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Desde hace unos años atrás se decía que las lágrimas de las diosas eran el peor fruto de la tristeza. Nadie quería ver a una de ellas llorar, eran tan especial para las personas que llegaban a compartir sentimientos; cuando las diosas reían, ellos también lo hacían. Cuando ellas lloraban, ellos también lloraban, cuando se enojaban, ellos, aunque confundidos, también se molestaban.
En la actualidad ver a una diosa llorar era algo tan común. La empatía se iba deteriorando a medida que iban pasando los años, y con ella la manera de ver a los dioses.
Quien creería que la diosa del amor tuviera problemas en el amor. Era tan irónico pensarlo de esa manera. Y aunque quería a la humanidad con todo su corazón, no dejaba de pensar en Chanhee y lo feliz que sería a su lado.
Por suerte Yeriseth tenía a una amiga para consolarla, la diosa Moon, quien se encontraba preocupada por su amigo Jacob.
Ambas estaban sentadas en un solio decorado con lo que parecía ser la piel de algún animal salvaje, y aunque esta lucía suave, era un poco incómoda para el gusto de Yeriseth. Pero eso eran los arreglos que a Jacob le gustaba. Elegante y poco comunes como él solía decir. Mientras este último estaba en su trono realizando su labor diaria recibiendo a su gente, las dos féminas hablaban después de mucho tiempo.
- Yeriseth, tú más que nadie sabes que ChanHee no es de los que cambian de opinión fácilmente. ¿No eras tu la que decías que si alguien no te valora es por que no te ama de verdad? Sigue tus consejos, se supone que eres una experta en estos temas - pronuncia Moon tratando de darle ánimos a su amiga.
- No, no es así, independientemente de que él me quiera o no, yo no soy capaz de seguir mis consejos, no sé como hacerlo. Además no todos estamos bajo las misma condiciones. ¿Crees que para que dos personas estén juntas solo basta "el destino"? Eso no es más que un mito, ahora el destino puede ser alterado. Mis encantos no son lo suficiente para él, no se qué hacer, he intentado de todo y nada resulta - A medida que iba hablando sus ganas de llorar eran más notorias- Tampoco me quiero rendir, nunca he amado a alguien de la manera en como amo a ChanHee, y me da miedo.
- ¿Miedo? ¿exactamente a que le temes? ¿Al rechazo, Yeriseth? ¿Temes ser rechazada por ChanHee? - Cuestiona la diosa de la luna.
- Tengo miedo de que esto se vuelva obsesión - admite Yeriseth.
Notó que su amiga solo se limitaba a guardar silencio. Tenía razón, el amor se puede convertirse en obsesión. Si eso pasara ella sería la única perjudicada.
-Disculpen si interrumpe su charla de diosas. Pero tienen que irse, aquí ya no es seguro - ordena Jacob apenas entra a la habitación.
Las féminas lo miran confundido esperando un argumento para sus palabras mandona. Él capta el mensaje y con voz medio pausada le explica.
- Acabo de hablar con una hechicera que iba detrás de los cristales del equilibro.
- ¿Y tu cómo sabes eso? - habló Yeriseth.
- porque ella me lo ha dicho.
- ¿Te has encontrado con ella? ¿Donde? ¿Cuando? - cuestiona Moon.
-Preguntan mucho, no hay tiempo. Me topé con ella a las afueras del pueblo. Me di cuenta que no tenía buenas intenciones, así que intenté sacarle información, pero se resistió y no tuve más remedio que asesinarla, solo pasé por encima de sus planes - explicó Jacob de manera rápida.
- Hablas de asesinar como si fuera algo normal. ¿Te das cuenta que acabas de matar a una gran fuente de información - protesta Moon suspirando de manera profunda.
- Se lo que buscaba, también me lo ha dicho - comenta Jacob ganando la atención de sus contraria, las cuales esperaban atentamente que él siguiera hablando - Mencionó algo sobre el cristal del norte. Algo pasa con ese cristal.
