
͟͟͞͞➳ 16
—Dejame ver si entendí: Escuchaste unos ruidos y fuiste a ver que pasaba, y cuando entras a la habitación en donde estaban Yunho y Sol, lo viste a él en el suelo y Sol tenía una daga en su cuerpo, quisiste defender a YoungHoon pero no pudiste porque la diosa Alma te atacó y golpeó. Cuando reaccionaste fuistes detrás de ellos pero se te perdieron de vista— resume Hyunjae. Sunwoo asiente lentamente como si estuviera asustado.
— Entonces YoungHoon está en el inframundo con Juyeon. No sabemos que pasa con exactitud. ¿Por qué Juyeon querría a YoungHoon? Hasta donde tengo entendido su conflicto terminó hace mucho -—Dice Kevin.
— Eso explica la ausencia de YoungHoon, y el por qué su corona estaba tirada, él jamás dejaría su preciada corona — pronuncia Chanhee — Tengo un plan para recuperar a Sol.
Las últimas palabras habían captado la atención de todos, en especial la de YunHo, quien esperaba atento a que el dios de la luz revelara el plan.
— ¿Pero qué dices? Ella fue maldecida por Alma, las única formas de regresarla a la vida es mediante un ritual, y sabes que no será la misma. O...— Kevin guarda silencio.
— Acabando con Alma. Solo un Dios puede asesinar a otro Dios. Yo soy un Dios. — finaliza ChanHee.
— Chanhee, si algo le llegase a pasar a esa diosa, solo desatará la furia de Juyeon. Eso empeorará las cosas —Comenta un Hyunjae muy seguro de sus palabras.
Una cualidad más entre sus tantas. Calcular y mantener las probabilidades de lo que pueda pasar en un futuro, es la rutina de los inteligente. Y quizás él era un poco lento a la hora de tomar decisiones, pero en su mayoría solía acertar.
— Entonces acabaré con él también.
Hyunjae suspira profundamente y desvía su mirada hacia SunWoo, quien observaba todo en silencio. Las cejas del menor estaban ligeramente curvadas hacia dentro y su boca estaba entre abierta. Se notaba a leguas la preocupación que llevaba. La mirada de Hyunjae recorrió su cuerpo. No tenía moretones ni rasguños.
— SunWoo ¿los dos no pudieron con una chica? Eres el Dios de la guerra ¿no? — menciona el Dios del fuego entre cerrando sus ojos.
— Eh...
— ¡Chicos! ¡Aquí están! — una voz particular se escucha por todo el salón — los extrañé — admite un Haknyeon energético, pero con lágrimas en sus ojos.
— SangYeon, Haknyeon — pronuncia SunWoo acercándose a los mencionados — ¿Pasó algo, Haknyeon? ¿Por qué lloras?
— Juyeon...él tiene toda la culpa—
Y como si de un niño se tratara, Haknyeon infló sus mejillas y cruzó sus brazos, su centro se frunció y miró hacia un lugar de la habitación un poco ¿molesto?. Era la misma acción que realizaban los niños cuando se le negaba un regalo.
Haknyeon era un niño.
— Dime ¿qué te hizo Juyeon? — Cuestiona Chanhee frunciendo el ceño, a este punto ya estaba muy enojado. Tanto así que su labio inferior estaba lastimado, seguro lo mordía debido a la ansiedad.
— Todo comenzó en una noche muy normal... — Comienza a narrar Haknyeon usando sus manos como apoyo.
Por otro lado Hyunjae no dejaba de analizar el comportamiento de SunWoo, quien aún se veía muy preocupado. Pero en el fondo él sospechaba de su "amigo" aunque no quisiera. El dios de la guerra y él conectaron miradas. 《¿Qué es lo que estás pensando, SunWoo?》pensó el dios fuego. Y por si fuera poco el contrario sonrió de medio lado. Era una gesto muy confuso para identificar, la dualidad de este ser era muy superior, sin duda un gran actor.
Hyunjae mueve sus labios, trataba de decirle algo a SunWoo pero sin emitir sonido alguno. Y al parecer lo comprendió porque su sonrisa se había ido.
(...)
— Dime ¿Cómo fue que Haknyeon perdió sus poderes?
— No sabemos con exactitud, pero he sacado mis propias conclusiones.
— Soy todo oídos — pronuncia Hyunjae.
SangYeon soltó un suspiro pesado y profundo mientras despejaba las ideas de su mente. Tomó un poco de vino antes de empezar a hablar.
— Hank puede tener la actitud de un niño, pero no es tonto. Él afirma haber visto a Juyeon en los sueños de una pequeña, no creo que se trate de una simple pesadilla, fue magia — El mayor hizo una pausa para volver a tomar de su bebida — Es muy posible que halla hecho todo eso con los cristales del equilibrio, después de todo él los posee. Sin embargo algo no va bien con eso.
— ¿A que te refieres? — Pregunta un Hyunjae muy curioso.
El silencio se hizo presente por un momento, solo se podía apreciar el sonido del viento mientras viajaba en el desierto, quizás haciendo tormentas de arena.
