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Las velas que iluminaban el lugar amenazaban con apagarse. Algo estaba mal, y las dos chicas ayudantes de Eric lo sabían muy bien, incluso los dos capitanes humanos tenían el presentimiento que algo malo ocurriría.
Eric por otro lado se encontraba comiendo una ensalada de frutas, se veía tan tranquilo, y hasta mantenía una sonrisa fresca.
-Señor...-menciona la chica de cabello blanco siendo interrumpida por Eric.
-¿Te gustan las fresas? Son jugosas y tienen un sabor peculiar, a mi en lo general me gustan mucho más las uvas, pero las fresas tienen algo que me hace querer comerlas todo el día todos los días -Confiesa un Eric muy entusiasmado sin dejar de llevar fresas a su boca.
-¿De verdad es un Dios? -Dice HongJoong al ver su comportamiento.
- Ouh, ya no hay fresas -el tazón de la ensalada había dejado el color rojo, él había comido todas las fresas. Sin embargo, sonríe y va a por las manzanas verdes - En fin, el ácido de esta fruta me recuerda al campo de batalla. Te amo, manzanas verdes.
-Señor...-la chica vuelve a insistir, pero nuevamente fue interrumpida, esta vez por las velas que se habían apagado, quedando todo muy oscuro - Mi, Señor, algo no está bien. Desde que encontramos el cadáver de la bruja han pasado cosas extrañas -ambas guardianes se pusieron alertas, sabían que en cualquier momento alguien atacaría.
- ¡Ah, no puede ser! -exclama Eric llamado la atención de todos, y sorprendiendolos del mismo modo. Aunque no lo puedan ver, estaban muy atentos- ¡Las uvas son las mejores!
- ¿Es en serio? ¿Acaso está loco? Deje de andar de glotón, ponga atención y comportese como un Dios ¡ah! - dice una Arisha enfadada.
Ahora, solo había un silencio, un silencio aterrador, se escucharon pisadas, pisadas que poco a poco fueron aumentando, convirtiéndose en muchas.
-¿Que pasa? -susurró HongJoong.
Se escucharon muchos golpes, las mujeres del mar entraron en pánico.
-mi señor, ¿Donde está? -habló una de ellas, caminaban por todo el lugar con armas en sus manos, y el corazón palpitando a la velocidad de la luz.
Los sonidos aumentaron poco a poco, como si alguien estuviera desordenado el lugar, acentando todo lo que encontrase a su paso.
-Hong ¿que pasa? ¿Logras ver algo? - susurra Arisha tomando la mano del contrario.
-No. Yo solo quería oro, no enredarme en estas cosas raras - pronuncia el joven capitán pirata.
Y como por arte de magia las velas se encendieron nuevamente, dejando ver a Eric sentado sentado su trono de oro mientras disfrutaba de lo último de su ensalada de frutas. Las dos mujeres seguían en posición de ataque, pero muy confundida de la situación. En el suelo del lugar un momento de huesos que poco a poco se desvanecían.
-Ya terminé. Creo que es hora de visitar a los demás Dioses ¿quieren ir? - el Dios de las aguas deja su taza a un lado.
Arisha y HongJoong se encontraban boquiabiertos. Eric los había derrotado aún con la luz apagada, después de todo si sabía muy bien lo que hacía.
- Es un Dios, no necesita comer para vivir - protesta HongJoong.
- Lo sé, pero me gustan las frutas - comenta después de chasquear sus dedos, así los dos humanos se liberaron de la burbuja en donde se encontraban - Esa pila de huesos que acaban de ver no son una buena noticia, algo malo está pasando en tierra firme y nosotros tenemos que ir a ayudar. Ese serán sus castigos: enfrentar a las pilas de hueso. Ah, y no mueran para que pueda gozar de su libertad cuando el castigo se termine - finaliza Eric con una sonrisa energética y sus dos pulgares levantados, como si estuviera dando ánimos.
Una enorme sonrisa.
Pero por dentro estaba que se moría, estaba por vivir otra guerra. Y estamos hablando de uno de los Dioses más nuevo que, a pesar de que tiene muchos años, no ha vivido lo suficientemente como para ser un experto en guerras, y mucho menos contra el inframundo. A decir verdad, Juyeon le da daba igual, su preocupación es por su territorio y la paz como tal.
El cosquilleo en su garganta le advertía a gritos que algo no iba bien, lo que ya estaba mal ahora se encaminaba a lo peor. Muy pronto, y como era de esperarse, el cielo azul se volvió gris, y el gris poco a poco se tornó negro. Sin duda no era una buena señal.
Una tormenta en el desierto era tan poco común, esto era obra de Juyeon y sus aliados.