- Sigo pensando que no debiste acabar con su vida - Dijo Moon tomando sus cosas, a la vez que Yeriseth copiaba su acción.
A pesar de que quiso ser un poco flexible con la diosa de la luna y la de amor, más de lo normal, no pudo evitar preocuparlas, y es que el hecho de ocultarle ta situación solo empeoraba las cosas.
Habían pasado aproximadamente dos horas desde que ellas abandonaron su ciudad. Moon había mencionado que iría al sur para ver a Kevin, y Yeriseth se excusó con acompañarla. Pero tanto como la dama nocturna y el Dios del Rayo sabían perfectamente que se moría por saber algo de Chanhee.
Claro, ese no era el caso. Jacob se mostraba más preocupado por la situación anterior: la bruja.
¿A qué se refería exactamente con "el otro cristal"?
¿Entonces eso significa que uno era falso?
¿Que es lo que Juyeon busca en realidad con eso?
Muchas eran las preguntas que invadían la mente de Jacob, pero pocas eran las respuestas que conseguía.
No fue hasta que recibió una carta que se dio cuenta del peligro que acechaba, no solo a ellos, sino a la humanidad entera.
La carta venía del sur, pero escrita por Kevin, en esta se podía apreciar un texto escritos en un idioma muy antiguo con carácter que casi nadie conocía: el idioma de los dioses. Solo era empleado para informar secretos y prohibiciones. Hablaba sobre una guerra y una muerte, un sacrificio y un poder, sobre el bien y el mal. Jacob comprendió que la historia se estaba repitiendo, pero esta vez hostigaría con mayor fuerza.
"No puede ser" pensó.
Una descarga vibratoria en forma de luz se dejó ver en la palma de su mano, justo donde sostenía la carta. Un rayo. Muy pronto el papel amarillento se convirtió en cenizas.
¿Tendrá algo que ver con la bruja que asesinó?
La noche anterior, Jacob había salido a despedir a SangYeon y a Haknyeon que habían aprovechado el camino para hablar con él. Al regresar se encontró con una joven cubierta entre telas negras y un largo vestido verde de terciopelo, parecía que su intención era fugarse. Al principio pensó que era una de su gente.
- Disculpa ¿Que haces a... - Jacob fue interrumpido por un golpe que la contraria le dio.
- El cristal del equilibrio es mi prioridad, apártate si no quieres morir- dice la bruja.
Por un momento se le dificultó respirar, poco a poco se fue incorporando para encarar a la figura femenina esta mantenía una sonrisa de oreja a oreja. Dejó caer la capa negra que la cubría, dejando ver unos cuchillos que muy pronto fueron iluminados por energía de color verde.
Ella no dudó en volver a atacar, y Jacob se vio obligado a defenderse.
- "La velocidad con la que el corazón palpita" - dijo la chica tratando de esquivar los ataques de él.
- ¿Que dices? - cuestiona Jacob sin entender nada.
- "¿ves los rayos?"
El mayor frunce el ceño sin comprender las palabras de la hechicera. Ahora había pasado de la defensiva a la ofensiva, y con un rayo atrapó a la chica, dándole justo en la parte izquierda de su pecho, en su corazón.
- ¿Quien eres? ¡Habla ya! - exclama Jacob tomándola de los hombros.
- " Moriré en tus bra... brazos" - articuló con dificultad - "y t-tu... volaras"- continúa con lágrimas en sus ojos.
-¿Que dices?
- "¿escuchas mi corazón, Jacob?" - esas fueron las últimas palabras de la hechicera antes de morir.
El dios del rayo abrió sus ojos
con total sorpresa, y una oleada de recuerdos atrapó su mente, dejándolo inconsciente.
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¿Que tal? :3
Estos últimos cap son importantes para más tarde.
Obvio el pov de Jacob no podía faltar en esta historia UwU
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