— Juyeon no es de los que les guste esperar, es muy inteligente, y lo más factible en su posición es atacar cuanto antes. Al tener tal poder en sus manos lo más lógicos es que ya hubiera atacado — explica el Dios de la ley.
Y por supuesto que tenía razón. Juyeon no tenía paciencia, aprovechaba toda oportunidad que se le presentara. Un mundo a su modo es lo que más quería él. Desde el principio presentó una actitud desafiante para con el Dios de dioses. Entonces... ¿qué espera?
No sólo quiere "perfeccionar al mundo", también tiene otro propósito, y quizás por ese motivo fue que se llevó a YoungHoon al inframundo.
《YoungHoon...》 pensó.
El hecho de solo pensar en lo que le puede estar pasando a su amigo en estos momentos le daba cierto escalofrío. Po la mente de Juyeon pasaban miles de maneras de como torturar a alguien, y Hyunjae lo sabía perfectamente.
Entonces...
— Será que... ¿Quiere que bajemos por YoungHoon? Quizás pensó que nosotros iríamos a su rescate. — dice el Dios del fuego.
— ¿Acaso eso no es lo que haremos? Chanhee no se echará para atrás, él está decidido.
— Lo sé, es muy terco, pero debemos decirle.
- ¿Sabes? Comprendo como te sientes.
-¿Tu? ¿Entenderme a mi? - dice Alma con voz sarcástica para luego soltar una risita.
- De hecho sí, muchas veces me siento obligado a seguir órdenes sin libertad alguna. Somos iguales - articula YoungHoon con una pequeña sonrisa.
Notaba como la pelinegra se quedaba pensativa. Sus palabras habían tocado una fibra muy delicada. Y aunque lo que dijera sea fingido, YoungHoon se dio cuenta de la realidad de sus palabras.
Esclavitud.
Una palabra que pesaba por dentro y se reflejaba por fuera. Todos alguna vez hemos sido esclavos de alguien o de algo. Hasta tal punto de creer que lo haces o dices es por voluntad propia.
Él tampoco tenía mucha libertad. Con el hecho de ser un Dios eras despojado de algunos privilegios, como actuar como un humano, entender sus costumbres o comer por alimentar su cuerpo. Aunque fueran cosas simples, él lo deseaba, en vez de eso, despertaba todos los días a cumplir con su trabajo de atender molestias de las personas, arreglar sus errores y salvar vidas, y a cambio no moría. Daba hasta miedo el solo pensar en eso.
- Mi lugar es obedecer a Juyeon, no tengo otra opción.
- ¿Tu querías esto, Alma? ¿Querías vivir de esta manera?
Nuevamente la chica guardó silencio. ¿Ella sí quería morir definitivamente? Y después de pensar por un minuto más, lloró. Por primera vez, veía a la Diosa de la oscuridad llorar. Entonces ella también es capaz de sentir. Y aunque no entendía el porqué lloraba, solo la abrazó.
Hasta el ser más despiadado de todos, necesita un poco de afecto de vez en cuando.
Con Alma se sentía muy extraño, es como si quisiera soltarla, pero protegerla al mismo tiempo. Quizás era un tipo de empatía.
La chica no dudó en devolver su abrazo, algo que lo tomó por sorpresa, pues había imaginado que lo echaría.
ChangMin, quien estaba sentado en una esquina, solo se limitaba a observar.
- Yo solo quería estar con él. Tener una vida normal a su lado ¿acaso era mucho pedir? Pero era necesario convertirme en lo que soy ahora para poder vengar mi muerte - se excusó limpiando el rastro de lágrimas que estaban en sus mejillas- no, no solo por eso, él me mintió durante mucho tiempo, y yo le creí.
- ¿Él? ¿Te refieres a Juyeon? - pregunta el Dios de la belleza con confusión.
- No, a Juyeon le debo mucho, él me ayudó a tomar venganza, y también me convirtió en una Diosa.
- Corrección, en su esclava. Y si no lo obedeces te quitaría ese privilegio ¿o me equivoco? - intervino ChangMin- ¿alguna vez ha demostrado que te aprecia?
- Claro que sí, no intenten manipularme. Me duele mi pasado, pero no por eso traicionaría a mi señor. Ustedes son un fastidio- dijo incorporándose. Arregló su vestido rápidamente y se alejó de allí fingiendo no haber llorado en ningún momento.
Ahora era YoungHoon el que se había convertido en el observador, miraba como la figura femenina se alejaba y terminaba por perderse entre los muros del oscuro lugar.
—¿Desde cuándo te interesa ella? - cuestiona su amigo frunciendo el ceño y haciendo una mueca en forma de desacuerdo.
—¿De que hablas?
— ¿Por qué le hablabas de esa manera? Pensé que no te agradaba.
— Y así es, no me agrada esa mujer para nada. Pero... — YoungHoon hizo una pausa mirando sus manos — ella y yo tenemos algo en común. No somos débiles, solo que estamos atado a algo.
— Ya veo. ¿A qué te sientes atado?
— ¿Yo? Siempre estaré atado a los humanos.
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Hola. Volví :D
Espero que estén bien, tomen mucha agua y estudien.
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