《Sunwoo...》pensó.
Aún no lograba comprender comprender la razón por la cual Sunwoo los había traicionado. Él, sin duda alguna, no mostraba el mejor carácter o actitud, pero más allá de eso, estaba seguro de lo que quería, y siempre mencionaba y juraba la protección de su gente. Es absurdo el solo pensar que los saceificaría sólo por sus ideales, o...sea lo que sea que tuviera planeado. Juyeon ha sabido aprovecharse de todos, incluso de él, quien se había interesado en una humana, los semidioses nunca sería bienvenidos.
Pero...¿entonces que era Alma? ¿Una Diosa o una semidiosa?
Sea cual sea la respuesta, no es el mayor problema ahora.
La arena se empezó a mover de forma brusca. ¿Un terremoto? No, era otra cosa.
-Pero...¿Que mie*da está pasando?-cuestiona Kevin tratando de sostenerse de algo, mientras intentaba calmar a su caballo.
-Nada bueno-Responde Yunho. Una mano que sale de la arena lo sostiene por el tobillo, tomándolo por sorpresa. -¡Aahh! ¡Es un cadáver! - exclama dejándose caer. Los nervios lo paralizaron, o quizás...¿miedo? Hyunjae saca su espada y ataca al enemigo subterráneo, liberando así a YunHo.
-Nunca dudes en atacar -pronuncia Hyunjae envainando su espada.
De la fina arena se podía ver como brotaban más de ellos.
-No puede ser -dice Haknyeon con sus ojos cristalizados.
-¿Acaso es una broma? - cuestiona el Dios del hielo.
cadáveres con carne rasgada y un color y olor muy desagradable, cada uno tenía algo en particular, un amuleto rojo.
-Allí - señala Chanhee aquellos amuletos - están malditos, debió ser obra de Juyeon. Él estará aquí muy pronto.
Chanhee observó a Yunho, este tenía una expresión de pánico, sus ojeras también eran muy notables, él se encontraba cansado y triste por la muerte de su hermana, la única persona que le hacía compañía, quizás ella era la razón por la cual él seguía adelante.
La culpa lo perseguía ahora, si no se hubiera interesado en Sol, quizás ellos estuvieran bien, pero el impulso de tener el poder y conseguir lo que él quisiera, lo llevó hasta donde está ahora; sin su chica, con un problema que le puede costar la vida a muchos inocentes y con una Diosa con el corazón roto, Yeriseth. Él estaba consciente del daño que sus decisiones le causaban a la Diosa del amor. Pero... ¿qué podía hacer ahora? Esas acciones ya están en el pasado, y que sin duda afectarán rotundamente el futuro de la humanidad.
- SangYeon... ¿qué hacemos? -se escuchó decir por parte de Haknyeon.
-Cuidemos a nuestros pueblos, cada quien tiene que hacerse cargado de lo suyo en estos momentos. Ha empezado el ataque de Juyeon, solo nos queda defendernos-interviene Chanhee para luego crear una espada con su poder y atacar a los enemigos, casi al instante los demás se les unieron.
-¿Recuerdas? Yo no tengo poderes -Comenta un Haknyeon desesperado usando armas hechas por humanos.
-Díselo a él -SangYeon señala con la cabeza a Yunho, quien con sus flechas logró retirar un amuleto de uno de los tantos cadáver, provocando que este se convirtiera en polvo.
Haknyeon, y el resto de los Dioses presente observaron su valentía, si un humano puede, nosotros los Dioses también.
《Mi pequeña Sol, juro que te vengaré》 pensó el Dios del sol creando una armadura dorada.
-Antes de que se vayan.... aquí tienen- La figura de Sunwoo con un cuerpo en sus brazos aparece arriba de una colina de arena. Su rostro no tenía expresión alguna, sólo seguía órdenes, hasta pareciese que no fuera él mismo - Él me obligó - continúa para luego dejar que el cuerpo de ChangMin rodara sobre la pila de arena.
¿ChangMin está...?
-¡No, no, no ¿Que es lo hiciste?! - exclama el Dios de la luz apunto de llorar.
Losdemomás intentaban cubrirlo de los ataques de los cadáveres, para que él pudiera acercarse a su amigo.
- Si no quieren quedar así más vale que se detengan, Juyeon ya se está apoderando de las aldeas, ciudades y villas...El hogar de su gente, y ejecutará a todo aquel que se niegue a obedecerlo - La arena empieza a consumir a Sunwoo. Se retiraría.
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¡Hola!
El capítulo que se viene es para llorar :'D
Estaré actualizando más seguido, tengo un nuevo proyecto y es fundamental finalizar este para comenzar el otro UwU
Cuídense, tomen agua ♡
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