confiar en algo que se te pueda arrebatar fácilmente, en cambio, el entrenamiento y la confianza en ti mismo te harán alguien independiente. No pasarás trabajo y sobrevivirás con mayor facilidad.
— Siempre estoy armado — Responde mostrando orgullosamente su espada a la que él llamaba "flama de dragón" debido a que él tenía el poder de encenderla, haciendo que quede cubierta de fuego — ¿de dónde sacaste a esos dos? — Pregunta refiriéndose a los jóvenes humanos.
— Son mi distracción, mi nuevo pasatiempo es molestarlos, es muy divertido jajajaja — Eric ríe a carcajadas para nada disimuladas. Por otro lado, Hyujae no entendía de lo que hablaba y se mantuvo serio todo el tiempo.
— No entiendo como puedes reír mientras las personas allá están muriendo.
—Solo deja que todo fluya, como las olas del mar, nada es reversible, todos pasa por alguna razón. Y como nosotros somos los Dioses, nosotros somos lo que decidimos ese "algo". Yo no me preocupo.
— Yo me largo, definitivamente estás loco — Hyunaje se giró dispuesto a retirarse del lugar.
— ¿Sabías de Juyeon usaba el cuerpo de la bruja para espiar en mi territorio? Esparció maldad y envenenó las aguas, ya no tienen vida, y ni conservan su precioso color. ¿Crees que yo no estoy dispuesto a defender lo mío a muerte? Voy por Juyeon y su amiguita medio muerta. Yo mismo me aseguraré de que paguen por lo que hicieron.
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Hola :3
Sí, ya sé que dije que todos los martes actualizaría, pero es que esté capítulo me gustó mucho, espero que a ustedes también.
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